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Paraguay, Fernando Lugo: "No me siento ningún Cristo, ningún mesías…"

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Tiemblan las viejas estructuras del coloradismo paraguayo
Monseñor Fernando Lugo desató una fuerte polémica al renunciar a su hábito para lanzarse a la política. Su decisión hizo temblar las viejas estructuras del coloradismo, que monopoliza el poder desde hace 60 años. El popular obispo señala que la oposición debe hacer algo más que derrotar al oficialismo. “Yo quiero ser más ambicioso. Tenemos que cambiar este país”, sostiene con convicción en esta entrevista. Lugo pertenece a una familia de perseguidos de la dictadura stronista, tres de cuyos hermanos y un tío (Epifanio Méndez Fleitas) vivieron en el exilio. Por considerarlo de interés, ampliaremos sus declaraciones en próximas entregas.

Fernando Lugo produjo un shock al lanzarse a la política con miras a las elecciones del 2008.

– ¿Cómo recibió la reacción, el shock que produjo la renuncia a su hábito de sacerdote?
– Se dijeron tantas cosas, como eso de que yo abandoné, que renuncié a la Iglesia. Yo presenté mi renuncia al ministerio sacerdotal.

– ¿Qué significa eso?
– Renuncié a ejercer el sacerdocio, a la práctica pastoral, es decir, no es que renuncié a la Iglesia. No es que me alejé de la Iglesia. La Iglesia es amplia. Yo creo en esta Iglesia, en Su Santidad el Papa, en la Conferencia Episcopal Paraguaya, en este modelo de Iglesia de nuestro país. Profeso la misma fe que profesan todos los cristianos. Lo que dejo es mi ministerio sacerdotal para sentirme más libre y colaborar desde la política en la búsqueda de soluciones que tanto necesita el país en este momento.

– ¿No es una contradicción?
– No. No tiene ninguna contradicción con mi labor sacerdotal. La política busca el bien común e inclusive hay un punto en que se encuentran sacerdocio y política. Hay un artículo de (la encíclica) Gaudium Spees (Gozos y Esperanzas), el número 86, que fue un tema del inicio de mi tesis doctoral, que habla de esta situación. Son autónomos e independientes pero tienen puntos en común y es justamente la búsqueda del bien común. Cuando la persona humana está en juego, cuando los derechos humanos están en juego, cuando la vida está en juego, la Iglesia y la política se confunden en una sola misión.

– ¿Por qué algunos dicen que usted violó el Código Canónico?
– Yo creo que hay muchas afirmaciones fuera de contexto y sin fundamento. Hasta ahora yo no he violado el Código Canónico. Lo que dice el código es que ningún clérigo puede pertenecer a un partido político. Yo no estoy afiliado a ningún partido. El código también establece que un religioso no puede formar parte de ningún sindicato. Yo no formo parte de ningún sindicato.

– ¿Y esas reuniones que mantuvo antes de formarse esos movimientos que le apoyan?
– Mi participación se ha reducido a reuniones de estudio, discusiones, búsqueda de soluciones para sacar adelante a las comunidades.

– A usted lo acusaron de haberse involucrado mucho antes de renunciar.
– Yo creo que muchos obispos siempre nos reunimos y tratamos también temas políticos. Con eso no estamos violentando el Código Canónico. El código prohíbe expresamente pertenecer a un partido político, ocupar cargos públicos o formar parte de algún sindicato. Hasta ahora, las tres cosas todavía no las he realizado.

– ¿Qué dice de los religiosos que le critican por su decisión? Afirman que a Jesús nunca se le cruzó por la cabeza hacer política…
– Sí. Yo creo que Jesús cumplió un rol muy importante en la historia de la salvación. Muchos también consideran que Jesús dejó una labor inacabada porque dejó en nuestras manos la materialización y la realización plena de toda su misión. El dijo: “Yo les envío como ovejas en medio de lobos”, “sean humildes como las palomas y sagaces como las serpientes”.

– ¿Qué quiere decir?
– O sea, Dios nos dio una misión a nosotros. Aparte hay que entender que a Jesús también le condenan dos tribunales políticos y uno religioso. El juicio a Jesús, si uno toma bien en cuenta, sin duda no tuvo un partido así, pero entre sus apóstoles había partidarios de grupos políticos e incluso de grupos violentos, guerrilleros, nacionalistas. A ellos los pudo aglutinar sin pertenecer a ninguno de esos grupos. Al mismo tiempo pudo dar una respuesta eficaz en su momento.

– Se dice que El fue obediente hasta el final y que por eso murió en la cruz…
– Sí. Uno de los argumentos que yo pongo en mi carta de renuncia al Papa es la cuestión de conciencia. Yo creo que Benedicto XVI, cuando era sacerdote, obispo, cardenal y ahora Papa, es el campeón de la libertad de conciencia. Yo creo que él puede entender mi carta porque es una cuestión de libertad de conciencia, motivada también por la fe y el compromiso cristiano que nos impulsa también como seres humanos a ciertas situaciones.

