Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Opinión

Más sobre fotógrafos, Allende y el Golpe

Compartir:
En la primera página del El Mercurio del día de hoy, se informa del fallecimiento, ocurrido anoche, del fotógrafo y Premio Nacional de Periodismo, Juan Enrique Lira, conocido también por haber sido Campeón Mundial de "Tiro al Platillo" en 1965. En aquel artículo se destaca la carrera profesional de Lira, y se detallan sus aciertos fotográficos, entre los cuales ocupa el primer lugar aquella fotografía del tenista sueco Bjorn Borg, tomada justo en el momento preciso en que quiebra su raqueta al responder a un potente saque del chileno Patricio Cornejo, durante las semifinales interzonales de la Copa Davis, que tuvieron lugar en 1975, en la ciudad sueca de Baastad. No deja de ser notable que en el epitafio mercurial se guarde absoluto silencio acerca de un hecho que pudo haber puesto a Lira en la lista de los grandes fotógrafos de todos los tiempos, nos referimos a las fotos que aquél tomó en el Salón Independencia, a las pocas horas de la muerte del presidente Allende, la tarde del 11 de septiembre de 1973.

Por fortuna esto quedaría registrado, aunque, por cierto, de manera oblicua y engañosa, en las páginas del periódico de los Edwards del día doce, en un brevísimo artículo escrito en letra normal, cuyo tamaño contrastaba brutalmente con la magnitud e importancia de las revelaciones que contenía, bajo el escueto título de: "Murió Allende", y que decía lo siguiente:

"El presidente Allende se suicidó. Su cadáver quedó en el Gran Living de La Moneda. No se pudo apreciar la forma en que vestía porque cuando los periodistas de este diario, Juan Enrique Lira y Hernán Farías, fueron llevados por militares para observar la escena, sólo había [allí] una tenue luz que salía de un foco del Cuerpo de Bomberos. El cadáver quedó recostado en el suelo, junto a un sofá, y al lado se mantenía una metralleta con la siguiente inscripción: “A su amigo y compañero de armas, Salvador, Comandante Fidel Castro". Los restos del ex Jefe del Estado fueron retirados desde La Moneda a las 18:30 hrs., en una camilla, cubierta con un choapino boliviano". 

Una lectura medianamente atenta detecta de inmediato que aquí había "gato encerrado". Dejando de lado el hecho de que los fotógrafos no supieron identificar correctamente el lugar donde murió Allende, por lo que se ha sabido posteriormente, ellos debieron haber visto perfectamente la vestimenta del Presidente muerto, así como el resto de los detalles de aquella terrible escena, y tomaron un rollo completo de película cada uno.

No importa cuán oscuro pudo haber estado aquel lugar, porque sus sombras hubieran sido fácilmente penetradas por la potente luz de los "flashes’ de las cámaras, utilizadas desde hace muchos años por todos los fotógrafos profesionales del mundo. Lo que, en realidad, se intenta ocultar mediante la ridícula historia de que no había suficiente iluminación en el recinto, es que se tomaron muchas fotos allí, pero que ellas debieron haber sido requisadas de inmediato por los militares al mando del general Palacios, quienes se encontraban en el Salón Independencia desde pasadas las dos de la tarde. Pero como si estas falsedades no fueran suficientes, los periodistas Lira y Farías ni siquiera fueron capaces de reproducir fielmente el texto de la dedicatoria impresa en la empuñadura de fusil AK del presidente, la que en realidad dice: A Salvador. De su compañero de armas. Fidel Castro. 
 
¿Por qué los militares golpistas permitieron que Lira y Farías tomaran aquellas fotografías del presidente muerto? ¿Por qué ellas les fueron confiscadas posteriormente? La primera pregunta pude responderse fácilmente, la respuesta a la segunda sigue siendo un misterio. Nada más comprensible que los golpistas tuvieran plena confianza en los fotógrafos de El Mercurio, cuyo propietario no sólo estaba perfectamente enterado del día y los preparativos del Golpe, sino que había intervenido personalmente el 14 de septiembre de 1970, por mediación de Donald Kendall, director general de la Pepsi-cola,(1) para impulsar a Richard Nixon a que  tomara la decisión de derrocar el gobierno de Salvador Allende, por todos los medios a su alcance. Esto no constituye hoy ningún secreto, ni se precisa recurrir a documento desclasificado alguno para saberlo, porque hasta el propio Henry Kissinger lo relata en sus memorias, sin ambages.(2)

¿Por qué aquellas fotos pudieron ser tomadas, pero fueron posteriormente confiscadas y nunca llegaron a ser conocidas? Aquí sólo podemos entrar a conjeturar pero, curiosamente, se dará aquella misma noche una situación muy semejante, que expresa idéntica vacilación, temor y desconfianza de los golpistas, y en especial de Pinochet, ante el conocimiento público de cualquier detalle de la muerte del Presidente, y es la siguiente: como se sabe hoy, hubo varios intentos de civíles y amigos de Allende de poder estar presentes en la autopsia de sus restos. El doctor Edgardo Enríquez, padre de Miguel y Edgardo, ha relatado cómo el famoso neurocirujano y amigo del Presidente, Alfonso Asenjo, trató infructuosamente de que se le permitiera asistir al examen postmortem. Pero no fue el único. También lo intentó Osvaldo Olguín, quien el 11 de septiembre era Senador y vicepresidente del Partido Demócrata Cristiano, además de médico. Olguín se comunicó telefónicamente con el general Ernesto Baeza, y le planteó la necesidad de que estuvieran presentes testigos fidedignos en la autopsia de Allende.

