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Petro en la CELAC: la soledad es el camino de la extinción; pero como humanidad debemos unirnos y ayudarnos

Petro en la CELAC: la soledad es el camino de la extinción; pero como humanidad debemos unirnos y ayudarnos
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Imagen superior: Foto: Joel González – Presidencia

12 de abril de 2025

Palabras del presidente Gustavo Petro en la Plenaria de instalación de la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)

Bien. Un saludo a la excelentísima presidenta constitucional de la República de Honduras, señora Iris Xiomara Castro Sarmiento, y a todos los jefes y jefas de estado, presidentes, ministros, cancilleres, embajadores de los países que integran la comunidad de estados latinoamericanos y el Caribe.

Y, en general, a todas las personas que nos escuchan a través de los medios de comunicación y en la transmisión directa.

Como tendré la oportunidad de hablar después, sólo me voy a referir a unas apreciaciones sobre la coyuntura de nuestra posición en el mundo en este momento y el mundo que tenemos en este momento, el que nos toca vivir.

Yo pienso que está planteada una tensión a escala mundial entre dos formas de resolver problemas, el multilateralismo, como le llaman, y la soledad.

Colombia tiene, o tuvo, un escritor muy famoso que escribió el libro más famoso de Colombia y el más universal de todos –va a traducirse ahora en el Japón– que es Cien Años de Soledad.

Cien Años de Soledad, ahora, es la historia de los colombianos matándonos entre sí. Los colombianos, durante un siglo, de ahí los Cien Años de Soledad, pero se escribió hace décadas, luego llevamos más de un siglo de soledad.

Hemos perdido territorio, hemos perdido sueños, la Gran Colombia, por ejemplo; hemos perdido posibilidades en el mundo por estar matándonos entre nosotros. Y aún no termina el problema.

Y si yo amplío esto, ahora a escala mundial, diría que hay cierta tendencia, cierta corriente a buscar que nos matemos entre todos y que vivamos un siglo de soledad.

Como humanidad, porque en ese siglo, el siglo latinoamericano de la soledad, el siglo europeo de la soledad, el siglo africano de la soledad, el siglo chino de la soledad, porque se ha puesto eso sobre la mesa. No es más, sino para preservar un poder, un poder que ya no le hace bien a la humanidad.

La multilateralidad

¿Qué le hiciese bien a la humanidad? no era necesaria la soledad, era necesaria más bien la multilateralidad, que es como hasta ahora nos hemos venido entendiendo, mal que bien.

Multilateralidad hace referencia a lo común. La soledad hace referencia a que no tenemos problemas comunes, que cada cual se defienda, una especie de neoliberalismo, pero ya extralimitado, del mercado puro y de la sociedad simple, hacia el conjunto de la humanidad.

Compitan, defiéndase como puedan, no se junten. Resulta que esto es completamente irracional y por fuera de la especie humana.

La especie humana en su historia, en lo que sabemos, solo ha podido sobrevivir en este planeta ayudándose. Según documentales, sobrevivimos y estuvimos, incluso, por encima de los neandertales que llevamos en nuestros genes, porque pudimos subsumirlos, pero les ganamos solo por una razón: ellos andaban solitarios y nosotros en manada, en gavilla como dicen en mi tierra.

Y fue esa manada y esa gavilla, que implica una coordinación, una organización, un ayudarse entre sí, lo que ha permitido que la especie humana esté hoy en el lugar que está en el planeta Tierra.

La invitación de hoy es a que olvidemos eso, la memoria de un millón de años que está metida dentro de nuestro disco duro cerebral, y que nos comportemos como los neandertales.

Es decir, que asumamos el camino de la extinción, que cada cual vaya por su lado y veremos qué pasa.

Cada uno por su lado no tendrá más opción que extinguirse. Algún grupo sobrevivirá, el más poderoso y el que más se junta, quizás. Entonces, en esta tensión entre multilateralismo y soledad que se ha lanzado como consigna en el mundo, lo económico es apenas una expresión, no más.

América Latina

¿Cómo respondemos en América Latina? Yo creo que –y en el Caribe–, yo creo que esta primera reunión, primera en el mundo, de Estado, después de lanzarse la consigna de la destrucción del multilateralismo, pues es importante.

Y bien, que ese faro empiece a prenderse en el conjunto de la humanidad desde América Latina y el Caribe.

El Caribe siempre lo he pensado como un faro. Y la juntura del Mediterráneo con el Caribe, hace cinco siglos, pues amplió aún más el faro. No es solamente el espacio de huracanes –lo diré más tarde–, el mar, sino es el espacio de huracanes de las ideas, del arte, de la revolución.

