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Farías dice haber encontrado lo que no lograron el SIM, la Dina, la Sicar, la Sifa, el SIN, la CNI

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Señor Director: Agradeceré a usted acoger este desmentido a las imputaciones formuladas por el profesor Farías.

CARTA DE VICTOR FARIAS
Un nuevo intento para mancillar la memoria del Dr. Salvador Allende Gossens ha hecho el señor Victor Farías al publicar una carta al director en El Mercurio el día jueves 3 de abril, con el título LAS 30 MONEDAS DE LA IZQUIERDA. Entre tanto absurdo histórico, el diz que historiador  escribió textualmente el párrafo que reproduzco:

“…[aparece]… en las actas de la Superintendencia de Valores y Seguros la documentación completa de la Sociedad Anónima y Comercial Pelegrino Cariola, dedicada hasta 1965 a la exportación y con sedes en Santiago y Valparaíso. Como propietarios de esta gran empresa aparece la flor y nata de los hombres más afortunados de Valparaíso: don Carlos Urenda Trigo, don Alfonso Gubler, la familia Ruiz de Gamboa, y ante todo los sucesores del patriarca don Pelegrino Cariola, propietario ya en el siglo XIX de minas de salitre con una extensión de más de tres millones de metros cuadrados. Ellos con su fortuna fundaron la gran empresa que llevó el nombre del antepasado. Las actas de 1956 contienen, sin embargo, una sorpresa desconocida hasta nuestros días: entre los mayores accionistas y como director general de la empresa, percibiendo además elevados honorarios, aparece don Salvador Allende Gossens, senador del Partido Socialista por la zona…"

Farías, que posa de historiador serio, amparado en un contrato de profesor de historia de la Universidad Andrés Bello, no exhibe documentación fidedigna alguna que acredite tal hecho atribuído a Salvador Allende, como es usual en sus “investigaciones”, que nunca prueban nada. Muy por el contrario, son siempre desmentidas documentadamente. ¿Qué clases de historia es capaz de enseñar el Sr. Farías a sus alumnos? El verdadero historiador debe ser objetivo, veraz e ilustrado. Ese es un tema digno de analizar por el Consejo Directivo de la Universidad Andrés Bello, respetable institución que lo cobijó, seguramente ignorando que las universidades alemanas –por causas similares- le cerraron las puertas una vez enterados de su poco ético proceder.

Farías tuvo que abandonar Alemania, tanto por haber recibido un merecido portazo en las narices, como para huir de la jueza  Begoña Alvarez García, que le notificó de la demanda en su contra por calumnias a la honra del Dr. Allende, extensiva a las empresas europeas Distrifer Libros S.L., Altera S.L. y Novagrafik S.L., por la publicación difamatoria y carente de veracidad que hizo Farías al alterar a su amaño la Tesis de Grado de Salvador Allende para titularse de médico cirujano, al escribir el libro que en Chile tituló “Allende: Antisemitismo y Eutanasia”, en España: “Salvador Allende: contra los judíos, los homosexuales y otros degenerados” y en Francia “Allende: la face cachée” (la cara oculta). Farías creyó que se haría notar y adquiriría fama con el arreglo que hizo a la tesis de Allende, poniendo su boca la teoría del criminalista italiano Cesar Lombroso.

En la carta en comento, Victor Farías, oculta que las oficinas salitreras se inactivaron mucho antes del año en que atribuye la supuesta participación de Allende, según actas que nadie, sino su fértil imaginación ha visto. Tampoco dice que la firma Pelegrino Cariola había cesado su actividad salitrera y que solamente se mantenían en actividad las oficinas “Victoria” en Tarapacá -propiedad de Osvaldo de Castro- “Pedro de Valdivia y María Elena”, propiedad de The Lautaro Nitrate Co., y las menores “Alemania, Chile y Flor de Chile”, propiedad de Gustavo Ross Santa María.

Farías parece ignorar que en Chile la calumnia tiene severas sanciones penales y pecuniarias. Cualquier intelectualoide que se autoinvista de historiador, no puede ignorar que tuvimos una dictadura a todo nivel y por diecisiete años. Que los sabuesos de Pinochet hurgaron cada milímetro, cada palabra y cada acto del Dr. Allende, en busca de cualquier actuación repudiable que sirviera a sus propósitos, tanto para desprestigiarle como persona, como para justificar el alzamiento. Al igual que Farías, dijeron cuanta infamia les vino en mente; sin embargo, jamás pudieron encontrar y menos decir que Allende fue un político corrupto que profitó de sus altos cargos e investiduras para lucro personal.

Resulta curioso que ahora, a tantos años del retorno a la normalidad institucional, este profesor haya tenido la suerte que Pinochet no tuvo: descubrió que Salvador Allende fue un hombre de gran fortuna, al decir que en “treinta kilómetros de documentos” encontró esta extraña y desconocida calidad de Allende, lo que nunca pudieron el SIM, la Dina, la Sicar, la Sifa, el SIN, la CNI etc., que tuvieron el cuidado de mirar cada libro, cada escrito, cada papel, de todas y cada una de las bibliotecas públicas, privadas y universitarias, en busca de antecedentes que sirvieran a sus propósitos.

El propio Farías se desenmacara en el último párrafo de la carta enviada el 3 de abril, en un párrafo que nos lleva a preguntarnos: ¿Habrá recibido Farías algunos denarios de plata del personaje político que elogia en su comentario final? Pese a no mencionarlo taxativamente,  es obvio que  se trata del empresario Sebastian Piñera, al indicar a la letra:

“Por eso, cuando ellos [los izquierdistas] levantan hoy su voz contra un político y empresario que no oculta su fortuna y que podría, por ello, eventualmente, ser una controlable garantía de eficiencia, uno no sabría entender su conducta populista sino como el odioso resentimiento político y social de los eternos perdedores que sólo han sabido, en lo importante, poner el país en peligro”.

Pienso que la Universidad Andrés Bello no debiera ignorar que sus alumnos no merecen tener por maestro a quien es capaz de reversar la historia, tergiversarla y amañarla a su antojo. Debiera exigirsele que muestre públicamente la existencia de tales documentos, debidamente autenticados; que indique a que sesiones de directorio de Pelegrino Cariola asistió como Director General y cual era el monto de los supuestos honorarios percibidos.

Saluda al señor Director

Ozren Agnic Krstulovic
Ingeniero Comercial, Escritor y ex
Secretario Privado de Salvador Allende
RUT: 3.797.841-8
e-mail:
merkohr@vtr.net

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