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Curiosa respuesta a Leonardo Boff

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El Sr. Hermes H. Benítez ha publicado el artículo titulado
"En respuesta a Leonardo Boff", en el cual critica lo expresado por el anterior
representante de la teología de la liberación, en su escrito "La materia no
existe. Todo es energía.
" He aquí algunos alcances a dicha crítica.

Difiero totalmente de lo expuesto por el Sr. Hermes H.
Benítez, quien califica el escrito del Sr. Boff como de carácter religioso. No
lo es en absoluto. Por otra parte, si lo fuera, este periódico virtual estaría
en todo su derecho de publicarlo, si pensara que puede generar un debate de
interés para sus lectores. He leído cuidadosamente el artículo del Sr. Boff y
no he podido encontrar en él ninguna afirmación que pudiera considerarse
propicia a la apología religiosa o expresiva de alguna intencionalidad
teológica. Al contrario he quedado admirado de que un sacerdote católico como
el Sr. Boff incursione con un pensamiente tan liberado, en cuestiones de la
ciencia actual, lo que lo aleja radicalmente- 
– al contrario de lo que afirma el Sr. Benítez –  de cualquier concepto cercano al carácter
antropológico de Dios, según la tradición doctrinal católica.

El Sr. Benítez dedica un gran esfuerzo crítico e intelectual
intentando demostrar que el Sr.Boff se equivoca cuando afirma que "la materia
no existe, pues todo es energía". Este esfuerzo demostrativo del Sr. Benítez es
absolutamente innecesario, pues dicha afirmación no pertenece al Sr Boff sino a
la ciencia moderna. Además, todos entendemos que ese postulado tiene una
connotación eminentemente sintética y alegórica y apunta a que la materia ya no
es la causa última o primera de las cosas, sino que lo es la energía. Está
claro que la materia sigue existiendo en el mundo físico. El mismo Sr. Boff lo
dice: "…nosotros percibimos la materia como algo sólido", pero "la física
cuántica nos abre una visión diferente de la realidad".

Luego el Sr. Benítez se explaya para convencernos que, según
él, el Sr Boff vuelve a equivocarse al pretender que el camino de la ciencia
deba conducir directamente a Dios. Por lo que leo, el Sr. Boff  no afirma nada parecido en su artículo y sólo
se pregunta "qué puede ser esa nueva energía descubierta, que la ciencia hasta
ahora no ha definido". Luego apunta vagamente a la posibilidad de que la
llamada "energía de fondo, pudiera ser "la mejor metáfora de lo que significa
Dios"  -" tal vez sea", dice- pero no hay
en su texto ninguna afirmación que identifique dicha fuerza cuántica con
divinidad alguna. En ningún momento Boff deja de considerar a dicha "energía de
fondo", como lo que se le reconoce ser hasta ahora por la ciencia, es decir,
una nueva energía o zona energética diferente, desde la cual habría surgido el
"big bang", o sea, el universo en el que existimos y quizás otros paralelos.
Nada más. No hay ninguna conclusión teológica en sus palabras.

Aún así, el Sr. Benítez insiste en contradecir algo que
Boff  no ha afirmado. Su argumentación se
apoya en el pensamiento de que las conclusiones de la ciencia y de la teología
son incompatibles, juicio que parte de la presunción de que el mundo físico y el
mundo espiritual son cuestiones radicalmente distintas y además, opuestas. Y
digo "presunción" porque tal aseveración es sólo una prueba más de la soberbia
del ser humano en general, que pretende haber alcanzado el conocimiento total y
definitivo, sin saber realmente nada. No nos olvidemos que si bien el actual
conocimiento tecnológico puede ser gigante, el conocimiento del ser humano como
ente espiritual es absolutamente minimal. Justamente, creo  que el descubrimiento del campo energético de
fondo, pondrá a la ciencia ante nuevas perspectivas en la descripción de lo que
es el mundo físico y lo que es el mundo espiritual y por tanto, de una nueva
evaluación de la sostenida incompatibilidad entre ambos.

Sin embargo, a partir de dicha supuesta incompatibilidad, el
Sr. Benítez afirma que a la ciencia no le interesa y tampoco busca, respuestas
últimas, con lo cual pasa a negar toda la cadena de evolución y desarrollo de
la ciencia hasta hoy, pues la ciencia no es otra cosa que la búsqueda incesante
de respuestas últimas. Precisamente es dicha búsqueda la que ha llevado hoy al
conocimiento humano a vislumbrar en el mundo cuántico la existencia de aquella
"energía de fondo", terreno en el cual el científico ha dejado de contar con
los habituales métodos de observación de la ciencia, pues los instrumentos
físicos de ésta ya no operan allí. ¿Cómo podrá la ciencia separar ahora lo que
pertenecería exclusivamente a la órbita de la Naturaleza y lo que
pertenecería a la del espíritu? ¿Existe realmente tal separación?  

Hasta ahora, el avance de la ciencia ha ido permanente
invalidando -especialmente en el terreno religioso- conceptos que durante
siglos nos han parecido verdades incondicionales,. Al mismo tiempo , ha  soslayado y negado sistemáticamente toda
inspiración de carácter religioso y es la gran y definitiva oponente de la
controversial teoría del "gran diseño". Pero he aquí que la aparición del
misterioso campo de "energías de fondo", la está colocando ante una paradojal y
crucial perspectiva que hasta podría conducirla a revisar su tradicional
posición. Pues, pareciera que en el terreno de las pruebas, la ciencia más que
la religión, tuviera mayores posibilidades de constatar cualquier signo posible
de unidad entre lo físico y lo espiritual. Pudiera ocurrir incluso que el
conocimiento humano nos llevara en los siglos futuros a concluir que el
concepto de Dios, poco o nada tiene que ver con anquilosadas concepciones
religiosas, sino que puede ser expresado por una magistral fórmula física o
matemática. 

La dualidad de que nos habla hoy el Sr. Benítez con tanta
propiedad habrá desaparecido entonces definitivamente. Pero, a lo que parece,
queda todavía un largo camino por recorrer para encontrar la respuesta justa a
aquélla y a muchas otras interrogantes y en este camino las afirmaciones
rotundas y antojadizas pierden cada vez más su valor. Por ahora,  pareciera que tanto científicos como
espiritualistas avanzaran "dando palos de ciego" y lo lamentable es que muchos
de ambos bandos toman estos "palos de ciego" como verdades absolutas.

Me parece que el Sr. Benítez debería leer más cuidadosamente
los escritos que critica antes de adjudicar a su autor pensamientos que no ha
expresado. En realidad su artículo en contra de Boff no tiene ninguna
justificación.

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