– ¿Acaso la política no es un campo específico de los laicos?
– Sí, yo comprendo que es así, sin ninguna duda. Eso dice el Concilio Vaticano II, pero hay situaciones extremas. Hay situaciones de emergencia, como creo que es esta.

– ¿Usted cree que es el indicado para torcer esta situación extrema?
– No, pero pienso como otros que la Iglesia puede dar a uno de sus miembros a la ciudadanía así como el país ha dado tantos sacerdotes y obispos a la Iglesia, por lo menos para acompañar a hacer un país diferente como se merecen desde hace tanto tiempo nuestros compatriotas.

– Los más ortodoxos dicen que usted no puede renunciar a algo que ya nadie puede sacarlo de encima (el sacerdocio).
– Hay un argumento teológico del cristianismo, de la Iglesia Católica.

– Se dice que sacerdote se es para siempre.
– Sí, pero ministerialmente no. Los sacerdotes que pidieron dispensas y se casaron no dejan de ser sacerdotes, es cierto. Pero dejaron su ministerio sacerdotal. Los casados no ejercen su ministerio sacerdotal. Yo pedí también y renuncié a mi ministerio sacerdotal para estar mucho más libre y de esa forma participar en la política.

– En la biblia dice que el Mesías también fue tentado por el diablo, pero que fue obediente, no renunció, no cayó en la tentación.
– Yo creo que el poder siempre es una tentación, pero para el cristianismo su ejercicio debe ser un servicio a la comunidad. El poder por el poder a mí no me atrae, ni me tienta, ni creo que he de caer en esa tentación.

– “Te daré el poder si me adoras” es la frase atribuida al demonio.
– Claro. Son las tentaciones de Jesús. Pero a mí el poder no me tienta. Yo creo ser capaz de conservar mi espíritu de servicio en los diferentes aspectos de la vida en que me toque actuar.

– El Presidente y los colorados le dicen: “¡Lucifer!”. ¿Le molesta?
– Yo creo que estoy preparado para soportar las calumnias. Decidí incursionar en la política para tres cosas: para sumar, para aportar y para construir. Críticas así, ni suman ni aportan ni construyen. Por eso no les doy importancia. Los paso por alto. Yo no creo en las críticas que solamente buscan excluir. Yo creo en la unidad en la diversidad.

– ¿Qué les dice a aquellos que califican de “desgracia” el hecho de su renuncia?
– Sin embargo yo tengo muchas llamadas telefónicas, cartas, correos, en los que valoran muchísimo el gesto y
la opción que he hecho, no como una desgracia sino, al contrario, como un gesto de valentía, exagerando un poco, como un santo caído del cielo.

– Interpretan como que usted quiere suplir a Cristo en la obra de salvación.
– No, absolutamente. No me siento ningún Cristo, ningún mesías. Al contrario, me siento muy limitado, con muchas falencias. Pero sí creo que Dios me dio también unos dones que tengo que utilizar al servicio de la comunidad. Muchas de las soluciones sociales del país pasan por lo político. Uno puede tener muy buena voluntad, pero muchos de nuestros problemas son estructurales.

– Con la sotana solamente no se puede…
– Se ayuda muchísimo, pero tiene que ir complementada, ejecutoriada con proyectos políticos.

– ¿Cuál es la hoja de ruta que tiene para llegar al objetivo de vencer al coloradismo?
– No es precisamente nuestro objetivo vencer a los colorados. He leído el ideario del Partido Colorado. Es fantástico. Son las mismas banderas que también nosotros los grupos cívicos promocionamos. Creo que si el objetivo es solamente vencer al Partido Colorado no estaríamos apuntando bien al objetivo.

– ¿Qué es entonces?
– Yo quiero ser más ambicioso. Tenemos que cambiar este país. Tiene que ser más equitativo socialmente, debe haber un crecimiento económico equilibrado, debe haber igualdad de oportunidades para todos, tanto para la gente del campo como de la ciudad. Hay muchos contrastes en nuestra sociedad que estoy seguro se pueden mejorar desde la política.

– ¿Usted se lanza para la presidencia de la República?
– Usted no me habrá escuchado decir que yo renuncié al sacerdocio exclusivamente para ser candidato a presidente de la República. Yo presenté mi renuncia para ponerme a disposición de la ciudadanía. Yo me lanzo a la política para aportar y construir sin exclusiones.

– En las encuestas usted figura primero, sin haberse lanzado siquiera, por delante de Nicanor que tiene todo el aparato propagandístico del Estado a su favor.
– Percibo eso, de que gozo de una gran simpatía en la ciudadanía en general. Pero eso tiene que capitalizarse y materializarse en una organización.
Continuará…

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