Pétalos de Memoria y Rebeldía: “Mujeres tras las rejas de Pinochet”
por Guillermo Correa Camiroaga (Valparaíso, Chile)
10 años atrás 7 min lectura
(…)“cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota “
Mario Benedetti
Hablar de lucha armada y de combatientes antidictatoriales nunca ha sido un tema fácil de tratar en nuestro país y menos aún después de una alegría prometida con un arco iris de telón de fondo, que se transformó en una desdibujada “democracia en la medida de lo posible”, en donde muchos renegaron de sus acciones pasadas, acomodándose en los vericuetos cómodos del poder y del “emprendimiento”, tanto en las instituciones públicas como privadas. Esto no quiere decir que la lucha armada desarrollada en contra de la dictadura no deba ser analizada con una visión crítica, con todos sus aciertos y sus errores, tarea que tiene por delante un largo camino que recorrer, pero que es hora ya de que se vayan rompiendo las barreras de la autocensura, del pudor y la humildad de todos y todas aquellas combatientes que empuñaron las armas en la defensa de la vida y la conquista de una sociedad más justa y fraterna para poder, mediante sus testimonios, obtener una aproximación concreta a este tema.
Precisamente en este ámbito ha incursionado la Periodista Vivian Lavín, entregándonos un maravilloso libro basado en el testimonio de tres valerosas luchadoras populares: Elizabeth Rendic, Valentina Alvarez y Gina Cerda, del título “Mujeres tras las rejas de Pinochet”.
Ayer sábado 22 de agosto, en el Café Lübeck de Quilpué, se realizó el lanzamiento de este interesante y valioso libro, ocasión en que estuvieron presentes las cuatro protagonistas de esta obra, quienes representan verdaderos pétalos de memoria y rebeldía de una hermosa flor en construcción, la que deberá ser cultivada y atesorada por las nuevas generaciones de luchadoras y luchadores populares.
La introducción a la presentación del libro estuvo a cargo de María de la Luz Salas, ex integrante del Equipo Jurídico del Codepu V Región, quien , junto con la abogada Juana Cuadrado Katusich, recientemente fallecida, realizaron defensas jurídicas y políticas de numerosos combatientes populares durante la etapa de la dictadura y los inicios de los gobiernos civiles que la sucedieron. En su intervención, María de la Luz puso en relieve los fundamentos políticos ideológicos Contrainsurgentes de la Doctrina de Seguridad Nacional en que se basaba la represión en contra de los y las luchadoras populares que – utilizando todas las formas de lucha, lo que naturalmente incluye la lucha armada- llevaron adelante la lucha de resistencia y el que hacer orientado a la construcción de un movimiento social, político y militar que fuera capaz del derrocamiento de la dictadura cívico militar.
Puntualizó asimismo la artificial y odiosa distinción que se instauró en un momento determinado entre Prisioneros y Prisioneras Políticas, separándolos entre los que había participado o no en “hechos de sangre”, cuestión que fue tajantemente rechazada por el Equipo Jurídico del Codepu V Región, ya que el Comité en su conjunto postulaba el legítimo derecho a utilizar todas las formas de lucha frente a una tiranía brutal. Basados en esta concepción, la defensa jurídico- política de los y las combatientes significaba la propia defensa del accionar como luchadores populares desarrollado a partir del propio Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo en la lucha en contra de la dictadura a partir de sus propios integrantes y de los frentes sociales coordinados en él ( pobladores, estudiantes, mujeres, trabajadores, equipos técnicos, etc ).
Por su parte, Vivian Lavín, la connotada Periodista autora del libro, relató las numerosas jornadas de conversación que le permitieron ir acercándose al conocimiento global de estas Prisioneras Políticas, no sólo en el ámbito del fundamento político ideológico de su accionar, sino también en el de sus propias experiencias de vida , llegando a develar en los testimonios, etapas infantiles de las protagonistas, lo que demuestra la humanidad y sensibilidad con que abordó el tema la autora del libro, más allá del contundente valor profesional del trabajo realizado por ella.
Trabajo que fue lentamente transformándose en un cálido encuentro lleno de vida, con dolores, frustraciones, autocríticas, pero también con muchos momentos de plenitud y alegría que reflejan el valor de estas mujeres combatientes, que han sabido sobreponerse y hoy enfrentan llenas de esperanza los nuevos y complejos escenarios productos de un modelo de sociedad radicalmente opuesto al que aspiraban alcanzar con su decidida y frontal lucha.
