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Cuba ofrece ayuda a USA: 1.556 médicos

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Por el enorme interés que ha despertado la oferta de ayuda médica
que ha hecho Cuba a Estados Unidos, reproducimos párrafos del discurso
pronunciado por Fidel Castro el día de ayer, en La Habana,
Cuba. Al final de este artículo está el link para quien desee leer el
discurso completo, en la versión electrónica del diario Granma
Internacional:

Hace apenas 48 horas estaba concluyendo
mis palabras en la Mesa Redonda, donde reiteraba con toda precisión
nuestra oferta de enviar una fuerza médica con los medios necesarios
para prestar ayuda emergente a decenas de miles de norteamericanos
atrapados entre las inundaciones y las ruinas que dejó tras sí el
huracán Katrina a su paso por Louisiana y otros estados del sur de
Estados Unidos.

Era evidente que el mayor peligro lo
corrían aquellas masas desesperadas de población humilde, entre ellas
muchas personas de la tercera edad con problemas de salud, mujeres
embarazadas, madres y niños, que tenían necesidad urgente de atención
médica.
En tal situación, no importa cuán rico sea el país,
el número de sus científicos y sus grandes avances técnicos; lo que en
ese instante se requiere son profesionales jóvenes y bien entrenados,
curtidos por la experiencia probada de trabajo médico en circunstancias
anómalas, que con un mínimo de recursos puedan ser enviados de
inmediato, por aire o cualquier otra vía, a edificaciones o puntos
concretos, donde seres humanos estén en peligro de muerte.

En
el caso de Cuba, a muy poca distancia de Louisiana, Mississippi y
Alabama, se daban esas circunstancias propicias para ofrecer apoyo al
pueblo norteamericano. A Estados Unidos en ese momento se le podían
donar de todas partes del mundo miles de millones de dólares sin que
con ello se salvara una sola vida de las que en Nueva Orleáns y otros
puntos críticos corrían en esos instantes mortales peligros. Cuba no
podría hacer lo más mínimo para auxiliar a los tripulantes de una nave
espacial o de un submarino nuclear en peligro; pero a las víctimas del
Katrina, en riesgo inminente de muerte, podía ofrecerles significativa
y vital ayuda. Y eso fue lo que hizo desde el primer instante, el
martes 30 de agosto, a las 12:45 p.m., cuando apenas habían cesado los
vientos y las lluvias. No se arrepiente de ello, aunque ni siquiera se
haya mencionado su nombre en la larga lista de países que ofrecieron
solidaridad al pueblo norteamericano.

Porque sabía muy
bien que contaba con hombres y mujeres como ustedes, me atreví a
reiterar la oferta tres días después, al prometer que en menos de 12
horas podrían estar en Houston los primeros 100 médicos con los
recursos vitales cargados en sus mochilas; en 10 horas más, otros 500;
y en menos de 36 horas, 500 más, para una suma total de 1 100, que
pudieran salvar aunque fuera una sola vida de las muchas que en esos
instantes dramáticos estaban en riesgo de perderse.

Tal
vez algunos que desconocen el honor y el espíritu solidario de nuestro
pueblo pensaron que se trataba de un bluff o una ridícula exageración.
Jamás nuestro país juega con asuntos tan serios, ni ha practicado nunca
el deshonor de la demagogia o la mentira. Es por ello que con orgullo
nos reunimos en esta sala del Palacio de las Convenciones, donde hace
solo tres días se guardó un minuto de silencio por las víctimas del
huracán que azotó a Estados Unidos, y se expresaron nuestras más
sentidas condolencias a ese pueblo hermano. Aquí estamos, y no con 1
100 sino con 1 586 médicos, incluidos 300 de reserva, ante las noticias
cada vez más alarmantes que llegaban. En realidad se han incorporado a
última hora otros 300 médicos, aproximadamente, adicionalmente
convocados que no podían estar aquí, pues ya anunciamos la disposición
de enviar miles más si fuera necesario. Pero esos 300 están en otras
salas de este Palacio de las Convenciones participando del acto.
Bastaron 24 horas para que desde todos los rincones del país se
movieran hacia nuestra capital la totalidad de los convocados para
llevar a cabo la misión prometida. Hemos cumplido con absoluta
puntualidad y precisión.
…..

La edad promedio de
todo el personal es de 32 años —la inmensa mayoría no había nacido al
triunfo de la Revolución y unos cuantos no habían nacido ni siquiera 15
años después del triunfo, es todo fruto de estos años duros—, y la
experiencia promedio en el ejercicio profesional no menos de 10 años.
Algunos más, otros menos, la mayoría más.

729 son hombres y 857 mujeres.

 …

El
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), expresó en un
comunicado difundido ayer sábado su preocupación por la situación de
los niños en las zonas afectadas. Según la UNICEF, se calcula que entre
un tercio y una cuarta parte del millón doscientas mil personas que
quedaron desamparadas en Louisiana, Mississippi y Alabama son niños.

 …

Cuba
posee autoridad moral para opinar sobre el tema y hacer esta oferta.
Cuenta hoy con el más alto índice de médicos per cápita entre todos los
países del mundo, y ningún otro ha desarrollado mayor cooperación en el
campo de la salud con otros pueblos.
De más de 130 mil
profesionales de la salud de nivel universitario, en este momento, 25
845 cumplen misión internacional en 66 países. Atienden una población
de 85 154 748 habitantes, 34 millones 700 mil en América Latina y el
Caribe y 50 millones 400 mil en áfrica y Asia. De ellos, 17 651 son
médicos, 3 069 son estomatólogos y 3 117 son tecnólogos de la salud en
óptica y otras áreas.

 …

Hoy en Cuba
estudian Medicina más de 12 mil jóvenes procedentes de otros países,
especialmente de América Latina y el Caribe, sin costo alguno, y este
número se multiplicará rápidamente. En la Escuela Latinoamericana de
Medicina estudian incluso decenas de jóvenes norteamericanos, y sus
puertas están abiertas, desde que se fundó, para estudiantes de ese
país.

 ….

Si finalmente no llega
respuesta alguna o no fuera necesaria su cooperación —la de ustedes—,
no por ello habría desaliento en nuestras filas, ni en ustedes ni en
nosotros, ni en nuestro pueblo. Muy por el contrario, nos sentiríamos
satisfechos de haber cumplido nuestro deber y sumamente felices de
saber que ningún otro ciudadano norteamericano de los que sufrieron el
golpe doloroso y traicionero del huracán Katrina muera sin asistencia
médica, si esa fuera la causa de la ausencia de nuestros médicos.
La
brigada Henry Reeve ha sido creada, y cualquiera que sea la tarea que
ustedes asuman en cualquier rincón del mundo o en nuestra propia
Patria, llevarán siempre la gloria de la respuesta valiente y digna que
han dado al llamado de solidaridad con el pueblo hermano de Estados
Unidos, y en especial sus hijos más humildes.
¡Adelante, generosos defensores de la salud y de la vida, vencedores del dolor y de la muerte!
Gracias.
(Ovación.)

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