Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Declaraciones

Alemania: ¡Funa en Krefeld, contra Hartmut Hopp, fugitivo de la justicia chilena!

Compartir:

Pinochet y (al centro) Harmut Hopp

KUNDGEBUNG in der Nähe des Wohnortes von Hartmut Hopp

KREFELD, Samstag den 23. März 2013, 13 Uhr

Solange es keine Gerechtigkeit gibt – gibt es FUNA!

Funa en la cercanía de la casa de Hartmutt Hop. Sábado 23 de marzo, a las 13:00 Horas

¡Mientras no haya justicia – habrá FUNA!

Queridas amigas y amigos,

Nos encontramos aquí, en las cercanías de la vivienda de Hartmut Hopp. Hartmut Hopp fue un importante miembro de la dirección del asentamiento alemán llamado Colonia Dignidad, en Chile, en el cual se cometieron graves crímenes contra los Derechos Humanos.Allí fueron asesinados más de cien personas, cientos fueron torturados y otros fueron abusados sexualmente o atormentados con sicofármacos. Hartmut Hopp fue el Director del Hospital de la Colonia Dignidad y su representante hacia el exterior. El fue un estrecho colaborador de Paul Schäfer, jefe de la secta.

Lo que viven hoy Ud., aquí, es una Funa. La palabra viene del castellano que se habla en Chile. En Chile la revisión histórica de los crímenes contra derechos humanos cometidos durante la dictadura de Pinochet es lenta, compleja y con vacíos. Muchos asesinos y torturadores no han sido nunca condenados o condenados a penas muy menores. Por esta razón, Familiares de los Presos Políticos Desaparecidos  realizan Funas, para advertir de esto a vecinos de los hechores y a la opinión pública, mientras se exige justicia y revisión del pasado de parte del estado y de los tribunales.

Hartmut Hopp fue condenado de acuerdo a la ley el 25 de enero de este año por la Corte Suprema de Chile a 5 años de cárcel, como cómplice en abusos sexuales sistemáticos a niños. Él fue tambien condenado en Chile a causa de la violación de ley de armas. Él está acusado  en procesos a causa de muertes de presos políticos y por participar en la organización de una asociación criminal. Antes de que se diera a conocer esta, y probablemente otras condenadas penales, Hartmut Hopp huyó de Chile, en mayo de 2011. Chile ha solicitado su extradicción, pero Alemania no extradita a ningun ciudadano suyo. El ministerio público de Krefeld sin embargo ha comenzado investigaciones en su contra, las que aún perduran.

A continuación de nuestra Funa en Krefeld, el 24.03, víctimas de las torturas y familiares de personas asesinadas en la Colonia Dignidad realizarán en Chile una guardia en recuerdo de la víctimas y exigirán la instalación de un pequeño memorial en esos terrenos. Nosotros exigimos del gobierno federal alemán que  participe y apoye la construcción de ese memorial.

Para realizar reuniones como la que estamos realizando hay que satisfacer criterios muy exigentes. Mientras un acusado no haya sido condenado conforme a la ley, vale para él el principio de inocencia. No nos tomamos el derecho de poner a alguien en la picota sin más.  Sabemos exactamente los riesgos políticos que eso trae consigo. Ese no es nuestro objetivo. Nosotros no perseguimos una condena. Hopp, sin embargo no sólo es un acusado en varios procesos en Chile y Alemania, sino que el está condenado ya a cinco años de cárcel por la Corte Suprema de Chile. Esa condena está vigente. Los que fueron condenados juntos con Hopp .ya comenzaron a cumplir sus condenas, para lo cual las condiciones de las celdas en la cárcel son mejores que las que tienen los presos chilenos. Hopp ha eludido esa condenada por medio de una salida ilegal de Chile, pues la justicia chilena le había prohibido salir del país.

La asistencia judicial es un camino dificil, especialmente cuando los estados implicados no han firmado un pacto de asistencia judicial, como es el caso entre Alemania y Chile. Una ejecución de la pena de cárcel chilena en Alemania es posible, pero es tambien una cuestión de la voluntad política. No sólo la justicia es resposnable de esto, sino también una serie de otras instancias estatales en ambos países. Hopp es un fugitivo de la justicia y utiliza un vacío en el derecho alemán y entre ambos países.En Alemania los plazos de prescripción son mucho más cortos y la presentación de pruebas es más dificil que en Chile, donde fueron cometidos los hechos de que se le acusa.

