La construcción programática del Frente Amplio
por Nicolás Grau y Jaime Peña (Chile)
9 años atrás 5 min lectura
13 marzo, 2017

El desafío no es menor, pues si hay algo que no logró cambiar la Concertación, hoy Nueva Mayoría, fue mejorar la distribución de poder que se configuró a la fuerza en la dictadura. Pese a que la vida material tuvo importantes progresos en los últimos 30 años, al no verse alterada la alta concentración de la riqueza y de las decisiones económicas, en lo sustancial seguimos viviendo de acuerdo a los intereses de las minorías.
El Frente Amplio está en construcción. Sin desmerecer que una decena de organizaciones políticas –incluyendo a las organizaciones donde militamos– hayan logrado esta articulación, lo cierto es que la suerte política de esta nueva fuerza emergente se jugará en su capacidad de articular y representar los intereses y deseos de las mayorías. Se trata, ante todo, de contribuir a que la política sea un instrumento de autodeterminación colectiva, de hacer realidad la promesa básica de la democracia, a saber, que los pueblos sean dueños de su destino.
El desafío no es menor, pues si hay algo que no logró cambiar la Concertación, hoy Nueva Mayoría, fue mejorar la distribución de poder que se configuró a la fuerza en la dictadura. Pese a que la vida material tuvo importantes progresos en los últimos 30 años, al no verse alterada la alta concentración de la riqueza y de las decisiones económicas, en lo sustancial seguimos viviendo de acuerdo a los intereses de las minorías.
En este contexto, es que como fuerzas políticas apostaremos por hacer de la construcción de nuestro programa un momento de deliberación colectiva. Así, desde su inicio, el Frente Amplio será un instrumento político que se construirá desde los territorios, donde la heterogeneidad y democracia de base serán su mayor fortaleza.
Nuestro proceso programático tendrá tres etapas.
En una primera etapa, que se realizará desde finales de marzo y durante todo abril, habrá discusiones en las comunas. De estas discusiones surgirá un conjunto de propuestas y demandas, tanto de carácter local como nacional. Dichos encuentros serán abiertos a toda la ciudadanía que desee participar del proceso. El resultado de esta etapa será un conjunto de actas que resumirán tales propuestas. Todas estas actas serán información pública disponible en nuestra página web.
En una segunda etapa, durante el mes de mayo, grupos de apoyo programáticos organizados por áreas temáticas, harán un trabajo de síntesis para organizar y resumir las propuestas surgidas en los territorios en un listado más acotado de reformas. Estos grupos no tendrán la potestad para descartar propuestas. Al mismo tiempo, las reformas que involucren aumentos relevantes de gasto fiscal (por ejemplo, una reforma de salud) serán revisadas por un equipo que calculará el costo en régimen asociado a cada propuesta y la tramitación legislativa correspondiente. De esta manera, el producto de esta etapa será un menú de reformas especificadas con cierto detalle y con un estimado del costo fiscal de su implementación.
Con el objeto de poder sustentar el mayor gasto fiscal de nuestras propuestas, un equipo económico/jurídico trabajará en generar un conjunto de opciones para aumentar los ingresos fiscales. Estas propuestas se sumarán a las opciones de cómo generar mayores ingresos fiscales que surjan desde los territorios.
En la tercera y última etapa, que se realizará durante junio, se llevará cabo un conjunto de debates en cada uno de los distritos con las candidatas y candidatos del FA a partir de los insumos generados desde en el proceso de síntesis. En estas asambleas, además, se definirán las prioridades distritales. Luego de este período de socialización de propuestas, quienes hayan participado en el proceso podrán votar para dirimir entre propuestas excluyentes, para definir el orden de prioridad entre las distintas reformas propuestas que involucren importantes aumentos de gasto fiscal y para establecer el nivel de aumento de los ingresos fiscales.
El resultado final del proceso será una plataforma programática coherente y equilibrada en términos fiscales. Así, no sólo habremos construido el Frente Amplio que soñamos: heterogéneo y con el poder en los territorios, sino que además habremos demostrado que la priorización política y la responsabilidad fiscal no requiere restringir la participación masiva y vinculante de la ciudadanía, restricción que, vale la pena recalcar, le ha quitado sustantividad a nuestra democracia.
Así, definiremos nuestra plataforma programática a partir de las propuestas aprobadas y, en el caso de las reformas que involucren un importante costo fiscal, lo haremos ordenando las propuestas de mayor a menor preferencia, de acuerdo a la votación, y financiando –en ese orden de preferencia– tantas reformas como lo permita el aumento de gasto fiscal definido democráticamente.
El resultado final del proceso será una plataforma programática coherente y equilibrada en términos fiscales. Así, no solo habremos construido el Frente Amplio que soñamos: heterogéneo y con el poder en los territorios, sino que además habremos demostrado que la priorización política y la responsabilidad fiscal no requiere restringir la participación masiva y vinculante de la ciudadanía, restricción que, vale la pena recalcar, le ha quitado sustantividad a nuestra democracia.
Con todo, el éxito de esta apuesta se jugará en la cantidad de personas que al sumarse al debate decidan ser parte de la construcción territorial del Frente Amplio (acá pueden inscribirse: http://www.frente-amplio.cl/). Aunque obviamente no podemos asegurar aquello, lo que por cierto implica un riesgo político, por nuestra parte sí podemos garantizar que todos quienes participen (militantes o no militantes) tendrán la misma posibilidad de incidir en nuestras prioridades programáticas. La nuestra es una invitación honesta y llena de esperanza a pensar una nueva forma de entender la democracia.
*Fuente: El Mostrador
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