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Novedades en la Iglesia Católica Romana

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Como decía Mercedes Soza, “Cambia, todo cambia”, y esto es válido para todas las instituciones, aún las más conservadoras.  Así en este momento, debido a tensiones internas dentro de la Comunidad Anglicana, un número estimado en 500.000 anglicanos más algunos pastores y obispos, habrían solicitado ser recibidos en la Iglesia Católica Romana.

Para estos efectos, el papa habría contemplado la creación de una Prelatura Personal o un Ordinariato dirigido por un Obispo de entre los mismos anglicanos pero soltero, que les permitiría facilitar el traslado con sus ritos y sus sacerdotes casados, pasando a ser Católicos del Rito Anglicano igual que los Católicos del Rito Oriental, los Uniatos, que mantienen también su idioma, ritos y sacerdotes casados.

Este hecho ha sido facilitado por la peculiar naturaleza de la Iglesia Católica Anglicana, sobre la cual los católicos romanos generalmente no tenemos mucho conocimiento.

La Iglesia madre de Inglaterra, es la Iglesia Católica y Apostólica que existía en Inglaterra en el siglo 16 y que debido a circunstancias más políticas que doctrinales, dejó de reconocer al Papa de Roma  como su cabeza, es decir dejó de ser romana.  Ellos son católicos y apostólicos porque conservaron toda la estructura doctrinal que tenían los católicos romanos de aquellos días, vale decir los siete sacramentos, la tradición de los Padres de la Iglesia, el Credo Niceano e hicieron reformas más superficiales como permitir el matrimonio de los sacerdotes, comulgar bajo las dos especies, rezar en idioma vernáculo, tener un Libro común de Oraciones en este idioma y últimamente ordenar sacerdotes mujeres y homosexuales.

Su organización no fue de tipo piramidal como la de Roma, y en cuanto a sus afirmaciones y puntos de vista ha sido más flexible evitando el dogmatismo. Se diferencian de las Iglesias Reformadas de Lutero y Calvino, en que en éstas, las reformas son más de fondo volviendo al Evangelio como fuente de su  fe y de su normativa, separándose así no solo de la jurisdicción papal, sino también de la tradición y de las interpretaciones hechas por la iglesia de los evangelios con respecto a puntos de fe y normas de moral. Hay que dejar en claro que todas estas lecturas e interpretaciones y tradiciones morales suceden en Europa y son producto de la cultura europea compartida por romanos, alemanes o suizos, por lo tanto las diferencias son a veces bastante sutiles, y corresponden a circunstancias políticas e históricas más que a visiones diferentes del mundo.

Volviendo al tema, esta manera de entender el catolicismo en Inglaterra, se desarrolló en forma de Iglesias Anglicanas que están en comunión con la Iglesia de Inglaterra, pero que tienen autonomía y expresiones particulares, y forman lo que se llama la Comunión Anglicana y esto significa que todos los ritos se reconocen mutuamente como válidos entre los miembros de la Comunión.  El jefe simbólico de esta comunidad es el Arzobispo de Canterbury, que no tiene ninguna autoridad fuera de su jurisdicción.  Dentro de esta Comunidad Anglicana, donde también están las Iglesias de Escocia e Irlanda, se encuentran las Iglesias Episcopales Americanas y cada Iglesia tiene su sistema legislativo y su política episcopal.  Hay que contextualizar que Inglaterra formó un Imperio con sus dominios de ultramar que llegó a su cúspide el siglo 19 dominando el mundo, y dejó una cultura y una comunidad de intereses en todo el planeta, y las Iglesias Anglicanas son parte de esa cultura.

Pero es tal la flexibilidad del sistema, que hay iglesias que no participan de esta comunión y si tienen relaciones particulares con alguna que si adhiere a la comunión y otras que adhieren a la comunión sin tener un claro origen anglicano.