Escuchando posteriormente el testimonio de Elizabeth, Valentina y Gina pudimos iluminarnos con su calidez, su simpatía, su humanidad, su sencillez y con la enorme convicción y dignidad con que llevaron adelante su radical decisión de lucha en defensa de la vida.
Para acercarnos a conocer un fragmento de estos testimonios, transcribiré algunos párrafos plasmados por ellas en el libro:
GINA: “Al mirar esa etapa de mi vida, me siento muy orgullosa. He sido coherente y aún hoy, me conmueve la pobreza en lo más profundo. Aún me rebela y frustra la inequidad y las faltas de oportunidades para superar esas barreras tan egoístas.
Siento mucha tristeza por el Chile que hemos construido. Pero cuando escucho a mis hijos y los veo en sus propios compromisos entiendo que todavía se puede. Como cuando uno de ellos regresa de las escuelitas libres, donde realiza acciones de educación popular, o la otra, cuando se queda largas noches en la toma del colegio, con el deseo de manifestar su inconformismo y su lucha para una educación gratuita para todos. Algo en mi alma sonríe, con nostalgia, con orgullo, con recuerdos y también con un poquitito de esperanza”.
ELIZABETH: “Veo a la joven combatiente, producto de su tiempo, del contexto social, político, cultural y amoroso con ternura y gran orgullo. La tengo conmigo. Añoro su tremenda fuerza para creer y luchar. La he ido despojando de su maniqueísmo, de su dureza, que me ayudó a mantenerme firme. Mantengo la tremenda honestidad y la preocupación por el otro que me da mucha empatía. Me he ido rearmando.Al salir de la cárcel quedé inerme, había perdido el paraguas religioso, las convicciones sociales y, luego, las normas partidarias. Abandoné la lucha con un gran sentimiento de culpabilidad. Bajé de las aspiraciones mesiánicas a los pequeños logros personales como reestudiar, trabajar, enamorarme y formar pareja, ser cada vez mejor persona, conectarme con la humanidad que hay en la diversidad, con el cuidado de nuestro entorno y del planeta”.
VALENTINA: “Lo primero que viene a mi mente y me sorprende, es que ante situaciones difíciles, como una acción armada, en la que la adrenalina está a full, tengo la sensación de que emerge algo así como una fuerza interior representada por la convicción de lo correcto, pero como que no fuera mía. Suaviza el miedo, me gusta, me otorga atrevimiento, algo así como el impulso de saber que puedo, que soy protagonista de mis ideas y pensamientos, que es una forma concreta de rebelión, de sublevación contra todo orden establecido. Entonces mis temores se mezclan con sensaciones de poder y convicción en lo que pienso. Algo que estaba en lo abstracto, en el plano de las ideas, adquiere forma, se concreta, se realiza. Baja al plano real, se me manifiesta. Y en la acción se expresa ese atrevimiento. No desconozco que junto con ello aparece un sentimiento de fragilidad del momento presente, que inunda con la angustia de no saber que vendrá y el miedo a la muerte”.
Alrededor de 70 personas participaron de este encuentro que se fue transformando, con los testimonios e intervenciones de los asistentes, en un espacio mágico que amalgamó distintos períodos de la historia reciente de nuestro país y que nos trasportó a momentos importantes de nuestras vidas, en donde las convicciones nos llevaron a asumir acciones concretas en contra de la dictadura, planteándonos al mismo tiempo muchas inquietudes respecto del momento presente.
Cabe mencionar la intervención de Margarita y Jorge, los jóvenes hijos de Gina, quienes dieron a conocer lo importante que ha sido para ellos el proceso del trabajo desarrollado por la Periodista Vivian Lavín, ya que les permitió romper barreras y adentrarse en el conocimiento de un período de la vida de su madre totalmente desconocido por ellos y aún incompletamente comprendido. También manifestaron que la lucha que llevan adelante los jóvenes hoy día no es un tema generacional, sino que obedece a las mismas ansias de justicia y libertad de las luchas de antaño y, como tal, nos hacen un llamado a buscar caminos y espacios en donde podamos aportar y participar del actual proceso de rebeldía y lucha.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 23 de agosto 2015
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