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Colombia: Interpol entre laptops, lapsus y narcoparapolítica

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Cuando el pasado 15 de Mayo, Mr Ronald Kenneth Noble, en su calidad de director de Interpol, entregó en apasionada conferencia de prensa su reconocimiento “independiente y profesional” a las aseveraciones del gobierno colombiano acerca de los afamados computadores, a una buena parte de la humanidad le quedó suficientemente claro que el organismo policial supranacional había decidido meterse en la política profunda.

Pues de haber andado Mr Noble por Colombia en misión exclusivamente policíaca, lo que hubiera debido hacer antes que nada, era haberle colocado esposas a quienes ocupaban respectivamente su diestra y siniestra en la publicitada conferencia. Nadie pudiera esperar que el director de un organismo policial de extensión global como Interpol no vaya a estar enterado de las múltiples ramificaciones que el DAS y el general Naranjo de la Policía Nacional Colombiana tienen con la narcoparapolítica y ni falta hace en estas líneas detallar las innumerables conexiones y actividades de ambas instituciones en este terreno, que llegan a estar presente y tan cerca –solo por citar un caso- en la misma casa familiar del mencionado general.

Pero Mr Noble optó, obedeciendo órdenes superiores, por la política de prestar su aval a quienes han desangrado Colombia durante décadas, e inundado el planeta con aquella droga que supuestamente debiera él estar tratando de detectar.

¿Y qué nos dice Mr Noble, a nombre de Interpol?

Ya en el primer punto del “resumen” que puede leerse en la página seis del informe oficial (1) se expresa que:

“Las autoridades colombianas solicitaron a INTERPOL la realización de un análisis forense de tres ordenadores portátiles, dos discos duros externos y tres llaves USB (NdeR piensaChile: Destacado nuestro.) decomisados en el campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) situado en Ecuador, en una zona fronteriza con Colombia, el 1 de marzo de 2008 (en adelante denominados “pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC”).”

La misión “independiente y profesional” a la que se refería Mr Noble en su conferencia, comienza certificando la acción militar realizada por Colombia en territorio de Ecuador y garantizando con un acto de fe, que los mencionados elementos que el gobierno colombiano pedía investigar a Interpol habían sido obtenidos en el campamento donde fueran masacrados Raúl Reyes y sus compañeros. Algo que sencillamente Interpol no está en condiciones de probar por más que quisiera.

Es probable que Mr Noble no tenga tiempo para ver la famosa serie “Los Expertos” u otras similares, en donde se nos muestra repetidamente en cada uno de los capítulos, cómo se hace necesario para iniciar cualquier investigación de carácter policial el que se conozca, entre otros muchos detalles, la procedencia verdadera de las pruebas a investigar. Es lo básico.
Pero he aquí que Mr Noble en vez de recurrir a algún método científico de validación… nos invoca a que como él recurramos a la fe, no en un ser supremo, como pudiera ser legítimo para muchos, sino a la fe nada menos que en el régimen narcoparapolítico colombiano.

Con ello Mr Noble continúa metiéndose paso tras paso en el delicado terreno de la política-narcoparapolítica y alejándose de la profesionalidad que debe pretender poseer cualquier organismo policial.

Prosigue el resumen entregado en el informe, y dando por sentado que nos hemos tragado la “rueda de carreta” del primer punto con:

“Concretamente, las autoridades colombianas solicitaron la asistencia técnica independiente de INTERPOL en materia de investigación informática forense para que examinara los archivos de usuario contenidos en las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC y para que determinara si alguno de dichos ficheros de usuario se había creado, modificado o eliminado el 1 de marzo de 2008 o después de esta fecha.”

Ya nos avisa que lo que se trata es de “determinar” si hubo creación, modificación, eliminación de ficheros de usuario… sin siquiera considerarnos con el respeto de comprobar antes que nada, si lo anterior señalado se ajusta a los hechos reales. A estas alturas muchos ya estarán pensando que a quien le hicieron comulgar con “ruedas de carreta” fue precisamente a Mr Noble, pues si no se ha podido probar objetivamente la procedencia real de los computadores y otros elementos, sencillamente no se puede continuar adelante con ningún tipo de investigación ni “determinación”, dado que al faltar los elementos probatorios básicos se caería en el terreno de la especulación, y se entraría de lleno en el de la manipulación.

Esta falta de seriedad demostrada hasta aquí por el informe firmado por Mr Noble sería más que suficiente para invalidar cualquier otra argumentación o “prueba” que se quisiera entregar al respecto, pero dado que el mencionado funcionario policial insiste en meterse en política al lado de la narcoparapolítica, hagamos como que le seguimos el juego.

