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Discurso del Cacique Guaicaipuru Cuatemoc a los Jefes de Estado de la Comunidad Europea

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La verdadera deuda
A pesar del tiempo transcurrido, circula por los senderos de Internet este discurso de un líder indígena ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea en Barcelona (2002). [Nota de la Redacción: ¿Una leyenda?. Al final le entregamos algunos datos al respecto]. Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique Guaicaipuro Cuatémoc logró inquietar a su audiencia cuando dijo:

Señores
Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatémoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa. El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1.503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.

¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano! ¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos! ¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuatémoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.

Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan ‘Marshalltezuma’, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.

En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestros hermanos europeos la viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata.

¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica. Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales. En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta. Pero no podrán. Porque esa bala es el corazón de Europa.


Cuando el Cacique Guaicaipuro Cuatémoc dio su conferencia ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, no sabía que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional para determinar LA VERDADERA DEUDA EXTERNA, ahora sólo resta que algún gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.

Discurso del Cacique Guaicaipuro Cuatemoc ¿una leyenda?

Al investigar en Google el término Guaicaipuro Cuatemoc, regresan 855 resultados. Todos se refieren a un discurso proferido por el Cacique Guaicaipuro Cuatemoc en una reunión de jefes de estado de la Comunidad Europea.

El discurso es reproducido en los mas diversos idiomas. Existen páginas en italiano, español, portugués, alemán, inglés, francés, holandés y catalán.

¿Quién es o quién fue el Cacique Guaicaipuro Cuatemoc? ¿Dónde se realizó o quién estaba presente en esa reunión de Jefes de estado de la Comunidad Europea?

La verdad es que no existen mayores informaciones sobre el cacique, a qué tribu pertenece ni cuál es su país de origen. Una de las páginas habla de “un cacique de una nación indígena de América Central”. Es la referencia más precisa.

Hasta la misma fecha en que el discurso fuese pronunciado no es mucho más precisa. Para L’Espace Citoyens la reunión habría ocurrido en el mes de abril de 2002 en la ciudad de Valência (España). En la mayoría de las páginas, entretanto, la fecha informada es el 08 de febrero de 2002. Una de las páginas que reproduce el discurso tiene la fecha de 29 de septiembre de 2002 e dice que la tal reunión habría sucedido “la semana pasada”. El texto publicado en el sitio de noticias Virtual Azores se inicia así:

A final de cuentas, el cacique existe o no?

Es poco probable que exista algún cacique o indio con ese nombre. Todo no pasa del análisis de una mente más revuelta o más lúcida sobre los 500 años de exploración, saqueo, matanzas y robos perpetrados por los “civilizadores” europeos en el Nuevo Mundo.

Españoles, portugueses, ingleses, franceses y holandeses cada uno de ellos participo de la "colonización" de las Américas en mayor o menor medida.

Aquí en Brasil, por ejemplo, algunos pasaron rápidamente, saquearon y se fueron. Como Lancaster, un pirata inglés. Otros pasaron más tiempo "colonizando" y después se marcharon. Se fueron y hasta hoy son homenajeados como grandes figuras de la historia brasilera.
 

¿Usted que cree? ¿Existe el Cacique o no? Lo que sí es innegable es la verdad intrínseca en todo lo que el “discurso” menciona… Como diría el presentador de un conocido programa televisivo cubano: “saque Ud. sus propias conclusiones!!”

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