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Jefa del Comando Sur de EE.UU.: Tenemos mucho que hacer en esta región (Latinoamérica) rica en recursos naturales

Jefa del Comando Sur de EE.UU.: Tenemos mucho que hacer en esta región (Latinoamérica) rica en recursos naturales
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26 de enero de 2023

¡Escuchen por favor como habla esta mujer!

¿Quién dijo que si las mujeres gobernaran el mundo todo sería mejor? El problema no es si se es mujer u hombre, sino que intereses se sirven. Ahí tienen a Jeanine Añez en Bolivia, a Dina Boluarte en Perú, por nombrar dos ejemplos recientes.

Texto de lo expresado por esta General y Jefa del Comando Sur de EE.UU.

«Esta Región [Latinoamérica] es muy rica en recursos. Minerales raros, litio. El triángulo del litio está en esta región. Hay muchas cosas que esta región tiene para ofrecer. Pero, ¿Por qué es importante esta región? Con todos sus recursos y elementos de tierras raras, tienes el triángulo del litio, que es necesario para la tecnología actual. El 60% del litio del mundo está en el triángulo del litio: Argentina, Bolivia, Chile. Tiene las reservas de petróleo más grandes, crudo ligero y dulce descubierto en Guyana hace más de un año. Tiene los recursos de Venezuela también con petróleo, cobre, oro. Tenemos los pulmones del mundo, el Amazonas. También tenemos el 31% del agua dulce del mundo en esta región. Quiero decir, es fuera de lo común. Tenemos mucho que hacer. Esta región importa. Tiene mucho que ver con la seguridad nacional. Y tenemos que intensificar nuestro juego.»

Que manera más descarada de hablar: Dice «tenemos». «esta región tiene para ofrecer», «tenemos mucho que hacer», «Tiene mucho que ver con la seguridad nacional.» Y finaliza con una frase para el bronce:

«tenemos que intensificar nuestro juego.»

Lo que para ella es un juego, ha significado para nuestro continente hambre, subdesarrollo, golpes de estado, muerte, carcel, torturas, exilio durante dos siglos. Escuchar hablar a esta mujer, no puede sino golpear nuestra conciencia, nuestro orgullo, nuestra dignidad. Y si somos dignos, no podemos sino pensar en aquellos hombres que dieron su vida luchando por unir, liberar, hacer grande e independiente a nuestro continente. Aquí un par de documentos históricos, que hay que releer:

Carta de Simón Bolivar a Patricio Campbell

Carta al Coronel Patricio Campbell ( encargado de negocios de s. m. b.)
Bolívar

Guayaquil, 5 de agosto de 1829

Mi estimado coronel y amigo: Tengo la honra de acusar a Ud. el recibo de la apreciable carta de Ud. de 31 de mayo fecha en Bogotá.
No puedo dejar de empezar por dar a Ud. las gracias por la multitud de bondades que Ud. derrama en toda su carta hacia Colombia y hacia mí. ¿Cuántos títulos no tiene Ud. a nuestra gratitud? Yo me confundo al considerar lo que Ud. ha pensado, lo que Ud. ha hecho desde que está entre nosotros por sostener el país y la gloria de su jefe.

El ministro inglés residente en los Estados Unidos, me honra demasiado cuando dice que espera en Colombia sola, porque aquí hay un Bolívar. Pero no sabe que su existencia física y política se halla muy debilitada y pronta a caducar.

Lo que Vd. se sirve decirme con respecto al nuevo proyecto de nombrar un sucesor de mi autoridad que sea príncipe europeo[[1]], no me coge de nuevo, porque algo se me había comunicado con no poco misterio y algo de timidez, pues conocen mi modo de pensar. No sé que decir a Ud. sobre esta idea, que encierra en sí mil inconvenientes. Ud. debe conocer que, por mi parte, no habría ninguno, determinado como estoy a dejar el mando en este próximo congreso, mas ¿quién podrá mitigar la ambición de nuestros jefes y el temor de la desigualdad en el bajo pueblo?[[2]] ¿No cree Ud. que la Inglaterra sentiría celos por la elección que se hiciera en un Borbón? ¿Cuánto no se opondrían todos los nuevos estados americanos, y los Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad?[[3]] Me parece que ya veo una conjuración general contra esta pobre Colombia, ya demasiado envidiada de cuantas repúblicas tiene la América. Todas las prensas se pondrían en movimiento llamando a una nueva cruzada contra los cómplices de traición a la libertad, de adictos a los Borbones y de violadores del sistema americano. Por el Sur encenderían los peruanos la llama de la discordia; por el Istmo los de Guatemala y Méjico, y por las Antillas los americanos y los liberales de todas partes. No se quedaría Santo Domingo en inacción y llamaría a sus hermanos para hacer causa común contra un príncipe de Francia. Todos se convertirían en enemigos[[4]] sin que la Europa hiciera nada por sostenernos, porque no merece el Nuevo Mundo los gastos de una Santa Alianza; a lo menos, tenemos motivo para juzgar así, por la indiferencia con que se nos ha visto emprender y luchar por la emancipación de la mitad del mundo, que bien pronto será la fuente más productiva de las prosperidades europeas[[5]].