Eso lo usa Hopp como una ventaja, y por ello el Caso Hopp es un caso político. Y por eso mismo la sociedad civil tiene aquí una función, una tarea. La inexistencia de un tratado de extradición y las diferencias entre los sistemas juridicos nacionales no pueden llevar a que hechos criminales queden impunes.

Junto con la ejecución de la condena chilena pedimos, naturalmente, una rápida investigación por parte del ministerio público de Krefeld, la que esperamos conducirá pronto a una o varias acusaciones en contra de Hopp. Cómo decide entonces  la justicia alemana, dependerá de ella misma. Y depende de Hartmut Hopp declarar ante el minsiterio público. El perteneció a la dirección de la Colonia y sabe mucho. Si él es inocente, debe explicar las acusaciones que le hacen, sino, el no puede quedar sin castigo. Lo mismo vale para su mujer, la que trabajaba en el hospital, en el que se ejecutaron muchas torturas.

Con este meeting queremos respaldar las esperanzas en la justicia de las víctimas y exigirle a los niveles encargados de la decisión política, darle la mayor prioridad al caso Colonia Dignidad. Lo que allí sucedió en torturas y muerte, en degradación y chantaje, va más allá de lo que tribunales e instituciones estatales pueden sancionar o reparar, aunque tan  necesarias sean sus condenas. Los sistemas de justicia y los sistema políticos de Chile y Alemania son diferentes y no pueden expresarse con UNA sola voz; pero nosotros, los que hoy manifestamos aquí  y aquellos, que mañana demostrarán frente a la entrada de la Colonia Dignidad, exigimos con UNA voz: ¡NO al olvido y SI juicios rápidos y justos!.

Trabajar por los derechos humanos es una necesidad internacional. En una dictadura la sociedad civil está demasiado debilitada para poder oponerse de modo efectivo a la represión. Ella necesita el apoyo de países democráticos. Cuando Alemania se convierte en un puerto seguro para personas que están comprometidas en crímenes contra los derechos humanos, entonces, una vez más, es necesaria la Solidaridad Internacional. Las relaciones bilateriales entre estados  son tan lentas y complejas, e influídas por tanto miramiento y consideraciones diplomáticas, que la sociedad civil de los países implicados debe inmiscuirse como actores libres. Nuestra acción de hoy debe ser un pequeño aporte para la protección internacional de los derechos humanos.

El gobierno federal supo ya tempranamente de los acciones criminales de la Colonia Dignidad. Ya en los años 60 miembros de la secta huyeron  y se refugiaron en la embajada alemana en Santiago e informaron de los crímenes que se cometían en la Colonia. El servicio secreto de Pinochet, la DINA, torturó y asesinó presos políticos en la  Colonia.Durante la dictadura hubos relaciones amistosas entre algunos miembros de la embajada y de la Colonia Dignidad. Recién a fines de los años 80 se distanciaron. Gerhard Mertins, uno de los más importantes traficantes de armamentos, que vendía armas por encargo del ejército alemán, entraba y salía de la Colonia Dignidad. El ministerio público en Bonn investigó a Schäfer, Hopp y otros desde 1985 al 2010. Todos los procesos terminaron sin resultados y fueron, en parte, cerrados con argumentos pocos convincentes.

Durante la peor represión bajo Pinochet el estado alemán (BRD) se negó a tomar posición contra la Colonia Dignidad, con el argumento que estaba en desarrollo un proceso judicial  y él no se quería inmiscuir.  Sin esa „extremada cautela“ (así lo dice un documento del Ministerio de Exteriores alemán) se podría haber evitado mucho dolor. Nosotros decimos NO a esa cautela.