El diputado D.C., y también médico, Mariano Ruiz-Esquide se comunicó a su vez con Olguín y le pidió que obtuviera autorización militar para que ellos, junto el ex diputado y médico, Julio Montt, fueran admitidos en la realización de la autopsia. Olguín estuvo de acuerdo y así se lo planteó al general Baeza. "Muy bien, voy a consultar y le aviso", le respondió el general de Carabineros. Minutos más tarde llamó a Osvaldo Olguín y le manifestó que, de acuerdo con la Junta, tanto él como Ruiz-Esquide y Montt, podían presenciar la necropsia. Luego de pedirle la dirección de su domicilio, le indicó que, a las 17 horas, pasaría a recogerlos una patrulla militar en dos jeeps. Pero ni los vehículos militares, ni la patrulla, aparecieron aquel día por parte alguna.
 
Tanto en este incidente, como en el de la confiscación de las fotos tomadas por Lira y Farías en el Salón Independencia, se pone de manifiesto la desconfianza y el temor que dominaba a los golpistas aquel día; que en un caso impedirían que los fotógrafos de El Mercurio se hicieran mundialmente famosos, y en el otro harían que los detalles de la autopsia del Presidente no pudieran llegar a ser conocidos sino 27 años después de su muerte, cuando fueron dados a conocer, finalmente, en el 2000, gracias a la periodista Mónica González. Recaería sobre el fotógrafo presidencial Luis Lagos, el honor y la suerte de haber tomado aquellas extraordinarias fotografías de Allende armado y con casco, rodeado de sus escoltas en posición de combate, mientras los aviones Hawker Hunter, como ruidosos pájaros de mal agüero, hacían sus primeras incursiones sobre La Moneda aquella mañana trágica. Por desgracia su empecinamiento en guardar un secreto que ya no era tal, impedirían que Lagos recibiera en vida el reconocimiento nacional y mundial que bien se merecía.                
             
Notas
(1) Por éstos y otros servicios prestados, en marzo de 1984 la dictadura le confirió a Donald Kendall la distinción Bernardo O’Higgins, en el Grado de Gran Cruz. Significativamente, a la ceremonia realizada en la Academia Andrés Bello, asistieron, entre otros, Agustín Edwards, el Embajador norteamericano en Chile, James Theberge y el ex Ministro de Interior, Enrique Montero. Por cierto, el acto fue destacado en la crónica y en la página de "Vida Social" de El Mercurio.    
          
(2) Puede consultarse: Peter Kornbluh, Pinochet. Los archivos secretos, Barcelona, Editorial Crítica, 2004, pp.33-34.


15.03.2007, 08.30 hrs.
Comentario enviado a la Redacción por el periodista Camilo Taufic:

Estimado Hermes
Muy bueno,  y sobre todo muy oportuno y rápido, tu artículo sobre Juan Enrique Lira. Eres un gran investigador Hermes Benítez.

Tras ver la noticia del deceso de Juan Enrique Lira, inmediatamente pensé  en esa cita tuya de El Mercurio, que ahora evocas. Es un aporte insuperable de tu libro sobre la muerte de Allende. Allí hay una clave, o varias, que cambiarán la historia, aunque yo les doy una interpretación totalmente distinta… Bien los palos que le das a ‘El Mercurio’ , que mantendrá los secretos de Lira (sus fotos del 11-S-73 nunca publicadas) "ad eternum". En el homenaje que le rinden hoy -14.03.2007- , sus compinches publican sólo insulzas fotos y no las históricas… que tiene en su poder el Ejército, no sé a título de qué 34 años después!

Lo mínimo que podría hacer El Mercurio es contar algo de lo que el gral. Palacios sabía sobre las fotos de J.E. Lira el 11-S-73, y que se le salió por allí…Y que yo he memorizado, pero no publicado aún. Veremos.  GUARDAN UN GRAN SECRETO (los de El Mercurio), VARIOS, EN REALIDAD,  sobre el 11-S-73… Por un mínimo de decencia deberían rendir un auténtico homenaje a J.E. Lira por sus fotos históricas en La Moneda.

¡Lo lamentable es que a los que estudiamos el tema de la VERDADERA muerte de Allende, se nos están muriendo los testigos: el Gral. Baeza, el inspector Espinoza de la BH, el gral. Javier Palacios R., etc., etc…..   Y la falsa historia de lo sucedido en torno a la muerte de Allende sigue girando y girando, sólo con "aproximaciones" a lo realmente sucedido, como ocurre, con todo respeto, con lo que ambos hemos escrito, con distinto grado de extensión y profundidad, desde luego … y oportunidad. Pero la verdadera historia toma su tiempo.

Dos ‘aclaraciones’: 1: ¿No era de Ejército el general Baeza…? O era de Carabineros? Me has dejado en la duda, porque tú debes saberlo mejor que yo. 2: El Chico Lagos era conocido por todos como ‘Orlando Lagos’, su segundo nombre; no Luis.

Te felicito por tu sagaz artículo. Seguiremos informando. Cordial saludo,

Camilo Taufic, Valparaíso, Chile.
Compartir:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.