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¡Bachelet debe desclasificar todos documentos de DDHH, ahora ya!

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Son días de vorágine y caretas que ruedan por el suelo. Por ejemplo, el senador UDI Jovino Novoa inició recién ayer una cruzada que se había abstenido de agitar mientras duró la campaña presidencial: “Después de 30 años, mantener procesos abiertos sin un resultado, al final no satisface ni el interés de la justicia ni el interés de las víctimas y, de alguna forma, también perjudica la imagen de las instituciones”, declaró Novoa a la prensa.

En tanto, cuando era candidato, el presidente electo Piñera se reunió con militares en retiro del movimiento Chile Mi Patria. Y aunque hubo una versión inocua de los temas tratados en la cita, una circular interna de los ex uniformados mostró otra cara de las negociaciones:

“Un sexto punto del compromiso, expresamente comunicado “off de record” por el candidato, se refiere a la aplicación durante su gobierno, de la justicia cabal de un Estado de Derecho (derecho a un juicio justo e imparcial, amnistía, prescripción, etc.) a nuestros prisioneros encarcelados y a los cientos de encausados de la Defensa Nacional, en retiro, arrastrados a interminables juicios de derechos humanos, situación que él reconoce como arbitraria, ilegal e injusta y motivo que atenta contra la necesaria paz y reconciliación nacional”. El documento fue publicado en la web oficial de Chile Mi Patria, firmado por el general Sergio Contardo Flores (piensaChile publicó un artículo sobre este tema: Piñera analizó situación judicial que afecta a muchos uniformados en retiro). Pero luego de que fuera reproducida la circular en nuestra página, y de tranformarse en una pregunta del periodista Fernando Paulsen, durante del debate presidencial televisivo de mediados de noviembre, el documento fue retirado del sitio del movimiento. Frente a las cámaras Piñera negó enfáticamente los acuerdos, pero no esbozó explicación alguna sobre el por qué la existencia del documento.

Coincidiendo con este clima de dudas y olor a perdonazo en materia de DDHH, nos habíamos comunicado (antes de la segunda vuelta) con el mayor experto sobre archivos desclasificados en Estados Unidos acerca de nuestro país, el profesor Peter Kornbluh, del Archivo de Seguridad Nacional que mantiene la Universidad George Washington. La razón original era la campaña que lidera Kornbluh para aclarar un caso puntual, la desaparición de Boris Weisfeiler en 1985. Pero sus respuestas resuenan como una campanada de alerta sobre el futuro de los papeles y archivos que podrían dar luz sobre buena parte del pasado oscuro del país, relativo a las violaciones masivas de los DDHH.

EL CASO WEISFEILER
Lo primero que Kornbluh quiere lograr es que las autoridades chilenas desclasifiquen toda la información disponible acerca del caso de Boris Weisfeiler; un matemático y montañista ruso –avecindado en EE.UU- que se encuentra desaparecido desde 1985, cuando habría sido secuestrado en la inmediaciones de Colonia Dignidad.

Desde entonces todo tipo de conjeturas han circulado en torno a su desaparición, incluyendo una historia apta para una novela de espías, que afirma que Weisfeiler era agente secreto soviético o judío, dependido su ligación con la KGB o el Mossad de las diferentes versiones. Pero lo que si es seguro es que se trataba de un gran matemático, conocido en el ambiente científico por trabajos como el algoritmo Weisfeiler-Leman, las conjetura Kac-Weisfeiler, la filtración Weisfeiler, y otros trabajos de alta ciencia.

Pero el trabajo del equipo de investigadores de Peter Kornbluh, ya comienza a arrojar algunas certezas sobre las circunstancias de la desaparición de Weisfeiler.

¿Qué se desprende hasta el momento de los diversos archivos de EE.UU. -relativos a Weisfeiler- que han sido desclasificados?
-El gobierno de EE.UU ha declasificado más que 400 documentos secretos sobre el caso Weisfeiler -responde Kornbluh- Se tratan de cables, memorandos, informes investigativos, transcripciones de entrevistas, memos de conversaciones. Incluso hay dos o tres documentos de la CIA sobre el caso. Estos documentos cuentan de una historia muy siniestra. La del secuestro de un ciudadano norteamericano -quien no estaba haciendo nada más que andar en los bosques de Chile-, de un interrogatorio salvaje, detencion ilegal y desaparación sin dejar rastro. Y da cuenta de un esfuerzo por encubrir todo la evidencia de lo que paso con Boris Weisfeiler. Ya es el tiempo terminar con ese encubrimiento y dejar que en Chile vean la luz todos los documentos sobre el caso.

¿Cuáles son los archivos chilenos que son de especial interés en esta investigación?
-Hay dos categorías de documentos chilenos que estamos buscando: documentos que relatan al crimen cuando era actual, en 1985, y los documentos creado durante los últimos 25 años, realtivos a las acciones del gobierno chileno -especialmente después de la caída de Pinochet- para investigar y resolver qué fue le que le pasó a Boris Weisfeiler. Sobre el crimen estamos muy interesados en documentos de Carabineros, y de la CNI (Central Nacional de Informaciones, la policía secreta de Pinochet), que obviamente son difíciles de conseguir. Pero hay muchos otros documentos más reciente, que esperamos ver. Por ejemplo, documentos del Consejo de Defensa del Estado sobre su propia investigación del caso Weisfeiler. Y aun, las acciones de la presidenta Bachelet, cuando ella era ministra de Defensa y llego la hermana, Olga Weisfeiler, a pedirle ayuda. ¿Qué hizo ministra Bachelet en este momento? ¿Cuáles fueron sus instrucciones a los militares? ¿Qué información fue generada entonces? Estas son algunas de las preguntas que se podrían contestar con una declasificación de documentos chilenos sobre el caso Weisfeiler.

¿AHORA O NUNCA?

Frente a los antecedentes que indican que mucha documentación fue destruida entre finales del gobierno de Pinochet y el segundo gobierno de la Concertación ¿Hay perspectivas o esperanza de encontrar algo en Chile? ¿Qué es lo que podría haber?
-Si el segundo gobierno de la Concertación destruyó documentos, a mí me gustaría ver todos, repito, todos, los documentos sobre esta destrucción. ¿Quién lo ordenó? ¿Por qué? Las comunicaciones que hubo con los militares, etc.… No es tan fácil desaparecer la historia como fue desaparecer a un individuo como Boris Weisfeiler, o los otros 1100 chilenos que todavía no se han podido encontrar. La historia -y los documentos- son difíciles de destruir del todo. Por eso, no creo en el mito que todo el registro de la represión está destruido, quemado etc. Creo que vamos a encontrar documentos sobre el caso Weisfeiler, y eventualmente sobre los otros casos de violaciones de Derechos Humanos en Chile. El lunes 11 de enero la presidenta va a inauguró un museo de memoria y derechos humanos. Para avanzar estos dos temas, sin embargo, lo que ella debe hacer es un decreto que todos los documentos que se trata de violaciones de derechos humanos durante la dictadura deben ser centralizados, y desclasificados; una desclasificacion especial como la que hizo el gobierno de Clinton sobre chile. Estos documentos pueden ser puestos en el museo, para que victimas, abogados, y estudiantes pueden saber la verdad de una historia que no se puede conocer totalmente mientras que los documentos permanezcan secretos.

* Fuente: The Clinic

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