Hopp no es el primer miembro de la dirección de la Colonia Dignidad, buscado con orden de detención por Interpol, que huyendo de la justicia chilena se instala en Krefeld. Antes vinieron  hasta aquí Albert Schreiber (ya fallecido) con familia y otros miembros implicados en crímenes en la Colonia Dignidad. La razón de porque eligieron Krefeld como su domicilio debiera buscarse en la existencia de la organización „Freie Volksmission Krefeld“, cuyo director, Ewald Frank, ha visitado varias veces la ahora renombrada Colonia Dignidad y que entre tanto tiene prohibición de ingreso a Chile.

Esta es la Segunda Funa fuera de Chile y la Segunda en Krefeld. La primera se realizó el año 2006, frente  a la  Freien Volksmission Krefeld, que se había convertido en el punto de encuentro de antiguos habitantes de la Colonia Dignidad, entre ellos, Albert Schreiber, el que durante largo tiempo fue el segundo hombre en la cúspide la secta. Hopp y el director de Freien Volksmission, Ewald Frank, se conocían ya en Chile y mantenían una estrecha relación. Su advertencia a los miembros de la Villa Baviera de no acusarse mutuamente , habla por si sola.

Los criminales queren que lo ocurrido se convierta en pasado, las víctimas no pueden aceptarlo. El recuerdo de las abusos, que tuvieron que soportar, no desaparece. Hace pocas semanas la Villa Baviera quizo deshacerse de su pasado y lo remató. Si, entendieron bien, lo remató, en un remate público y con la argumentación de que era necesario separarse del pasado y hacer algo de dinero. La máquina de afeitar de Paul Schäfers, la ambulancia en la cual presos políticos fueron llevado a la tortura, el Mercedes de Hopp, todo cayó bajo el martillo del remate.

Nosotros estamos en deuda con las víctimas sobrevivientes y con  los familiares de los „desaparecidos“ en la Colonia, y protestamos contra ese intento de „autolavado“. Por ello nosotros hacemos esto, aquí y hoy.  Un hermano de Hernán Sarmiento, asesinado en la Colonia, y que hoy vive en Alemania, estaría con nosotros sino hubiera tenido que viajar a Chile. El me pidió saludar a Uds.  Algunos exhabitantes de la Colonia Dignidad hubieran querido también estar aquí, pero fueron tan maltratados fisica y espitirualmente que no les es posible venir.

Hoy viven aproximadamente 160 personas en el ex Colonia Dignidad. A ella ale pertenecen un hotel, un restaurant, la producción de alimentos, actividad foretal y una cantera de áridos. La Sociedad para la Cooperación Internacional (GIZ, por su sigla en alemán) dependiente del Ministerior para Cooperación Económica, apoya técnica y administrativamente estas empresas. La colonia celebró todovía el 2012 una Oktobertfest

Ni una palabra para mencionar los crímenes allí cometidos. Víctimas de torturas y familiares de los „Desaparecidos“ en Chile, exigen que se ponga fin al apoyo financiero de parte del gobierno federal alemán y en lugar de eso se apoye la construcción de un memorial afuera o dentro de los terrenos de la colonia.

En las calles de Krefeld se cruzan víctimas y victimarios de la Colonia Dignidad. Esa relación involuntaria de Krefeld con un crimen, que permanece sin cerrarse totalmente hasta hoy, es, desde nuestro punto de vista, un motivo claro, para tomar posición. Alemania no se puede convertir en un escondrijo para personas que estuvieron  involucradas con la represión de dictaduras militares en otros países y Krefeld no puede mirar esto sin decir ni una palabra.

Elegimos este lugar porque él esta a la vista del matrimonio Hopp. Ellos tiene que saber que la normalidad no se alcanza simplemente por medio de la fuga y ni a través de lamentos de inocencia, ni tampoco porque un autodenominado Predicador , el que oculta que a un perdón debe anteceder la ejecución de una pena, los declarad libres de sus culpas. Nosotros no podemos exigirle explicaciones a Hopp, porque el calle y se esconde como un Caín despues de asesinar a su hermano. Hopp tiene que hablar, contar la verdad, declarar, para que luego tenga lugar un proceso regular. Solo entonces no habrán más Funas. Pero el quiere, al igual que sus complices, neutralizar los delitos cometidos por medio de un retiro a la vida privada. Las víctimas sin embargo, no pueden arrastar sus padecimientos como una cuestión de vida privada, pues el recuerdo les persigue cada día. Si el estado no reconoce sus sufrimientos  -hasta ahora no lo ha hecho ni el estado chileno ni el estado alemán- entonces lo hacemos nosotros, los ciudadanos de ambos países. Y debido a que sólo hay víctimas cuando hay victimarios, hacemos esto en Krefeld, la ciudad que se está haciendo un nombre como la ciudad en la cual viven víctimas y victimarios sin decirse nada, aunque nosotros lo hacemos hoy.