En un débil intento por aparecer investigando desde una posición “independiente y profesional”, pero sin dejar de recurrir a la fe, nos advierte en la página siete del mencionado informe que:

“El alcance del análisis forense de carácter informático de INTERPOL se limitaba a: a) establecer los datos reales que contenían las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC, b) comprobar si los archivos de usuario habían sido modificados de algún modo el día 1 de marzo de 2008 o en fechas posteriores, y c) determinar si las autoridades de los organismos encargados de la aplicación de la ley colombianos habían manejado y analizado las citadas pruebas de conformidad con los principios reconocidos internacionalmente para el tratamiento de pruebas electrónicas por parte de las fuerzas del orden.”

Y a continuación en la página ocho:

“Conclusión N° 2b:  Entre el 1 de marzo de 2008, fecha en que las autoridadescolombianas incautaron a las FARC las ocho pruebas instrumentales de carácter informático, y el 3 de marzo de 2008 a las 11.45 horas, momento en que dichas pruebas fueron entregadas al Grupo Investigativo de Delitos Informáticos de la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) de Colombia, el acceso a los datos contenidos en las citadas pruebas no se ajustó a los principios reconocidos internacionalmente para el tratamiento de pruebas electrónicas por parte de los organismos encargados de la aplicación de la ley.”

Sin embargo, al avispado director general de Interpol ni se le pasa por la mente que con sus propias palabras estaría reconociendo el caso como maleado, y que un organismo como el suyo, de respetarse a sí mismo, no podría seguir adelante con el juego. Pero Mr Noble, intentando cubrir la chapucería nos dice que si bien hubo un acceso a los datos desajustado de principios… podemos tranquilamente seguir jugando.
No obstante, por lo menos en este artículo, llegaremos hasta aquí con la fabulación ofrecida.

¿Más lapsus de Interpol?
Sin detenernos a analizar la parte aparentemente sustancial del informe: la sección de análisis informático, descrito al detalle mínimo, ni la agotadora labor que los técnicos de Interpol realizaron con el material de procedencia desconocida entregado por el gobierno colombiano, vale la pena dirigir la atención hacia otras partes del informe que entregan ciertas apreciaciones necesarias de analizar y que nos deben poner alertas sobre posibles situaciones a venir.

En la página nueve, el informe expresa:

“La verificación realizada por INTERPOL de las ocho pruebas instrumentales citadas no implica la validación de la exactitud de los archivos de usuario que contienen, de la interpretación que cualquier país pueda hacer de dichos archivos, ni de su origen. Es perfectamente sabido que, a efectos de los organismos encargados de la aplicación de la ley, las conclusiones sobre la veracidad o exactitud del contenido de cualquier prueba se establecen en el marco de un procedimiento judicial de ámbito nacional o internacional, o bien por parte de una comisión especialmente designada y con jurisdicción sobre el asunto en litigio.”

Vaya, ¡por fin! Interpol insinúa la posibilidad de que pudiera hacerse justicia más allá y en otra dirección que la que le está pidiendo el gobierno colombiano. Este párrafo, insertado en medio de todo lo demás, y que ha pasado por alto la mayoría de los análisis que en torno al informe se han realizado hasta ahora, indica claramente que, si bien Interpol ha aceptado analizar las “pruebas instrumentales” en el contexto que se le ha pedido, haciendo apología del accionar gubernamental junto a otras flores, no están validando las informaciones contenidas en las mismas pues ese terreno le corresponde a la justicia “nacional o internacional”. Aquí Interpol, como Poncio Pilatos, procede a lavarse las manos.

Esta aparente contradicción en el texto del informe pudiera reflejar mucho más de lo que hasta ahora conocemos.¿Estará tratando Mr Noble de entregarnos un mensaje oculto entre líneas?

Avancemos la lectura saltándonos hasta la página 53 del informe. Allí aparece la copia fotográfica de la carta que el general Naranjo de la PNC le enviara a Mr Noble el 4 de Marzo, solicitándole la colaboración de Interpol. Es preciso leerla con detenimiento pues a veces las cosas obvias se pasan por alto, considerándolas como algo secundario o simplemente no fijándonos en detalles que en realidad ayudan a dar luces sobre el meollo del problema.

Con sorpresa leemos en esta carta que el famoso general solicita a Interpol, la “valoración oficial de tres (3) computadores y tres (3) dispositivos de almacenamiento USB…” (NdeR piensaChile: Destacado nuestro.) algo que obviamente no calza con la cantidad de dispositivos denunciados en todas las instancias.

