Centenario de Allende
por movimiento autónomo de filosofía UC del Norte (Chile)
17 años atrás 2 min lectura
Entonces, poseídos por clasismos megadelirantes, redireccionan en septiembre del 73 sus arsenales de conspiración y odios. Es que no podían permitirse prolongar por más tiempo sólo el sabotaje; mil días confabulando resultaron extenuantes; había llegado la hora de “hacer patria, señores”, y no podían permitirse disparos a la bandada. Por esta razón, la mira es teledirigida esta vez hacia un solo blanco: el Presidente Allende. ¿El motivo?: éste representaba la inminente y “terrorífica” amenaza de restituir la dignidad humillada de millones de desheredados y la consiguiente pérdida de la propiedad vitalicia de una teta insoltable y privativa de una casta de privilegiados “sin apellidos mapuches”.
Fueron mil días. Sí; mil días para un pueblo constructor de sueños; mil días de resistencia moral contra un boicot maquinado por la oligarquía interna y externa; mil días en que los olvidados de Chile, junto a su Presidente, y en ejercicio de un derecho radicalmente humano, se expresan como ciudadanía y opinión pública proclamando al mundo una plegaria insoportable para los polit(e)ólogos burgueses del Opus y la civitas dei: “¡Hágase por fin tu voluntad aquí en la tierra! ¡Tráenos tu reino de justicia e igualdad!” Tal “herejía”, no podía bajo ningún punto de vista permitirse en esta comarca llamada Chile, tierra “orgullosa” de su condición “humanista” y -sobre todo- “cristiana”. Tal “herejía” anunciaba desde las derechas una reacción rabiosa y copiona de la Inquisición.
Por ello, Augusto -el “ungido”- y sus legiones cayeron no se sabe desde qué cielo como ángeles de la injusticia para arrojar sus clasismos envenenados contra nuestro Presidente y nuestra bandera y para clavar sin misericordia sus sables traidores en la garganta de nuestros derechos fundamentales y de las instituciones de la República, dejando a su paso una estela de lutos, lágrimas, ausencias y soledades que castigan a muchos/as hermanos/as hasta el día de hoy. Y todo ello refrendado por una impunidad “creyente” hecha con huincha de sastre a la medida… o “en la medida de lo posible” a un puñado de intocables, por cierto “superiores” a unos ciudadanos sin influencias de tercera y cuarta categoría que pagan con cinco años por robar pan para comer.
Aunque como sacudiéndonos de un largo atontamiento y aunque nos incomode, hemos constatado que… si bien no se materializó el propósito de esos “santos-padres refundadores de la patria” de quedarse para siempre presencialmente, de manera física, al parecer lo han conseguido de un modo distinto: como una legión de guardianes invisibles del modelito neoliberal darwiniano (re)fundado por ellos a la medida de un sanedrín de asegurados que nos predican “prudencia”… Y al parecer lo han conseguido, pues el régimen de vida y su modelo socio-económico continúa, como nunca antes, al servicio de unos chupeteadores históricos de una teta obesa y eterna. ´
¡Feliz cumpleaños, hermano Salvador Allende!
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El Fin y el medio
Canción de Javier Limón y Jorge Drexler ‧ 2018
Letras
Un refugiado es un refugiado
Un niño es un niño y el miedo es el miedo
Destierro es destierro
Y una hipocresía es una hipocresía
No hay signo, no hay bando
No hay ideología ni misterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
Un daño es un daño, del verbo dañar
Todos los daños son daños centrales
Un niño es un niño
No existen los daños colaterales
No hay meta, no hay causa
Ningún motivo, ningún premio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
El fin es un punto por siempre distante
Una cambiante ficción
Un ciclón a merced de una hoja
Una paradoja como la de Zenón
Donde algo parece que se va acercando
Y siempre se escapa, siempre se esconde
Siempre a la misma exacta distancia
De un mismo horizonte (mismo horizonte)
El dedo que aprieta el gatillo
Debería saber esto
No hay tuyos ni suyos ni míos
Si son niños, son nuestros (todos los niños son nuestros)
Ni patria ni credo hay
Ni diferencias de criterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio