De la guerra a la paz constituyente: El día después
por Paul Walder (Chile)
5 años atrás 5 min lectura
No ha sido así en el gobierno, que ha mantenido un talante discreto que se extiende desde hace varios días. Sebastián Piñera ha estado desaparecido y sin protagonismo público alguno desde el inicio de las negociaciones parlamentarias la mañana de este miércoles. No tuvo presencia ni al inicio ni al final y tampoco durante esta mañana.
Desde ahora el ejecutivo y legislativo han ingresado en otro estado que abre también grandes interrogantes. De partida, es muy prematuro afirmar que resuelve o suspende la crisis política y si alcanza para sanar a un gobierno, y en especial a un presidente, terriblemente dañado. Piñera puede apoyarse en este nuevo consenso y hasta es posible que se apropie de él. El martes por la noche llamó a una levantar una agenda por la paz y el texto que salió anoche del Congreso puede ser interpretado de esa manera. Pero también es probable que el daño en su imagen sea irreparable, en especial por las graves violaciones a los derechos humanos cometidos por su gobierno durante el último mes. Más de veinte muertos, miles de heridos, violaciones y torturas.
Con este peso no solo político sino moral sobre los hombros y conciencias del gobierno, se abre un problema aún mayor. Piñera no tiene ninguna autoridad para empujar el proceso más importante que enfrenta Chile en los últimos treinta años. La decisión tomada anoche por el poder legislativo de cambiar la constitución del dictador es un hecho de dimensiones históricas. Ante ello es más o menos evidente que Piñera, que sólo respondió con golpes, gases y violencia a las demandas ciudadanas, está incapacitado para liderar el proceso.
El pueblo en las calles ha pedido desde hace semanas una asamblea constituyente para redactar otra constitución. El Congreso dice que lo ha escuchado y construirá el mecanismo para que el pueblo levante sus demandas. Esa es la versión que fluye desde la clase política, desde los empresarios y el mercado, desde la prensa hegemónica que nos repite que Chile ha ganado.
Pero se trata también de un acuerdo entre las elites de siempre. El Partido Comunista no ha firmado el documento y tampoco lo han hecho algunos partidos del Frente Amplio. El motivo está en el gran poder de veto que tendrían las minorías a la hora de la aprobación de los artículos de la constitución. Para validar la nueva constitución se requiere un quórum de dos tercios, similar al que establece la actual constitución para hacer cambios. Ha sido precisamente por estos obstáculos que desde la dictadura prácticamente no ha sufrido cambios.
Hasta estas horas, el acuerdo, que ya está cerrado, se estudia y debate en universidades, asambleas ciudadanas y cabildos de barrio. Ingresan a la discusión de forma privilegiada especialistas y abogados constitucionalistas, que intentan explicar los detalles del acuerdo e interpretar sus posibles efectos.
Quienes han estado al margen de las negociaciones que condujeron al acuerdo es la población movilizada. Tal vez fue escuchada, pero no ha sido consultada, motivo por el que ha levantado públicamente sus enormes suspicacias. Para la ciudadanía, el pueblo, el pacto del legislativo, al que se han sumado todos los poderes establecidos, es sin duda alguna un acuerdo entre las elites que se suma a los pactos de la transición.
Uno de los motivos de las revueltas ha sido el rechazo a una clase política acusada de corrupta e imbricada con los intereses de las grandes corporaciones. En esta categoría está el Ejecutivo, los partidos y, en primer y destacado lugar, los y las parlamentarias. Un abismo refrendado en todas las elecciones por altas tasas de abstención electoral y en todas los sondeos de opinión. El Legislativo es el poder del Estado con la peor evaluación de la población. Y será el legislativo el órgano que impulse el proceso constituyente.
El cisma entre la elite y el pueblo no se resuelve con este acuerdo. El pacto es en este momento una respuesta al llamado de Piñera y a una agenda de paz que excluye a toda la ciudadanía movilizada. Es por ello que también encierra el gran peligro de consolidar este quiebre y hacer cualquier diálogo imposible. Piñera recibe el apoyo del legislativo y se atrinchera con él de las presiones de la población. Si este escenario es real, las protestas están todavía muy lejos de atenuar.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Artículos Relacionados
John Perkins Confesiones de un sicario economico
por Democracy Now (EE.UU)
9 años atrás 1 min lectura
Chile. 18-O: Hacia la unidad ardiente de quienes luchan
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
5 años atrás 6 min lectura
El verdadero valor de la fortuna que acumuló Pinochet
por Pedro Ramírez (Chile)
8 años atrás 21 min lectura
Crisis minera y debate constitucional: Las oportunidades de desarrollo para Tarapacá
por Iván Valdés G. (Iquique, Chile)
9 años atrás 11 min lectura
Michael Hudson: «…y perdónales sus deudas»
por Rees Jeannotte (Alemania)
2 años atrás 32 min lectura
Que se derrumben los sentidos comunes y se reconstruyan las comunidades
por Daniel Brzovic, Rodrigo Cornejo, Juan Gonzalez, Rodrigo Sánchez, Mario Sobarzo.[1] (Chile)
15 años atrás 28 min lectura
Petro a Trump: «A usted no le gusta nuestra libertad, vale. Yo no estrecho mi mano con esclavistas blancos.»
por Presidente Gustavo Petro (Colombia)
10 segundos atrás
26 de enero de 2025
Quizás algún día, junto a un trago de whisky que acepto, a pesar de mi gastritis, podamos hablar francamente de esto, pero es difícil porque usted me considera una raza inferior y no lo soy, ni ningún colombiano. Así que si conoce alguien terco, ese soy yo, punto. Puede con su fuerza económica y su soberbia intentar dar un golpe de Estado como hicieron con Allende. Pero yo muero en mi ley, resistí la tortura y lo resisto a usted.
La guerra de balanza de pagos de Trump contra México, y el mundo entero
por Michael Hudson (EE.UU.)
39 mins atrás
26 de enero de 2025
«Mi mensaje a todas las empresas del mundo es muy sencillo: Vengan a fabricar su producto en Estados Unidos y les daremos uno de los impuestos más bajos de cualquier nación del mundo». De lo contrario, si siguen intentando producir en casa o en otros países, sus productos se verán gravados con aranceles del 20% con el que Trump amenaza.
Sáhara / Sukeina Yed Ahlu Sid: “La ONU es peor para nosotros que Marruecos”
por Héctor Bujari Santorum
6 días atrás
20 de enero de 2025 Cada palabra suya lleva el peso de un pueblo que resiste mientras el mundo sigue mirando hacia otro lado. Al otro lado del teléfono,…
Israel sigue lanzando ataques contra Gaza al tiempo que el gabinete de seguridad aprueba el acuerdo de alto el fuego
por Medios Internacionales
1 semana atrás
17 de enero de 2025
Mientras los palestinos esperan que se confirme la aprobación del acuerdo, Israel continúa lanzando mortíferos ataques contra la Franja de Gaza. Más de 113 palestinos han muerto, incluidos al menos 28 niños y niñas, desde que se anunció el miércoles el acuerdo de alto el fuego. Estas fueron las palabras expresadas por Sami Abu Tahoun, un niño desplazado que vive en el campamento de refugiados de al-Nuseirat.