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Comandante "Conejo": "El movimiento no existe, lo que existe es efervescencia"

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Presentación del Libro
 Wilson Tapia Villalobos,

Director de la Escuela de Periodismo de Universidad “La República”,
tiene el agrado de invitar a Usted a la presentación del libro “La revolución pingüina. La primera gran movilización del Siglo XXI en Chile”. La obra fue escrita por Cristiana Caviedes y Tamara Gutiérrez, alumnas de V Año de esta Escuela, y publicada por editorial AYUN.

El evento tendrá lugar el jueves 9 de noviembre, a las 11:00 horas, en la sala Theodore Verhaegen de nuestro Campus Central, Agustinas 1831, Santiago Centro.


{mosimage}Juan Carlos Herrera, vocero del liceo Valentín Letelier y representante del zonal norte:

Con un 1.90 de estatura y una seriedad que inhibe, Juan Carlos Herrera, más conocido como “Comandante Conejo”,  no se deslumbró con la fama de los días del conflicto secundario, por eso no tiene problemas para dar entrevistas. En los pasillos de su colegio no pasa inadvertido, a pesar de que ya no es vocero de la ACES, su popularidad continúa, al punto que sus compañeros aún le piden que sonría para fotografiarlo, y los docentes lo paran en los pasillos para preguntarle acerca del estado del movimiento estudiantil.

Cabeza gacha saluda a uno de sus profesores quien lo regaña por no asistir a sus clases. Juan Carlos explica que le debe todos los trabajos y que no tiene ninguna nota en el primer semestre. Explica que su bajo rendimiento escolar fue una de las razones que lo motivó a dejar la vocería, además de lo poco representado que se siente por el giro que tomó el movimiento.

El “Konejo” como dice su polerón de cuarto medio, es uno de los dirigentes más radicales de todos los secundarios. Le gusta la política, y quiere dedicarse a ella, pero no en un plano institucional. No milita en ningún partido, aunque confiesa que en años anteriores lo han llamado del PS, PC y DC. “Este año montado todo el mono no, porque saben que yo nunca he sido cercano a ellos. Lo que pasa es que la gente me conoce hace tiempo. Ellos saben cuáles son mis visiones y que estoy convencido de las cosas que hago. Tengo una postura clara, y no los pesco, nunca he ido a sus reuniones”, sentencia.
Para sus padres, con quienes vive en Quilicura, no fue sorpresa que lo nombraran Vocero de la Asamblea, ya que desde que está en primero medio participa en organizaciones estudiantiles. Sólo le pedían que se cuidara y que no fuera tan crítico. Característica que reluce en el planteamiento enfático de sus ideas, y a pesar de su evidente nerviosismo y su tono pausado revela una personalidad tranquila e introvertida.

Este dirigente cuenta que antes quería estudiar Sociología, pero ahora está evaluando estudiar algo más práctico. “Tengo claro que este año no voy a quedar en la U y yo quiero estudiar en una tradicional, así que tengo tiempo para ver algo más práctico, porque hay mucho ‘izquierdoso’ sociólogo haciendo un millón de análisis de que estamos todos mal. Y obviamente estamos mal, pero lo importante es saber cómo cambiar eso”, señala Juan Carlos.

El movimiento fantasma: Mucha efervescencia y poca información
Juan Carlos analiza lo que fue la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), y explica la estrategia y la forma en que lograron organizarse para conseguir la adhesión estudiantil. Niega la existencia de un movimiento como tal, más bien señala que fue efervescencia juvenil. Sin embargo, se siente conforme con la forma y los resultados obtenidos por la Asamblea.

El Comandante Conejo se ha destacado por participar siempre en las organizaciones de dirigentes estudiantiles. Cuenta que por instinto siempre ha tratado de darle solución a los problemas, una cualidad que llevó a sus compañeros del Valentín Letelier a erigirlo como representante del liceo. Siempre ha sentido la  necesidad de organizarse, sobre todo como representante de un colegio municipal que no pertenece a los emblemáticos. Porque en la práctica, son ellos los que sufren el mayor grado de desigualdad y no los tradicionales.

