Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Opinión

Los versos más tristes de esta noche

Compartir:
Lo que debiera ser propiedad social inalienable, de uso y divulgación libre, dinámica y obligatoria… tiene restricciones comerciales.

Esas casas de Neruda deberían servir para la producción revolucionaria de cultura y arte, no para comerciar con “premios”.

SANTIAGO / Ahora que esta de moda arrojar todo patrimonio cultural a las garras de la industria turística multinacional podemos escribir los versos más tristes. Y también podemos luchar contra esta obscenidad. “La Fundación Pablo Neruda es la principal heredera de los derechos de autor del poeta y su única administradora, y en esta condición gestiona múltiples proyectos editoriales y audiovisuales. Todo uso de la obra de Pablo Neruda está regulado por las normas internacionales de resguardo de la propiedad intelectual.” Lo que debiera ser propiedad social inalienable, de uso y divulgación libre, dinámica y obligatoria… tiene restricciones comerciales. Lo ilegítimo, legalizado.

Al salir de las casas de Neruda en Chile uno se lleva, incluso, ese sabor amargo del maltrato mercantil que reina en la palabrería de los mecenas comerciantes agazapados tras las sonrisas, turísticamente correctas, de muchos trabajadores mal pagados (y maltratados). “La Fundación desea reconocer el apoyo desinteresado y esforzado de muchas personas, directa o indirectamente vinculadas a su estructura, y reconoce asimismo las donaciones y cooperación con que ha sido favorecida, así como la generosa ayuda de países amigos. Agradecimientos especiales también merecen el Estado de Chile, al ceder la casa contigua a la casa del poeta en Isla Negra y el sitio aledaño a La Sebastiana en Valparaíso”, señala la Fundación en su sitio web.

Uno se va de las casas del poeta con cierto dejo de impotencia que no amaina con lo “lindo” de las instalaciones, lo “bien cuidado” de la herencia inmobiliaria del poeta ni las justificaciones ideadas por el gobierno para desentenderse de sus obligaciones como garante del patrimonio cultural de todo el mundo, del pueblo chileno y de Neruda. “Más de 100.000 visitantes” cada año que pagan entrada, souvenirs y viandas diversas… entre 5 y 6 dólares como mínimo, sólo por entrar. Ya sabemos de sobra que los argumentos de los gobiernos rondan la cantaleta de que “no hay presupuesto”, que “el estado no debe intervenir en cosas de particulares” y retahílas de ese tipo a diestra y siniestra. Ya sabemos que, además, nacen con facilidades muchas “Fundaciones”, a cual más oportunas y sensibles, dispuestas a hacer “el sacrifico de cargar con la responsabilidad”, a cambio sólo de “servir a los pueblos” y deducir acaso algunos impuestillos. No pocas veces para lavar dólares o para impregnar con la lógica burguesa todo lo que toca la mano midas de los traficantes de influencias, prestigios y “colecciones de arte”. Todo por la cultura (de la propiedad privada).

Las casas de Neruda son en realidad, hoy, espacios anecdóticos vaciados de lo importante que es el espíritu revolucionario del poeta, la poesía misma y sus mejores contribuciones revolucionarias, incluso con sus contradicciones, yerros, y desde luego sus aportes expresivos magníficos. Lo que habita en las “casas de Neruda” son momias, despojos hacinados por cierto didactismo erudito y decorativo que algunos usan para fabricar olvido. Restos inertes de un pedazo de alma que a estas horas no está en esas casas para turistas euro-dollar… espíritu que más bien anda vivo en las almas de los trabajadores chilenos victimados por ese “capitalismo humanizado” “socialismo del bueno”… que se publicita en todo el mundo como milagro económico pero que ahoga al pueblo en pobreza, barbarie y demagogia.

“Y la mayor incongruencia, es que la Fundación Neruda está invirtiendo su fortuna (por conceptos de derechos de autor y entradas a las casas museo) junto al empresario Ricardo Claro (ex-colaborador del régimen militar de Pinochet) lo que tal vez no sea ilegal, pero definitivamente es inmoral. Ricardo Claro (propietario de la Compañía Sudamericana de Vapores) es señalado por Organizaciones de Derechos Humanos, de que los barcos de su empresa fueron utilizados como centros de tortura durante la dictadura de Augusto Pinochet. Preservar el patrimonio de Neruda (casas, libros y archivos personales) para emprender nuevos proyectos, invirtiendo en las empresas de Ricardo Claro a nombre de la memoria de nuestro poeta, sencillamente, nada lo vale”, consigna el periodista Mario Casasús en una reveladora investigación.

