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«Si es necesario es posible»: nace en Curanilahue la Universidad Popular Arauco

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Con dos talleres como primera labor: “Líder en trabajo social” y “Líder en trabajo sindical”, una confluencia de diferentes organizaciones sociales del territorio de Arauco ejecutan una tarea pionera en el campo popular de la zona. Con un fuerte arraigo de identidad, la UPA constará de cuatro áreas de trabajo; todos destinados al rescate de la memoria histórica y a la creación de “sujetos críticos de transformación que permitan socializar las prácticas y quehaceres del mundo popular”.

“Si es necesario es posible”. Con esta frase como espíritu fue inaugurada el pasado 31 de mayo en Curanilahue la Universidad Popular Arauco (UPA); un esfuerzo conjunto entre la agrupación cultural Clotario Blest, el colectivo pedagógico Paulo Freire, el Centro de Estudios Metodológicos y Desarrollo de Arauco (Cemdar) y la Coordinación del Movimiento Popular Arauco (Compa).

La frase inicial, de propiedad intelectual del histórico líder sindical, Clotario Blest, es el resumen perfecto del trabajo que logró converger en este espacio de análisis, debate y construcción desde la base social curanilahuina; comuna, que de paso, posee el mayor índice de cesantía del país (cerca de 18 por ciento) y que mantiene una tradición de lucha y resistencia que data desde los tiempos de Leftraru en adelante. Por esto, y muchas otras cosas, que la UPA se convierte en un eje fundamental del trabajo de reconstrucción social, no sólo de Curanilahue, sino que de todo el territorio de Arauco; de crítica popular, de rescate de la memoria histórica y, sobre todo, de socialización de los quehaceres y prácticas del mundo popular. De ahí la urgencia de este espacio, la UPA, que ya es posible y es toda una realidad.

CURANILAHUE

Recorrer Curanilahue es un llamado a la conciencia. Sus calles malcaradas se entremezclan con sus muros rallados que se han transformado en la mejor expresión de su lucha. Con Rodrigo Cisternas, asesinado por carabineros el 3 de mayo de 2007 mientras luchaba por mejoras salariales para la clase trabajadora, bajo el mandato del “general del pueblo” José Bernales, como su mayor ícono, Chue, como también es conocido, es por sí sólo el símbolo, junto a Lota, del proletariado del carbón de esta zona del país: “Tengo mis manos ásperas, pero hay pan en mi mesa”, dice su lema, hoy cambiada por “tengo mis manos ásperas, pero NO hay pan en mi mesa”, según desprenden sus paredes.

Este es el contexto en el cual viven sus 32 mil habitantes; el de haber pasado de una zona carbonífera a forestal, pero manteniendo el mismo común denominador: riquezas para los ricos y trasnacionales, con Celco como principal productor y exportador de celulosa, y miseria, pobreza y subsistencia para casi la mayoría de los trabajadores. Es aquí en donde está inserta la UPA.

El mismo panorama se repite en las otras comunas de la provincia de Arauco, que incluye otras seis comunas: Arauco, Lebu, Tirúa, Cañete, Contulmo y Los Álamos; territorio que debe resistir, diariamente, el acorralamiento de las empresas forestales que mantienen plantado, ya, el 80 por ciento de todo el suelo de la provincia. Esta situación ha alcanzado altos índices de enajenación entre sus habitantes (como en todo el país), trabajadores y pobladores.

Sin embargo hay esperanzas: “Hoy día es mucho más clara la vertiente. Las aguas que han corrido siempre por todo este Arauco, hoy día se hacen más nítidas. Por lo tanto, en un nivel histórico, se están concatenando, uniendo muchos procesos, raíces y esfuerzos. Porqué razón, porque Arauco es un movimiento constante y lo va a seguir siendo, porque es una tierra que tiene mucha naturaleza y que no me cabe duda que va a seguir floreciendo”, dice Carlos Toro, integrante de la agrupación Clotario Blest y fundador de la UPA.

INAUGURACION

La clase inaugural se realizó en las dependencias del salón auditórium «Leftraru» del Centro de Educación Integral de Adultos ante la presencia de 30 valientes personas que desafiaron a los cerca de 6 grados bajo cero que azotaban a la ciudad minera. Partió con una breve introducción de Alonso Medina, ingeniero forestal e integrante del Clotario Blest, quien explicó a los asistentes los motores que impulsaron la creación de la UPA. “El objetivo es la creación de sujetos críticos de transformación que permitan socializar las prácticas del mundo popular”, señaló.

