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Mariano Puga: Con el emperador Constantino “la iglesia le agarró gusto al poder, al privilegio”

Mariano Puga: Con el emperador Constantino “la iglesia le agarró gusto al poder, al privilegio”
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Viernes, 06 de junio de 2014

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Foto ALEJANDRO BALART

Corría el año 62 cuando Mariano Puga, de entonces 32 años, entró de golpe al confesionario y le dijo al cura que le dijera la verdad. Que no creía nada que la tos fuerte que tenía fuese tuberculosis, como le habían dicho. «No cabro, si lo que tu tenís es cáncer, te quedan 3 meses de vida», le contestó su supervisor en el seminario.

Los padres de Mariano Puga Concha lo pescaron y se lo llevaron a Estados Unidos. Estando allá, resultó que lo que tenía no era cáncer y que no estaba ni cerca de morirse. Hoy Mariano tiene 83 años y camina por la fría noche de Santiago con ojotas. A pata pelá. Dice que las dos veces que se puso calcetines, se resfrío mucho más.

Así es él. Simple. Y consistente. Consciente a cada segundo que viene del mundo de los privilegios y repite mil veces que tiene el privilegio de haber salido de ese mundo con todo el apoyo de los privilegiados. Que su mamá perdió amigas por su culpa, que sus hermanos, sobrinos y 104 sobrinos nietos lo quieren y admiran su vocación de haberse ido a trabajar a los bajos mundos.

Habla poco el cura Puga. Porque no le gusta este mito que se ha formado en torno a él. Pero esta vez, algo impensado, una obra de teatro, hizo que quisiera contar lo que vio en el escenario. «Quiero mostrar mi Iglesia y que no sólo se vea y se hable de la Iglesia de los problemas y de los errores de la jerarquía. Esta obra tira una serie de cortes a la realidad política, económica, a la clase aristocrática de hoy, hay que ser harto obtuso para no verlo. Además, me hizo pensar cómo en la iglesia de hoy funciona la represión de los grupos progresistas, cómo hoy los que luchan porque los últimos sean considerados, sigue siendo una realidad».

El montaje en cuestión es «La Expulsión de los Jesuitas», de la compañía Tryo Teatro Banda que se exhibe en el teatro de la UC. Trata de la historia cuando la Compañía de Jesús fue expulsada de Chile por la corona española. La obra se centra en lo que pasó en la Araucanía, pero Puga vio sobre las tablas lo que ocurrió también en otras zonas, como Chiloé, donde él pasó una década de misión, después de haber estado 30 años como cura obrero, en La Legua, Villa Francia y todos los lugares convulsionados del Chile reciente.

-Esta obra es interesantísima por el momento en que ocurrieron los hechos y por el momento actual de la Iglesia. Chiloé es una iglesia misionada por las jesuitas, ellos se encargaron de llevar el mensaje de Jesús, desde fines del siglo XVI hasta su expulsión en 1767. Lo increíble es pensar que en 1621 ya se habían asentado en estos lugares tan lejanos y comenzaron con su tarea de evangelización y culturización, con los onas y huilliches. Lo maravilloso es que la comunidad proponía algunos nombres entre los catequistas para ser fiscales, y el misionero elegía a cuál.

-Qué democrático.

-¿Dónde has visto hoy que se elige en la comunidad quién va a ser el párroco? Eran fantásticos. Los jesuitas creaban ahí comunidades con los indígenas y lo que hacían era pedirle al poder español que dialogara. La Compañía tenía una visión de la iglesia y de su misión, y veían la mala imagen que les producía a ellos aparecer con los conquistadores, que eran los ambiciosos, los poderosos.

-Eso muestra también la vocación política de los jesuitas.

-Bendita vocación política. No se puede pensar el Evangelio si no hay una visión de cómo organizar la polis. La misma idea que tienen hasta hoy, de propiciar la justicia, es lo que hacía Jesús: él no solo era un milagrero, era un anunciador de un reinado en que ricos y pobres serán hermanos.

-¿Cuánta de esa visión hay hoy en la Iglesia?

-… Pregunte por ahí, pues. Y vea cuántos hay de esos. Muchas veces hemos confundido la jerarquía de la Iglesia con el misionero de la iglesia, el que colabora con Jesús para construir esa tierra en hay una mano abierta para el débil y para que el rico pueda compartir. Es ese el proyecto del reino, y tiene clarísimas proyecciones políticas, económicas y sociales. El problema se da cuando el elemento religioso -que es la parte humana, organizativa, cultural, moral- sofoca al mensaje evangélico de Jesús. Pero eso viene desde su origen. A Jesús lo mató el poder político.

-Pero hoy parte de la Iglesia cedió al poder de la autoridad…

-Pero si eso viene de Constantino, en el año 313. Ahí la iglesia le agarró gusto al poder, al privilegio. Eso estuvo, está y va a estar hasta que Cristo vuelva.

-Imagino que es de los felices con el Papa Francisco.

-El Papa ha roto todos los esquemas. Un Papa que en su cumpleaños invita a tres mendigos a tomar desayuno con él en la pensión donde vive -porque no quiso irse a un palacio ni ponerse zapatos especiales -, eso para mi es un santo.

-Mostró apertura a los gays, por ejemplo, y alguna gente se enoja…

-Ha descolocado a todo el mundo. La Iglesia siempre ha hablado desde un campo de afirmar la verdad, como una jueza. Y este Papa contesta «quién soy yo para juzgar». Lo mismo el celibato.