La injusticia se cometió con ayuda del estado chileno y bajo los ojos del estado alemán. Por eso exigimos un procesamiento público. No sabemos si Hopp quiere mirar a los ojos a sus víctimas, pues el se esconde. Por eso, el contacto visual con su casa es tan importante. Nosotros le vemos. Y como acción simbólica, uno de nosotros va a poner  un volante en cada buzón de esta casa (uno no tiene nombre).

EXIGIMOS:

  • Una acción penal rápida y consecuente a los ejecutores de delitos en la Colonia Dignidad en Chile y en Alemania!
  • ¡Ejecución de la pena de cárcel chilena de Hartmut Hopp en Alemania!
  • ¡Construcción de un lugar Conmemorativo afuera o dentro de los terrenos de la ex Colonia Dignidad! Redestinando a ese objetivo los dineros provenientes de los impuestos de los ciudadanos alemanes federales, los cuales se han utilizado hasta hoy para apoyar económicamente a la Villa Baviera

Dieter Mier, marzo de 2013

V.i.S.d.P: Dieter Maier, Frankfurt am Main

CONTACTO: JusticiaMemoriaColoniaDignidad@gmail.com

Solange es keine Gerechtigkeit gibt – gibt es FUNA!

¡Mientras no haya justicia – habrá FUNA!

 


Dies ist die Rede von Dieter Maier in Krefeld am 23.3.2013.

Sperrfrist: 23.3., 13 Uhr

Liebe Freundinnen und Freunde, liebe Krefelderinnen und Krefelder!

Wir stehen hier ganz in der Nähe des Wohnhauses von Hartmut Hopp. Hartmut Hopp war ein wichtiges Führungsmitglied der Deutschensiedlung Colonia Dignidad in Chile, in der jahrzehntelang schwere Verbrechen gegen die Menschenrechte begangen wurde. Dort wurden über hundert Menschen ermordet, hunderte gefoltert, andere wurden sexuell missbraucht oder mit Psychofarmaka gequält. Hartmut Hopp war der Krankenhausdirektor der Colonia Dignidad und deren Vertreter nach Außen. Er war ein enger Vertrauter des Sektenchefs Paul Schäfer.

Hartmut Hopp wurde am 25. Januar dieses Jahres vom Obersten Gerichtshof Chiles rechtskräftig zu 5 Jahren Haft verurteilt als Mittäter von systematischem sexuellen Missbrauch von Kindern. Er wurde auch in Chile schon wegen Verstoßes gegen das Waffengesetz verurteilt. Er ist Angeklagter in Verfahren wegen Mordes an politischen Gefangenen und wegen Bildung einer kriminellen Vereinigung. Vor dieser – und vorraussichtliche weiteren Haftstrafen ist Hartmut Hopp im Mai 2011 von Chile nach Deutschland geflohen. Chile hat seine Auslieferung beantragt, jedoch liefert Deutschland keine Staatsbürger aus. Die Krefelder Staatsanwaltschaft hat jedoch Ermittlungen gegen ihn aufgenommen, die noch andauern.

Was Sie heute hier erleben, ist eine Funa. Das Wort kommt aus dem chilenischen Spanisch. In Chile ist die Aufarbeitung der während der Pinochet-Diktatur begangenen Menschenrechtsverbrechen langwierig und lückenhaft. Viele Mörder und Folterer sind nie oder nur zu geringen Strafen verurteilt worden. Angehörige von verschwundenen politischen Gefangenen führen deshalb FUNAs durch, um die Nachbar_innen der Täter und die Öffentlichkeit auf diese Tatsache hinzuweisen, während von Staat und Justiz Aufarbeitung und Gerechtigkeit gefordert wird. Im Anschluss an unsere FUNA in Krefeld, am 24.3., werden in Chile Folteropfer und Angehörige von in der Colonia Dignidad ermordeten Personen an den Toren der ex-Colonia Dignidad eine Mahnwache durchführen und die Einrichtung einer Gedenkstätte auf dem Gelände fordern. Wir fordern von der Bundesregierung eine Beteiligung an der Errichtung dieses Gedenkortes.