“El año pasado ya era vocero de la ACES, antes de que se fusionara con la ACAS (Asociación de Centros de Alumnos de Santiago), y previo a ello había participado en el CEREM (Coordinadora de Estudiantes de la Región Metropolitana), que era la articulación general”, relata.
A pesar de todas las descoordinaciones que existieron en la asamblea, él piensa que ésta funcionó bastante bien para lo que era una organización horizontal, que no entraba en un plano netamente institucional. Sin embargo, señala que es imposible mantenerla en el tiempo con una convocatoria de 300 personas, porque no existe un órgano estudiantil que la pueda sustentar. “No existe una organización de los estudiantes por sí misma, jamás habrá un sustento para construir una organización mayor que sea representativa, si no existe una organización debajo que la pueda mantener. Si ni siquiera existe organización interna en los colegios, aparte de los centros de alumnos, que en la mayoría de los casos no son representativos de los intereses de sus compañeros”, sentencia. 
Juan Carlos responde a las críticas con respecto a la organización de la asamblea afirmando que a su juicio fue la manera correcta de trabajar, a pesar de que muchos no se sientan con la capacidad de dar una discusión colectiva. “Es más fácil trabajar si a ti te entregan una pauta y te dicen qué hacer, pero la idea era levantar un referente que fuera representativo de las necesidades de todos los estudiantes, y que trabajara en pro de eso y no de un interés político”,  agregando que lamentablemente eso no ha podido ser posible, y que es muy difícil que ocurra. “El que paráramos hoy una federación se prestaría para que un año tuviera la conducción la Concertación, al siguiente se meta el Podemos, y así se vayan turnando, marginando a los sectores que están fuera del plano institucional, como las organizaciones sociales, las que muchas veces son más representativas que los centros de alumnos de los colegio. De ahí que se levantaran dirigentes caudillos o como fuera”, explica.
La asunción de la ministra Provoste en la cartera de Educación, ha hecho renacer las esperanzas de los estudiantes. Su carácter carismático, y el conocimiento de la realidad educacional que le otorga su pedagogía en educación física han sido trascendentales para que los escolares depositen su confianza en ella. Sin embargo, “Conejo” no se deja engañar por las apariencias. “Más que las personalidades aquí lo que importa es la política. Da igual si llega alguien más, o menos buena onda, al final da lo mismo. La ministra puede concordar con nosotros en muchas cosas, pero no sirve de nada porque al momento de ejecutar las medidas la cosa cambia, ella no es la que manda”, enfatiza.

¿Que esperas tú de la reactivación del movimiento?
Yo soy re pesimista en el tema. Dentro de los secundarios está todo el mundillo político que te puedas imaginar, y todos tratan de implantar sus políticas.  El punto es que si la mayoría no tiene un foco único que sea la construcción de un movimiento que pueda sustentar los cambios y reformas que queremos hacer, las reformas en el fondo no van a servir. De qué nos sirve levantar las banderas de la LOCE, que es un cambio estructural profundo, cuando los estudiantes no tienen la capacidad de discutir ideas sobre ese tema, cuando no puedes s
acar propuestas de los estudiantes. De qué nos sirve hacer un congreso estudiantil para presentar nuestro proyecto de lo que debería ser la LOCE, en términos jurídicos y todo lo demás cuando en realidad el congreso se va a traducir en la misión del dirigente del colegio que es el único que maneja los temas.

