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¿Cómo va la crisis en USA y qué pasa en Chile?

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Pese a que los últimos datos muestran movimientos positivos, aún la economía norteamericana  no muestra un camino sólido que dé cuenta en el tiempo de una solución confiable a la profunda recesión en que está hundida, lo cual hace más compleja percibir una solución al problema.

El economista Paul Krugman advierte  que las ganancias corporativas están en un máximo histórico, en proporción al ingreso nocional, sin embargo las remuneraciones y el trabajo se han reducido. Eso implica que el capital está aplicando un acaparamiento mayor de los ingresos, a costa del trabajo.

Mientras las instituciones financieras, los hogares y los gobiernos de las economías avanzadas no  logren que sus balances vuelvan a presentar un nivel sostenible de activos y deudas, la recuperación del peor bajón económico mundial desde la Gran Depresión de los años treinta tardará en llegar.  En EE UU., desde el 2001, el límite de la deuda pública  ha aumentado 13 veces con un monto que suma US$ 10,4 billones, totalizando al mes de abril del presente año, US$ 16,39 millones de millones.

No obstante que el tema de la deuda en Estados Unidos es un aspecto importante, existe otro que se refiere al problema estructural donde se puede aplicar la norma de desequilibrio de Michael Spence, ganador del Premio Nobel, y que se traduce en que los costos de producción de  EE UU, siguen tan altos, que hace difícil competir con China y otras economías emergentes.

Este factor que está ligado a la innovación tecnológica en Norteamérica y en muchos otros países, llevará tiempo superar  a través de una paulatina incorporación de avanzadas tecnologías que desplazarán a la anterior industria, permitiendo una economía con menores costos productivos. Sin embargo, esto que puede ser un avance para dinamizar la economía, tiene un efecto colateral importante, produce un desplazamiento de los puestos de trabajos que utilizan tecnologías antiguas y termina por eliminarlos a través del costo.  El avance de las nuevas tecnologías reduce los puestos de los trabajadores que no sean capacitados y los desplaza  hacia actividades menos remuneradas.

Paul Krugman, corrobora esto cuando dice, “que la innovación tecnología ha dado un giro que coloca en desventaja a la actividad laboral”, lo que no pareciera ser un fenómeno nuevo, sino la constatación de situaciones que han ocurrido  antes, como lo fue la crisis de 1973, debido al gran aumento del  precio del petróleo, que motivó el desplazamiento de la vieja industria de post guerra, por la pujanza del Japón y otros países con una innovadora industria basada en el aumento del rendimiento, menores costos  y productos más livianos que fueron procesados mediante sistemas automatizados.

Actualmente, lo que está permitiendo que algunos fabricantes de alta tecnología hayan decidido regresar a fabricar en Estados Unidos, es el uso intensivo de robots en  piezas y partes de gran valor en los equipo, como es una placa base, donde la mano de obra asiática más barata ya no es una razón vital para producir en el extranjero, a lo que se debe  agregar el efecto de un fuerte aumento del poder monopólico empresarial, que disminuye los costos en producción a gran escala.

En otro aspecto de la  economía de EE UU, la FED, ha señalado que incorporará US$ 45.000 millones de dólares mensuales a la economía, lo cual significa agregar US$ 540.000 millones a la economía norteamericana en el 2013.  Otras fuentes mencionan que, la expansión monetaria podría llegar US$ 1.000.000 de millones.  Medidas como estas abren la duda sobre donde se podría concentrar  una nueva burbuja, algunos creen que será en la renta fija, además de la depreciación del dólar, aumento del precio del oro, y los commodities, etc.  Para concluir este punto, quiero mencionar a Richard Koo, economista jefe del Instituto de Investigación del banco de inversión Nomura y experto en la gran burbuja de Japón, quien se ha sumado hoy a las críticas sobre Alemania, y ha dicho, «La principal causa de las burbujas del sur de Europa: los bajos tipos de interés que querían salvar a la economía alemana». La permanencia en el tiempo de tasas tan bajas cercanas al 0 %, como es el caso de EE.UU., facilita la formación de efectos colaterales donde se concentra la expansión monetaria para crear burbujas como ha ocurrido anteriormente.

