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Los ecuatorianos ratifican proceso de cambios

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El presidente Rafael Correa ha obtenido un contundente respaldo político después que los ecuatorianos decidieran apoyar en las urnas el texto del nuevo marco jurídico que regirá el futuro del país.

La mayor parte de los sondeos y encuestas no hicieron nada más que ratificar la tendencia general que venía manifestando la ciudadanía y el electorado, que indicaba que el triunfo del “sí” (64.00%) se impondría por sobre los sectores que se oponían a la aprobación del nuevo texto constitucional. 

Ello nos indica claramente que el pueblo ecuatoriano ha decidido apoyar el proceso de cambios que ha venido impulsando el presidente Rafael Correa y que busca resolver los problemas económicos y sociales más acuciantes que viven los ecuatorianos, así como el desarrollo integral del país.

Los ecuatorianos que viven en España se pronunciaron a favor (67,31%) de la nueva Constitución promovida por el gobierno de Rafael Correa, según informó el embajador del país latinoamericano en Madrid, Nicolás Issa Obando. 

Los sectores políticos, económicos y sociales que se encuentran en  el lado opuesto al presidente Correa, desataron una feroz campaña del terror en contra del referéndum y han desplegado una oposición ciega y sectaria que solo busca la desestabilización del gobierno del Rafael Correa.

La oposición al gobierno de Correa, al igual como en Bolivia o Venezuela, es encabezada por los grandes empresarios, las trasnacionales con interese económicos en el país, la oligarquía económica y financiera, además del sector más conservador y reaccionario de la Iglesia Católica del país, que siempre termina aliándose con la clase económicamente del país.  

Los sectores políticos de centro derecha del Ecuador, como ha sido tradicional en estos países y cuando no logran controlar el país a través de las urnas, empiezan a recurrir a la polarización de la nación, a la desestabilización y el golpe de estado, para así imponer sus políticas a favor de la clase económicamente dominante del país.

El bastión principal de los opositores al proceso de cambios impulsado por el presidente Rafael Correa se encuentra afincado en la ciudad de Guayaquil y es encabezado por los más granado, reaccionario y golpista del empresariado nacional y los terratenientes.

Lo cierto es que la clase económicamente dominante del país, no esta dispuesta a ceder un solo dólar de sus ganancias para beneficio del conjunto de la nación. Tampoco están dispuesto a que las grandes mayorías del país puedan vivir en mejores condiciones de vida, superando así las injusticias y desigualdades de las cuales ello mismo son responsables, después de haber implantado por décadas las iniquidades mientras tuvieron el control político y económico de la nación , para beneficio propio.

La nueva Constitución impulsada por el presidente Rafael Correa, permitirá una mayor participación de la sociedad en la toma de decisiones, prohíbe la instalación de bases militares extranjeras, incorpora el voto para los militares y condiciona el anticipo de elecciones a la destitución del presidente o el Congreso.

El ex presidente de la Asamblea Constituyente que redactó el proyecto constitucional expreso a la prensa que el nuevo texto refleja la aspiración popular de la mayoría de los ecuatorianos porque conforma un Estado más responsable, una institucionalidad con más participación ciudadana y garantías constitucionales: "Esta Constitución impulsa un pleno ejercicio de la democracia a todo nivel y un desarrollo económico, ambiental, cultural y social para la nueva época con respeto a la naturaleza y como eje central al ser humano", puntualizó.

Mientras que los grandes empresarios y sus aliados políticos de centro derecha, como es habitual en su discurso acusan al presidente Correa de que intenta concentrar todo el poder, establecer un modelo económico con una “malsana intervención del Estado” sobre los mercados y no tiene límites para el gasto de las finanzas públicas. Todo esto en el marco del colapso del modelo económico capitalista neoliberal en los Estados Unidos, en donde el Estado y con el dinero de todos los contribuyentes se busca salvar a las mafias económicas y financieras que controlan el libre mercado de la especulación, igual fenómeno ocurre en Gran Bretaña y otros países de la UE que se aprestan a hacer lo suyo en esta materia.