Pudiéramos pensar que el general Naranjo, nervioso y apurado por la situación, redactó en forma errónea una carta de tamaña importancia, la cual sin revisión concienzuda se filtró de dicha forma hasta las manos del director de Interpol. Pero más adelante, en la página 57, podemos leer que Interpol recibió oficialmente sin chistar, la misión histórica de revisar esa y no otra cantidad de dispositivos.

Responde Mr Noble a la solicitud -que como se recordará le fuera remitida paralelamente y por vías distintas por la PNC del general Oscar Naranjo y el DAS de María del Pilar Hurtado-, diciendo: “Concretamente, han pedido Vds. a Interpol que les proporcione ayuda especializada en materia de investigación informática forense en relación con los datos almacenados en tres (3) ordenadores y tres (3) llaves USB que…”

Por más vueltas que queramos darle a este “lapsus”, cometido en primer lugar por la PNC y el DAS y avalado con la confirmación del director de Interpol, tendremos que asentir que NO es posible que estas cartas hayan sido colocadas en el informe oficial de Mr Noble por casualidad u error. Sencillamente Interpol está delatando algo sucio “entre líneas” con esta medida de aparente descuido, y dejando constancia con las cartas-pruebas mencionadas, que ellos fueron oficialmente contactados por estos organismos del gobierno colombiano para investigar originalmente nada más que seis dispositivos, y que después les fueron entregadas ocho “pruebas” que tuvieron por alguna razón, que aceptar obligadamente y examinar. ¿Qué órdenes superiores les hicieron seguir adelante a pesar de la notoria incongruencia?

Sería interesante que Mr Noble se atreviera algún día a explicar personalmente este comprometedor “lapsus”; pero para nosotros es necesario seguir adelante y analizar ahora mismo cómo y porqué es que Interpol aceptó seguir el juego a este extremo, arriesgando no solo su propio prestigio sino la validez general de toda la faramalla que aceptaron mostrar.
A nadie causaría extrañeza que tratándose de organismos gubernamentales narcoparapolíticos colombianos, les de lo mismo decir o pedir un día una cosa y después otra; quienes están ya cebados y se codean diariamente con la muerte, la mentira y la corrupción tienen incorporados muy dentro, el desparpajo y el cinismo como para ni arrugarse haciéndolo. Así funcionan las mafias.

El martes trece de la narcoparapolítica
Mientras tanto, sorprendidos, asustados e indignados están los narcoparapolíticos recientemente extraditados. No esperaban la que según ellos ha sido una “traición” de sus socios del gobierno y tiemblan de imaginar que si les condenan en los EEUU, se les alejará la posibilidad de que puedan acabar sus días bajo el sol colombiano. Así lo han hecho saber insinuando que estarían dispuestos a colaborar con la justicia estadunidense para aclarar no solo lo referente al narcotráfico, sino lo que les pidan. Habría que preguntarse entonces si verdaderamente le ha servido al gobierno colombiano alejarlos por ahora de la escena nacional, cuanto más esta gran cantidad de “notables” y el revuelo mediático que levantan donde quiera se encuentren, hará imposible que la justicia estadunidense pueda rebajar de categoría sus crímenes y reducirlos nada más que a un asunto de drogas. La extradición de estos narcoparapolíticos verdaderamente le ha colocado al gobierno de Uribe la soga al cuello.

En cualquier caso diversas organizaciones de Derechos Humanos, tanto de Colombia como de los EEUU, junto a familiares de las víctimas encontrarán la forma adecuada para impedir que la distancia equivalga al silencio y la impunidad. Se trata que los extraditados sean presionados desde todas partes para que aún desde las cárceles de EEUU puedan confesar todo lo que conocen de la narcoparapolítica.

Tanto la extradición de estos mafiosos como la antes mencionada conferencia de Interpol se sucedieron en un lapso de pocos días; generalmente se procede así cuando se pretende generar un hecho político que incida en la realidad obligando a que esta se tuerza en la dirección esperada. Dos hechos aparentemente opuestos en cada extremo de la realidad política pero que en la práctica están indisolublemente ligados desde hace más de medio siglo. Lo interesante del caso es que mientras el gobierno colombiano respira algo aliviado por la distancia que ha puesto entre los narcoparamilitares y los escándalos nacionales y agradece desde el alma la aparente ayuda de Interpol, pareciera que por detrás, entre bambalinas, otra salida es la que se planea desde las alturas imperiales.

