Antes de renunciar y como condición para hacerlo, Boric debe exigir una ley que sancione a los que justifican el terrorismo de Estado
por Fernando Balcells Daniels (Chile)
6 años atrás 5 min lectura
13 noviembre, 2018
Algunos personeros UDI han afirmado que el diputado Gabriel Boric, por haberse reunido con Ricardo Palma Salamanca, no tiene legitimidad para ejercer la representación parlamentaria. El argumento dice que esa reunión privada implica una forma de complicidad en el crimen de Jaime Guzmán. Otros comentaristas afirman que las críticas al legado de Guzmán no tienen otra finalidad más que avalar su asesinato.
Hay dos asuntos interesantes en estos alegatos. Primero, la introducción de criterios de legitimidad que no son vagos e inexigibles sino precisos y que implican la inhabilitación para ejercer cargos de representación política. Segundo, se establece una serie de cruces entre la criminalización de la política, la psicología de los cómplices y los discursos hiperbólicos que son verdaderas confesiones histéricas y autodestructivas. Hay una exaltación del sentimiento que hace perder el balance y ofrece el flanco a la estocada del adversario.
Hay un punto en que el realismo político de los herederos de Guzmán se topa con una emocionalidad verdadera. Cuando se trata de hacer justicia a Guzmán, sus seguidores se dejan llevar por una pasión tan auténtica como incompatible con el cálculo político que los identifica. Nadie puede negar el papel del cálculo en el pensamiento y el legado de Jaime Guzmán. El tempo de los amarres constitucionales y del blanqueo moral fue impecable. Vivimos en el ambiente creado por el desenlace del tiempo en su geometría institucional.
La crítica menos destemplada contra Boric es la que acusa a la reunión con un prófugo de la justicia chilena como más grave que otras reuniones con criminales condenados o circulantes. Esa calificación es verdadera, pero el prófugo no está escondido sino que en un lugar jurídicamente inalcanzable para la justicia chilena. No es que Boric lo haya protegido, encubierto o justificado. Eso en cambio es lo que sustenta hasta hoy la actitud de la UDI respecto a criminales encarcelados y criminales que caminan sueltos como tapados por la niebla política. No hay inocencia en la protección que reenvía una y otra vez a la protección del pasado a los asesinos y a los cómplices activos y pasivos de torturas y desapariciones.
Es probable que los sectores más evolucionados de la UDI no participen en el linchamiento de Boric, porque se dan cuenta de que la cuerda que están jalando aprieta su propio cuello.
Los seguidores de J. Guzmán tienen toda la razón en pedir el castigo de los asesinos de su fundador e inspirador. Es más, hacen un enorme servicio al país al poner exigencias en la vida pública que, de prosperar, permitirían excluir de la política chilena a la totalidad de los que hacen apología del crimen de Estado, a los que lo han facilitado y a los que han profitado de ellos.
Mi petición a Gabriel Boric es que acepte renunciar a la Cámara de Diputados.
Antes de renunciar, y como condición de su renuncia, el diputado debe exigir que se apruebe una ley de ‘legitimidad política’ que objetive los cargos que se le han hecho a él y que permita demandar ante la justicia y expulsar a todos los parlamentarios y autoridades del Estado que se reúnan con criminales condenados; a todos los que siguen justificando bajo cualquier concepto las violaciones a los Derechos Humanos; a todos los que siguen encubriendo actores y prácticas del terrorismo de Estado; a los que tienen discursos negacionistas y a los que han preservado un lugar en el Estado para la tortura.
El diputado Boric podrá luego apelar en tribunales para que le sean restituidos sus derechos políticos, por cuanto su actuación no reviste ninguna de las características de participación criminal que la UDI le asigna –sin verse retratada en sus acusaciones–.
Como las leyes no pueden ser retroactivas, sería necesaria, más que una ley nueva, la resucitación de una ley anterior o la dictación de una ley interpretativa de la actual Constitución. Cuando hay voluntad legislativa todo es posible y este sería una nueva forma de particularizar eso de ‘la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas’.
