¿Es Chile un país de clase media?
por Felipe Antonio Ramírez Sánchez (Chile)
4 años atrás 4 min lectura
Polémica por entrega de bonos y medidas económicas
En el contexto de la polémica generada por la asignación del «Bono de Clase Media», el académico de la Facultad de Ciencias Sociales, Giorgio Boccardo, pone en tensión las ideas principales detrás del imaginario respecto a que nuestro país está compuesto mayoritariamente por personas de nivel socioeconómico. El experto, además, explica por qué la definición que se usa de clase media no es correcta, y por qué el gran empresariado sería el único sector social del país que realmente actúa como una.
Durante más de dos décadas, el relato generalizado sobre nuestro país era que el desarrollo había permitido que una gran mayoría de la población dejara atrás la pobreza, constituyendo una fisonomía social dominada por una amplia «clase media», ubicada entre una minoría millonaria, y quienes aún viven en la pobreza.
Sin embargo, la revuelta social del 2019 y las consecuencias de la crisis económica generada por la pandemia, han puesto duramente en cuestión esta propuesta, develando las tensiones y limitaciones de esta idea, alguna vez tan popular entre analistas y medios de comunicación.
Así lo explicó el profesor Giorgio Boccardo, de la Facultad de Ciencias Sociales, para quien si bien existe
«un sector de la sociedad que se emplea en el sector de servicios, obtuvo un título técnico o profesional, y está asociado a esta idea de una nueva clase media que habría surgido con el neoliberalismo, en realidad hablamos de una clase trabajadora con mayor certificación, muy heterogénea, pero que no se articula como clase».
Consultado sobre por qué no se podría hablar de una clase media cuando para muchos la mayoría del país pertenecía a esta categoría, Boccardo afirmó que
«las clases sociales se relacionan con relaciones de producción y de poder, con una visión de mundo compartida, no con los ingresos recibidos por un individuo. Cualquier aproximación desde los ingresos en verdad es un error conceptual».
En este sentido, el académico recordó que en Chile existió una clase media tradicional hasta los años ’70, vinculada al empleo público, a grupos profesionales y a posiciones gerenciales en empresas privadas, que se reproducía en ciertos barrios, liceos y universidades públicas y que sirvieron como base para el imaginario de lo público, y que se ubicaba al lado de una clase trabajadora organizada en partidos políticos, sindicatos y organizaciones de masas estructuradas nacionalmente, con una cultura y una visión compartida sobre la sociedad.
Sin embargo,
«la dictadura lo que hace es destruir todo esto: las organizaciones, la cultura y los partidos que habían hasta 1973, subjetivamente en términos de sus símbolos y cultura, pero también objetivamente a partir de las transformaciones neoliberales en el mercado del trabajo, instaurando este otro imaginario, donde es con la tarjeta de crédito, el colegio subvencionado y una vivienda alejada de la toma de terrenos que se sale de la pobreza hacia la clase media».
Para Boccardo una idea clave es que si bien hoy en día la gente no entra al sindicato o a los partidos políticos, que eran las herramientas que proporcionaba el imaginario en torno a la clase trabajadora antes de los años ’70 para salir adelante, la actual «clase media» no ofrece una alternativa. «Esta idea de supuesta clase no está vinculada a barrios, organizaciones ni colegios, no se accede a nada al pasar a integrar esta categoría, sólo que no eres pobre», profundiza.
En contraposición, para el académico si existe una clase social conformada como tal, esta es la
«del gran empresariado, que cuenta con sus organizaciones, sus clubes; que actúa de manera coordinada, condiciona la economía, financia la política e interviene en la coyuntura política, ha generado sus instituciones como universidades y centros de pensamiento. Eso es una clase social, no es solo ser propietario».
De todas maneras, el profesor Boccardo alertó que el estallido y la posterior crisis económica, junto con hacer tambalear la idea de Chile como un país de clase media, también ha abierto la posibilidad de que reconfiguren las otras clases sociales.
