Cómo Cambridge trató de ocultar el boicot de Stephen Hawking a Israel
por Público.es (España)
12 años atrás 4 min lectura
Publicado el 13 de mayo de 2013
Crédito de la fotografía: Universidad de Cambridge
La élite israelí sabía que el boicot de Stephen Hawking a la Conferencia Presidencial representaría un duro golpe mediático contra el país. Este evento anual reúne a lo más selecto de la sociedad israelí: políticos, empresarios, periodistas, académicos y altos mandos del ejército.
Hawking es, según todas las encuestas, el científico vivo más conocido del planeta. Su denuncia de las políticas contra los palestinos llegaría a las portadas de los periódicos más influyentes del mundo y se convertiría en la victoria mediática más significativa del Movimiento para el Boicot a Israel.
La Universidad de Cambridge trató de negar la información y aseguró que la decisión de Hawking estaba motivada únicamente por “razones médicas”. Horas después, se vieron obligados a pedir disculpas y reconocer que Hawking se había unido al boicot académico a Israel.
En esta entrada voy a intentar explicar los extraños movimientos que sucedieron en aquel intervalo.
*****
Durante dos años trabajé como investigador en la Universidad de Cambridge y allí conservo muchos amigos. Hacia las 6 de la mañana del martes 7 de mayo recibí la llamada de uno de ellos, contándome que Hawking había decidido unirse al boicot académico a Israel y que la noticia estaba corriendo por los círculos académicos de Cambridge.
Estaba claro que aquello iba a ser un bombazo informativo. Me lancé al ordenador y descubrí (con cierta decepción) que Matthew Kalman ya había subido la exclusiva a la página web de The Guardian. Nadie llevaba todavía la noticia en castellano, así que decidí publicar en este blog una entrada al respecto.
A las 12 de la mañana, la exclusiva de The Guardian ya se había compartido más de 40.000 veces en Facebook, todos los periódicos israelíes abrían sus ediciones digitales con la noticia y “Hawking” era trending topic global en Twitter.
Entonces llegó la sorpresa. Tim Holt, el director de comunicación de la Universidad de Cambridge, hizo público el siguiente comunicado:
“El profesor Hawking no asistirá a la conferencia en Israel en junio debido a razones médicas. Sus doctores le han aconsejado no volar”.
¿Que estaba ocurriendo? ¿Nuestras fuentes estaban equivocadas? ¿El apoyo de Hawking al boicot a Israel era un bulo?
Volví a llamar a mis colegas de Cambridge. Ellos me aseguraban que la información era correcta, así que decidí mantener mi post. Tenía además otro motivo para confiar en la veracidad de la noticia: después del comunicado de Cambridge, el Comité Británico para las Universidades en Palestina (BRICUP) siguió manteniendo en su web la versión del boicot. Si la noticia, -que ya estaba en todos los periódicos del mundo y era la más importante que el BRICUP había anunciando nunca- resultaba ser falsa, ellos habrían perdido para siempre toda su credibilidad.
La cosa empezó a aclararse a primeras horas de la tarde. A las 16h, Matthew Kalman, el periodista que había publicado la exclusiva en The Guardian, escribió el siguiente tweet:
“Para aquellos que dudaban de mi noticia sobre Hawking: la he vuelto a confirmar. En breves instantes, Cambridge volverá a emitir un comunicado”
En efecto, a las 18h, Tim Holt, el portavoz de Cambridge que había asegurado que la cancelación se debía a razones médicas, hizo pública una nueva versión de los hechos:
“Hemos recibido la confirmación que el profesor Hawking había anunciado al comité organizador de la conferencia israelí su decisión de no asistir basada en una petición realizada por académicos palestinos.”
Pero, ¿por qué la Universidad de Cambridge había anunciado primero una versión y luego otra?
Después del desmentido inicial de la Universidad, alguien filtró al periodista Matthew Kalman una serie de emails entre la oficina de Hawking y Tim Holt. Esos emails demuestran que la Universidad de Cambridge sabía desde el principio que el motivo de Stephen Hawking era unirse al boicot académico a Israel. Pero Cambridge decidió mentir, hasta que Kalman llamó por teléfono a Tim Holt y le anunció que tenía los emails en su poder.
*Fuente: Publico.es
Artículos Relacionados
“La gran pelea de Chile hoy es defender lo público”
por radio.uchile.cl
11 años atrás 7 min lectura
La derecha, eterna perdedora de las elecciones presidenciales
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
15 años atrás 7 min lectura
Farías dice haber encontrado lo que no lograron el SIM, la Dina, la Sicar, la Sifa, el SIN, la CNI
por Ozren Agnic Krstulovic (Chile)
17 años atrás 5 min lectura
Economía verde versus Economía solidaria
por Leonardo Boff (Brasil)
12 años atrás 4 min lectura
Rafael Harvey:“Iturriaga -Comandante en Jefe del Ejército- le mintió a algunos diputados, porque son ignorantes en materia de defensa”
por Radio USACH
17 horas atrás
14 nov 2024 RADIO USACH El pasado 28 de octubre, en medio de la discusión sobre la Ley para el Erario Nacional 2025, la Comisión Mixta de Presupuestos…
Madrid, escenario de la lucha por la causa saharaui
por Alfonso Lafarga (España)
1 día atrás
La causa saharaui estará presente en Madrid el sábado 16 de noviembre con dos actos en la capital de España para expresar el apoyo a la autodeterminación del Sáhara Occidental y exigir el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, por un lado, y denunciar la traición socialista, por otro.
Madrid, escenario de la lucha por la causa saharaui
por Alfonso Lafarga (España)
1 día atrás
La causa saharaui estará presente en Madrid el sábado 16 de noviembre con dos actos en la capital de España para expresar el apoyo a la autodeterminación del Sáhara Occidental y exigir el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, por un lado, y denunciar la traición socialista, por otro.
Entrevista: La historia no tan secreta del apoyo de Netanyahu a Hamás
por Ghousoon Bisharat (Palestina)
2 días atrás
Desde sabotear Oslo hasta canalizar dinero catarí hacia Gaza, Bibi ha pasado toda su carrera respaldando a Hamás para perpetuar el conflicto. Incluso después del 7 de octubre, argumenta el historiador Adam Raz, sigue fomentando la misma estrategia.