Si nos inscribimos en esta tesis, de si nos ayudamos o no, si cada cual aquí sale a su soledad como pueblo y va a recorrer lo que ya sabemos los colombianos, cien años de soledad, o si, al contrario, nos comportamos como humanidad y nos ayudamos, dos caminos tenemos por delante.

Independientemente de qué pensemos, si derechas, si izquierdas, si progresismos, si atrasos, si otras cosas nuevas, si religiones o no, independientemente de eso, o nos vamos solos o nos ayudamos.
Yo creo que debemos ayudarnos, es mi propuesta, que profundicemos la ayuda y la colaboración mutua en América Latina y el Caribe y no caigamos en la trampa de resolver los problemas solos, porque nos van a destruir o nos vamos a autodestruir, como ha hecho Colombia en varias décadas.

Hay una agenda propuesta para la soledad y hay una agenda propuesta para la ayuda común y, depende allí, qué escogemos como prioridad.

La agenda de la soledad solo tiene dos nombres, migración y bloqueo. La agenda de la ayuda es más compleja, más difícil, pero muchísimo más interesante para todas y todos aquí presentes, representantes de nuestras naciones.

Si es la soledad, hay que hablar de migración y tratar al migrante como un criminal. ¿Lo aceptamos?

A mí me sorprendió que no pude reunirme una vez fui insultado por decir que los migrantes no son criminales y que no deben llegar encadenados a nuestra tierra, porque si aceptamos un solo migrante encadenado, no sólo retrocedemos a la época de (el gobernante panameño Omar) Torrijos, buscando su soberanía, sino que retrocedemos a la época en que llegaron los primeros barcos cargados de negros y negras africanas encadenados.

La migración

La soledad son las cadenas, podemos aceptarlas y ponérnoslas nosotros mismos, o la ayuda común, que es quitarse las cadenas.

Por tanto, yo pienso que no se puede aceptar ningún espacio de discusión sobre migración, que tiene unas causas que no se colocan en la mesa de la discusión. Las causas no son más sino pobreza.

¿Qué más? Una diferencia social entre el norte y el sur. Y no sólo en el continente americano, también en el resto del mundo.

Pobreza que cada vez más tiene una raíz o varias. En la crisis climática nos quedamos sin agua, y no por culpa de nosotros, nos estamos quedando sin agua, como el canal de Panamá, por la codicia y el exagerado consumo basado en CO2, en carbono, de los ricos del norte.

Algunos ricos del sur los acompañan, pero es así. La desigualdad social es una desigualdad de carbono y el carbono en la atmósfera puede matar a los ricos y a los pobres.

La migración es apenas la consecuencia de esa desigualdad geográfica, del efecto de la crisis climática en el territorio.

Lo solucionamos poniendo cadenas, llevando a la población migrante a El Salvador, a unas cárceles para criminales.

No critico, tengo mi opinión personal sobre si esas cárceles deberían estar o no estar. Pero lo que sí critico es que no puede llegar ningún migrante a una cárcel de esas, porque sería tratado como criminal y como esclavo, y no lo es, es un ser humano. Y América Latina no puede bajar la bandera de la dignidad humana.

La dignidad humana, ¿qué fue lo que nos hizo nacer como repúblicas? Que ninguno de nosotros es monarquía.

Si olvidamos esa fase, que es la misma de la historia de los Estados Unidos, excepto Canadá, pues olvidamos lo que significa el concepto mismo de la dignidad humana. Luego, la discusión de la migración no puede ser en soledad, en mi opinión. Tiene que ser colectiva, común, tiene que estar en la agenda de la ayuda y la colaboración, no en la agenda de la soledad.

Las drogas

Y podría tener mejores resultados, incluso multilaterales. El otro son las drogas. La agenda de la soledad solo habla de migración y drogas, drogas, sustancias peligrosas, entre comillas, que dictamina las Naciones Unidas y cambian en el tiempo.

Y también aquí tenemos un problema común, porque las sustancias prohibidas antaño tenían una fuente geográfica, y ahí la soledad y los cien años de soledad de Colombia. ¿Qué era Colombia? Nos volvimos famosos desde hace 50 años por ese hecho.

Pero hoy no es así. Hoy cualquier captura que damos en Colombia de algún capo es italiano, es croata, es albanés, es francés, es norteamericano, es alemán, es mexicano, es argentino, es uruguayo, es ecuatoriano, etcétera.

La guerra contra las drogas ya no es un problema de soledad de Colombia, es un problema multinacional, planetario.

