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«Viaje al abandono» del pueblo saharaui

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El libro "Viaje al abandono", libro de Eduardo Soto-Trillo,
será presentado el miércoles 23 de febrero, a las 20:00 horas, en el Círculo de
Bellas Artes de Madrid.

El Frente Polisario parece estar diciendo basta. Y
ciertamente su situación como pueblo ha dejado de ser injusta para volverse
insostenible y un ataque al derecho que tiene todo pueblo de vivir en paz.
Tampoco España, atada por sus compromisos, hace nada para que de una vez el
litigio se resuelva a favor de la libertad y la justicia. Su destino sigue en
mano de funcionarios políticos para los que el tiempo es polvo, mientras a
ellos, los saharauis sólo les queda el polvo del desierto. Este trabajo de
Eduardo Soto-Trillo propone una documentación que tenemos que tener en cuenta a
la hora de conformar nuestra opinión, que es obligatoria tener.

Señala la editorial que en las últimas semanas del pasado
año, la situación en el Sáhara ocupado por Marruecos experimentó un cambio
radical. El aplastamiento por parte de la policía marroquí de una protesta
pacífica provocó un levantamiento violento de los jóvenes saharauis. Era la
primera vez en 35 años, desde que España abandonó ese territorio dejándoselo a
Marruecos, que la población saharaui tomaba una actitud violenta. Algunos
policías marroquíes fueron degollados y la posterior represión fue feroz.

La irrupción de esta nueva generación saharaui añade un
elemento perturbador a un conflicto latente y pendiente de resolución desde
1975. Como dice en este libro un observador del problema saharaui, si éste no
se resuelve con justicia, estos jóvenes airados no podrán ser detenidos ni por
el Polisario ni por los militantes pacifistas como Aminetu Haidar; y "una nueva
fuerza incontrolable incendiará el desierto".

Para entender cómo se ha llegado a este punto, es inevitable
repasar la historia de los últimos 35 años. Eduardo Soto-Trillo, experto en
Derecho Internacional, hace ese recuento histórico, a la vez que explica el
trasfondo legal del problema y nos narra sus viajes al Sáhara para conocer esa
realidad de cerca.

El libro combina un tono narrativo, propio del relato de
viajes, en el que el autor va describiendo lo que se encuentra, con una
profunda argumentación rigurosamente basada en el Derecho Internacional. En el
primer aspecto, el relato es ágil, incluso divertido a menudo, y muestra la
evolución de alguien que se acerca al problema del Sáhara lleno de precauciones
intelectuales, dispuesto a no dejarse arrastrar por ninguna opinión y que
desliza malvadas ironías hacia algunos de los viajeros solidarios que van a
aquel territorio, pero que acaba plenamente comprometido con la causa saharaui.
En el segundo, sus conclusiones, bien fundamentadas, resultan contundentes y
absolutamente nada complacientes para los sucesivos gobiernos españoles

La historia
Muy divididos en tribus, los saharauis tienen, no obstante,
una clara seña de identidad: la lengua, un dialecto del árabe llamado hassania.
La colonización española de ese territorio fue pacífica y pactada con los jefes
tribales. Sin embargo, Franco hizo un primer abandono del Sáhara ya en 1957,
cuando entregó a Mohammed V los territorios saharauis de Tarfaya y Tantán (en
los que no había precedentes de dominación marroquí), con población incluida.

Hassan II trata con especial atención a esos saharauis
convertidos en marroquíes con el objetivo de asimilarlos. Hace que los jóvenes
más capaces vayan a las universidades; pero estos se imbuyen en ellas de
marxismo y anticolonialismo. De ese grupo de saharauis ilustrados emergen dos
líderes: Bassiri, más religioso y conciliador, y el revolucionario El Uali,
futuro fundador del Frente Polisario. Bassiri lleva a cabo una primera
organización de la población saharaui en el 69. La "primera intifada saharaui"
se produce en el 70, pidiendo a España la autonomía del territorio. Hay tiros y
heridos, y Bassiri es detenido y hecho desaparecer. La dura represión hace que
los jóvenes rompan con los viejos jefes tribales, se radicalicen y opten por la
lucha armada.

Un complejo tablero
de ajedrez

A la vez, el Sáhara se convierte en una pieza del ajedrez
internacional por la inestable situación política de Marruecos. Estados Unidos
y Francia no quieren de ningún modo que este país se convierta en una nueva
Libia y deciden apuntalar a Hassan II. Un buen modo de conseguirlo es hacer que
España ceda el Sáhara (con sus riquezas en fosfatos, recién descubiertas) a
Marruecos. Pero Carrero Blanco, hombre fuerte del régimen franquista, se opone,
proponiendo un referéndum de autodeterminación. Carrero (que, además, niega el
uso de las bases norteamericanas en España para ayudar a Israel) se convierte
así en un peligroso obstáculo para los intereses norteamericanos en España.

