"A esta hora. exactamente, hay un niño en la calle"
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“Hay una crisis de leche en Gaza en general. Además, observamos que las madres recientes, como no comen adecuadamente o a causa del pánico, el trauma y la ansiedad, no pueden amamantar. Conseguir leche maternizada normal es una auténtica lucha. Pero si tu bebé tiene alergias, es casi imposible encontrar fórmulas especiales en ningún hospital de Gaza. Para los bebés, la imposibilidad de conseguir leche maternizada especial puede ser una condena a muerte”.
¡Cómo arde tu piel seca absorbida
como hiedra, por tus débiles huesos;
cómo rastrillas tu cabellera desalojando
visitas blancas y hambrientas, voraces;
cómo tu mirada ida, apenas cincuenta centímetros
elevada del suelo, expresa más que letanía,
el absurdo de la vida, de tu vida!
¡Cómo enseñoreas tu lástima, pobreza maldita,
usando a la niña de la mirada ida,
carita sucia, ropa rasgada
y cuerpecito famélico!
¡Cómo enseñoreas tu lástima, pobreza infame,
en donde más nos queman las brasas!
¿Por qué si tienes que existir
no eres de condición adulta, maldita,
que te ensañas en una vida sin futuro?
¡Cómo enseñoreas tu lástima, pobreza perversa
en donde más nos rasgan las espinas!
¡Si son sólo cincuenta centímetros
y una mirada ida, una vida ida,
una esperanza vacía, un ser humano pobre!
¡Cómo enseñoreas tu lástima, pobreza ruin y vil,
si es sólo una niña de mirada ida
y carita sucia, que no se eleva más de
cincuenta centímetros del suelo, y has
absorbido su esperanza y su vida!
La verdad es que viendo estas imágenes, con estos días espesos de frío, se nos encoje el corazón haciendo alarde de un poco de solidaridad con los que sufren más que otros.Sin embargo, sabemos que quienes tienen que tomar las responsabilidades frente a estos flagelos son las autoridades, lo que más podemos hacer en América Latina , es la denuncia, la que hacemos constantemente, corroborando lo que dicen los autores de textos en estos diarios, que siempre denuncian las injusticias,pero los seres vivos nos multiplicamos por doquier, en la laderas, las montañas, cerca de los mares aislados del mundo
y en las grandes metrópolis donde encandilados por tantas luces terminan siendo devorados por el mostruo de una sociedad indiferente, fría, que vive de cálculos matemáticos, con poca disponibilidad para los seres pequeños.