Sin embargo lo cierto que lo que se está viviendo en el país es la consecuencia de una necesidad de cambio que la sociedad ecuatoriana ha venido exigiendo desde hace varios años, pues precisamente los sectores políticos de centro derecha que ejercieron el poder no sacaron al país de la pobreza y el subdesarrollo, y cuando ahora Rafael Correa intenta revertir esta situación, estos sectores comienzan a conspirar, ha impulsar acciones desestabilizadoras encubiertas y con el apoyo de potencias extranjeras.

Pero vamos viendo, a que le teme la clase económicamente dominante del país en relación al proyecto de nueva constitución, recientemente aprobado por el pueblo ecuatoriano? Una de las cosas centrales de los cambios estructurales que se busca en el país, es el mayor control del Estado de los recursos naturales estratégicos de la nación, de manera que estos vayan en beneficio de las grandes mayorías y el propio desarrollo del país.

Otro de los aspectos importantes de la Nueva Carta Fundamental de la Nación, es la profundización del sistema democrático tradicional, que llama al conjunto de los ecuatorianos a una mayor inclusión y participación en la resolución de los problemas que los afectan directamente. En este plano la idea central es terminar con la democracia formal, poco representativa y de la cual usufructúan la autodenominada clase política y la oligarquía económica y financiera del país. 

En lo propiamente económico, se busca sustituir al capitalismo neoliberal, forjando un sistema económico alternativo, social, solidario y que estén al servicio de los intereses del conjunto del país, terminando así con la especulación financiera, la privatización salvaje de las entidades públicas y el enriquecimiento de una minoría. Defiende una "adecuada distribución de los ingresos y la riqueza" y una relación equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en armonía con el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente.

El gobierno de Rafael Correa nunca se ha manifestado en contra de la inversión privada, sin embargo estima que el Estado debe jugar un rol importante en el desarrollo del país. Es el Estado el que debe asumir una mayor presencia en el control sobre el endeudamiento externo, ofrece instancias para que la ciudadanía lo vigile y audite, y estipula que la formulación de las políticas monetaria, crediticia, cambiaria y financiera "es facultad exclusiva" de la función que debe tener el  Ejecutivo. Todo lo que diga relación con el manejo económico y financiero del país, deber ser regulado y controlado desde las diversas instituciones que están ligadas estrechamente con el Ejecutivo.

A la luz de los últimos acontecimientos relacionados con la especulación financiera internacional, en las cual han estado sumidas las mafias de Wall Strett, indudablemente las medidas que vaya a tomar el gobierno de Correa, son de vital importancia, pues al capital neoliberal y su hija putativa el mundo financiero, no se los puede dejar al libre albedrío de lo que estos decidan, con respecto a como debe ser el manejo económico de un país, de allí la importancia que reviste la transparencia, el control y  la regulación económica y financiera.

Otro de los aspecto importantes de la nueva constitución, es terminar con el oligopolio o monopolio, directo o indirecto, de la propiedad de los medios de comunicación. Los medios de comunicación deben estar al servicio de la democracia, el pluralismo y el respeto a la diversidad de opiniones y concepciones filosóficas o religiosas. Recordemos que hoy en día, en el Ecuador los medios de comunicación están en manos de los grandes empresarios y sus aliados políticos de centro derecha del país, que son los que se oponen a los cambios que preconiza el presidente Rafael Correa.

El presidente Rafael Correa manifestó que "las estructuras viejas han sido derrotadas" en las urnas y ahora deberán rendir cuenta al pueblo "aquellos que mintieron y manipularon", para evitar que la Constitución fuera aprobada. Reiteró que avanzará con todo el pueblo de Ecuador por la senda del cambio y el futuro. "Aquellos que tuvieron otras posturas políticas por convicción, los respetamos, pero aquellos que sólo defendían intereses de grupos, tendrán que rendir cuentas".

Así con el aplastante triunfo obtenido por el presidente Rafael Correa en los comicios del domingo recién pasado, se abre un nuevo horizonte, lleno de esperanzas para los ecuatorianos, que en democracia, con participación e inclusión de todos, puedan dar paso a  la construcción de un nuevo modelo de sociedad, en donde puedan quedar superadas las injusticia y las desigualdades sociales en que los tuvieron sumidos por décadas,  los grandes empresarios, terratenientes, la oligarquía económica y financiera y sus aliados políticos de centro derecha. 
29.09.2008

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