En la administración norteamericana, Hassan II cuenta con
aliados poderosos. El general Vernon Walters juega de hecho el papel de agente
personal suyo; y el todopoderoso Kissinger, de origen judío, apuesta fuerte por
la seguridad de Israel, para lo que necesita contar con aliados firmes en el
Mediterráneo, y Marruecos es el más fiable.

Por su parte, El Uali ha cubierto el hueco dejado por
Bassiri. Hace adeptos entre los saharauis de Tarfaya y Tantán, viaja a Libia y
Mauritania, donde consigue apoyos, y crea el Frente Polisario. El Uali morirá
en una emboscada en 1976.

España vive el final del franquismo, agitado, entre otras
cosas, por la actividad de un grupo terrorista, ETA. Un destacado miembro de
ETA, Argala, recibe un día una información sobre los movimientos de Carrero en
Madrid. Hay motivos para pensar que esa información pudiera provenir de fuentes
norteamericanas. Poco después, Carrero es asesinado por ETA en una operación
sospechosamente brillante, sin que los sofisticados equipos de alta tecnología
que la CIA tiene
en la embajada americana, a dos pasos del lugar del atentado, detecten ningún
movimiento sospechoso. Objetivamente, la muerte de Carrero beneficia los planes
de Kissinger para Marruecos y el Sáhara.

Durante la enfermedad de Franco del verano del 74 se forma
un lobby promarroquí en el gobierno español, y se pone precio al abandono del
Sáhara; un paquete en el que, junto a los fosfatos, se incluyen la seguridad
para las Canarias y garantías para los pesqueros españoles. El desenlace llega
con la muerte de Franco en noviembre del 75 y la famosa Marcha Verde, que
inicialmente era blanca y estuvo diseñada por Vernon Walters; Hassan II le dio
el color verde del islam, con el que pasaría a la historia. Se consuma el
ignominioso abandono del Sáhara por parte de España. Los gobernantes de la
transición lo achacarán a las difíciles circunstancias del momento; los de
democracia se desentenderán directamente del asunto.

Viaje al escenario
del crimen

Hasta aquí la historia. Llegado a este punto, al autor del
libro se le hace imprescindible, como él mismo dice, viajar al escenario del
crimen. Se ha documentado en libros; le falta conocer en persona a los
saharauis, viajar a los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia).

Va con una actitud absolutamente abierta, dispuesto a no
dejarse convencer sin argumentos por tirios ni troyanos. Ve con ironía a esos
militantes europeos de la causa saharaui, entre los que no faltan tipos como el
"abuelo batallas", o los que se creen "en posesión de los secretos más íntimos
del problema saharaui", que protagonizan insoportables discusiones de egos. Por
no hablar de los burócratas españoles, como cierta comisaria "con aires de
ministra", o un grupo de concejales impresentables y gorrones. En cuanto a la
cooperación española, se limita a mandar iglús de plástico al desierto.

Rodeados de esos animosos personajes, los saharauis viven de
prestado en Argelia, manteniendo una República Árabe Saharaui Democrática que
no es sino un conglomerado de chabolas y caseríos que hacen las veces de ministerios.
Allí malviven, manteniendo con terca dignidad esa mínima estructura estatal, y
olvidados de todos. Como dice el autor, todo el mundo sabe quien es el Dalai
Lama, pero no los saharauis, que llevan más de treinta años viviendo en campos
de refugiados en medio del desierto argelino. O como le dirá más tarde la
activista Aminetu Haidar: "ningún gobierno del mundo nos apoya, pero sí
multitud de personas y de organizaciones independientes en todas partes".

Mientras se mueve por los campamentos de Tinduf, el autor
conoce -y cuenta al lector- la historia del Sáhara y sus gentes, la compleja
vida tribal, ya que los saharauis se dividen en cinco tribus principales
-ergueibat, Uld Delim, Uld Tridarin, larosi y tekna- y siete más pequeñas,
todas subdivididas a su vez en fracciones. Y, con todas sus reticencias, va
comprendiendo que "la humillación y el abandono o te destruyen o te hacen
invencible; ellos eran invencibles, sí, con toda su miseria y con todas sus
debilidades humanas; eran invencibles porque tenían una causa justa".

El Sáhara marroquí
Aún así, el autor quiere conocer todos los datos del
conflicto, quiere saber también lo que piensan los saharauis que viven bajo el
poder de Marruecos, los que -por defender sus propiedades, por confiar en
Hassan II o por oponerse al Polisario- se quedaron en el territorio que
abandonó España y pasó manos marroquíes.

Uno de los principales argumentos de esos adaptados es que
necesitan un Estado fuerte y al rey como alguien por encima que evite que se
maten entre ellos por las viejas diferencias tribales. También están los
renegados o arrepentidos del Polisario, viejos militantes desencantados que
hablan -con "aparente honestidad"- de la tiranía polisaria y su corrupción.
Estos, más que convertirse a la marroquinidad del Sáhara, rechazan al
Polisario. Otro argumento a favor de la integración en Marruecos es que no
tiene sentido un nuevo Estado en el Magreb, que hay que mirar a Europa y la
integración. También se remiten a una historia pasada de colaboración y relación
del Sáhara con Marruecos. No falta la "propaganda con tintes académicos", como
el libro de cierta autora española que niega la identidad cultural y
tradicional de los saharauis.

