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Las fumigaciones aéreas de forestal Bosques Arauco

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Desde hace años el interés comercial de Bosques Arauco S.A. se sobrepone al respeto de las comunidades Labkenche y su medio natural. En Arauco, la representación mapuche de territorio (Lafkenmapu) se entiende como una totalidad, sin embargo hoy este dio paso al concebido por esta empresa forestal, un espacio fragmentado y utilitarista en el cual crecen sus plantaciones, las que hoy estarían gravemente amenazadas por un misterioso hongo que seca el árbol.

El territorio mercadería que han concebido nace del ordenamiento y ejercicio que realizan, es decir, del aprovechamiento llevado a cabo en función del mercado, de esta forma un Pino y un Eucaliptos tiene más valor que la existencia de un ser humano. Esta reflexión se funda en la campaña de fumigaciones aéreas que esta realizando actualmente Bosques Arauco en cuatro comunas (Arauco, Curanilahue, Los álamos y Lebu), esperando poder aplicar una segunda fase en las comunas restantes (Cañete, Contulmo y Tirua).

Los impactos que están produciendo estas sustancias químicas son incalculables. El Mancozeb 80% PM, Tacora EW, Captan 80 Wp, Sopranoc y Orius 43 SC, estaban hasta el 30 de noviembre 2006 prohibidos en Chile de ser usados de manera aérea, precisamente por los efectos perversos que podían causar tanto en la salud de la población como en la flora y fauna local. Los expertos que han estudiado comunidades afectadas por fumigaciones de plaguicidas son enfáticos en afirmar que los síntomas en la persona humana son múltiples, van desde el dolor de cabeza, nauseas, ardor de ojos, irritación de la piel, diarreas, sabor amargo en la boca o fatiga muscular. Y en caso que existiera una aplicación prolongada, pueden producirse daños crónicos en su salud, los efectos cancerigenos y de mal formación pueden desarrollarse igualmente muy rápidamente.

En la flora y fauna silvestre de las comunas actualmente afectadas, estas substancias ya están haciendo estragos, los apicultores de la provincia denuncian la muerte por intoxicación de sus abejas, se ha constatado igualmente la muerte de peces y organismos vivos en los ríos. Y en una reunión desarrollada el viernes 27 de abril 2007 en Lebu, patrocinada por las Uniones Comunales de Juntas de Vecinos de las comunas afectadas, los agricultores daban cuenta de muerte de animales, perdida de sus cosechas de papas, sin contar con los efectos que han sufrido los frutos silvestres.

La responsabilidad política
Una reciente reunión efectuada en la comuna de los álamos entre comunidades mapuche y gobernador dejaba entrever que la Gobernación estaba perfectamente al corriente del programa de fumigaciones que efectuaría la empresa, al parecer todo estaba en regla, Bosques Arauco contaría con las autorizaciones de CONAMA y SSA para operar, aunque en la reunión de las Uniones Comunales de Juntas de Vecinos en Lebu, esto ya no parecía tan claro.

Lo concreto es que un informe de Bosques Arauco que debía ser evacuado a las Municipalidades y de aquí a las instancias sociales donde fundamentaran su campaña de fumigaciones, aún no ha llegado, mientras tanto los aviones siguen desparramando las substancias incriminadas.

Por otro lado, no existe una normativa regional que regule las fumigaciones aéreas, pero el Estado de derecho (tantas veces invocado por Forestal Arauco ante las comunidades mapuche) garantiza en la propia constitución, Articulo 19, numero 8º, que todo ciudadano tiene “El derecho de vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Y que por lo tanto es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza”.

Desde este punto de vista, aparece como incomprensible la pasividad de la autoridad política provincial y regional ante una acción tan peligrosa para la salud de los habitantes y para la flora y fauna de las comunas afectadas.

Bosques Arauco y el contraste social
Los índices de crecimiento y ganancia que señala Bosques Arauco contrastan de manera escandalosa con los índices de pobreza de la provincia, de cesantía, de precariedad laboral, de deterioro ambiental y de la ocupación de tierras y territorios mapuche.

Las ultimas movilizaciones de los trabajadores forestales por mejoras económicas y laborales, es el mejor reflejo del contraste social que se vive, ante esta situación las organizaciones sociales mapuche no quedan indiferentes, el bajo sueldo que un obrero percibe deja al descubierto que la fortuna de Angellini se construye con esa explotación inhumana.

Esto, unido a la ocupación de sitios sagrados mapuche cubiertos de monocultivos y las ocupaciones de tierras que mantiene, incluso por vía de la fuerza como en Cuyinco y Chilcoco, hoy debemos asociarlas a esta nueva arista de su avasalladora presencia, el peligro inminente de un envenenamiento de la población local, y mas aun, la destrucción de la fuente laboral de cientos de pequeños microempresarios apicolas hoy ya sumidos en la total desesperación.

¿Podemos aun reaccionar? ¿Dejaremos que los intereses económicos de una de las mas grandes fortunas del planeta pase por encima de los derechos de toda una ciudadanía?, ¿Dejaremos que se predique la buena vecindad sin que se practique realmente?.

Como conclusión solo hay que señalar que los plaguicidas son substancias químicas venenosas para los seres humanos, plantas, animales y especies silvestres en general, pero también pueden contaminar el aire, el agua, los alimentos y el suelo, llegando a causar intoxicaciones crónicas y esto aun en muy bajas dosis, en casos extremos o utilización constante y prolongada pueden provocar la muerte.
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