Estás diciendo que el movimiento no tiene ningún futuro…
Es que el movimiento no existe, lo que existe es efervescencia. En mi colegio no existe una organización real por parte de los cabros. Si los planteamientos que te hago yo, los tomas como provenientes de mi colegio, estamos errados, porque yo les puedo hacer planteamientos de izquierda, pero ellos no piensan así  y como ellos no manejan estos temas, igual me van a decir que tengo razón. Y pasa lo mismo cuando se encuentran con otra persona que hable bonito, aunque tenga otra ideología, también van a decir que tiene razón, porque en el discurso y las voluntades todos somos lindos, pero a nosotros lo que nos interesa construir es la práctica concreta y si no la hay, menos habrá una organización hacia arriba que sea representativa. Lamentablemente, podemos hablar de diseñar un sistema súper bonito, pero si en la aplicación práctica no tiene cabida en las realidades estamos cagados igual”, sentencia resignado. Y agrega que “la única manera de obtener soluciones es proyectar las demandas a un nivel territorial más amplio. Si nosotros en vez de reclamarle al Gobierno central por la LOCE,  vamos y le decimos: ‘oye cámbiame los vidrios porque tengo frío cuando estoy en las clases’, ahí sí tenemos una solución y ahí sí que se genera una reactivación  real, porque los cabros ven que están consiguiendo algo”, expresa.
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¿Y cuál es tu propuesta para una organización real?
Yo no hablo de transformaciones a nivel macro. Hoy no sacamos nada con decirle a los cabros organicémonos, discutamos sobre la LOCE y hagamos un taller, ellos no van a ir porque no les interesa, van a preferir jugar a la pelota. Entonces para que me pesquen los chiquillos, tengo que hacerles un campeonato de fútbol y a los que les gusta el arte tengo que hacerles un taller de teatro, para así poder acercarlos un poco más a estos temas. En base a lo que les interesa tenemos que empezar a construir el movimiento. Si los cabros no ven algo que sea de su interés jamás se van a acercar y tú jamás podrás dar a conocer tus propuestas. Jamás resaltarás las necesidades que puedan tener.
Juan Carlos dice que el movimiento secundario se está construyendo ahora, de a poco, informando y creando conciencia en los secundarios. “En eso estamos comprometidos, pero no nos engrupamos con el hecho de que son los estudiantes y que si el día de mañana hay un problema van a salir todos de nuevo y van a ver mil tomas a nivel nacional, porque eso fue efervescencia y eso se apaga”, enfatiza comparando “La Revolución Pingüina” con el “Mochilazo” del 2001. “Nosotros tuvimos una gran efervescencia que fue el Mochilazo. Dimos la pelea por el pase escolar y lo ganamos. Esa vez la institucionalidad no jugó mucho porque los que dirigieron el conflicto fueron colectivos secundarios. Este año fue distinto, hubo intereses partidistas involucrados, desde que nos llevaron a negociar a la casa de un senador, hasta las misteriosas bajadas de algunos dirigentes cuando el conflicto se agudizó, y lamentablemente siempre va a ser así, los bloques de poder siempre van a estar involucrados”, sentencia. Y afirma que el desafío actual de los secundarios es generar dirigentes que estén de verdad comprometidos, y que participen en la Asamblea en pos de lo que favorece a los estudiantes, por sobre su conveniencia particular, para así lograr más adelante crear un referente verdaderamente representativo.

¿Que ocurre actualmente en tu zonal?
La zonal norte es una de las pocas áreas de la Región Metropolitana que no se ha movilizado después del conflicto del primer semestre, y es porque dentro del zonal tenemos la visión de que antes de sacar a los chiquillos a marchar porque el Concejo se demora mucho o porque no hay solución a los temas planteados, primero se tienen que crear las bases para que estos mismos puedan salir con conciencia a marchar, y eso toma tiempo. Además, creemos que movilizarse por la LOCE  no va a tener frutos,  si en el Congreso no están ni ahí con cambiarle un pelo a la ley, las reformas a la Constitución están zanjadas hace rato. En cuanto al estatuto docente ya hay acuerdo y la municipalización se va a acabar, cosa que nadie ha dicho, así como tampoco que los recursos asignados a la educación van a aumentar, todo eso ya está acordado, entonces no sacamos nada con mandar a los cabros a perder clases y a que vean que no consiguen nada con su movilización; eso sólo crea una desmoralización, así que hay que ser responsables y primero generar las instancias que los motiven a organizarse. 

Y si todos esos temas estaban zanjados, ¿Por qué aceptaron el Concejo Asesor Presidencial de la Educación?
Porque nos sentimos pillados por la opinión pública, porque tenemos que tener una imagen y  legitimidad. Si no aceptábamos la mesa quedábamos como los caprichosos que se estaban subiendo por el chorro. Y en ese momento la opinión de la gente era que teníamos que parar las movilizaciones, si no lo hacíamos los papás iban a ir a buscar a sus hijos, nos iban a desalojar de las tomas y se iban a tomar muchas medidas de represión contra los estudiantes, y nosotros no podíamos darnos ese lujo. Tenemos que ser más responsables en relación a lo que estamos generando y conduciendo, no podemos darle pie al Gobierno para que actúe con represión frente a la poca organización que tenemos.