En fin, estoy muy lejos de oponerme a la reorganización de Colombia conforme a las instituciones experimentadas de la sabia Europa. Por el contrario, me alegraría infinito y reanimaría mis fuerzas para ayudar en una obra, que se podrá llamar de salvación y que se conseguiría no sin dificultad sostenidos nosotros de la Inglaterra y de la Francia. Con estos poderosos auxilios seríamos capaces de todo, sin ellos, no. Por lo mismo, yo me reservo para dar mi dictamen definitivo cuando sepamos que piensan los gobiernos de Inglaterra y de Francia sobre el mencionado cambio de sistema y elección de dinastía. Aseguro a Ud., mi digno amigo y con la mayor sinceridad, que he dicho a Ud. todo mi pensamiento y que nada he dejado en mi reserva. Puede Ud. usar de él como convenga a su deber y al bienestar de Colombia. Esta es mi condición, y en tanto reciba Ud. el corazón afectuoso de su atento obediente servidor.

Bolívar.

*Fuente: Biblioteca.org.ar

Comentarios de la Redacción de piensaChile a la carta de Bolivar

[1] Ayer como hoy “los de arriba”, las llamadas ‘elites’, son iguales de serviles. Ayer, recién saliendo de debajo de las polleras del rey, proponían traer príncipes europeos a que nos gobernaran. Hoy, incapaces de creer en la voluntad de los pueblos, se proponen a si mismo para gobernar y dictar leyes o proponen y financian a “expertos” de su confianza, no aceptando a elegidos “por los de abajo”. El Congreso del Perú de la Boluarte es un ejemplo brutal de su desprecio por los pueblos originarios, por los mestizos sin riquezas, por los negros, por los nadie.

[2] Bolivar sabe que los gobiernos que surgirán después de las luchas independentistas quedarán en manos de elites que nada harán por atender los derechos „del bajo pueblo”, es decir, por aquellos que formaron los ejércitos que lucharon contra los ejércitos realistas por nuestra independencia y “pusieron los muertos” en los campos de batalla.

[3] Para nosotros, los habitantes de este continente, 200 años después de conquistada la independencia de nuestras repúblicas, resulta increíble la sensibilidad, la visión, la inteligencia política de Bolívar para constatar el rol que ya jugaba y que ha seguido jugando “el país del norte”. “parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”. Doscientos años más tarde, de aquella carta y doscientos años de la “Doctrina Monroe”, resulta increíble que sigan habiendo habitantes de este continente que sirvan los intereses o que crean en la buena voluntad de los gobernantes “del país del norte”

[4] Y ese temor de Bolívar, de que “Todos se convertirían en enemigos”, se hizo realidad, a pesar que no vinieron príncipes europeos a gobernarnos. Los que han buscado apropiarse de nuestras riquezas, siempre han sabido aplicar la misma estrategia: buscar o inventar o provocar algún motivo para desatar guerras, modificar fronteras, invadir territorios, con los cuales nunca han ganado nuestros países, o su ganancia han sido migajas, pues la torta se la ha llevado la potencia extranjera. La historia del continente está repleta de estas historias.

[5] Esta advertencia visionaria de Bolívar se hizo realidad, ya a través de las deudas adquiridas por nuestras nacientes republicas para financiar las guerras de independencia, significó un excelente negocio para los europeos, el que se profundizo con el correr de los años, condenándonos, hasta el día de hoy, a ser simples exportadores de materias primas, alimentos, combustibles

 

Nuestra América [José Martí]

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos.
.
Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.

No hay proa que taje una nube de ideas. Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón de acorazados. Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que se enseñan los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma tierra, o el de casa chica, que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de modo que sean una, las dos manos. Los que, al amparo de una tradición criminal, cercenaron, con el sable tinto en la sangre de sus mismas venas, la tierra del hermano vencido, del hermano castigado más allá de sus culpas, si no quieren que les llame el pueblo ladrones, devuélvanle sus tierras al hermano. Las deudas del honor no las cobra el honrado en dinero, a tanto por la bofetada. Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen las tempestades: ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.

A los sietemesinos sólo les faltará el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás. No les alcanza al árbol difícil el brazo canijo, el brazo de uñas pintadas y pulsera, el brazo de Madrid o de París, y dicen que no se puede alcanzar el árbol. Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos, que le roen el hueso a la patria que los nutre. Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni, de sorbetes.

¡Estos hijos de carpintero, que se avergüenzan de que su padre sea carpintero! ¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan, ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades!

Pues, ¿quién es el hombre? ¿el que se queda con la madre, a curarle la enfermedad, o el que la pone a trabajar donde no la vean, y vive de su sustento en las tierras podridas, con el gusano de corbata, maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor en la espalda de la casaca de papel?

¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más; estos desertores que piden fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga en sangre a sus indios, y va de más a menos!

¡Estos delicados, que son hombres y no quieren hacer el trabajo de hombres! Pues el Washington que les hizo esta tierra ¿se fue a vivir con los ingleses, a vivir con los ingleses en los años en que los veía venir contra su tierra propia? ¡Estos «increíbles» del honor, que lo arrastran por el suelo extranjero, como los increíbles de la Revolución francesa, danzando y relamiéndose, arrastraban las erres!

Ni ¿en qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América, levantadas entre las masas mudas de indios, al ruido de pelea del libro con el cirial, sobre los brazos sangrientos de un centenar de apóstoles?

Si le interesó el texto, haga clic en el enlace inferior y acceda al texto completo:

Nuestra América

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1 Comentario

  1. César

    Recuerdo y corrijo:
    Margaret Tatcher, Golda Meir, Shu Kyi, Isabel (Estela) Perón, Dina Boluarte y otras, no fueron precisamente un dechado de virtudes… Aunque, en verdad no superan a Strossner, Banzer, Branco, Somoza, Bordaberry y… el incomparable Augusto José Ramón (aunque sobre este último, muchos informados tienen testimonios de que quien desgobernaba, era su mujer…!)

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