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Canadá: Otra visión acerca de las Olimpiadas de Invierno

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Conversaba el otro día con un hombre al que veo por temporadas alrededor de Broadway y Granville en Vancouver. Me contaba lo difícil que se ha convertido la vida para los que piden dinero en las calles y Los Sin Casa. Siempre expuestos a ser golpeados, contó que hace una semana se durmió en su lugar habitual en la calle, cuando despertó estaba en el Hospital General de Vancouver.

¿Qué había pasado? Uno o más individuos lo golpearon y él no alcanzo ni siquiera a darse cuenta. Cuando salió del centro médico, por supuesto, volvió a la calle. Contaba que nada es seguro ahora, continuamente los asaltan para robarles lo poco que han conseguido y no tienen idea quienes son. Un tiempo atrás cuando volvió a la entrecalle a buscar su bolsa se encontró con que se la habían robado. La semana pasada lo paró la policía y le aplicó una multa de $115,00 (dólares canadienses) por solicitar dinero en la calle. Obviamente esa suma es inalcanzable de pagar para un vagabundo, cuando tienen suerte logran reunir alrededor de $50.00 y el no pago de la multa es un motivo para ser enviado a la cárcel.

El acta de Seguridad en las Calles (Safe Streets Act, SSA) es el que rige el comportamiento que deben de obedecer todas las personas que solicitan dinero en la vía pública. Dicho reglamento data desde 2004 y autoriza a cualquier oficial para arrestar individuos sin necesidad de una orden judicial, si es que este lo considera necesario y cree que es probable que el individuo vaya a violar el SSA.

Las calles del centro de Vancouver están ahora llenas de policías privados, entre los que se cuentan los Downtown Ambassadors recientemente subsidiados por la alcaldía; estos evitan que Los Sin Casa se paren frente a los negocios y se les obliga a que circulen en los centros comerciales.
Es como si las calles las hubieran privatizado. Irónicamente, el slogan comercial de la provincia de la Colombia Británica, donde Vancouver está ubicado, es: “The Best Place on Earth” (El Mejor Lugar del Mundo).

Sin embargo hay algunos tipos de “panhandlers,” (limosneros), a los cuales no se les molesta ni se les aplica multa, por el contrario se les deja trabajar en libertad. Son aquellos que se encargan de pedir dinero para instituciones como Greenpeace o Amnistía Internacional, estos se guardan un porcentaje de lo que consiguen y el resto va para la organización; la diferencia entre unos y otros desde mi punto de vista es muy poca o nula. Los motivos pueden ser diferentes, pero muy cercanos, a estos últimos la policía no los multa, no los arresta; nadie los asalta, ni terminan en una sala de emergencia de hospital.

Esta semana comienzan los Juegos Olímpicos de Invierno aquí en Vancouver y en la ciudad de Whistler, un balneario para esquiar que está a 120 kilómetros. Recuerdo un tiempo por allá hacia mediados de los 80s, cuando era extraño ver pordioseros y sin casa por las calles de Vancouver. Me hace acordar cuando el Papa Juan Pablo II viajó por primera vez a México en 1979. El gobierno en ese entonces levanto murallas frente a las casas de los pobres y las pinto de blanco, así Juan Pablo II no se ponía triste de ver la miseria de la ciudad, y los pueblos se veían más pintorescos.

Aparentemente lo mismo está empezando a suceder en Vancouver. La parte de la ciudad conocida como el Downtown Eastside (DTES), o “inner-city,” la zona postal de Canadá de más bajos ingresos y con un nivel de pobreza que no se haya en ninguna otra parte del país, se están llenando de nuevas construcciones y los Cuartos para Personas Solas (Single Room Occupancy, SRO) del centro de Vancouver han ido desapareciendo. 22 hoteles residenciales fueron vendidos en el 2006, por lo que se han perdido alrededor de 600 unidades.

Hasta la fecha se calcula que se han pedido 200 unidades. La mayoría de estos edificios son antiguos, estos alojamientos se encuentran en hoteles y casas de huéspedes. Estos cuartos son de 3 por 3 metros, sin baño privado y a veces comparten una cocina. El gobierno provincial da a las personas un total de $375.00 mensual para alojamiento. Los  arriendos de SRO se han elevado arriba de $380.00 y cada día se pueden encontrar menos, debido a que se han ido cerrando para remodelarlos o por el incremento de los precios de renta.

El edificio Woodward’s, sede de una tienda de departamentos que cerró hace algunos años y que está localizado en el DTES, se remodelo; esto es, se demolió todo el edificio y se dejo solo la fachada para conservarlo como antaño. Su construcción empezó hace un par de años, al principio los pobladores del DTES se tomaron el edificio porque exigían que se usara para habitaciones de bajo costo; ahora se construyo uno nuevo donde se instalaran nuevos y prósperos negocios y una sede de una universidad local.
Este hecho, aunado a los Juegos Olímpicos, ha favorecido el alza de precios de las habitaciones en el lugar. Si pasas por la calle, puedes ver varios edificios que formaron parte del centro comercial durante mucho tiempo y ahora están cerrados y en proceso de remodelación. Aquí parece que tendremos otra versión de lo acaecido en México con Juan Pablo II, aunque en una versión más moderna.