Por un lado, Interpol avala el montaje gubernamental en torno a los computadores, evidentemente con la intención de ayudar a comprometer con las FARC a todos aquellos que como conejos serán extraídos desde los mágicos gigabites de los mismos. Sobretodo interesa comprometer en el actual contexto regional a los gobiernos de Venezuela Bolivariana y Ecuador, y dentro de Colombia a personalidades de influencia como Piedad Córdoba y otros; la lista de acusaciones debe ser sin dudas casi interminable, y 600 gigabites alcanzan para todo, cuanto más habiendo tenido la precaución de datar algunas informaciones con fechas extensibles hasta el 2010.
Mr Noble en todo esto se vuelve a lavar las manos, pues nos dice que en su cometido “profesional” ni siquiera se le habría ocurrido leer de reojo alguna línea comprometedora con estas personas y países… esa tarea sucia se la deja al gobierno colombiano el cual por supuesto es el maestro de ceremonias adecuado.

Interpol, que ni corto ni perezoso contribuye al propósito imperial de involucrar a los países, organizaciones y personas que hoy están en la mira de Washington, separa aguas al mismo tiempo de las maquinaciones del gobierno colombiano pues sabe que otros días se avecinan. Interpol debe tener a estas alturas ya preparado lo que declararán cuando les pregunten sobre qué más conocen acerca de “Colombia”, y se puede esperar que no trepidarán en involucrar sin misericordia al gobierno.

Ya veíamos que respecto a la extradición de los narcoparapolíticos la situación para el gobierno colombiano no era tampoco de las más esperanzadoras puesto que si los extraditados se deciden a comenzar a hablar, Uribe y los suyos engrosarán la población penal no solo de las cárceles en Colombia sino las del propio EEUU. Bien pocos integrantes del gobierno colombiano actual podrían eludir un proceso judicial que contemplara seriamente los diversos aspectos de la narcoparapolítica.
¿Pero porqué serían los EEUU quienes se interesaran en colocarle este cascabel (o soga al cuello) a su gato predilecto?

Las alternativas para el gobierno de los EEUU
No sería la primera vez que del mismo modo como desde el imperio se han instaurado dictaduras u otros regímenes similares disfrazados con otra mención… se cambiaran los que hasta ayer eran los favoritos. En cualquier caso el cambio es na da más de maquillaje, debajo del cual todo queda igual. La idea es escoger al que sea el más adecuado, para cumplir el cometido de mantener a nuestros pueblos en la oscuridad de la dominación.

En esto los gobernantes de EEUU y sus incontables agencias de Defensa y Seguridad son expertos. El caso más paradigmático al respecto es quizás el de Chile, en donde -historia conocida-, la dictadura de Pinochet fue “sacrificada” justo en el momento cuando ya no daba para más, y heredó sus fueros un modelo de neodemocracia que mantuvo en funciones lo mismo que había sido instaurado por la dictadura, pero con un rostro sonriente que ilusionó a los chilenos entonces con la consigna de “la alegría ya viene”… aún esperan Mapuches, víctimas y millones de desposeídos que la escurridiza alegría venga en forma de justicia y verdad.

Pudiera ser que el imperio haya decidido reproducir ahora en Colombia algo parecido; después de todo es el Chile actual una obra maestra de permanencia sistémica en donde tras una vitrina luminosa de democracia representativa y bonanza económica para unos pocos, son reprimidas de un modo efectivo hasta ahora, todas las demandas importantes de su pueblo.

En el caso de Colombia se tendría que hacer una batida a fondo contra aquello que pudiera hacer peligrar los planes imperiales: la narcoparapolítica y sus representantes por un lado, y por otro la insurgencia guerrillera, así como los sectores más activos en la movilización por la defensa de los derechos populares.

Colombia hoy
Mientras redacto estas líneas, el cerco militar a campamentos guerrilleros donde posiblemente se encuentren también algunos secuestrados continúa estrechándose; la alternativa que les presenta el gobierno es clara: o se rinden incondicionalmente o son borrados del mapa todos por igual. El momento no puede ser más delicado pues el gobierno sabe que cualquier respuesta de las FARC está enmarcada en esta realidad.

Conociendo de sobra la impudicia de las FFMM y del gobierno, no sería extraño que los mismos intentasen con cualquier pretexto precipitar un desenlace fatal; ellos no están por el diálogo ni por acuerdos de ningún tipo y la muerte de los rehenes sería achacada a la responsabilidad de quienes les retienen. Un aniquilamiento de rehenes y guerrilleros en este contexto dejaría a las FARC a las puertas de una derrota estratégica, la misma que durante décadas no han podido alcanzar ni el imperio ni sus acólitos colombianos.

Una situación como la descrita significaría también en el corto plazo el fin del gobierno actual colombiano; el momento sería aprovechado para desmantelar las estructuras que la narcoparapolítica consolidó durante años. Otra vez los planes imperiales cantarían victoria en nuestro continente.

Denunciar y actuar en todas las instancias populares, sin perder ni un solo momento.

(1) Informe Interpol

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