Los gobiernos sudamericanos, que se reunirán mañana en Santiago de Chile, deben dar una contundente respuesta al gobierno agonizante de George W. Bush, por su apoyo solapado, pero probado, a favor de los separatistas de Bolivia, que buscan derrocar al régimen constitucional y democrático de Evo Morales.
Aunque las cancillerías de la Argentina, Brasil, Venezuela y otros países de la región ya expresaron su apoyo a la democracia, la paz y la integridad de este país tan castigado y de tanto valor estratégico, es preciso que el conjunto de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) le haga sentir a Washington que la realidad hemisférica es muy distinta de la que imperaba cuando la CIA, la ITT y Henry Kissinger propiciaron el pinochetazo contra Salvador Allende, en aquel otro septiembre negro de 1973.
La dureza de la respuesta diplomática es imprescindible para que los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain sepan que, por encima de diferencias políticas e ideológicas, la diplomacia norteamericana está más que desacreditada en nuestra región, porque el modelo económico que propician ha convertido a América Latina en la zona más inequitativa del planeta.
Tanto el duro McCain, como esa incógnita que es Obama, deben saber que por este camino van mal y sólo conseguirán alentar el profundo sentimiento antinorteamericano que impera en la mayoría de nuestras sociedades.
El ejemplo de la Cumbre de Mar del Plata, en noviembre de 2005, debería resultar aleccionador. Allí la movilización popular del “Stop Bush”, aquel famoso Tren del ALBA, donde viajaron codo a codo el entonces candidato Evo Morales y Diego Armando Maradona, generaron el contexto adecuado para que los presidentes del Mercosur rechazaran de plano la intención de sumergirnos en el ALCA.
Todos somos Evo. Lo que está ocurriendo en Bolivia puede sucederle a cualquier presidente latinoamericano que pretenda hacer valer la soberanía nacional. Especialmente si intenta defender sus recursos naturales.
La estabilidad democrática en Bolivia es esencial para toda América del Sur, pero de manera muy especial para la Argentina y Brasil, que dependen en grado sumo del gas boliviano.
A los presidentes sudamericanos les sobran argumentos para defender a Evo Morales. Sus credenciales son absolutamente impecables. Acaba de ganar el referéndum con el 68 por ciento de los votos y a nadie le caben dudas de que las masas populares de Bolivia, incluidas las que padecen racismo y exclusión en los departamentos separatistas, lo apoyan decididamente.
Está procediendo, además, con una clara vocación pacifista, que excluye la represión violenta de los opositores, a pesar de que uno de los prefectos separatistas, el feudal Leopoldo Fernández, que fue funcionario de los dictadores militares García Meza y Banzer, organizó la reciente masacre de Porvenir, donde hubo al menos quince campesinos asesinados y numerosos desaparecidos.
Sólo apeló a la última ratio, que es el Ejército, cuando los separatistas de la “media luna” se lanzaron a ocupar aeropuertos, estaciones de ómnibus, aduanas y rutas aledañas a los campos petroleros y gasíferos. Lo cual está más que justificado por la índole criminal y racista de las minorías oligárquicas que amenazan balcanizar a Bolivia.
Ha sido tan prudente que algunos sectores populares, indefensos ante los grupos paramilitares del separatismo, se lo reprochan. Su respuesta ha sido eminentemente política:les envió una carta a los cinco prefectos separatistas de Beni, Pando, Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca, llamándolos al diálogo. Y ha demostrado en los hechos esa vocación dialoguista al encontrarse con Mario Cossio, el prefecto de Tarija, un ex diputado del derechista MNR que fue colaborador del único presidente de Bolivia que hablaba con acento norteamericano, e l ine f abl e Sánchez de Losada.
Los clásicos “observadores”, supuestamente imparciales, no toman en c u ent a , e n sus llamados abstractos y reiterados a un diálogo de supuestos iguales, la índole fascista de los opositores que ahora ha quedado rubricada con sangre. Pretenden igualar la fortaleza institucional de Morales con la de estos conspiradores atrincherados en sus feudos.
Bolivianos recientes, en muchos casos naturalizados y emigrados de los Balcanes, no ocultan ni su ideología ni sus propósitos. Como Branko Marinkovik, el croata nazi que preside el autodenominado Comité Cívico de Santa Cruz. Hace algunos meses prenunció la masacre con esta frase: “Mi familia conoce la dureza del comunismo, huimos de un país que fue tomado por los comunistas y allí también hubo hambruna. […] Se acerca la guerra, que sepan las madres cruceñas que si vamos a ir a la guerra, vamos a derramar la sangre de sus hijos de manera responsable”.