Esas casas de Neruda deberían servir para la producción revolucionaria de cultura y arte, no para comerciar con “premios” o “becas” discriminatorios, no para prodigar dádivas ni limosnas culturales como si los pueblos fuesen perros sedientos de inteligencia burguesa. Lo que Neruda imaginó comprende el acceso directo, no mercantil y si transformador a la producción de la cultura que es acción fundamental del la humanidad para proveerse conocimientos en la lucha por una vida más digna para todos a cada día. Cultura que no puede ser propiedad ni privilegio rentable de los intelectuales, los científicos y los artistas especialmente si profesan un ideario comunista. Hay que ver lo que pasa en Chile en materia de educación universitaria, por ejemplo, ver cómo los trabajadores son esquilmados para que sus hijos accedan al conocimiento.

Economía de mercado para modelo demagógico de “socialismo” burgués que reparte la riqueza del país (eso incluye la mano de obra calificada) sólo entre los patrones y los militares. Aunque Pinochet esté muerto y enterrado. “Ni Matilde Urrutia, mucho menos Pablo Neruda, imaginaron que las batallas de toda una vida y los innumerables trámites legales darían como resultado una Fundación accionista de la oligarquía pinochetista bajo la dirección de Juan Agustín Figueroa y Ricardo Claro. La intención de Neruda fue crear la "Fundación Cantalao" para lo cual donó un terreno en Punta de Tralca, y redactó los estatutos para el funcionamiento de Cantalao, no era su voluntad crear sucursales de casas museo, mucho menos una fundación que rindiera culto a su personalidad”, agrega Casasús.

En las casas de Neruda se traiciona lo que es necesario a estas horas, para Chile y para todos. Son templos de la alienación, la trampa y la manipulación de conciencias. Escenario en el que la sociedad se convierte en un “público” que participa con su dinero para sostener las emociones mesiánicas burguesas. El “público” no se da cuenta de que lo presenciado es un “espectáculo”, una puesta en escena que pretende convencernos de que el “público” purifica sus sentimientos con una catarsis imaginaria de poesía yerta, decorativa y museística; cuando en realidad quién hace catarsis bancaria es quien cobra los dólares o euros “realmente existentes”. Y esos no son los trabajadores precisamente.

“Más aun considerando que la fundación junto con manejar gran parte de los bienes de Neruda, administra alrededor de 400 mil dólares anuales, de los cuales 200 mil son ingresos por derechos de autor. El resto de las ganancias proviene mayoritariamente de la venta de entradas y souvenirs en las tres casas museo (La Chascona, en Santiago; La Sebastiana, en Valparaíso, y la propiedad de Isla Negra) que son visitadas anualmente por más de cien mil personas, en su mayoría turistas extranjeros y cuya administración actual tampoco escapa a las certeras críticas del poeta sureño”, da cuenta el periodista Pedro Cayuqueo, director del periódico Azkintuwe en el sur de Chile.

Neruda contribuyó extraordinariamente a abrir puertas y ventanas hacia un horizonte desafiante y exigente por necesario y urgente: ganar las mejores fuerzas expresivas para impulsar el ascenso de la conciencia con la poesía como herramienta de lucha socialista. Cuando uno ve la pobreza expresiva y la alienación sintáctica en que nos asfixiamos diariamente, se ve muy clara la urgencia de un ideario y praxis de transición socialista para el enriquecimiento de los armamentos expresivos contra las miserias capitalistas. No al arte encerrado en payasadas de propaganda mecanicista.

No necesitamos “efectos mágicos” logrados por artistas genios del individualismo, es preciso que la palabra, la música y la acción creadora toda, sirva a la activación política de los pueblos, a su revolución permanente, con base en imaginación y fantasía críticas (y de todos) al servicio de potenciar la lucha organizada contra el capitalismo. Expropiar los mejores logros y ponerlos al servicio de la humanidad que habrá de mejorarlo todo si logra destrabar su desarrollo y ponerlo a salvo para siempre. “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, escribió el propio Pablo Neruda / Lunes 19 de Marzo de 2007

Compartir:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.