Las economías emergentes continúan a la delantera de las avanzadas, pero su crecimiento se está  enfriando. Una de las razones son los problemas de las economías avanzadas, pero otra es la dificultad de superar los retos que menciona Michael Spence,  y que se denomina la “transición del ingreso mediano”; es decir, cuando los costos de producción de un país aumentan a niveles tales, que le es mas difícil al país competir con los países de bajo Ingreso, pero a la vez su capacidad institucional es aún insuficiente para alcanzar a las economías avanzadas.

Chile no es una excepción a estas experiencias mundiales, a pesar de lo que señala el Ministro de Hacienda, Felipe Larraín. Existe un fuerte aumento en el costo de los alimentos, y se está generando una brecha en la Cuenta Corriente  producto de menores exportaciones y más importaciones. Para corroborar lo dicho quiero citar a V. Corbo y  su análisis del 16 de Diciembre,  dice, “Por un lado se expanden la minería, los servicios y la construcción, mientras que, por otro lado, la industria que compite con importaciones y las actividades que exportan productos distinto del cobre…sufren los efectos de la apreciación cambiaria y los aumentos del costo de la mano de obra y de la energía”. El último informe del Banco Central del de Diciembre,  dice que, “las perspectivas de crecimiento para América Latina muestran una reducción para este y los próximos dos años. La mayoría de las economías continúan creciendo, pero algunas de ellas han mostrado señales de desaceleración”.

Pero sus palabras van más allá, y alertan sobre lo siguiente, “Una preocupación reciente ha sido la posible incubación de una burbuja inmobiliaria, cuya corrección futura puede afectar la estabilidad financiera.” Cuando menciona el riesgo de estabilidad financiera, se refiriere a que en estos casos se tiende a aumentar la tasa del costo del dinero y  él cree que ello no debiera ocurrir, reemplazándola por  otras medidas.  Palabras coincidentes las encontramos en el ex – economista Jefe de la OCDE, Klaus Schmidt- Hebbel, actual profesor de la Universidad Católica, quien expresa “Es posible que se esté generando una incipiente burbuja inmobiliaria.”

En el grafico de la izquierda se advierte la tendencia deficitaria y en el otro, el aumento de los alimentos.

El mayor crecimiento del gasto interno amplió el saldo negativo de la cuenta corriente, que al tercer trimestre llegó a 2,9% del PIB acumulado en el último año.  Por otro lado, el precio de los alimentos ha sido importante y ha disminuido el poder adquisitivo de la población de menores ingresos.

El ejemplo de la crisis en el 2007/2008 en EE UU., debiera entregar experiencia  a los chilenos para tener en cuenta. Cuando el precio de la vivienda empezó a bajar como anticipo de la crisis mundial, el patrimonio de muchos hogares se contrajo en relación con su deuda, y si agregamos el desempleo que se produjo, en el momento que reventó la burbuja, cayeron fuertemente el precio de las viviendas, las que amarradas a un crédito en aumento, puede llegar a doblar o triplicar el valor de la propiedad  y termina  por aniquilar el patrimonio con el remate del bien raíz. Si a ello tenemos que sumar un aumento de tasas por recalentamiento de la una economía,  se genera una desocupación extra.

Chile no se caracteriza por tener una alta transparencia en el movimiento de capitales, pero es posible que haya ingresado mucho dólar y que pueda seguir ingresando. Podría  aumentar el recalentamiento de la economía y producir efectos negativos.  En este sentido,  Vittorio Corbo, dice, “Si la demanda interna no se desacelera lo suficiente, existe el riesgo de que la economía comience a mostrar signos más pronunciados de calentamiento tanto nivel macro como en los precios de los activos.”

Como habrán notado, no hay grandes avances en la economía de EE UU.,  y en el caso de Chile, se avizora una disminución de la actividad económica, aunque no se aprecia claramente a qué niveles pueda llegar porque la información disponible no es concluyente.

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