12 de noviembre de 2013
El 9 de noviembre de 1983, Galo y María Candelaria Acevedo Sáez, hijos de Sebastián Acevedo, fueron detenidos por civiles armados que no se identificaron. Este padre, desesperado, los buscó en diferentes recintos, sospechando que se encontraban en poder de la CNI, la policía secreta del régimen militar. Al no tener noticias de sus hijos, dos días después de la detención, el 11 de noviembre de 1983, en señal de protesta, se roció gasolina y parafina en la Plaza de Armas de Concepción. Cuando un carabinero intentó detenerlo, prendió fuego a sus ropas. Murió a las pocas horas a consecuencia de las graves quemaduras. La muerte de Acevedo es considerada una muestra del dolor y angustia de quienes vivieron la desaparición de familiares durante la dictadura. Luego de la muerte de su padre, sus hijos aparecieron con vida, pero fueron nuevamente detenidos semanas más tarde y recluidos por más de un año en prisión. Ayer en la tarde, a treinta años de su muerte, un emotivo concierto de Sol y Lluvia recordó su sacrificio en la misma plaza penquista. El acto fue organizado por el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo y en el mismo lugar donde el obrero penquista se quitó la vida.
¿Puede ser tan fuerte el dolor y la desesperación de un padre que pierde a sus hijos?
Sí, el dolor todo lo puede. Una madre que carga con un dolor similar, ayer protestó en Temuco reclamando justicia y dignidad ante el crimen de su hijo. Matías Catrileo no murió en dictadura, no fue secuestrado por la CNI, tampoco fue víctima de un sistema ideado para el exterminio de opositores políticos. No, Matías fue asesinado en democracia, por un carabinero con nombre y apellido que más tarde fue protegido por el Alto Mando y por la gobernante de turno, Michelle Bachelet.
Mónica Quezada, la madre de Matías, no se ha inmolado aún en una plaza pública. Ha gritado, insultado y exigido justicia para el crimen de su hijo. Ante ese dolor, legitimo, natural, cargado de dignidad y memoria, ayer obtuvo como respuesta en Temuco, una agresión cobarde. Si aún existe algo de ética en la política chilena, tanto la candidata como su comando debieran disculparse públicamente con ella y comprometer medidas concretas para terminar con años de una tortura que avergüenza. Nada, pero nada justifica una agresión y el silencio frente al dolor de una madre por su hijo asesinado. Es condenable en dictadura. Resulta además repulsivo en democracia.
– El autor, Pedro Cayuqueo, es periodista en Temuco
*Fuente: Reflexión y Liberación
Artículos Relacionados
Wall Street y la salud de las personas y del mundo
por Tito Alvarado (Canadá)
17 años atrás 3 min lectura
Agonía o Ley Corta y artículo único para lograr fin de la huelga de hambre mapuche
por Lucía Sepúlveda Ruiz (Chile)
15 años atrás 2 min lectura
¿Para qué carajos saber después que México fue gobernado por un orate y EE.UU. por un asesino?
por Pedro Echeverría V. (México)
17 años atrás 8 min lectura
“LXS ENEMIGXS PODEROSXS": lanzan primera micro webserie como una nueva forma de luchar
por Los enemigxs poderosxs (Chile)
6 años atrás 2 min lectura
Chile hoy; los ‘por qué’ ocultos que muchos eluden
por Arturo Alejandro Muñoz (Chile)
8 años atrás 10 min lectura
«Estamos ahora trabajando en medio de la muerte, y los tanques no están sino a unos pocos metros de nosotros…»
por Complejo Médico Nasser (Gaza, Palestina)
2 mins atrás
27 de julio de 2025
Estamos más cerca del final que de la vida.
Los soldados no distinguen entre un niño o un anciano, entre un médico o una enfermera.
Pero seguimos aquí, no porque no tengamos miedo. sino porque nuestra humanidad no nos permite marcharnos.
Escenarios de rebeldía: El Teatro Popular en Iquique y la Pampa
por Iván Vera-Pinto Soto (Iquique, Chile)
18 horas atrás
26 de julio de 2025
Por las arenas del desierto chileno no solo corrieron trenes cargados de salitre. También resonaron versos, canciones y diálogos que encendieron la conciencia de miles de obreros. El teatro proletario fue mucho más que un entretenimiento: fue una tribuna de denuncia y un espacio de dignidad en medio de la explotación.
«Estamos ahora trabajando en medio de la muerte, y los tanques no están sino a unos pocos metros de nosotros…»
por Complejo Médico Nasser (Gaza, Palestina)
2 mins atrás
27 de julio de 2025
Estamos más cerca del final que de la vida.
Los soldados no distinguen entre un niño o un anciano, entre un médico o una enfermera.
Pero seguimos aquí, no porque no tengamos miedo. sino porque nuestra humanidad no nos permite marcharnos.
Detenidos, golpeados y encarcelados por denunciar el asesinato de niños palestinos
por Spanish Revolution
2 días atrás
25 de julio de 2025
La hipocresía de occidente cuando habla de la «Guerra de Israel en Gaza» no tiene nombre. Quienes expresan su solidaridad con Palestina en Europa y EE.UU. pagan sufriendo la represión brutal de la policía. ¿En qué mundo vivimos?