Valentín Letelier: Caudillo de la zona norte
El Liceo Valentín Letelier de Recoleta fue tomado por sus alumnos a fines de mayo, sólo unos días después que se iniciarán este tipo de medidas.  “Conejo” cuenta  que en un comienzo realizaron un paro interno, en donde se dedicaban a escuchar música y pintar lienzos, pero a la hora de evaluar la jornada se dieron cuenta de que un paro no significaba nada.

El Valentín ya tenía una experiencia de toma el año pasado, los alumnos se apoderaron del establecimiento durante una hora, principalmente por el tema del costo de la PSU y la acreditación universitaria. Además de trascendentales demandas internas como la desratización del colegio. “Al final los jineteados –el director y el personal de la dirección de educación- lograron entrar y nos amenazaron con mandarnos a los pacos, pero nos resistimos y logramos que nos cumplieran el petitorio interno. Lamentablemente ahora volvemos a estar igual que antes, y eso por un tema de recursos que entrega la municipalidad, lo último que nos quitaron fue el jardinero, así que si el jardín no lo cuidamos nosotros se va a morir. Además parecemos mall, aquí tenemos que acoger dentro de la infraestructura del colegio a un preuniversitario y a un consultorio”, revela y critica Juan Carlos.
A pesar de ello, esa experiencia previa les sirvió de práctica para lo que fue la toma de este año. Ahora tuvieron especial cuidado en cerrar muy bien todas las entradas para así evitar que los desalojara carabineros. Si bien ese objetivo se vio cumplido, los alumnos nunca esperaron que carabineros los sitiara durante dos días. “Nadie podía acercarse a las rejas, no se podía entrar ni salir. Es más, se llevaron preso
s a varios compañeros que nos lanzaron unas bolsas con pan y luego se escondieron en un negocio. Fue brígido como los sacaron
”, relata.

¿Y por qué los sitiaron?
¡Porque el Valentín es el caudillo de la zona norte! Es el colegio que siempre se ha organizado, desde los ´80 que se moviliza, y su historia lo convierte en el  conductor de los demás colegios de este sector, por eso si se tomaban el Valentín, se iban a sumar un montón más. Aunque nuestro colegio no fue el primero en movilizarse, lo fue el JAR, después el Domeyko, el Paula (Jaraquemada), etc.
Juan Carlos afirma que tuvieron gran cantidad de alumnos al interior de la toma. De un total de 800 estudiantes, cerca de 200 estaban en el colegio, e incluso que en los primeros días tuvieron que echar como a cien porque quebrantaban la “ley lúcida” y “ley seca”.  “Si los pillábamos con pitos o copete se iban al tiro pa´ fuera, sin importar la hora”, señala categórico el “Conejo”.  Aunque confiesa que “el último día  de la toma dejamos entrar cervezas y comimos comida más rica, incluso pasamos plata del centro de alumnos para comprar algunas cosas, pero si alguien estaba curado al punto de no poder caminar en línea recta no podía estar acá”.
Cuenta que para subsistir mientras estaban sitiados debieron abrir la cocina y la bodega del establecimiento, y que para mantenerse abrigados tuvieron que sacrificar estantes y escritorios, o incluso algunas pruebas, ya que todo servía para las fogatas.  Pero a pesar de todo estaban bien.
Con respecto a las amenazas que recibieron varios colegios de Santiago por parte de supuestos grupos neonazi, dicen que no les tocó nada de eso. “Igual tuvimos ataos con los flaites o locos demasiados marginales que querían  robar, ver si podían salvarse… porque igual en otros colegios había harto carrete  lo que permitía que se produjeran otro tipo de cosas” recuerda.
Narra que a medida que pasaba el tiempo se notaba el desgaste en los alumnos. “De 200 estudiantes pasamos a ser diez, que era el grupo atomizado del centro de alumnos y otros dirigentes, pero que para cuidar un colegio así no basta. Sé que podríamos  haber aguantado más, pero en ese momento íbamos a quedar como locos escupiendo el cielo, porque si no era una cuestión masiva, ¿cuál era el sustento que teníamos nosotros para seguir?”

Por la razón o la fuerza
Juan Carlos dice no sentirse asombrado por los incidentes que se desataron entre los estudiantes y las fuerzas policiales. “No fueron mayores que las movilizaciones que se dan todos los años por los sectores más desprotegidos, -y agrega- es evidente que hay una frustración generada por la postergación de las necesidades de la gente y eso obviamente genera violencia”.