Veranstaltungen wie diese heute müssen harten Kriterien genügen. Solange ein Beschuldigter nicht rechtskräftig verurteilt ist, gilt für ihn die Unschuldsvermutung. Wir maßen uns nicht an, jemanden kurzerhand an den Pranger zu stellen. Wir wissen sehr genau, welche politischen Gefahren das mit sich bringen kann. Das ist auch nicht unser Ziel. Wir bezwecken keine Vorverurteilung. Hopp ist aber nicht nur ein Beschuldigter in mehreren deutschen und chilenischen Ermittlungsverfahren, sondern er wurde am 25.01.2013 vom Obersten Gerichthof Chiles zu fünf Jahren Haft verurteilt. Dieses Urteil ist rechtskräftig. Die zusammen mit Hopp Verurteilten haben ihre Haftstrafen bereits angetreten, wobei ihre Zelleneinrichtung und Versorgung besser ist als die der chilenischen Gefangenen. Hopp hat sich jedoch durch illegale Ausreise – die chilenische Justiz hatte ihn mit einem Ausreiseverbot belegt – dieser Haftstrafe entzogen.

Die bilaterale Rechtshilfe ist ein mühesamer Weg, insbesondere, wenn die betroffenen Staaten kein Rechtshilfeabkommen unterzeichnet haben, was zwischen Deutschland und Chile der Fall ist. Eine Vollstreckung der chilenischen Haftstrafe in Deutschland ist möglich, aber sie ist auch eine Frage des politischen Willens. Nicht nur die Justiz ist damit betraut, sondern auch eine Anzahl weiterer staatlicher Stellen beider Länder. Hopp ist Justizflüchtling und nutzt eine Lücke zwischen deutschem und zwischenstaatlichem Recht. In Deutschland sind die Verjährungsfristen kürzer und die Beweiserhebung ist schwieriger als in Chile, wo die ihm vorgeworfenen Taten begangen wurden. Das macht Hopp sich zum Vorteil, und darum ist der Fall Hopp ein Politikum. Und darum hat hier die Zivilgesellschaft eine Funktion. Ein fehlendes Ausliederungabkommen und die Unterschiede zwischen nationalen Rechtssystemen dürfen nicht zur faktischen Straffreiheit führen.

Neben der Vollstreckung des chilenischen Strafurteils begrüßen wir natürlich auch rasche Ermittlungen seitens der Krefelder Staatsanwaltschaft, die hoffentlich bald zu einer oder mehreren Anklagen gegen Hopp führen werden. Wie die deutsche Justiz dann entscheidet, liegt bei ihr selbst. Und es liegt bei Hartmut Hopp, vor der Staatsanwaltschaft auszusagen. Er gehörte zur Führung der Siedlung und hat vieles mitbekommen. Wenn er unschuldig ist, soll er die Vorwürfe entkräften, wenn nicht, darf er hier nicht unbehelligt leben. Ähnliches gilt für seine Frau, die in dem Krankenhaus gearbeitet hat, in dem viele der Folterungen geschehen sind.

Mit unserer Kundgebung wollen wir die Hoffnung der Opfer auf Gerechtigkeit bestärken und die zuständigen politischen Entscheidungsebenen dazu auffordern, dem Fall Colonia Dignidad höhere Priorität einzuräumen. Was dort an Folter und Mord, an Entwürdigung und Erpressung geschah, geht über das hinaus, was Gerichte und andere staatliche Institutionen sanktionieren oder wieder gutmachen können, so notwendig ihre Urteile sind. Die Justiz kann nicht sagen, was gesagt werden muss: Nie wieder, nunca más. Die Justizsysteme und politischen Systeme Chiles und Deutschlands sind verschieden und können nicht mit einer Stimme sprechen; wir, die wir heute hier demonstrieren, und diejenigen, die morgen vor der ex-Colonia Dignidad demonstrieren, fordern mit einer Stimme: kein Vergessen und zügige und gerechte Urteile.

