El tanguero fusilado por Franco
por Susana Viau. (Página 12-Argentina)
19 años atrás 10 min lectura
Cuestión de honor
Hoy, Jorge admite que el matrimonio de sus padres estaba roto desde hacía mucho, pero que pese a todo Saladina Cruz, su madre, comprendía y apoyaba el sacrificio del marido. Era una obrera esclarecida, delegada de la Fábrica Argentina de Alpargatas, “en la época en que iban a trabajar con sombrero”. Y gallega. Fue a ella a quien Antonio le dirigió las cartas fechadas en la “Prisión Provincial, Primera Galería, Celda 6”. En una de ellas, le advirtió: “Fui detenido el 10 de julio, acusado de ser el jefe guerrillero de Galicia. Ya te puedes imaginar lo que esto supone en un Consejo de Guerra sumarísimo. Tenía noticias de que este Consejo se llevaría a cabo el 7 del corriente, pero hace unos días nos enteramos de que había sido aplazado para mediados de este mes. No sé a qué obedece este aplazamiento. De todas formas, para mí esto significa unos días más de vida. Aunque sobre esto no tengo seguridad ninguna. Perdóname la crudeza, pero es que debemos ser realistas. En cuanto a mi estado de ánimo, es perfectamente normal, porque esto no me ha tomado de sorpresa y en los últimos momentos, no te quepa duda alguna, sabré comportarme como lo que siempre creo haber sido. No digo más…”
.
En la siguiente, casi en capilla, Antonio explicaba a su mujer: “Los tres (él, Gómez Gayoso y un tercer combatiente, José Bartrina) estamos ya aislados, en régimen de condenados a muerte, salimos una hora al patio, bajo la vigilancia de un oficial; no permiten que nos envíen comida de la calle y nos han retirado el papel, pluma, lápiz, etc. El desenlace no es posible preverlo, ya que pudieran existir determinados factores que modifiquen la sentencia. No nos hacemos ilusiones y sin infundados pesimismos prevemos que habrá ejecuciones. ¿Cuántas? Lo que está claro es que los altos jefes de la Guardia Civil presionan ferozmente y que han hecho de nuestra ejecución cuestión de honor. La presión del exterior puede decidir el desenlace de una forma u otra. Sobre esto no creo necesario insistiros. La Argentina, por las relaciones que mantiene con el régimen de Franco, puede decidir muchísimo. Tenemos confianza absoluta en lo que nuestro P. (partido) y los P. hermanos hagan para movilizar a la opinión democrática mundial en nuestro favor. Aunque aislados, conocemos el volumen de la campaña de solidaridad”.
ndash;escribía–. Estoy asombrado con las fotos que me mandáis. Francamente te confieso que al verlas me sentí viejo y hasta ahora presumía de no serlo. ¿Pero es posible que ya tenga nuera? ¡Vamos, esto sí que es para caerse de espaldas! ¡Y qué guapa Elsita! Cuando me contestes dime de qué barrio es y cuál es su apellido”. La correspondencia, el único vínculo del reo Antonio Seoane con el mundo exterior, era el producto de un balance solitario. Lo dice de manera explícita en la nota que le dirige a Roberto Gastelú, su jefe en la sección distribución de La Prensa: “Usted sabe que aunque me he criado en la Argentina, a la que amo como mi segunda patria, en la que reposan los restos de mi padre y residen mi anciana madre, mi esposa y mi hijo, yo he nacido en España (…). Al hacer mentalmente un recuento de los seres por quienes he tenido siempre gran cariño y respeto no podía olvidarme de usted, que me ha conocido siendo casi un pibe”.
Nadie es segundo en mi lengua/
cuando es de acero el acero
Si uno es glorioso, en glorioso
al otro no hay quien le gane
Si digo Gómez Ganoso,
ya estoy diciendo Seoane
(…)
¡Sangre de Gómez Ganoso
sangre pura, sangre brava
sangre de Antonio Seoane
(…)
¡Mar de sangre derramada!”.
“Le prendieron al alba de la lucha
junto a Seoane, el frente de su pueblo,
hijos de la esperanza, honor de España
camaradas del día. Guerrilleros (…)
Si cae Gayoso, si Seoane cae,
sus compañeros y sus compañeras,
no doblarán a muerte las campañas
ni le pondremos luto a la bandera”.
Martes 25 de julio de 2006
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