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Doy gracias a un canalla

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En mis tiempos de juventud tuve la suerte de conocer al filosofo popular Ricardo Rioseco, en esa época él era regidor del Partido Comunista por la ciudad de Angol, de él aprendí que en algún momento de su vida, toda persona hace algo que lo refleja como lo que realmente es. Esto es lo que acaba de hacer un asesino en retiro que logró en el ejército de Chile el despreciable grado de general, se trata de un tal Raúl Iturriaga Neumann.

Dice el Diccionario de uso del español, que la palabra canalla viene del latin “canis” (perro), agrega que es un “epíteto, tal vez el más duro de los semejantes que se aplica a un hombre que comete o es capaz de cometer acciones viles contra otros” En realidad es una manera elegante de describir a ciertos uniformados que cometieron y cometen (y pueden cometer) acciones viles contra otros, que no son tomados como iguales por ellos, aunque digan que vivimos en democracia.

La Biblia nos señala que “por sus actos los conocereís” y los actos de este ex señor, ahora prófugo de la suave justicia chilena, son los actos de un canalla,  aunque en su tiempo él haya creído que eran los actos “justificados” contra el cancer comunista. La verdad es que con nada se podrá justificar lo injustificable.

Nos dice la prensa que: “Raúl Iturriaga Neumann, general (r) de ejército y un líder de los boinas negras como gustan calificarlo sus pares, recibió una condena de cinco años y un día por el secuestro del estudiante de medicina veterinaria de la Universidad de Chile, ex alumno del Liceo de Aplicación y miembro del MIR Dagoberto San Martín (21 años al momento de su detención).

El prontuario de este espécimen de fascista es mucho más largo y lo convierten en un profesional del crimen de lesa humanidad. No ahondaré en esos detalles que pueden leerse en otros artículos muy bien documentados.

Sucede que el señor agrega ahora a su extenso prontuario el nada envidiable hecho de ser prófugo de la tibia justicia chilena. Este hecho ha recibido bastante prensa, que va desde el elogio de sus iguales hasta el señalamiento de cobarde. Con los primeros nunca podré estar de acuerdo: las heridas causadas por los militares y los fascistas de civil fueron y son un crimen que ha dejado una profunda secuela moral, económica y política, crimen que no se borra con buenas palabra ni falsos actos de arrepentimiento ni llamados a la reconciliación, sino con respeto por los derechos del otro.  Tampoco estoy de acuerdo con calificar a este criminal de cobarde, eso supondría que tuvo una cualidad que hoy ha perdido. Su único móvil ha sido el desprecio por la valerosa gente que sobrevive la diaria fatiga de hacer y querer el país por un sueldo miserable.

Prefiero decir a plena voz y cordura, gracias Iturriaga, por mostrar lo que verdaderamente eres: un canalla que no acepta su derrota ni que este tiempo aclare su papel en los crimines de las fuerzas armadas y lo marque con un castigo de poca monta.

Gracias Iturriaga por mostrar que en la mente de los amos de ayer y en la de los amos de hoy hay siempre un odio que puede recurrir a todo por conservar sus privilegios.

Gracias Iturriaga por hacernos entender, con su gesto de “mártir” de la justicia, que para él y sus iguales vale más lo que dice un fusil desde el poder, que el dictamen de un juez desde la escuálida democracia.

Estos tres hechos valen otro Chile, el de los valores solidarios, los de quienes se pronuncian hoy por el cambio de la constitución, remozada un poco por quien ha recibido, en justicia, el calificativo de dedo de mantequilla.

Gracias Iturriaga por negarse a cumplir condena, con este hecho demuestra que ya no debe existir mano de señorita para con ustedes ni cárceles cinco estrellas para que los canallas paguen sus culpas, ni mucho menos que se les pague un sueldo a quienes hicieron del crimen un oficio.

Poco importa lo que digan ciertos representantes de bandos en pugna. La esencia de todo es que en un país con doble rasero para impartir justicia, simplemente no hay justicia y sin embargo debo decir nuevamente gracias Iturriaga por demostrar que el Chile de todos los chilenos, el Chile de la recuperación de sus riquezas, el Chile de igualdad de oportunidades para todos, nada tiene que ver con la dictadura de ayer prolongada en el hoy. El Chile del futuro será posible en la misma medida en que aprendamos las lecciones que a diario nos entrega la realidad. Quien fue fascista una vez lo será toda la vida, quien usó las armas contra su propio pueblo las puede volver a usar en su contra.

El gran mérito de esta acción de uno que fue asesino uniformado es que me reafirma en mis convicciones y espero reafirme a quienes están en la lucha por los cambios necesarios y posibles. ¡Asamblea constituyente, voto proporcional, inscripción automática, derecho a voto para los chilenos del exterior ahora!

e-mail del autor: pcsur@aei.ca  
Organización en que participa el autor: www.proyectoculturalsur.org  

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