Tampoco hubo imprudencia alguna en la decisión de expulsar al embajador norteamericano Philip S. Goldberg, diga lo que diga el Departamento de Estado. Goldberg, a quien calificamos en estas mismas páginas como “un experto en secesiones”, había sido un protagonista en la rebalcanización de los Balcanes: entre 1994 y 1996 estuvo en Bosnia y antes de su destino en La Paz fue jefe de misión en Pristina, la capital de Kosovo.
Muchos meses antes de que Evo Morales lo expulsara, tuvo que disculparse ante el presidente boliviano, cuando el asistente de seguridad de la embajada, Vicent Cooper, fue acusado judicialmente de contratar agentes locales para espiar a cubanos y venezolanos en territorio boliviano.
Antes y después de ese escándalo financió a los grupos opositores a través de dos agencias habitualmente utilizadas por Washington para estos menesteres. La NED (National Endowment for Democracy), que cumplió la misma tarea en el golpe de 2002 contra Hugo Chávez, y la USAID, que en los setenta entrenaba a policías sudamericanos, como los que organizaron la Triple A. En enero de 2007 promovió un interesante seminario sobre seguridad y defensa en el que participaron militares norteamericanos, con la clásica excusa de la “ayuda humanitaria al pueblo boliviano”.
Ya vieron los campesinos de Porvenir cómo se canaliza esa “ayuda humanitaria”.
Con estas y otras cartas en la mano, los presidentes sudamericanos que se reunirán mañana en Santiago de Chile deberían señalarle a Washington que ya no hay espacio en la región para tolerar injerencias golpistas.
14.09.2008
* Fuente: Crítica digital
Artículos Relacionados
Banco BCI oferta Moneda 11 de Septiembre 1973: «En el azul de septiembre se unieron cuatro espadas. Libertad»
por Medios Nacionales
1 año atrás 2 min lectura
La venganza de la industria de seguros de salud contra Michael Moore
por Amy Goodman (EE.UU.)
13 años atrás 6 min lectura
La campaña presidencial de 2013 podría convertirse en una forma de plebiscitar un nuevo Proyecto-país
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
11 años atrás 7 min lectura
«Hay un debate sobre el control de las emisiones de contaminantes, pero sin tocar el fondo»
por Efraín Chury Iribarne (Uruguay)
14 años atrás 9 min lectura
¿Qué quieren los Estados Unidos con Paraguay?
por Dana Brown (Rebelión)
17 años atrás 6 min lectura
La «paciencia estratégica» de Irán se eleva a disuasión seria
por Pepe Escobar (Desde Moscú)
2 horas atrás
Los ataques de represalia de Irán contra Israel no se llevaron a cabo en solitario. Los socios estratégicos Rusia y China cubren las espaldas de Teherán, y su papel en el conflicto de Asia Occidental no hará sino crecer si EEUU no mantiene a Israel a raya.
Consejo de Seguridad: Estados Unidos veta resolución que recomienda a Palestina como Estado Miembro de Naciones Unidas
por Nicolás Boeglin (Costa Rica)
5 horas atrás
El veto de Estados Unidos este 18 de abril del 2024 será probablemente recordado como un grave error de apreciación del aparato diplomático norteamericano.
Su incondicional apoyo a Israel en Gaza desde la tarde/noche del 7 de octubre, hace que Estados Unidos haya socavado gran parte de su credibilidad en diversas latitudes del mundo.
La «paciencia estratégica» de Irán se eleva a disuasión seria
por Pepe Escobar (Desde Moscú)
2 horas atrás
Los ataques de represalia de Irán contra Israel no se llevaron a cabo en solitario. Los socios estratégicos Rusia y China cubren las espaldas de Teherán, y su papel en el conflicto de Asia Occidental no hará sino crecer si EEUU no mantiene a Israel a raya.
A los saharauis: «Para ganar batallas, es importante practicar activamente los valores de la solidaridad, el compromiso, la disciplina y la lucha»
por Luis Portillo Pasqual del Riquelme (España)
1 día atrás
«Creo que el FP debería plantearse estas cuestiones, ocuparse mejor de encuadrar a su gente, enseñarles a trabajar en la clandestinidad, mejorar la organización para no hacer –como hoy- el ridículo ante el enemigo.»