Dentro de esta Comunión existen ramas más tradicionalistas y conservadoras y otras más flexibles. Existe también lo que se llama la High Church, cuyos rito son más similares a los católicos romanos, y la Low Church, de inspiración reformada .  La salida al tapete del tema de la homosexualidad, de los derechos de la mujer  y de los homosexuales como sujetos de ordenación sacerdotal, e incluso como obispos, ha creado grandes tensiones entre los miembros de la Comunión.   Algunas de las iglesias que forman parte de la Comunidad ha aprobado la ordenación de mujeres y homosexuales como sacerdotes, y ahora se estaría ordenando obispos del sexo femenino, y también homosexuales.  Por esta razón, y no existiendo en este siglo los problemas políticos que representaba el papado en el siglo 16, ni el Imperio inglés hasta hace 50 años, algunas de las parroquias de inspiración más conservadora, junto con sus presbíteros y obispos, han decidido solicitar ser aceptados en la Iglesia Católica Romana considerando que al no haber diferencias doctrinales de base, se sienten mejor representados por la posición conservadora de Roma.

No sé cómo van a resolver el  asunto de los dogmas de fe posteriores al siglo 16 tales como la Asunción de la Virgen María, su Inmaculada Concepción, la Infalibilidad papal (que no es menor) y la creencia en la Transubstanciación en la Eucaristía, que es creer que el pan y vino consagrados son realmente en substancia el cuerpo y sangre de Cristo y no solamente en cualidad espiritual, ya que estos temas no son culturales, sino son de la estructura de la fe. Para facilitar las cosas, el Papa les da la bienvenida a los sacerdotes con mujer e hijos, aunque a los obispos los bajó a sacerdotes corrientes. No sé si habrá sacerdotes mujeres entre los que emigran y que piensa hacer con ellas la Iglesia Católica.

Dicen que el número de parroquias que se cambia contiene unos 500.000 fieles, que representa  el 0.7% de la Comunidad que tiene aproximadamente 75 millones de personas.

La contrapartida a este movimiento es el movimiento inverso de romanos a anglicanos.  Según el Obispo Carlos López Lozano de la Comunión Anglicana en España, no menos de 20 sacerdotes católicos  romanos se unen a la Comunidad cada año.  Con esta aceptación de la Iglesia Católica ha quedado claro que las diferencias son mínimas, y quizás algunos de los 150.000 sacerdotes católicos romanos casados cuyas relaciones con Roma están en entredicho, se podrán mover sin mayores problemas hacia la comunidad anglicana pudiendo realizarse en su vocación de pastores y hombres de familia. (Ver  datos en MOCEOP, Movimiento para el Celibato Opcional)

Entretanto el Papa continúa el acercamiento con el Movimiento Lefebvrista,  que desconoce algunas indicaciones del Concilio Vaticano II, y sigue distante y sin hacerle ni un guiño a los Teólogos de la Liberación, a las mujeres que desean ser ordenadas, a los curas que piden un celibato opcional, y ni que hablar de los homosexuales, los divorciados, el control de la natalidad, la píldora del día después y la interrupción del embarazo en cualquier etapa de desarrollo.

Evidentemente su corazón está  abierto para las opciones que fortalezcan la línea dura de la ideología católica de estos últimos 30 años y sumamente contento con el aporte anglicano a esta línea.  Por otro lado algunos anglicanos, aunque están un poco sentidos con el tema, reconocen que el peso de los tradicionalistas les estaba trayendo serias dificultades de convivencia.   Por ejemplo en la comunión, tenían que llevar a un hombre como ayuda a las  sacerdotes, ya que algunos se rehusaban a aceptar la comunión de manos femeninas.

Después de hacerle la vida a cuadritos  a innumerables personas dentro de la iglesia, personas que aceptan a pie juntillas todos sus dogmas, solamente por detalles de interpretación de la doctrina, viene este gesto de apertura post modernista que me ha dejado asombrada por su liberalidad y pragmatismo.  No en vano hay como cuatro dogmas de dificultosa digestión que los anglicanos tienen que rumiar.  Pero, Paris bien vale una Misa y en estas épocas de disminución de fieles no habrá que ser tan fijado.

Aquí me atrevo a citar al Príncipe de Lampedusa, del  libro “El Gatopardo” que decía:  “Que todo cambie, para que todo siga igual” pero con distinto nombre, diría yo.  Así las opciones conservadoras quedan en la Iglesia Católica y las progresistas en la Comunidad Anglicana, de modo que hay opciones espirituales para todos, sin mayor drama, como corresponde a un mercado de espiritualidad globalizado eficiente y civilizado y cada uno en la casilla adecuada, sabiendo donde está metido y para donde soplan los vientos. Casi la competencia perfecta que adoran los economistas.
Noviembre 2009

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