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La izquierda de la calle / la izquierda por el voto

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Fue un año donde la calle habló fuerte, claro y… seguirá hablando

Un año donde una generación construyó y sentó las bases de manera creativa para una mayoría popular, una generación que colocó letreros para un recorrido que inevitablemente llegó para quedarse, e iniciar las transformaciones postergadas. Un año donde el recambio generacional provocó el pánico en una clase política vieja, revisionista, claudicante, binominal, autorreferencial y burocrática…todos inútiles.

Chile es un país donde la gran mayoría de ciudadanos no cree en las instituciones, ni en el ejecutivo, ni en el congreso, ni en los parlamentarios. Es así sencillamente porque desde ese lugar no aparecen las respuestas a los grandes y pequeños problemas que desbordan lo cotidiano. El listado de traiciones es extremadamente largo, todo se posterga, todo cae en el olvido.

No fue un año normal como lo hubiera querido el gobierno UDI/RN y también el centro político PDC/PPD/PC/PDC/PS. La clase política intentó administrar las exigencias de los estudiantes, quisieron ser los voceros, se reunieron con los ministros. Los millones de pesos y dólares iban de un lado para el otro, cuando finalmente el centro político salvó al gobierno, no votando en contra del presupuesto de educación 2012…se abtuvieron.

Desde La Moneda se agita como dogma virginal que todas esas oportunidades tan deseadas las  genera el modelo, el sistema imperante, el libre mercado. Podemos ver un Chile/mercado/, mercaderes corruptos y sin control. El empresariado nacional actúa fuera de la legalidad metiendo la mano en los casi vacíos bolsillos de los chilenos, ejercicio que se arrastra desde hace ya decenios. La prolongación del modelo con su parafernalia de artilugios, hace perpetua las actuales diferencias sociales, es acá entonces las palabras y exigencias de las nuevas generaciones tienen toda la razón. Ellos están labrando su justo e impostergable futuro.

Los habitantes del congreso llegaron a soñar en algún momento, pensaron que al crear una comisión era suficiente para tratar de encontrar soluciones al problema de la educación chilena. Creyeron que sentando en alguna mesa a esos fotogénicos interlocutores/intelectuales/especialistas, sería suficiente para que se redacte algo, para dejar caer alguna migaja, para continuar la traición, pero en esta oportunidad no les funcionó, esta vez les falló la política de “paños fríos” que tanto y por tanto tiempo han practicado.

Los pelafustanes congresales soñaban que así podrían detener la marea de cantos con perfumes de victoria que llegó para quedarse, y lograr que se inicien los trabajos para la nueva institucionalidad, para enterrar el binominal, para darle el sentido concreto a los derechos de los postergados de siempre. Por años repartiéndose los distritos a dedo, uno para mi, otro para ti y así… suma y sigue.

La actual clase política no es creíble. Las urgencias sociales han llegando a situación extrema, los partidos políticos están más preocupados en la actualidad de preparar la próxima plantilla municipal para la siguiente campaña electoral. Todos llegando a las reuniones con un listado de candidatos con nombres y apellidos y este es un ritual donde están todos. Dirán algunos de la izquierda tradicional antigua, que esto ayuda a la izquierda, susurran que caminar con el veinteañero mal menor es realismo político, que eso asegura la defensa de los derechos de los marginados… allá ellos.

Nada hicieron los concertacionistas para derrotar el “cáncer” binominal que el oncólogo Lagos viene a diagnosticar tarde, cuando teniendo los medios no lo hicieron. No es creíble esta generación de políticos porque intentar cambiar el modelo binominal en esos veinte años, hubiera significado romper los acuerdos y pactos que la concertación firmó con las Fuerzas Armadas. El modelo se mantiene porque así se lo exigieron y la concertación fue… obediente.

Fueron alegres manifestantes los que van haciendo caer los velos que ocultan los pactos, los acuerdos entre los administradores del modelo de la dictadura. Ese silencioso trabajo para que se instale la impunidad. Tantos años instaurado un modelo que es obsecuente para coludidos y exclusivos empresarios. Un sistema de pensiones controlado por tres grupos económicos. Un sistema de salud paupérrimo en derechos para millones, y con tantos beneficios para unos cuantos.

En esto radica lo valido de la calle, la razón y la pasión que tiene esta nueva generación, la del recambio, la que lleva en sus proyectos el Chile que está a medio construir. Es verdad que los accesorios de los tiempos actuales no son los de la historia pasada reciente, pero es verdad también que es muy fuerte la voluntad de cambio. Para alterar las cosas y los asuntos se sale a la calle, para hacer que las cosas transiten de mejor y justa manera, se unen los chilenos codo a codo.

Da gusto ver a los binominales de todas las raleas hurgando en sus bolsillos para sacar baratijas y espejitos de colores, tratando de llevar el agua a sus molinos secos sin proyectos, para que sus mediocres bataclanes sigan manteniendo sus derechos convertidos en santificadores defensores de los acuerdos que entre los burgueses se practican de manera cotidiana.

Cuando miedo le tienen los binominales a dictar leyes en favor de una educación para las grandes mayorías, para alterar este injusto y excluyente modelo tan clasista, al que tanta propaganda hace la clase dominante y su presidente. Las leyes que regulan deberes del empresariado se discuten demasiado, y nunca son de carácter urgente.

La nueva generación sabe que los tiempos por venir están vestidos de muy buenos vientos. Los jubilados que no pueden ir a las manifestaciones están colocando en las manos de los jóvenes lo que les queda de su tiempo, pero también diciendo que sus nietos no pueden seguir siendo condenados al pasado que los obligó a vivir su vida casi sin derechos.

La lucha de los nuevos ciudadanos calendarios es también para defender el mar y sus contenidos, para nuevas energías renovables, para buscar nuevas relaciones con los países vecinos. Algunos  podrán pensar que los jóvenes están tratando de encantarnos con un proyecto para un país diferente, claro, de eso se trata, y por eso hay que apostar. Muchos votos y por muchos años se han gastado para comprar… naftalina

De un lado el país real sobre cuyos hombros de millones se transporta por años el atraso y las cifras de lo macroeconómico que tanto les agrada a los banqueros. Desde el otro lado en su guarida, los custodios de la institucionalidad que se traspasa el modelo de una mano a otra mano, tan bendecida, tan aplaudida y que se portan bien…muy bien

Y en la calle el polvo que no se duerme…

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1 Comentario

  1. libertad joan

    Pienso que los dominados se han rebelado contra sus amos. Los movimientos que accionamos en el 2011, como los ecologistas, los estudiantes chilenos, los movimientos feministas, el descontento de profesores, trabajadores de salud, formaron una subjetividad común, entrelazados marcaron la unión, esto por un lado, la gente despertó con una conciencia más aguda, más preclara para apreciar los nuevos hitos en los que se vio envuelto y esto es esperanzador, aunque no lo crean los potentados políticos.Por otra parte , los movimientos mundiales de las naciones de la UE y también los indignados de EEUU. fueron fundamentales en el conocimiento cabal de que no estábamos solos y teníamos descontentos parecidos.

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