«Yo canto a la diferencia» (en un 18 de septiembre)
Les voy hablar en seguida de un caso muy alarmante,
Atención el auditorio, que va a tragarse el purgante,
Ahora que celebramos el dieciocho más galante,
La bandera es un calmante.
Yo paso el mes de septiembre con el corazón crecido,
De pena y de sentimiento, de ver mi pueblo afligido
El pueblo amando la patria y tan mal correspondido,
El emblema por testigo.
Argentina. Chaco: el hambre y la muerte a los 13 años
La vida se le fue de repente, con un balazo en el pecho. A las diez de la noche el hambre aprieta y el supermercado de Sáenz Peña estaba ahí, cerrado y solo. Eran cincuenta, cien. Nadie los contó. El brazo del estado, el que debería evitar que el hambre se instalara en esta fenomenal fábrica de alimentos de 3 mil kilómetros, no estaba. La policía, el brazo armado del estado, estaba ahí para evitar cualquier acceso a la comida. Las dos provocaron la muerte de Ismael Ramírez, de trece años. En medio de la arena del hambre.
Pueblo Qom de Sáenz Peña declara: El supermercado nos retuvo la tarjeta alimentaria, no querían darnos mercadería de nuestra tarjeta alimentaria por tema precios.
«Hay much@s argentin@s que sí quieren un país que se parezca a Venezuela»
Puestos a elegir, somos muchos y muchas que sin dudas queremos ser la Venezuela de hoy, chavista, comunera, antiimperialista y revolucionaria. Lo contrario es este presente argentino de cientos de miles de despedidos, inflación descomunal, represión y un clima de desesperanza, que sin duda tendremos que derrotar ganando cada una y todas las calles del país. Un día, dos y todos los que hagan falta, para que el tirano de la obsoleta democracia burguesa se suba al helicóptero, como ya lo hizo De la Rúa el 20 de diciembre del 2001 o los jefes de Mauricio M.hace 43 años, en el glorioso Vietnam socialista de Ho Chi Minh y Giap.
Argentina: «Ésta no es la Patria que queremos: la patria de la especulación, la patria sometida, la patria para unos pocos»
Ésta no es la Patria que queremos: la patria de la especulación, la patria sometida, la patria para unos pocos. Queremos una Patria para todos los que quieran habitar este bendito suelo, donde todos los que la habitan gocen de sus derechos: de su derecho al pan sobre la mesa, de su derecho a un techo digno, de su derecho a la salud y la educación, del derecho a un trabajo con el que alimentar y dignificar a sus familias, del derecho a trabajar su tierra. Queremos una Patria unida por lazos de solidaridad, en la que nadie esté de sobra y en la que todos podamos llamarnos hermanos. La Patria que todos los cristianos pedimos cuando rezamos al Padre “que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo”.
Hay un niño en la calle
Exactamente ahora, si llueve en las ciudades,
si desciende la niebla como un sapo del aire
y el viento no es ninguna canción en las ventanas,
no debe andar el mundo con el amor descalzo
enarbolando un diario como un ala en la mano,
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándonos el pecho con un ala cansada,
no debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez, arriesgada a una estrecha ganancia,
porque entonces las manos son dos fardos inútiles
y el corazón, apenas una mala palabra.
Paraguay, el milagro silencioso y desigual
Ningún diputado paraguayo podrá decir que él no ve la pobreza. En el corazón del centro histórico de Asunción, a menos de 10 metros del Parlamento, separados solo por una calle, resiste firme la Chacarita, el barrio más humilde del centro, con algunas calles de barro y casas de chapa que se inundan constantemente. Es el Paraguay que muchos tienen en la retina: el país más pobre de Sudamérica, destrozado por la dictadura de 35 años de Alfredo Stroessner, una tierra de exilio y emigración.
Recuperemos el poder que ahora está en manos de unos pocos multimillonarios
Aunque resulte difícil entenderlo, lo cierto es que las seis personas más ricas de la Tierra poseen más riquezas que la mitad más pobre de la población mundial, 3.700 millones de personas. Además, el 1% más rico tiene más dinero que el 99% restante. Y mientras estos multimillonarios hacen alarde de sus riquezas, cerca de una de cada siete personas intenta sobrevivir con menos de 1,25 dólares diarios. Y un dato espeluznante: unos 29.000 niños mueren diariamente por enfermedades que son completamente prevenibles como la diarrea, la malaria y la neumonía.
Aunque resulte difícil entenderlo, lo cierto es que las seis personas más ricas de la Tierra poseen más riquezas que la mitad más pobre de la población mundial, 3.700 millones de personas. Además, el 1% más rico tiene más dinero que el 99% restante. Y mientras estos multimillonarios hacen alarde de sus riquezas, cerca de una de cada siete personas intenta sobrevivir con menos de 1,25 dólares diarios. Y un dato espeluznante: unos 29.000 niños mueren diariamente por enfermedades que son completamente prevenibles como la diarrea, la malaria y la neumonía.
España: La Infancia en la Memoria Democrática
En los difíciles años del hambre, en los pueblos de Asturias, las familias numerosas, conscientes de que no podrían sacarlos adelante, solían enviar a sus vástagos a casas de familiares o vecinos en las que, desde muy pequeños, eran obligados a trabajar como si fuesen personas adultas.
El golpe de estado del general Franco, y la posterior Guerra de España, (además de todo lo que trajo consigo, de muerte, cárcel, exilio… de padres y madres), convirtió a aquellos menores, prácticamente, en esclavos.
Jon Sobrino: “La utopía de los pueblos es la vida”
“Si le doy de comer a los pobres, me dicen que soy un santo. Pero si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, me dicen que soy un comunista.”(Dom Helder Cámara)
Programa de TV2 sobre la Teologia de la Liberación. Intervienen Leonardo Boff, Sergio Torres, Gustavo Gut ierrez, Rafael de Sivate, Ignacio Ellacuria, Jon Sobrino, Pedro Casaldáliga, Pablo López Blanco, Fray Betto, Leonardo Lego, Juan José Tamayo,
Brasil, ¿primer caso de esclavitud contemporánea?
El hacendado había retenido sus cédulas de trabajo y hecho firmar documentos en blanco. Trabajaban más de doce horas diarias con un descanso de media hora para comer, con un día libre a la semana. Dormían en ranchos de la hacienda en hamacas o redes, sin electricidad, camas ni armarios. La alimentación era insuficiente, de mala calidad y se descontaba de sus salarios. No tenían atención médica pese a enfermarse con regularidad. Las labores las realizaban bajo órdenes, amenazas y vigilancia armada.