Menschenrechtsarbeit ist notwendigerweise international. In einer Diktatur ist die Zivilgesellschaft zu geschwächt, um der Repression wirksam entgegenzutreten. Sie braucht den Rückhalt demokratischer Länder. Wenn Deutschland zum sicheren Hafen für Menschen wird, die in anderen Ländern in Menschenrechtsverbrechen verwickelt waren, dann ist ein weiteres mal die internationale Solidarität gefragt. Bilaterale Beziehungen zwischen Staaten sind so langwierig und von so viel diplomatischen Rücksichten und Bedenken geprägt, dass die Zivilgesellschaften der betreffenden Länder als freiere Akteure sich einmischen müssen. Unsere Aktion heute soll ein kleiner Beitrag zum internationalen Menschenrechtsschutz werden.

Die Bundesregierung wusste schon früh von den kriminellen Machenschaften der Colonia Dignidad. Seit den sechziger Jahren flüchteten Sektenmitglieder in die deutsche Botschaft in Santiago de Chile und berichteten von den Verbrechen, die in der Siedlung begangen wurden. Pinochets Geheimdienst DINA folterte und mordete in der Siedlung politische Gefangene. Während der Diktatur gab es freundschaftliche Beziehungen zwischen einigen Mitarbeitern der Botschaft und der Colonia Dignidad. Erst Ende der achtziger Jahre distanzierte man sich. Gerhard Mertins, einer der wichtigsten deutschen Waffenhändler, der im Auftrag der Bundeswehr Waffen verkaufte, ging in der Colonia Dignidad ein und aus. Die Bonner Staatsanwaltschaft ermittelte von 1985 bis 2010 gegen Schäfer,  Hopp und andere. Alle Verfahren wurden jedoch ergebnislos und mit z.T. fadenscheinigen Begründungen eingestellt.

Während der schlimmsten Unterdrückung unter Pinochet hat der deutsche Staat (BRD) eine Stellungnahme gegenüber der Colonia Dignidad verweigert mit der Begründung, dass ein laufendes Gerichtsverfahren anhinge und er sich nicht einmischen dürfe. Ohne diese „äußersten Zurückhaltung“ (so ein Dokument des Auswärtigen Amtes) hätte viel Leid verhindert werden können. Wir sagen nein zu dieser Zurückhaltung.

Hopp ist nicht das erste per Interpol-Haftbefehl gesuchte Führungsmitglied der Colonia Dignidad, das sich nach Flucht vor der chilenischen Justiz in Krefeld niederlässt. Zuvor kamen schon Albert Schreiber (verstorben) mit Familie und weitere Täter der Colonia Dignidad nach Krefeld. Der Grund für die Wahl ihres neuen Wohnsitzes Krefeld dürfte die „Freie Volksmission Krefeld“ sein, deren Leiter Ewald Frank die mittlerweile umbenannte Colonia Dignidad mehrfach besucht hat und in Chile inzwischen mit einer Einreisesperre belegt wurde.

Dies ist die zweite Funa außerhalb Chiles und die zweite in Krefeld. Die erste fand 2006 vor der Freien Volksmission Krefeld statt, die eine Anlaufstelle früherer Bewohner der Colonia Dignidad geworden war, darunter von Albert Schreiber, lange Zeit der zweite Mann in der Führungsclique der Sekte. Hopp und der Leiter der Freien Volksmission, Ewald Frank, kannten sich bereits in Chile und pflegten einen schulterklopfenden Umgang. Seine Ermahnung an die Mitglieder der Villa Baviera, nicht gegeneinander auszusagen, spricht für sich.