«Veo esfuerzos paulatinos por organizar sectores de profesionales en sus asociaciones gremiales, de construir nuevos espacios, también de grupos de trabajadores y trabajadoras por conformar sindicatos, pero es algo paulatino, que se vislumbra desde los estallidos sociales de la última década. Seguimos teniendo un país donde el individuo está solo, donde el Estado ayuda poco o nada, y si bien se ve que algo nuevo se está conformando, no hay garantía de la dirección que tomará en la próxima década»,
finalizó.
Artículos Relacionados
¡No pasarán los fascistas en España!
por Germán Gorraiz López (España)
6 años atrás 4 min lectura
La Constitución permite que el Presidente de Chile nacionalice la actividad minera por simple decreto
por Julian Alcayaga O. (Chile)
4 semanas atrás 8 min lectura
Trump y Putin escenifican la posibilidad de “un segundo Helsinki”
por Ángel Ferrero
7 años atrás 11 min lectura
1 Comentario
Deja una respuesta Cancelar la respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Presidente del Sindicato de Starbucks: «Se hacen millonarios a costa de la precarización laboral»
por Canal Ciudadano (Chile)
2 días atrás
4 de abril de 2025
En entrevista con El Ciudadano, el presidente del sindicato de Starbucks, Antonio Páez, se refirió al acuerdo alcanzado entre los trabajadores y la empresa tras más de tres semanas de movilización.
«Rechazamos ex-CNI (Tejas Verdes) como Director de SECPLA en San Antonio»
por Fundación por la Memoria San Antonio (Chile)
2 días atrás
04 de abril de 2025
«Le exigimos al Sr. Ovalle que entregue los antecedentes (de Tejas Verdes) que sin duda alguna están en su conocimiento en virtud de su rango de oficial mientras fue parte de la CNI, además de exigir su inmediata desvinculación de los organismos municipales.»
El empresario Morstadt debe a CONADI el pago del predio en disputa con Julia Chuñil
por Lucía Sepúlveda Ruiz (Chile)
2 días atrás
04 de abril de 2025
Julia Chuñil es mujer, mapuche, y campesina, y tenía 72 años cuando desapareció. Su vida y su historia hasta el 8 de noviembre de 2024 están marcadas por la violencia racista, de género y la violencia de clase, a la que se sumó en los últimos años la violencia extractivista. Ahora la suerte de la defensora de bosques y aguas de su territorio ancestral, depende de una justicia patriarcal.
Embajadora marroquí en grupo organizador de celebración del Premio Nobel de Gabriela Mistral (!?)
por La Marejada (Chile)
2 días atrás
04 de abril de 2025
En una controvertida decisión que cuestiona su compromiso declarado con los «derechos humanos en cualquier parte del mundo», el Gobierno de Chile encabezado por Gabriel Boric y su Ministra de Cultura, Carolina Arredondo, y su Ministra de la Mujer, Antonia Orellana, han integrado a la Embajadora de Marruecos en Chile, Kenza El Ghali, al grupo organizador de los eventos de conmemoración de los 80 años del Premio Nobel a la poetisa, literata, diplomática y educadora chilena Gabriela Mistral.
Las definiciones de clases que circulan en los periódicos y en el imaginario colectivo, debieran ser hechas de tal modo, que un censo con ciertos datos objetivos pudiera recopilar estos datos y usarlos para implementar políticas económicas.
Asi las definiciones de clase que se basan en el concepto de castas, colores, ascendencias y parentescos, que son las que usan los periodistas, y que generalmente las usan mal porque no conocen la dinámica social interna de los grupos, no sirven para hacer políticas publicas.
Darle a entender a un país que una persona que sale de la miseria y entra en el mundo de comprar casa y tener auto a punta de deudas, es de clase media, cuando su balance está en números rojos y no tiene acceso a las redes de poder para encontrar trabajo en caso de perderlo, ha sido un engaño colectivo, una alucinación colectiva.
La pandemia mostró la realidad de los números, y la alucinación colectiva se vino al suelo en forma cruel. Y ese concepto de clase media que tiene el gobierno, que todavía se cree sus propios cuentos, es lo que hace fallar las ayudas ya que estas debieran ser muchas más de las que son y no llegan donde debieran ya que si las personas dejan de tener internet y pagar el teléfono, y no tienen cuentas corrientes bancarias, quedan aisladas.