Tiene que ver con el capitalismo y el mercado. Pero no auscultamos las causas, sino que simplemente echamos venenos y encerramos campesinos y jóvenes en las cárceles, más en el norte que en el sur. Uno tendría que preguntarse algo simple.

Los que nos ordenan poner gente presa por hacer cocaína andan borrachos de whisky. Entonces la pregunta que uno tendría que hacerse es: ¿qué es más peligroso, el alcohol o la cocaína? Y no tendría que hacerse uno la pregunta desde el punto de vista ético, sino desde la ciencia. Todo progresismo tiene que guiarse por la ciencia.

¿Qué dice la ciencia al respecto? A nosotros nos persiguieron por la cannabis, mucha gente ha muerto y muere por la cannabis en Colombia. Y uno sale trabado, si camina (por la calle de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos) Wall Street muere por todas partes.

Entonces, ¿por qué nos hicieron matar por el cannabis a nosotros, los colombianos? ¿Era científico o era simplemente el capricho de un hombre, porque sus propias juventudes afro-arias peleaban contra la guerra de Vietnam? ¿Era una decisión política, no científica?

El crimen parece ser construido por el Estado mismo, no porque hay malos en la sociedad.

¿Qué es más peligroso, el alcohol o la cocaína? Pues pareciera que hay una diferencia geográfica, no científica.

Lo legal es la droga que se produce en el norte. Lo ilegal es la droga que se produce en el sur. No es un problema de protección a los niños y a las niñas, porque, sino el dinero que se usa en las cárceles se estaría usando en prevenir sus consumos.

Las drogas del norte y las drogas del sur. Hoy cualquiera te dice que el alcohol mata más que cualquier sustancia, pero es legal. Hoy te dicen que la nicotina te mata más que cualquier otra sustancia, pero es legal.

Y el fentanilo que se produjo en las fábricas de los Estados Unidos hoy es la droga de la muerte y no se produce en el sur. ¿Seguimos dominados o hablamos?

Bolivia tuvo, por sus características, la decisión de pelear dentro de Naciones Unidas en la Comisión de Sustancias Prohibidas. Nosotros ahora la hemos seguido y hemos avanzado, no mucho. Hay simplemente una comisión de expertos para estudiar este problema.

¿Pero qué dice el conjunto de América Latina? ¿Decir los que se emborrachan con whisky nos vienen a encarcelar y a decir cómo es que puede ser una sociedad ética y libre? ¿O planteamos la discusión con la ciencia? No con más, si con la ciencia.

Si no hubiera prohibición no habría muertos en América Latina y llevamos un millón y el problema es cada vez peor. No estaría Haití destruyéndose como se está destruyendo en este momento y nuestros estados no estarían rodeados, si es que no infiltrados, por los dineros sucios del narcotráfico que están destruyendo como quizás ninguno.

Quizás, hacen más daño que los generales, aquellos de las dictaduras que decían gorilas. Hacen más daño los narcos con su dinero, destruyendo la democracia de cada uno de nuestros estados y traspasando el poder de la sociedad misma hacia las mafias internacionales a las que ya muchos están subordinados.

La agenda

Esta es una agenda. Un millón de muertos, quizás más. ¿Cuántos millones de migrantes tratados como criminales? ¿Cuánta gente que se empieza a enviar como si fueran criminales? ¿Es lo que vamos a aceptar como diálogo? Que no es diálogo, es imposición.

O nos paramos como América Latina, izquierdas y derechas, y como querramos llamarnos, fuerzas sociales, etcétera, diversas, y establecemos una agenda diferente, que yo llamo la agenda multilateral.

¿Por qué en vez de hablar de sustancias prohibidas, no hablamos de medicamentos para la vida?

Acaso, cuando vivimos el covid, no nos dejó uno de los promedios de mortalidad por covid más altos del planeta. No nos sirvieron los sistemas, ni el norteamericano sirvió. Simplemente nos vendieron las vacunas tardíamente. Cuba fue el único país en ese momento que se vacunó con su vacuna. Nos dio un ejemplo.

Hablar de esto pareciera ser satánico, pero Cuba nos dio el ejemplo de cómo debe hacerse.

¿Por qué no lo hacemos a escala latinoamericana? ¿Por qué no nos ligamos, en vez de la muerte, a la vida?

Y podríamos hablar de muchos otros temas. ¿Acaso las energías limpias no son nuestro poder?

Yo le decía a (el expresidente de los Estados Unidos, Joe) Biden, no creo que tenga la oportunidad de decirle a Trump, que dice taladrar, taladrar y taladrar, en América del Sur hay 1.500 gigas de potencial de energías limpias. Y la energía fósil de Estados Unidos implica un potencial de 1.200 gigas. Un potencial, no una realidad, de 1.200 gigas, 1.500, 1.200.

