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Renegociar contratos lesivos y Los fantasmas de la exportación

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Presentamos dos entrevistas de singular importancia realizadas a dos
protagonistas centrales que han intervenido en el cuestionado proyecto
de exportación del gas licuefactado de Camisea, que tiene su planta en
Pampa Melchorita al sur de Lima, unidad que procesa el gas natural
proveniente del lote 56, recientemente inaugurado por el Presidente de
la República Dr. Alan García Pérez.

Una entrevista ha sido realizada por el diario Correo al ex ministro de
Energía y Minas Jaime Quijandría quién fue dos veces ministro de la
cartera mencionada, durante la gestión del ex Presidente de la República
Alejandro Toledo, y “cabeza gris” del proyecto de exportación desde sus
orígenes. La otra entrevista ha sido realizada por el diario Gestión a
Ray Hunt Presidente Ejecutivo de Hunt Oil Company.

En la persona de Jaime Quijandría se funde la calidad de un funcionario
público en el sector de hidrocarburos desde hace más de 30 años, y de
asesor empresarial de intereses transnacionales que no siempre coinciden
con el interés nacional. De allí la importancia de la entrevista que
comentamos.

En el debate Quijandría para cuidarse en salud, sostiene que en el gran
Camisea lotes 88, 56, 57, y 58 existirían entre 40 a 50 trillones de
pies cúbicos de gas natural, cuyas reservas serán monetizadas gracias al
impulso del proyecto de exportación del gas del lote 56 hacia
Norteamérica. Desde su punto de vista la exportación resulta fundamental
para activar la actividad exploratoria para descubrir más reservas,
pues estas no deben ser consideradas estáticas sino dinámicas.

El proceso de convertir las reservas posibles en reservas probables y
las reservas probables en reservas probadas, exige según su parecer los
mercados externos que hagan viable e interesante para las empresas
privadas la actividad exploratoria.

En verdad, debo coincidir respecto al llamado problema gasífero. En
nuestro país la debilidad de la actividad exploratoria en los últimos 30
años explica en gran parte el debate sobre los volúmenes de reservas
probadas de hidrocarburos y de gas natural en particular.

Se debe tener presente que las reservas de gas natural del lote 88 datan
en su descubrimiento desde los primeros años de la década de los
ochenta cuando la Shell perforó varios pozos en el ahora denominado lote
88 estructura Cashiriari, y San Martín, descubriendo más de 9 trillones
de pies cúbicos de gas. Entre 1998 al 2000, la Shell también realizó
inversiones exploratorias en el lote 56, en la estructura de Pagoreni
descubriendo más de 2 TCF.

Por tanto, la polémica sobre las reservas de hidrocarburos, crudo, de
gas natural soslaya un tema central, la actividad exploratoria. En los
años setenta el promedio de pozos exploratorios, de riesgo con PetroPerú
como promotor se perforaba un promedio de 25 pozos anuales, para luego
disminuir dramáticamente a un promedio de 5 pozos anuales en las décadas
de los noventa y la primera década del presente siglo. 

Se debe tener presente que fueron las reservas descubiertas Por
PetroPerú y sus filiales en los años noventa las que se privatizaron, en
el caso del lote 8/8X hacia 1996. Y en el caso de la OXY las reservas
de crudo descubiertas en el lote 1-AB fueron transferidas a Pluspetrol
en el año 2000.

Sea en los lotes 8/8X, o el lote 1-AB las reservas de crudo fueron
descubiertas hace 40 años y se presume que existen todavía importantes
reservas por descubrir. Es más, las reservas de crudo, probadas,
probables y posibles del lote X que fueron privatizadas en diciembre de
1996 a favor de la empresa argentina Pérez Companc, en especial las
reservas probadas fueron estimadas en menos de 40 millones de barriles
de crudo. Estas se han incrementado gracias a la mayor actividad de
perforación.

Hay que recordar que en el llamado lote X, desde el 2003 operado por la
transnacional brasileña Petrobrás, en el período 1997 al 2009 se han
extraído más 60 millones de barriles y a fines del 2009 se estiman sus
reservas probadas por el orden de los 74 millones de barriles. Esto nos
demostraría que el concepto de reservas probadas debe considerarse como
un concepto dinámico, íntimamente ligado a las condiciones de precios y
costos más las condiciones geológicas.

Es más, el redimensionado lote X está en explotación desde los años
cincuenta e incluso antes, siendo operado hasta 1969 por la IPC filial
de la Standard Oil Company, y desde ese año estuvo operado por la
petrolera estatal PetroPerú  hasta su privatización en el 1996. Es
decir, con más de 60 años de explotación todavía mantiene reservas
probadas del orden de 74 millones de barriles y probables por 34
millones de barriles que se pondrán en valor con una mayor actividad de
pozos de desarrollo.

Por tanto, resulta correcta la afirmación de Quijandría sobre la
naturaleza de las reservas de Camisea. Así señala que “Cuando se dio a
conocer el informe de Gaffney (8.8 TCF), no se precisó que lo único que
certificaba era que durante el periodo del contrato, y al ritmo que
venía invirtiendo el Consorcio Camisea, ése era el volumen de gas que
podrían extraer. Nunca afirmaron que, cuando terminara el contrato, no
quedaría gas en el pozo. El otro grave error de los "analistas" es que
les gusta comparar la foto de las reservas con la película de la demanda
proyectada”.

Creo que el tema debiera ir por otro lado. Si el problema no es de
reservas probadas ni de desabastecimiento del mercado local por la
demanda externa que compromete 620 millones de pies cúbicos diarios de
gas natural, por medio de las exportaciones de gas hacia Norteamérica,
lo que debiera preocupar son las condiciones de exportación del gas
natural del lote 56, por medio de un contrato lesivo para el Estado
peruano, por las mínimas regalías que el fisco percibiría. 

En ese contexto las afirmaciones respecto al abastecimiento de gas
natural proveniente de los lotes 57 Repsol y 58 a cargo de Petrobrás,
soslayan las condiciones económicas de su explotación. Es decir, los
precios del gas natural no serán regulados, sino los precios de mercado
con regalías del 5%. Ello evidentemente configura una fragante
contradicción pues mientras se exportará gas barato, el mercado interno y
sobre todo el sur andino accederá a un abasteciendo de gas con precios
libres, a precios de mercado como lo estipulan los contratos firmados en
el gobierno del ex presidente Alejandro Toledo.

Además no es posible aceptar que las regalías por la exportación sean
equivalentes a un tercio o menos de lo que se está obteniendo por
concepto de las regalías producto de la demanda interna proveniente del
gas natural del lote 88. Al respecto definitivamente se debe superar la
restricción y compromiso de respaldo de las reservas del lote 88 al
proyecto de exportación.

En el mismo sentido, se debe reconocer que el proyecto de exportación
debiera caminar con sus propias reservas, pues las reservas del lote 88 y
56 debieran estar destinadas al mercado interno y a dotar a la economía
peruana de la necesaria seguridad energética. De allí la necesidad de
renegociar los contratos en cuanto a las condiciones fiscales sobre las
regalías de exportación y la seguridad de abastecimiento de gas natural
con precios regulados al Sur Andino.
11 junio de 2010

– El autor es investigador en la UNMSM y Consultor

web: www.mancozaconetti.com

http://kuraka.blogspot.com

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