La crítica menos destemplada contra Boric es la que acusa a la reunión con un prófugo de la justicia chilena como más grave que otras reuniones con criminales condenados o circulantes. Esa calificación es verdadera, pero el prófugo no está escondido sino que en un lugar jurídicamente inalcanzable para la justicia chilena. No es que Boric lo haya protegido, encubierto o justificado. Eso en cambio es lo que sustenta hasta hoy la actitud de la UDI respecto a criminales encarcelados y criminales que caminan sueltos como tapados por la niebla política. No hay inocencia en la protección que reenvía una y otra vez a la protección del pasado a los asesinos y a los cómplices activos y pasivos de torturas y desapariciones.
Con suerte y siguiendo su propio argumento, podríamos iluminar a la UDI con un pequeño reflejo de su propio historial de complicidad en los miles de asesinatos de la Dictadura, en las decenas de miles de casos de torturas, en los cientos de miles de exilios y los 17 años de terror que se resisten al olvido. A los comentaristas UDI estas cantidades no les dicen nada. Sería saludable que ellos multiplicaran su dolor por la muerte de Guzmán, por cada una de las víctimas de la Dictadura y, luego, que multiplicaran de nuevo los millones de chilenos agraviados por la cantidad de ofensas y daños recibidos continuamente hasta hoy.
Aquí no hay empates ni equivalencias que interesen. Lo que importa es el consenso para reglamentar la responsabilidad política.
*Fuente: El Mostrador
Artículos Relacionados
Ayúdanos a solicitar que se amplíen las competencias de la MINURSO para que vigile los derechos humanos en el Sáhara Occidental ocupado
por Luis Portillo (España)
8 años atrás 2 min lectura
Marruecos, país que viola todas las Resoluciones de la ONU y ocupa militarmente el Sahara Occidental no puede presidir el Consejo de DD.HH. de la ONU
por ECSaharaui
11 meses atrás 4 min lectura
Colonia Dignidad y verdades a medias
por Vivian Lavín A. (Chile)
8 años atrás 6 min lectura
Golpe de Estado: documentos desclasificados de Australia muestran que espías de ese país colaboraron con la CIA en Chile
por Peter Kornbluh (EE.UU.)
3 años atrás 10 min lectura
Asesinato de tres carabineros: lo que no rima y algunas preguntas que piden explicación y respuestas
por piensaChile
8 meses atrás 3 min lectura
Cómo Washington y Ankara cambiaron el “régimen” en Damasco
por Thierry Meyssan (París, Francia)
9 horas atrás
Con sorprendente aplomo, la prensa internacional nos asegura que lo sucedido en Siria no es un cambio militar de régimen sino una “revolución” que derrocó la República Árabe Siria. Esa prensa no menciona la presencia del ejército turco y de las fuerzas especiales de Estados Unidos.
Expertos advierten que mayor presión de Trump contra Cuba traerá más migración
por Medios Internacionales
1 día atrás
17 de diciembre de 2024
Hoy en día, la crueldad contra Cuba sólo se explica por un anticomunismo trasnochado y por la influencia del lobby cubano-estadunidense, que tendrá a uno de sus miembros más prominentes y virulentos en la Casa Blanca cuando el senador Marco Rubio encabece el Departamento de Estado.
“La desaparición de Julia Chuñil es parte y consecuencia de la corrupción del sistema”
por Villa Grimaldi (Chile)
2 días atrás
16 de diciembre de 2024
«Estamos lidiando contra un sistema donde desborda la corrupción y nos toca sobrevivir, pero como nosotros somos defensores del alma, nos nace del alma defender el territorio, pues nadie nos formó, no nos vamos a rendir. A nosotros nos dicen estar atacando este río o este bosque y, a la hora que sea, nosotros nos movilizamos y vamos a detener su destrucción.»
Las cartas de Marruecos para presionar a la UE: narcotráfico, inmigrantes y terrorismo
por Medios Internacionales
6 días atrás
¿Produce algún tipo de tecnología del que hace depender las posiciones políticas de los demás países? ¿Cómo es posible que algunos medios de comunicación españoles sean tan valientes ante sus propias clases políticas y, al mismo tiempo, tan serviles ante el Majzén?