Podríamos descarbonizar la matriz energética de los Estados Unidos, si quisieran. Y eso sería detener la mitad del problema de la crisis climática del mundo. Nosotros los aquí sentados.

Y, obviamente, implicaría inversiones de 500.000 millones, dicen, de dólares. Y eso sería progreso en América del Sur. Y necesitaríamos unas redes de energía eléctrica hacia el norte.

Como Europa se articuló alrededor del carbón, nosotros alrededor de la energía limpia. Pero Estados Unidos tendría un avance sustancial y no perdería su carrera con China, si diera este salto, en vez de meter la cabeza económica dentro, como el avestruz dentro de los pozos de petróleo y gas, que es lo que quiere hoy, simplemente abrazarnos entre nosotros en América.

Y hablar de América, de verdad. América grande, como dice. Es que la América grande no se puede construir, ellos allá, solos, y nosotros aquí, solos.

Con todas nuestras diferencias, nos toca es abrazarnos y ayudarnos. Esa también es una agenda multilateral americana. Y nosotros ahora podemos ayudar a salvar la vida de la humanidad, si convencemos a la sociedad estadounidense que llegó el momento de dejar el petróleo y abrazar las energías limpias del sur.

Y ganaríamos todos en términos de vida y en términos de progreso económico. Y podríamos hablar de otros temas, como la fibra óptica y la inteligencia artificial.

¿Quién va a ser el dueño de la nube, que no es más sino el conocimiento acumulado histórico de toda la humanidad? Nuestro bien común esencial fuera del planeta, que no es tan bien común nuestro, pero tenemos que cuidarlo.

¿Qué es si no es el pensamiento humano? La inteligencia, que es lo que nos ha hecho progresar como humanidad, entre comillas, si no es el pensamiento, el conocimiento, que no es en soledad, como Newton, sino que es en colectivo.

El conocimiento humano es la expresión de los cerebros humanos, trabajando en colectivo, no en solitario, aunque haya momentos de soledad. Entonces, ¿esa nube para quién es? ¿Para (Elon Reeve) Musk (empresario, inversor, activista político conservador y magnate;  fundador, consejero delegado e ingeniero en jefe de SpaceX; inversor ángel, director general y arquitecto de productos de Tesla, Inc.; fundador de The Boring Company y cofundador de Neuralink y OpenAI), como se llame?

¿Para el dueño de Facebook (el programador y empresario estadounidense Mark Elliot Zuckerberg)?

Entonces, ¿van a usar nuestro conocimiento para volverse mega multimillonarios, que ya son?

¿O hay un control de la humanidad sobre su propio pensamiento para el desarrollo de la humanidad y de la vida en el planeta?

La inteligencia artificial

Y eso son normas, eso son regulaciones, esa es una manera de construir que no podemos hacer más, sino en colectivo.

Y no es el señor Elon el que va a definirlo, no puede ser, él no es representante de la humanidad, ni de África, ni de los países árabes, ni del Asia, ni de América Latina, ni de Europa, ni de su propia sociedad estadounidense.

Tiene que haber democracia en la decisión de cómo se usa el pensamiento humano en lo que ahora se llama la inteligencia artificial.

Inteligencia artificial es la inteligencia humana, solo que manejada en una nueva tecnología y transmitida por la fibra óptica.

¿Cómo es el mapa de la fibra óptica en América Latina y el Caribe? Si nosotros no tenemos esas nuevas autopistas que tienen velocidad de la luz, del pensamiento y el conocimiento, no estamos integrados.

Ya, aunque hay que hacer ferrocarriles, no es el ferrocarril. Ya, aunque hay que hacer carreteras, no es la carretera, no es el avión, es la fibra óptica.

Y entonces, ¿cómo estamos construyéndola colectivamente entre nosotros los latinoamericanos y los caribeños?

Yo soy caribeño y latinoamericano al mismo tiempo. Mi amigo Ralph me enseñó a hacerlo. Latinoamericanos y caribeños como el pueblo garífuna, del cual me gustaría que hiciéramos un congreso para resolver los problemas con Nicaragua en San Andrés y Providencia, que es nuestra tierra garífuna.

Y no sigo por acá, porque tengo que hablar ahora y me daño yo mismo mi discurso, presidenta Castro, pero me parece que nosotros debemos escoger la agenda multilateral de la ayuda común y no la agenda de los cien años de soledad de América Latina y el Caribe.

Gracias por haberme escuchado.

(Fin/gaj)
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