Die Täter wollen das Vergangene vergangen sein lassen, die Opfer können das nicht. Die Erinnerung an die Misshandlungen, die sie erdulden mussten, verschwinden nie. Vor wenigen Wochen hat die Villa Baviera ihre Vergangenheit loswerden wollen und hat sie versteigert. Sie haben richtig gehört: versteigert,- in einer öffentlichen Versteigerung und mit der Begründung, sich von der Vergangenheit zu trennen und zu Geld zu kommen. Rasierapparate Paul Schäfers, der Krankenwagen, in dem politische Gefangene zur Folter gefahren wurden, Hopps Mercedes, alles das kam unter den Hammer. Wir sind es den überlebenden Opfern und den Angehörigen der in der Siedlung „Verschwundenen“ schuldig, gegen diesen Versuch der Selbstreinwaschung zu protestieren. Wir tun es hier und heute. Ein in Deutschland lebender Bruder des in der Siedlung ermordeten Hernán Sarmientos wäre unter uns, wenn er nicht gerade in Chile wäre. Er hat mich gebeten, Euch zu grüßen. Einige ehemalige Bewohner der Colonia Dignidad wären heute gerne hier, sind aber körperlich und seelisch so misshandelt worden, dass sie es nicht schaffen zu kommen.

Heute leben noch etwa 160 Personen in der früheren Colonia Dignidad. Zu ihr gehören ein Hotel, ein Restaurant, Lebensmittelproduktion, Forstwirtschaft und einen Steinbruch. Die dem Bundesministerium für wirtschaftliche Zusammenarbeit unterstellte GIZ (Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit) unterstützt diese Unternehmen technisch und administrativ. Die Siedlung feierte noch 2012 ein deutschtümelndes Oktoberfest. Mit keinem Wort werden die dort begangenen Verbrechen erwähnt. Folteropfer und Angehörige von „Verschwundenen“ in Chile fordern, dass die finanzielle Unterstützung der ex-Colonia Dignidad seitens der Bundesregierung eingestellt und stattdessen die Errichtung einer Gedenkstätte an/in der Siedlung gefördert wird.

Auf den Straßen von Krefeld begegnen sich heute Täter und Opfer der Colonia Dignidad. Diese unfreiwillige Verbindung von Krefeld mit einem Verbrechen, das bis heute nicht vollständig aufgearbeitet ist, ist aus unserer Sicht auch ein Grund, sich klar zu positionieren. Deutschland darf kein sicherer Rückzugsort für Menschen werden, die in anderen Ländern in die Repression einer Militärdiktatur verwickelt waren, und Krefeld sollte nicht wortlos dabei zuschauen.

Wir haben diesen Platz gewählt, weil er in Sichtweite der beiden Hopps ist. Sie sollen wissen, dass Normalität nicht einfach so zu haben ist, nicht durch Flucht und nicht durch Unschuldsbeteuerungen und nicht dadurch, dass ein selbsternannten Predigers, der unterschlägt, dass der Vergebung tätige Buße vorausgehen muss, sie von ihrer Schuld freispricht. Wir können Hopp nicht zur Rede stellen, denn er schweigt und versteckt sich wie Kain nach dem Brudermord. Hopp soll reden, auspacken, aussagen, dann läuft ein geregeltes Gerichtsverfahren ab, dann gibt es keine Funa mehr. Aber er will, wie seine Mittäter, das begangene Unrecht durch Rückzug ins Private neutralisieren. Die Opfer aber können ihr Leid nicht als Privatangelegenheit mit sich herumschleppen, denn die Erinnerung verfolgt sie jeden Tag. Wenn der Staat ihr Leid nicht anerkennt  – und weder der deutsche noch der chilenische hat das bis heute getan -, dann tun wir es, die Staatsbürger beider Länder. Und da es nur Opfer gibt, wenn es auch Täter gibt, tun wir das in Krefeld, der Stadt, die dabei ist, sich dadurch einen Namen zu machen, dass in ihr Opfer und Täter leben und sie dazu nichts zu sagen hat, außer wir tun es heute hier.

Das Unrecht geschah mit Hilfe des chilenischen Staates und unter den Augen des deutschen. Deshalb fordern wir die öffentliche Aufarbeitung. Wir wissen nicht, ob Hopp einem seiner Opfer in die Augen sehen könnte, denn er entzieht sich. Deshalb ist uns der Blickkontakt zu seinem Haus wichtig. Wie sehen hin. Und als symbolische Handlung wird jetzt eine von uns ein Flugblatt in jeden Briefkasten dieses Hauses (einer trägt keinen Namen) stecken.

