Sé que la verdad
está oculta
temerosa
entre los confines de los pliegues del sueño
Y busco la verdad
incesantemente
y sueño
Y sueño
bajo la luz del mediodía
al sueño del ensueño
al filo de la medianoche
y a la lucidez de la vigilia
me guía una luz de oro
arcángel luminoso de la infancia
Y despierto al sueño de la luz del mediodía
y busco la verdad en el espejo de agua de la vertiente del sur
Y las aguas de la vertiente del sur
puras en su origen
caen formando un gigantesco charco negro
y sucio
en el que emergen cabezas de niños mutiladas
y miradas dementes
y veo sobre la superficie verdenegrosa del agua flotar una
mandrágora cuyas bayas carnosas de color anaranjado que
contienen la verdad son arrancadas por la mano
invisible de la mentira
y en su chillido de estertor
aterrada la mandrágora por su muerte prematura
grita la verdad buscada
pero la verdad es acallada por el grito aún más alto de la mentira
y se me niega la verdad
y el sueño de la luz del mediodía
es devorado por el carcelero de las pesadillas
Y despierto al sueño del ensueño
y busco la verdad en el espejo de la tierra del sur
en la eternidad de la tierra
u me sumerjo en la tierra
y mis ojos se llenan de arenisca negra y húmeda
y me encuentro con la muerte
y descubro que la muerte no es hembra sino un andrógino que me mira pero me oculta su mirada
un andrógino que se asemeja
en similitud
a otro
que un día
me robó
el recobrado amor de la Caverna de Kôr
y siento que me oculta su mirada porque su mirada es la verdad
y la verdad es
muerte
pero escucho risas a mi alrededor que denotan la burla de
(esta vez)
la trampa mortal
voces que al parecer se ríen de mi ingenuidad por creer
que la muerte
existe
y la burla me revela nuevamente la mentira
y se me niega la verdad
y el sueño del ensueño es devorado por el carcelero de las
pesadillas
Y despierto al sueño
del filo de la medianoche
y busco la verdad en el espejo del viento del sur
y el viento del sur murmura sordamente en mi oído
deseo profundo – dice –
matricaria, agrimonia, agua de vertiente del sur, magnolia,
canelo, vino rojo, tierra del sur y amor
mucho amor transmutado todo en el
crepitar del fuego del sur
y reconozco en esta pócima el bálsamo de la verdad
pero no la verdad
y el sueño
del filo de la medianoche desaparece
devorado por el carcelero de las pesadillas
Y despierto al sueño de la lucidez de la vigilia en el
espejo del fuego del sur
en el purpúreo resplandor del fuego del sur
en el que crepitan con sus lenguas de llama infinitas salamandras
de piel de cobre
oro rojo
con vetas de malaquita
y veo entre el fuego
el nacimiento de una gigantesca ave con alas doradas
que es a la vez
la luz de oro
arcángel luminoso de la infancia
la que emprende su divino vuelo
y me guía
y me guía a través del sendero corpóreo de la verdad
y me encuentro con mi origen
con el vientre materno de mi origen
y el sueño de la lucidez de la vigilia
se transforma en verdad
y retorno
y ante mí se eleva
diamantina
la verdad
en la figura de una cadena eterna de montañas azules
zafiro infinito
enigma
del origen
del inicio
y del fin.
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