Un estudio respecto a Los Sin Casa que data de Marzo del 2005 nos da una cifra de 2,174 personas viviendo en las calles de Vancouver, y a nivel de la provincia es cercano a 15,500 personas sin vivienda y el número va en aumento. Entre las conclusiones de este estudio es que el 2010 Los Sin Casa excederán fácilmente a los 5,000 atletas que participaran en los Juegos Olímpicos. En el estudio la cifra había aumentado desde el 2002 en 1,121. Hay que tomar en cuenta la dificultad de contar a Los Sin Casa, por lo que la cantidad está por debajo de la realidad. La mayoría se encontraron en la calle más que en los alberges de las iglesias que trabajan en la zona. Menos de la mitad tienen un ingreso fijo, el resto sobrevive de la mendicidad o recolectando envases reciclables, empleo casual y actividades ilegales.

Si por allá por 1980 no se veían pordioseros y sin casa en las calles de Vancouver, ¿Cómo es posible que la situación haya derivado a la crisis actual? Hay varios factores que considerar.

Durante los últimos años del gobierno del Social Credit, (quienes gobernaron casi ininterrumpidamente desde 1952 hasta 1991, con la excepción del período de 1972-1975) empezaron a disminuir considerablemente el presupuesto de los sistemas de salud. Durante los gobiernos subsiguientes, el NDP (Partido Demócrata de Canadá, partido Social Demócrata) y los BC Liberales (partido de derecha), poco o nada se ha hecho al respecto. Ahora con el gobierno actual, los BC Liberales, la situación ha ido empeorando.

Gran parte de las personas con enfermedades mentales que no ofrecían un peligro para la sociedad fueron liberados (o dicho de otra manera, expulsados) de los hospitales. Esta población empezó a llegar al centro y actualmente vive sin ningún apoyo de parte del gobierno. Aunado a esto nos encontramos que para alguien que quiera optar por el servicio de ayuda del gobierno provincial (el “Welfare”) la cosa se complica pues no es fácil ser aceptado ya que las reglas cambiaron a partir de 2002, si alguien quiere postular, entonces debe de esperar tres semanas, probar que ha estado trabajando por dos años, el postulante debe de registrarse con dos meses de anticipación y seguir una serie de cursos, (la mayoría de ellos sin uso y que solo sirven para darle trabajo al personal que dicta los cursos), y tiene que hacer dos citas para recoger el cheque.

El Welfare no es ninguna solución. Por ejemplo, una familia de cuatro personas gasta el 65% del dinero recibido en alojamiento (si tiene suerte), 42% en alimentos, por lo que le queda -7% para el resto (transporte, ropas, etc.), ó sea, nada. Esto explica el por qué de tanta gente buscando en la basura los tarros de refrescos y todo envase que es reciclable. De Vancouver Centro se han ido expandiendo por todos los municipios y lo que logran del reciclaje es una ayuda a su situación.

La población nativa en el DTES corresponde al 30% de la población, siendo que hacen sólo un 1% de la población total.

En una encuesta reciente, 44% de Los Sin Casa arguyen que viven en la calle porque no tienen ingresos, 25% por problemas de salud, 25% por problemas de adicción y 22% por lo costoso de las rentas.

La situación ha entrado en una caída libre desde los años 80. En el periodo anterior, los altos impuestos a las empresas y el poder que tenían los sindicatos hizo que en América del Norte se iniciara un verdadero proceso de distribución de la riqueza desde arriba hacia abajo. Actualmente la política liberal de minimizar los impuestos, de destrozar a los grandes sindicatos, de los cuales quedan muy pocos, y de favorecer aquellos con actitud patronal, ha devenido en que los pocos trabajos que se encuentran están en el sector de servicios, con sueldos con el salario mínimo o un poco más alto.

Las empresas se mueven hacia adonde la explotación y salarios bajos son legales como China, India, México. En el último tiempo, 95% de los trabajos creados fueron empleos sin paga, es decir, de la categoría de pequeñas empresas (Pymes, self-employed), muchas de ellas son trabajos precarios, inseguros y de bajo ingreso. Estadísticas de Canadá reportó que el desempleo subió alrededor del 10% debido a que gente nueva está solicitando empleo por primera vez. Se crearon 18,300 nuevas empresas pequeñas. Aun hay más de un millón de Canadienses sin trabajo.

Esta realidad es la que el gobierno provincial de la Colombia Británica y de Canadá no tiene ningún interés en que se conozca. La imagen que se tiene del país, a pesar de haberse deteriorado últimamente con la aventura colonialista en Afganistán, es la de bienestar con una historia de misiones de paz en las Naciones Unidas, y con un estándar de vida alto. La realidad es diferente; la propaganda y los medios de comunicación en pocas manos, sin prensa alternativa, hacen que lo que se informa hacia el exterior no siempre calce con la verdad y esta es la realidad que van a encontrar los atletas, porque por mucho que el gobierno trate de taparla, esta surgirá a la superficie como una gran mancha. No podrán seguir multando a la pobreza, no podrán encarcelar a todos Los Sin Casa, no podrán levantar murallas blancas, no podrán cambiar el modo de vida de los habitantes del DTES mientras no cambie la política y se enfrenten los problemas con soluciones reales y no con parches.

Como punto final, los ricos en los países subdesarrollados no solo tienen el poder económico sino también el político. Ellos no necesitan emigrar y pueden viajar adonde lo deseen en los tiempos que más les conviene. Los que emigran son los pobres o aquellos que tienen problemas políticos, para los pobres cualquier lugar del mundo que les garantice algo mejor de lo que tenían será el mejor, para los asilados políticos el problema es diferente. El mejor lugar en la tierra puede estar en cualquier parte. Ahora lo importante es: ¿Los habitantes de bajos ingresos de DTES pensarán que están viviendo en el mejor lugar del mundo? ¿Y qué de los que viven del Welfare o ganan el sueldo mínimo, qué opinan?

e-mail del autor: debarahona@shaw.ca

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