Lima.- Los titulares que después de la cita de Santo Domingo rezaban rebosantes: “Ganó Uribe” (que es también el título del artículo de Rospigliosi el domingo); me hicieron pensar inmediatamente en Fujimori y en esa necesidad de los regímenes así llamados “pragmáticos” de vivir de su aparente eficiencia y permanentes triunfos. La estrategia es el programa, es la idea de fondo que suele admitirse en sociedades abrumadas por la sensación de falta de salidas y problemas que parecen condenados a ser perpetuos.
Uribe ha introducido el concepto de que es capaz de vencer a las FARC, de puro terco, y que después de ese punto el país será diferente. Y para levantar la suspicacia obvia lo primero que hizo es negociar con los paramilitares, a los que todo el mundo lo asociaba. Hay un enorme contrabando en todo eso: privilegios en la desmovilización, desaparición conveniente de los principales jefes, procesos confusos a allegados de Uribe sobre el tema, conservación de grupos operativos, continuidad de asesinatos; pero internacionalmente “Varito” ha logrado poner en duda la tesis de que Colombia sufre una guerra sucia de todos lados, que es alimentada por diversos intereses: narcotráfico, hacendados, grandes empresas, fondos del exterior (en el 2007 la ayuda militar llegó a 5 mil millones de dólares)
Ahora hay muchos más comentaristas dispuestos a concederle legitimidad a la intervención de tropas del Ejército y la Policía, en la disputa de zonas, no obstante se sigan cometiendo barbaridades hacia la población civil y se llegue a violar arteramente la soberanía de un país vecino para alcanzar los objetivos. Se ha ido estableciendo una tácita aceptación de la “solución militar” que propone el uribismo, por el cansancio de guerra que se siente en todas partes. Y eso, por cierto, fue entrando en contradicción con el tema de los rehenes, que era una corriente paralela de la opinión pública en Colombia y fuera de ella.
Uribe consideraba una molestia tener que responder a la presión de los familiares y de diversos gobiernos para mostrar que también le interesaba rescatar con vida a estas personas. Todas sus respuestas a los planteamientos de las FARC se leyeron como obstáculos a la negociación, y sus intentos de recuperar a sangre y fuego a los prisioneros terminaron en tragedia.
La insólita invitación a Chávez para encabezar una gestión humanitaria por los rehenes, podía entenderse entonces como una maniobra política que se desestimó rápidamente cuando empezó a mostrar que podía dar resultado. Los amigos del colombiano jamás podrán dar una explicación coherente a porqué su amado metió a su odiado en un asunto tan delicado.
Y es evidente que las FARC vieron la brecha y decidieron dar paso a una liberación unilateral que parecía imposible, reforzando a Chávez en desmedro de Uribe. Este es el contexto preciso en la víspera del bombardeo en Sucumbios. En Bogotá había la necesidad de dinamitar un proceso que apuntaba a un tipo de solución diferente a la que sostenía la popularidad del presidente.
Hay quienes piensan que los movimientos del comandante Reyes y sus contactos con Chávez, Sarkozy, la Cruz Roja, estaban detectados por Colombia y Estados Unidos desde hacía tiempo, hasta que decidieron golpear y generar una crisis en la que la discusión sobre la violación de soberanía debía enredarse con la de si era legítimo tener un grupo de guerrilla detrás de la frontera con Ecuador, y de si el presidente venezolano tenía algo que hacer en este lío. Los que aplauden la “victoria” de Uribe están diciendo por eso que ya el punto dejó de ser el de los rehenes, que Colombia logró poner encima de ellos la cabeza del jefe muerto, y que la OEA y Santo Domingo no pudieron condenar al agresor porque sintieron el peso de los Estados Unidos. Es decir celebran sobre cadáveres y sufrimiento como en la casa del embajador japonés en 1997. No ven que Uribe ha aislado a su país como pocas veces en la historia de América Latina. Ni siquiera García se atrevió a viajar a apoyarlo. Y envió a Giampietri para que la incoherencia pareciera personal, y no la de su gobierno.
12/03/2008,
– El autor es analista político y económico peruano.
* Fuente: Agencia Latinoamericana de Información
Artículos Relacionados
Snowden en su mensaje navideño: Orwell en su libro '1984' es "nada en comparación con lo que tenemos hoy"
por RT
12 años atrás 2 min lectura
‘Intellectus interruptus’: El recorte y la austeridad llegan a la literatura periodística
por Jorge Majfud (Uruguay)
13 años atrás 5 min lectura
¿Quién se atreve a decir que no hay libertad de prensa en Cretinolandia?
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
18 años atrás 3 min lectura
Africa: El Sahel desafía al colonialismo francés
por La Base (España)
15 horas atrás
08 de agosto de 2025
En el programa de hoy, Irene Zugasti y Eduardo García recorren Burkina Faso, Níger o Mali para explicar los cambios geopolíticos determinantes en el Sahel a través de figuras como Ibrahim Traoré y de la memoria panafricanista de Thomas Sankara o Patrice Lumumba. ¿Cómo afecta a Francia? ¿Qué papel juegan Rusia o China? Con el analista Alejandro López de Descifrando la Guerra.
Homenaje al pueblo boliviano en su larga lucha por independencia y libertad
por Sergio Rodríguez Gelfenstein (Chile)
1 día atrás
7 de agosto de 2025
Nunca en los últimos 200 años, los pueblos han dejado de luchar, nunca en 200 años el pueblo boliviano ha dejado de luchar y si nos reunimos hoy aquí es porque queremos rendir merecido homenaje al pueblo boliviano en su larga lucha por la independencia y la libertad cuando se cumplen 200 años de creada la república.
El artista palestino que dibujó un niño para dibujar la humanidad
por Olga Rodríguez (España)
6 horas atrás
08 de agosto de 2025
“Me enfrentaba a ejércitos con caricaturas y dibujos de flores, esperanza y balas”,
Guerra del Sáhara Occidental: El supuesto dron saharaui que “cambiará el juego” y que preocupa a Marruecos
por ECSaharaui
1 día atrás
07 de agosto de 2025
Lo que Marruecos teme en estos momentos con el recrudecimiento de los enfrentamientos armados en el Sáhara Occidental son los drones kamikaze, o lo que se conoce como los «aviones suicidas». Las bases de las fuerzas de ocupación marroquí y sus puntos militares fijos serán un blanco fácil de golpear y destruir si el Frente Polisario decide introducir aviones suicidas en el campo de la batalla.