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Palestina y la poesía

Palestina y la poesía
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Imagen superior: Gráfica presentando a Heba Kamal Abu Nada, publicada por Mundo Obrero

03 de diciembre de 2024

 

Heba Kamal Abu Nada: Fue una poeta novelista, bioquímica, nutricionista, activista feminista de nacionalidad palestina, nacida en La Meca el 24 de junio de 1991. Murió el viernes 20 de octubre de 2023 a la edad de 32 años en su casa de Jan Yunis, en la franja de Gaza, a causa de un bombardeo por parte de las fuerzas sionistas israelíes. En 2017 ganó el premio Sharjah a la Creatividad Árabe por su novela El oxígeno no es para los muertos. El jueves 19, antes de morir, comentó:

Si morimos, sepamos que estamos contentos y firmes, y transmitamos en nuestro nombre que somos personas de verdad… Oh, Dios mío, Heba”.

Este es su último poema, escrito un día antes de ser asesinada, en medio del genocidio de Israel contra Palestina:

La noche en la ciudad es oscura,
excepto por el brillo de los misiles;
silenciosa, excepto por elsonido
del bombardeo;
aterradora, excepto por la promesa
tranquilizadora de la oración;
negra, excepto por la luz de los mártires.
Buenas noches.

«Carnet de identidad»
[Mahmud Darwish, Palestina]

Escribe
que soy árabe,
y el número de mi carnet es el cincuenta mil;
que tengo ya ocho hijos,
y llegará el noveno al final del verano
¿Te enfadarás por ello?

Escribe
que soy árabe,
y con mis camaradas de infortunio
Trabajo en la cantera.

Para mis ocho hijos
arranco, de las rocas,
el mendrugo de pan,
El vestido y los libros.
No mendigo limosnas a tu puerta,
ni me rebajo
ante tus escalones.
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe.
Soy nombre sin apodo.
Espero, paciente, en un país

en el que todo lo que hay
existe airadamente.
Mis raíces,
se hundieron antes del nacimiento
de los tiempos,
antes de la apertura de las eras,
del ciprés y el olivo,
antes de la primicia de la yerba.
Mi padre…
de la familia del arado,
no de nobles señores.
Mi abuelo era un labriego,
sin títulos ni nombres.
Mi casa es una choza campesina
de cañas y maderos,
¿te complace?…
Soy nombre sin apodo.

Escribe
que soy árabe,
que tengo el pelo negro
y los ojos castaños;
que, para más detalles,
me cubro la cabeza con un velo;
que son mis palmas duras como la roca
y pinchan al tocarlas.
Y me gusta el aceite y el tomillo.
Que vivo
en una aldea perdida, abandonada,
sin nombres en ellas calles.
Y cuyos hombres todos
están en las canteras o en el campo…
¿Te enfadarás por ello?

Escribe
que soy árabe;
que robaste las viñas de mi abuelo
y una tierra que araba,
yo, con todos mis hijos.

Que sólo nos dejaste
estas rocas…
¿No va a quitármelas tu gobierno también,
como se dice?

Escribe, pues…
Escribe
en el comienzo de la primera página
que no aborrezco a nadie,
ni a nadie robo nada.
Más, que si tengo hambre,
devoraré la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado, pues!…
¡Cuidado con mi hambre,
y con mi ira!

La llamada de la tierra
[Fadwa Tuqán]

 

« ¿Me han usurpado mi tierra?
¿Me han privado de mis derechos,
y me voy a quedar aquí, uncido al exilio,
humillado y desnudo?
¿Me voy a quedar aquí a morir como un extraño en tierra extraña?
¿Me voy a quedar?
¿Y quién lo ha dicho?
Volveré a la tierra amada.
¡Por supuesto que volveré!
Y allí se cerrará el libro de mi vida.
Se apiadará de mí su tierra generosa
y dará cobijo a mis cenizas.
¡Regresaré, es necesario que vuelva!
¡Regresaré, comoquiera que sean mis desgracias!»

Más siguió desterrado, observando su tierra
y murmurando: «¡Es necesario que vuelva!»
Mientras, agachaba la cabeza en la tienda,
cerrando el alma a su oscuridad,
cerrando el pecho a su desgracia.
Pero seguía estando ahí, fija, esa idea,
zumbando febril y silenciosa,
hirviendo y ardiendo en su cabeza,
quemando, como el fuego, sus sentidos:
«¡Regresaré, es necesario que vuelva!»

El olivo más antiguo del mundo está en #Palestina Este árbol de 5500 años de historia es considerado como el más antiguo de la humanidad.

 

Palestina en mi corazón
[OtxRod, Chile]

Desde otro lado del mundo
vengo yo
apenas si te conocía, Palestina.

Fuiste primero como un murmullo lejano Después te acercaste como un vendaval
Y hoy, es una lluvia de fuego y gritos Y de voces agonizantes
y de niños muertos con los ojos abiertos, sin saber por qué,
que van entrando en mi corazón, sin preguntar.

Yo no sé por qué
me hablas a mí, Palestina si nada tuve contigo
hasta que descubrí que estamos unidos misteriosamente
por un hilo invisible.

Fragmento de un mural, Temuco, Chile, 2022

Niños de Gaza
[OtxRod, Chile]

¡Quien os viera y pudiera olvidar!
¡Quien fuera gorrión para volar sobre Gaza,
revolotear y girar en las alturas
y tomaros de la mano en una ronda
y poder llamaros por el nombre!

Aires de metales y pólvora,
gritos de horror, de alas negras
de un vibrante silencio de muerte
me alcanzan hoy desde las Franjas de Gaza
El ángel, el ángel de la muerte
Extendió su manto sobre la tierra,
se llevó a sus niños, se los llevó por cientos
de la playa, de escuelas y mercados
sangre, sangre, sangre riega
la tierra prometida, la que fue santa.

Allí quedó Gaza destruida,
la Guernika del presente,
Allí quedaron los hijos de Palestina,
muertos, súbitamente muertos en un instante
con los ojos abiertos,
con los ojos abiertos
ojos abiertos, …mirándonos,
mirando al infinito, sin comprender
sin parpadear, muñeca en la mano

El silencio los cubrió entonces como una burbuja etérica
dejando afuera el rugido de la fiera,
su batir de alas negras.
Las esferas celestes se oscurecieron
se abrió un abismo en el alma del planeta
y desde entonces no hay sal, ni pan, ni agua.

Y ese grito de ausencia que ahora lleva el viento
Seguirá su viaje por el mundo sin detenerse
Y así  hasta el final de los días
Porque no hay perdón, ni humanidad, ni justicia
ni verdad de este mundo
que pudiera detenerlo,
el grito seguirá girando alrededor de la tierra
como un planeta rojo que va gimiendo
con los ojos abiertos de los hijos de Gaza
Nadie podrá ocultarse,
nadie podrá cubrirse los ojos para no ver
nadie podrá taparse los oídos para no escuchar
nadie podrá decir palabra para distraer

Será la antesala de la verdad, terrible, impronunciable.
Niños de Gaza, mis príncipes inocentes
Perdonad mi silencio, mi ausencia,
Porque olvidé y seguí viviendo.
Pero igual yo he muerto en Gaza
Y deambulo desde entonces como un zombi
Con los ojos más abiertos.

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