WIR FORDERN:

–         Konsequente und rasche Strafverfolgung der Täter der Colonia Dignidad in Chile und in Deutschland !

–         Vollstreckung der chilenischen Haftstrafe von Hartmut Hopp in Deutschland!

–         Errichtung einer Gedenkstätte an/auf dem Gelände der ehemaligen Colonia Dignidad! Umwidmung der bundesdeutschen Steuergelder, die bis heute zur wirtschaftlichen Stütze der Villa Baviera eingesetzt werden, zu diesem Zweck!

Dieter Maier, März 2013

Compartir:

Artículos Relacionados

5 Comentarios

  1. José García Peña

    Sehr Geehrte Herr Meier: He vivido durante 43 años en Alemania y tengo dos nietos alemanes.Allí he conocido a muchas personas que como usted,no están infectadas por el nacionalismo patriotero, y también he observado el funcionamiento de la justicia alemana,que és tal y como usted la describe en este artículo.Como en otros muchos países,los jueces y tribunales son seleccionados ideológicamente según la materia de los casos a juzgar,por eso este caso serà muy dificil de resolver.Pero en Alemania existe un denominador común para toda clase de jueces : el «mazo del holocausto».
    Si por casualidad surgiese en este caso,alguna víctima que se pudiese identificar de alguna manera con cualquier comunidad judía,la justicia alemana se derretirá como mantequilla expuesta al sol y atenderá de forma más flexible a las peticiones de juzgados extranjeros.

  2. Manuel Ossa Bezanilla

    Excelente el discurso de Dieter. Apoyo de corazón la funa en Krefeld. Agradecemos a Dieter por su larga lucha por los derechos humanos en Chile y por el buen trabajo de investigación que ha llevado a cabo para clarificar los crímenes de la dictadura y sus cómplices.

  3. Luis Inostroza

    Cuando uno lee artículos como este; cuando uno se entera de las actividades que realizan personas que han nacido lejos, pero que sienten como propios los crímenes cometidos en nuestros países, no puede uno dejar de emocionarse y sentir que «no todo está perdido», que el ser humano «no es malo por naturaleza», que hay seres maravillosos, sensibles, solidarios, que luchan por la justicia no sólo ante crímenes cometidos frente a su puerta, sino que sienten el mundo como su casa. Entonces uno cree que Otro Mundo es Posible!
    Gracias a este sitio por traer noticias tan hermosas como esta.
    Gracias a los organizadores de esta Funa
    Gracias a quienes participaron.
    Gracias por hacer sentir, oir, ver, a Hartmut Hopp, que sus victimas, aquellos a quienes torturaron y asesinaron, siguen vivos, llegan incluso a golpear su puerta, a dejarle un mensaje en el buzón: No habra paz, habran FUNAS, hasta que se haga justicia.
    Señor Hopp, ahora, cuando salga a la calle, irá con el temor de sentir que otros ojos los observan. En el silencio de su casa, sentira los gritos de nuestras víctimas. Ahora Ud. sabe que sus vecinos están enterados de lo que hizo a seres humanos indefensos, a cientos de niños.
    Gracias FUNEROS alemanes! Uds. están dando un ejemplo para que otra gente comience a FUNAR a banqueros, a ejecutivos de transnacionales, a aquellos que están sumiendo al mundo en misería y hambre.
    Un abrazo fraterno desde el Sur del Mundo!

  4. Rodrigo

    Que si es propietatrio de bienes raices en Chie el Dr. Hartmut Hopp? pues si lo es, tan solo deben pedir información al conservador de bienes de Raices en Parral y se darán cuenta que todo lo dicho es verdad. un terreno en el sector denominado Lomas de San alberto( esto queda entre el camino Catillo San Manuel) y otro en Catillo lado cancha de futbol,todos los vecinos saben quién el el dueño y que no le ha sido posible la venta por estar estos embargados por el fisco chileno. que se atreva a desmentir este anuncio el Dr. Hopp . Y así y todo tiene el descaro pedir ayuda Social al Gobierno alemám y sin contar con las acciones que mensualmente le generan ganancias de todos los bienes en Colonia Dignidd a él y su Esposa Doroty :Sería bueno tambien se investigaran sus bienes y ganancias.

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.