La clase de apertura también contó con la presencia del profesor de Historia, Giovanni Díaz, quien adelantó el plan metodológico de los talleres de la UPA. Asimismo, profesores militantes del Colectivo de Educación Popular Paulo Freire, quienes también son parte de este proyecto, instaron a los presentes, entre estudiantes, dirigentas sociales, trabajadores y líderes sindicales, a “no decaer y persistir”, pero siempre dentro de los marcos de “autonomía, autogestión y disciplina. Esta es la clave del éxito”, sostuvieron.

“La UPA es un gancho de un árbol. Es un proceso que no se da por un proceso antojadizo. Surge de mucho tiempo atrás. Fuimos constatando, entre las diversas organizaciones sociales, donde estaban las claves de la actual realidad. Al recoger estos elementos a lo largo de todo el territorio, surgió la UPA”, explica Toro, agregando que “dentro de los principales objetivos de este espacio de universalidad está “la recuperación histórica, cultural, de identidad y, sobretodo, territorial”.

El mundo Mapuche tampoco está ausente: “En Arauco hay dos sectores que se unen: una historia del mundo Mapuche y una historia popular, en la cual nosotros estamos insertos en lo urbano. Por tanto, esto lo fuimos asimilando y lo fuimos sopesando con el conocimiento de hoy día, que es un conocimiento bancario, atomizado, en donde nosotros, Mapuche y populares, no teníamos ninguna posibilidad de ser portadores de una verdad siguiendo el actual modelo de universidad, en donde los egresados, en su gran mayoría, salen con un casco blanco, un maletín y un celular. La idea es transformar esta realidad, recogiendo el conocimiento popular de nuestra historia”, añade Toro.

“FACULTADES”

La Universidad Popular Arauco cuenta de cuatro áreas o “facultades”, como se denominan en las universidades de mercado: Derechos Humanos, a cargo del abogado Pablo Ortega; Ecología, bajo la dirección de Héctor Cun; Memoria Histórica Popular, bajo el alero de Alexis Meza e Interculturalidad, guiado por la directora del Museo Mapuche de Cañete, Juanita Paillalef.

Sin embargo, debido a la precocidad del proyecto, no todos serán puestos aún en marcha. De esta forma, este primer año los primeros dos talleres que darán vida a la UPA serán los de “Líder En Trabajo Social” y “Líder En Trabajo Sindical”.

Cada taller constará de tres niveles. Los dos primeros serán de nivelación y el tercero de especialización. Las clases se realizarán viernes por medio en doble jornada. Pueden asistir todos aquellos que así lo deseen.

“En Arauco tenemos la esencia. Hay que romper los temores. ¿Y cómo se rompen?, siendo críticos frente a esta realidad”, afirma Toro.

“UNIVERSALIDAD”

Mientras hoy día la Educación atraviesa por una de sus mayores crisis: universidades quebradas y al servicio del actual modelo económico, una Ley General de Educación (LGE) que pretende maquillar la actual LOCE pero sin generar cambios de fondo que garanticen el fin del lucro y el término de la municipalización, y en general, con una educación excluyente y transformada en la central ideológica del capitalismo, el nacimiento de la UPA aparece como el camino a imitar en términos de construcción de tejido social y masa crítica canalizadores de transformaciones sociales al servicio de los excluidos del sistema. “Nuestra universidad es abierta. No somos egoístas en ese sentido. Cada sector, de imitarse esta iniciativa, debe priorizar sus puntos a tratar de acuerdo a sus necesidades. Volvemos a rescatar el concepto universal”, subraya Toro.

-¿Cuál es el mayor desafío que tiene con la UPA?

“Queremos lograr que la gente que participe sepa de dónde viene. Que reconozcan su condición de clase. La misión hoy en día de la Universidad Popular es ser facilitadores de un encuentro social amplio, en donde todos estamos llamados a construir”.

“Saber para conocer; conocer para discernir y discernir para prever”, dice su lema; lema que por supuesto es mucho más que una frase cliché: “esta jornada nos deja la entusiasta constatación, que desde el mundo popular se están realizando esfuerzos colectivos, tal vez insipientes, pero con el claro objetivo de avanzar a asumir el rol protagónico que nuestro pueblo y nuestra historia nos reclaman. La UPA es un espacio liberado, fruto y obra del mundo popular, abierto a todos los que quieran y se decidan a aportar a un proceso de acumulación permanente, con todas y todos creemos tan necesario, como posible, seguir avanzando hacia este y otros propósitos, teniendo como sustento básico el cumplimiento de los acuerdos, podremos seguir fortaleciendo y consolidando las confianzas tan necesarias, e irremplazables, que nos permitan cumplir nuestros desafíos más próximos, como los de siempre”, concluye Medina.

* Fuente: Redchem

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