Pero todos esos argumentos no ocultan la realidad de "un
territorio literalmente ocupado por una fuerza extranjera"; ni el opresivo
ambiente de sospecha y persecución, ni la realidad de torturas, cárceles
secretas y desapariciones. Además de que, como recuerda un saharaui, el mito de
las luchas tribales no puede ocultar que los saharauis llevan siglos haciendo
acuerdos y entendiéndose entre ellos; de otro modo, no habrían podido
sobrevivir en el desierto.

El triste papel de
España (argumentos legales)

Con "el cadáver diseccionado en su totalidad", el autor,
jurista internacional, entra en la parte final del libro en los aspectos
jurídicos del caso. Y levanta un pliego acusatorio perfectamente fundamentado
para aclarar las actuales responsabilidades legales del presunto culpable
principal: España.

"A pesar de las cortinas de humo con las que España
intentaba mostrarse como un mediador neutral en todo aquel desastre, sigue
siendo en la actualidad responsable legalmente del Sáhara occidental de acuerdo
con el derecho internacional". "El Sáhara occidental continuaba siendo
legalmente un territorio de nuestra responsabilidad", tal como reconoce la
o­nU, que considera a España potencia administradora de un territorio aún por
descolonizar; ya que la descolonización sólo podría haber llegado por medio de
un referéndum de autodeterminación. España sólo podía haber eludido su
responsabilidad de potencia administradora renunciando formalmente ante la Asamblea General
de la ONU,
renuncia que nunca se produjo, pues los infaustos Acuerdos de Madrid de
noviembre del 75 "nunca recibieron el respaldo definitivo de una resolución de
la o­nU".

En definitiva, España se portó "como el padre
desnaturalizado que declara que ya no quiere hacerse cargo de su hijo menor de
edad y lo abandona entregándolo a un vecino de perversas intenciones". La
cesión del Sáhara a Marruecos por parte de España carecía de efectos
internacionales; era como un contrato privado jamás llevado al notario para
elevarlo a escritura pública, ya que habría sido rechazado por ser contrario a
la ley al perjudicar a terceros (los saharauis). Sería una hermosa utopía
-piensa el autor- que el Congreso derogase aquella ley franquista que
sustentaba los acuerdos de Madrid, pero la iniciativa de Rosa Díez en ese
sentido es echada abajo por los votos de PP y PSOE.

Además, los recursos del Sáhara, en tanto que territorio
pendiente de descolonizar, deben revertir en sus habitantes, asegurándose de
ello la potencia administradora. Al abdicar España de ese papel, Marruecos
tiene las manos libres. Si España renunciase formalmente a esa obligación, sería
la o­nU la encargada de velar por los intereses saharauis; al no hacerlo,
proporciona una "infamante cobertura" a la ocupación marroquí.

El papel de España en el Sáhara no ha dejado de ser
lamentable, volviendo a cubrirse de oprobio en el caso de Aminetu Haidar y
durante la protesta saharaui -y posterior represión marroquí- de noviembre de
2010. El gobierno español, por boca de Trinidad Jiménez, no condenó a Marruecos
y volvió a eludir cualquier responsabilidad legal internacional.

La historia no ha terminado
Esas protestas abren una nueva etapa (posiblemente, mucho más violenta) en
el Sáhara. El autor volvió allí en esos días; y, ante la situación de Estado de
sitio permanente y no declarado oficialmente, con controles de seguridad
constantes y una visible red de espías, así como las historias de torturas,
desapariciones y encierros en cárceles secretas, ya no le cabe ninguna duda.
Llega el momento en que "uno lo comprende todo y ya no hay marcha atrás". Y la
única pregunta es "qué podíamos hacer por ellos a partir de ahora".

– El autor, Eduardo Soto-Trillo, es jurista internacional
experto en derechos humanos, escritor y creador audiovisual con una amplia
experiencia de terreno en países en conflicto en distintas partes del mundo.
Sus anteriores libros publicados son Voces sin voz (2002), sobre la guerrilla
colombiana de las FARC, y Los olvidados (2004), sobre la dramática realidad de
Guinea Ecuatorial.

Viaje al abandono, un libro de Eduardo Soto-Trillo,
publicado en Libros Aguilar.

Presentación del libro Viaje al abandono, de Eduardo
Soto-Trillo el miércoles 23 de febrero a las 20:00 en el Círculo de Bellas
Artes de Madrid.

http://poemariosaharalibre.blogspot.com/2011/02/presentacion-en-madrid-de-viaje-al.html

http://www.webislam.com/?idt=18420

*Fuente: Kaos en la Red  

 

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