-¿Y estaría usted de acuerdo con que un cura tuviera familia?

-Totalmente de acuerdo. Pero que a mi también me den la libertad de no tenerla y dedicarme 100% a los pobres.

Mariano Puga en ojatas-Con lo buenmozo que es usted, le tiene que haber costado el celibato.

-Realmente mucho. Y cuando me mandaron a estudiar liturgia a París, que nadie me conocía, muchísimo más. Este Papa está poniendo el acento en el verdadero mensaje de Jesús, y eso es lo importante. Lo que pasa es que la Iglesia siempre ha sido así, desde el origen. Mira, el otro día un amigo que es comunista, me pregunta: «oye cura culiao -así me dicen de cariño-, ¿vos vai a seguir en esta iglesia de maricones que se cagan a los cabros chicos?». Yo le contesté: «¡Pero si la iglesia es de traidores desde el origen ¿o no encontrai maricón a Pedro cuando niega a Jesús, o a Judas cuando lo vende por 20 monedas?». «Ah, me cagaste», me dijo. Tenemos que darnos cuenta que la iglesia la creó Jesucristo, y que somos nosotros, tú, yo, un santo como el Papa y un traidor como Karadima los que estamos adentro.

-Vuelvo a la obra de teatro. Es imposible no asociar el caso del ex jesuita Luis García-Huidobro, que acaban de detener con un arma en la Araucanía.

-Yo no conozco la historia de este cabro, pero confieso que tengo un prejuicio de simpatía. Un jesuita que ha estado en Tirúa, que comparte la vida con el pueblo mapuche, que aprecian y lucha por la recuperación de su identidad, de su cultura, esté en lo que está. Qué quieres que te diga, yo estoy con él.

-Sigue combativo, Mariano Puga.

-con todos los riesgos que pueda tener, que haga un mal análisis, me viene por el prejuicio evangélico. Si Jesús dice que él viene a consolar a los pobres. Eso no significa que sea un anti rico, pero es un priorizador de éstos, que han sido los destruidos de la historia.

-Aun cuando ande armado.

-No me importa, fíjate.

-¿Usted también anduvo armado?

-No, nunca. Y peleaba contra los que andaban armados. Pero eso no significa, y la iglesia lo reconoce, que es legítimo usar armas cuando no queda otra.

 Aborto en casos límite: «Hay que dejar que la mamá decida»

-Reforma educacional, tributaria, ¿cómo lo ve?

-Yo aplaudo, pero creo que son los primeros pasos no más. Hemos vivido desde la colonia en un Chile de clases. Y la Iglesia, en vez de ser la que destruía el concepto de clases, lo fortaleció: colegios para los pobres, otros para los indígenas, otros para la clase alta. Y eso ha sido una tensión histórica toda la vida, porque Jesús vino a decirnos que teníamos que ser todos hermanos.

-El otro proyecto que se planteó es el del aborto.

-Es un problema que, en último término, la ciencia médica es la tiene que decir cuándo hay una persona. En eso hoy, en el campo creyente y no creyente, hay posiciones para los dos lados. Pero para las tres causales que se plantean, en el caso cuando está en riesgo la vida de la madre, la Iglesia ya está clara en eso. Cuando es caso de violación, lo normal es que lo dé en adopción, pero creo que cuando una niña es incapaz de mantener psicológicamente esa situación, hay que aplicar el mismo criterio que el riesgo de la salud de la madre. ¿Por qué la salud biológica y no la salud mental?

Y en la causal de la inviabilidad del feto, con el avance de la ciencia que hay hoy, cuándo es posible saber si esa persona va a vivir o no, hay que dialogarlo. Y, en último caso, ¿quién va a decidir? La mamá, pues. Hay que dejarlas que decidan en esos casos límites.

Conozco muchos casos de mamás que han querido llegar hasta el final con su embarazo, y eso es muy respetable. ¿Pero por qué voy a castigar a la que no?

Ahora, lo que sí me parece hipócrita, es que lo que no nos estamos planteando, son los 40 mil casos que van a esas clínicas clandestinas o con las parturientas. Me toca a cada rato ver cómo esas situaciones las han marcado para la vida.

-¿Aborto para todos, entonces?

-No, lo que digo que es que ojalá esas mujeres el Estado les diera la posibilidad de ser acompañadas, aconsejadas, y que les demos la oportunidad de no ir a la primera a la clínica clandestina a hacerse un aborto. Ese sería un cambio lindo que ver en Chile. Y, lo otro que me molesta, es que los sectores que más se oponen al aborto en todas sus formas son los que menos se preocupan de cuándo esa guagua nace, qué va a hacer en el futuro si es pobre. En cambio, los que son pro aborto son los que más se preocupan por los derechos de ese obrero u obrera en el futuro.

No me parece congruente que sea tan preocupada de que no se atropelle la vida de esa personita, y después tan despreocupado de cómo la acojo en su vida. ¿Por qué se preocupó tanto para que naciera, y no cómo iba a crecer esta hermana o hermano, como dice Jesús, con los mismos derechos que yo?

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1 Comentario

  1. Mario

    Claramente monseñor Ezzatti cae en el grupo de los traidores, de los que se costumbraron a los privilegios del poder de las elites. Faltan mas sacerdotes como Mariano Puga y aquellos de los años 1960 y 1970.

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