¿Entonces justificas la violencia en las manifestaciones?
Ojo, que hay distintos tipos de violencia. La de los que apedrean a la pobre señora del kiosco que está en la esquina y la violencia contra carabineros. Existe la violencia canalizada. Por ejemplo, hay locos que van a pitearse pacos  y llevan bombas de pintura y ondas y todo para los pacos. Estos locos no la van a ocupar con el negocio de la esquina, porque es perderla. Sin embargo, hay otros que sí van a tirar piedras al negocio para robar plata y lo que se pueda salvar del kiosco, eso no lo justifico…es absurdo. Ahora la violencia contra carabineros sí la justifica, “un paco no va a venir a decirme: ‘oiga mijito váyase pa´ la casa que no le quiero pegar’, al contrario me va a reprimir, y con los recursos que yo aporto al Estado a través del IVA, y más encima en un momento en que estoy exigiendo mis derechos”, afirma.
Además, asegura que esta es la única manera de que el Gobierno los tome en cuenta. “Si nosotros pudiéramos encontrar solución por vía pacifica, tendríamos soluciones hace rato. Nosotros marchamos siempre una vez al año, son dos semanas que hacemos movilizaciones, todos los años es así y este año duró más porque prendió más, porque los medios ayudaron a que así fuera. Pero todos los años es igual, los dirigentes van a conversar con el Ministerio de Educación y les llenan los correos con cartas,  con un montón de propuestas y con un kilo de observaciones, pero jamás hay respuesta, a menos que claro,  se hagan  tira los semáforos, se quemen los transantiago, o se rompan los paraderos. Es justamente cuando hay violencia que el Estado se ve en la necesidad de responder, porque ve atacada su institucionalidad. Este año el Estado legitimó la violencia mucho más que antes, el año pasado nos vació todas las tomas de colegio en un chistar de dedos porque son una medida mucho más violenta que las movilizaciones en las calles. Pero este año no, era al revés porque la opinión pública legitimó más esta movilización porque era un colegio mínimo por comuna que se estaban tomando. Entonces eran sus hijos los que iban a estar en los colegios y no eran hijos de algunos que van a estudiar al centro, sino que ‘mis hijos que estudian en mi comuna’ y frente a eso era obvio que la opinión pública nos iba a apoyar. Pero legitimó una medida mucho más violenta, las tomas de un espacio físico son medidas de última instancia, primero están las actividades culturales, las movilizaciones y después las tomas.”  
Cuenta que con Carabineros de Recoleta no  tuvieron ningún problema, “es que nunca marchamos en la comuna”, bromea. “Ellos nos escoltan hasta el Mapocho, y nos vamos en buena onda, tirando la talla. Pero este año cuando llegamos allá había micros y piquetes de pacos en filita tapando todo el puente. La primera vez se nos ocurrió la genial idea de ir con toda la gente a decirles que por favor nos dejaran pasar, que íbamos ordenados y arriba de la vereda, pero en eso le dicen a un carabinero desde la otra esquina que proceda y pescó a todos los cabros y todos como bolsas pa´ arriba de la micro”.
La segunda vez, como igual  mi colegio es chorizo, estábamos todos decididos ha pasar, y nos organizamos, mandamos dos grupos, el primero tenía que tratar de pasar a los pacos como fuera, pero cuando llegaron ahí se fueron todos de palos en el hocico, la mitad presos y la otra mitad corriendo por Patronato, ahí sacaron las hondas y se agarraron brígido con los pacos. Para mí esa reacción de los cabros fue plenamente justificable, porque nosotros íbamos como cualquier ciudadano, por la vereda, fue un método de defensa frente a la violencia, por eso  yo creo que es legítimo”.


Wilson Tapia Villalobos,
Director de la Escuela de Periodismo de Universidad “La República”,
tiene el agrado de invitar a Usted a la presentación del libro “La revolución pingüina. La primera gran movilización del Siglo XXI en Chile”. La obra fue escrita por Cristiana Caviedes y Tamara Gutiérrez, alumnas de V Año de esta Escuela, y publicada por editorial AYUN.

El evento tendrá lugar el jueves 9 de noviembre, a las 11:00 horas, en la sala Theodore Verhaegen de nuestro campus central, Agustinas 1831, Santiago Centro.
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