Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Opinión

Síntomas de un sistema enfermo

Compartir:

Sí, siento la obligación de insistir. El modelo económico pende de un hilo, porqué no comenzamos a idear algo nuevo antes que colapse, para qué esperar que llegue ese momento y actuar recién. Podemos prevenir, tener un plan B.

El sistema, como ya lo he dicho antes, está viciado, antiguo, maleado, roñoso, contaminado… lo lamentable y preocupante es que no hay vuelta atrás. Hace poco viví la última de las experiencias que reafirman mi convicción. La empresa Telefónica Chile, me dio la mejor muestra de lo que sucede y me cerró el circuito al hablar con la persona que fue a mi casa a hacer la instalación, un trabajador humilde, que llevaba 20 años en eso, que me contó cómo han ido cambiando las cosas al interior. Pero comencemos desde el principio.

Nos mudamos a un nuevo departamento, por lo tanto comenzamos el trámite para trasladar el número telefónico y la cuenta. Ahí comenzó la odisea. Nos cambiamos a un edificio dentro del mismo condominio, es decir, al lado. Cuando mi mujer fue a las oficinas comerciales para informarse del tema y hacer el trámite, la atendió un tipo sin escrúpulos llamado Oscar Quezada Leiva, quien dijo que no se podía mantener el antiguo número, esto tras meterse a una página de Aguas Andinas, sí, créanlo, y dijo que los departamentos pertenecían a distintas plantas, que era imposible. Increíble ¡Lo supo tras meterse a una página de Aguas Andinas! Al recibir esa información, mi mujer dijo escépticamente ok, filo, entonces solicitamos el traslado de la cuenta, pero con otro número. De vuelta a la normalidad, el trámite se había hecho. Pasaron los días y comenzamos a destramar el asunto. El tipo que atendió ese día, no había dado de baja el otro número, sino que había creado uno nuevo, en términos simples, había abierto otra cuenta. ¡Paf! Caí. Ellos ganan por comisión, el tipo cometió un engañó y había caído otra quizás de cuantas más víctimas. Sucio.

Por teléfono lo he dicho todo. El lunes iré a enfrentar al tipo que hizo eso, al cual quiero conocer para verle la cara y decirle que hasta cuando mierda nos cagamos entre nosotros mismos. Que él es tan poca gente como sus jefes que le exigen metas inalcanzables que “lo obligan” a timar. Que si todos actuamos así en algún momento él también será la victima. Que pena vivir así. Espero que no se me escape un garabato entremedio. Igual está difícil. Todo dependerá del grado de estupidez de su respuesta. Lo que sí haré es intentar que esa persona no siga trabajando ahí. Me lo propuse. Ya tengo todos los datos, enviaré cartas y mails si es necesario, pero claramente esto no quedará así, de ninguna forma. En fin, eso en todo caso hará algo puntual, pero no nos ayuda a resolver el problema de fondo.

Cuando me puse a hablar con el técnico instalador que fue a trasladar el número (sí se podía hacer), un tipo de unos 50 años al cual involucré con la causa, me comenzó a contar cómo han cambiado las cosas en los 20 años que lleva prestando ese servicio. Me relató cómo las condiciones en vez de mejorar siempre van en descenso. Hoy anda solo, ocupa su propia camioneta. Me cuenta con tristeza como ellos han pasado a ser números en su empresa, no personas que trabajan con ellos. Que al igual que cada uno de nosotros, tiene una familia, vive, sueña. “A mí me gusta lo que hago, llevo en esto más de 20 años, pero se ha vuelto ingrato, ya no soy feliz” Sentenció.

Estamos súper mal y es un círculo vicioso. Los más grandes ya se han comido a los más chicos, ahora los grandes pretenden comerse entre ellos hasta que quede uno. Uno que concentrará toda la riqueza, unos pocos que serán cada vez más ricos. El sistema evidentemente está hace rato en su etapa terminal, ya cuando existe alguien tan poderoso capaz de comerse a todos y hacer lo que se le antoje, se acaba el libre mercado. Evidencia de esto hay por todos lados, lo ocurrido con las farmacias es el mejor ejemplo. La política es otro.

Es hora que nos pongamos los pantalones, golpeemos la mesa y digamos basta. Esto no es bueno para nadie, ni siquiera para los que en este momento están bien. Los que están mal igual robarán tu casa, igual te harán daño. Es un círculo. Vivamos más parejos y más tranquilos, empecemos a idear una nueva forma de vida. Las cosas bellas son las mismas para la mayoría y coincidentemente son las más simples. ¿En qué estamos topando?

Compartir:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.