Chile. Pablo o Cucho, te quedas joven y rebelde en los botes que recalan en nuestro pecho
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
6 meses atrás 3 min lectura
08 de junio de 2025
En la segunda mitad de los 80 del siglo pasado todos fuimos rebeldes y jóvenes y nada nos quedaba, salvo perder la paciencia y sólo encontrarla en la puntería, camarada. Y usábamos sobrenombres. El Negro, La Negra, La Chica, El Chico, El Flaco, El Loquillo, El Guatón, El Pelado, La Rucia, El Poeta. Un repertorio enciclopédico donde cabíamos cómodamente.
Por ejemplo, a Pablo Villagra Peñailillo -cuyo corazón se detuvo la madrugada del 8 de junio de 2025- le nombramos Cucho. Aunque a los Agustín les dicen Cucho, en este caso la norma se fracturó, y a Pablo dale con llamarlo Cucho para arriba y para abajo. Muy muchachitos como éramos, uno no hacía preguntas y entonces, oye, Cucho, súbete no más a la tarima y lánzale un derechazo a ese dirigente sindical amarillo que habla exclusivamente por la democracia cristiana y los golpistas arrepentidos.
Después me enteré que lo de Cucho es porque Pablo tiene ojos de gato. En otras palabras, de ojos de gato a agosto, de Agustín a Cucho.
En la segunda mitad de los 80 del siglo pasado todos fuimos rebeldes y jóvenes y papel contra bala no servía para derrumbar tiranías. Por convicción, familia, amigos o accidente, algunos militamos en las tres letras (que así se mentaba al MIR en el ambiente). Había otros destacamentos, por supuesto, pero es que los colores del MIR venían de muy lejos, de pintura rupestre y vibraciones elementales, de guerra civil española, de anarco-comunismo, de Sandino, Fidel y los demás. Y lo de trabajadores al poder, los pobres del campo y la ciudad, El Estado y la Revolución del bolchevique, sólo la lucha nos hará libres, canción contra la indecisión, yo pisaré las calles nuevamente, carta abierta al interior de Chile, el poema de Gonzalo Rojas, no convocaban poca cosa.
Como éramos pocos pero locos, con Pablo nos conocimos poco antes de coincidir en el mismo sitio de estudios superiores y a boca de jarro de la Alameda de Santiago: él en comunicación social y yo en teatro.
Todos teníamos cara de cabros chicos y algunos vestíamos de morral barato, la guitarra de rigor y el horror a las peluquerías. Nunca fuimos jipis pacifistas, por eso de que con fusil nos oprimen, con fusil venceremos. Pero, claro, parecíamos uniformados a veces, como rémora de la UP. Y para las tareas comprometidas, esa pinta no hacía juego. Tras una suspensión momentánea de mi militancia por razones de aspecto imprudente, di con Cucho y con él hice mi pasantía en la Villa Francia de Estación Central, entonces un oasis de cristianos por la liberación, harto MIR, harto Lautaro, harto rodriguista. Después de pagar mis deudas disciplinarias, retorné a la militancia formal un tiempo y por motivos que no vienen al caso, me fui con los rodriguistas hasta bien entrado los 90, hasta que esa puerta se cerró por dentro y por fuera.
(Estoy hecho una ruina, una blanco fácil, una rotura irremediable desde que me dijeron este domingo por la mañana que Pablo ha muerto de un infarto al corazón, que es igual que un infarto al corazón para los jóvenes rebeldes de la segunda mitad de los 80 del siglo pasado.)
Pablo, su madre Irene -a quien hace tan poco despedimos en un nicho sencillo del cementerio general-, sus hermanos, siempre abrieron su casa como si fuera el planeta más cariñoso de las fuerzas insurgentes del mundo. Su hogar fue una flor abierta para conspirar, abrazarnos, hablar bien y mal de los conocidos, recuperarnos.
Mira, Cucho, que ahora te quedas ininterrumpidamente joven y rebelde en los botes errantes que recalan en nuestro pecho.
Artículos Relacionados
Adios Comandante Fidel Castro, ¡Hasta la Victoria Siempre!
por Redacción piensaChile
9 años atrás 1 min lectura
Documental ‘La Espiral’ de Mattelart: el rol de los medios en el golpe de Estado en Chile
por Martin Espinoza
7 años atrás 4 min lectura
“Operación Huracán”: la trama que dinamitó los puentes entre Carabineros y la Fiscalía de Temuco
por Nicolás Sepúlveda, Alberto Arellano y Fernando Vega (Chile)
8 años atrás 15 min lectura
Militares brasileños: ¿brazo ejecutor de la intervención estadounidense en Venezuela?
por Mundo Sputnik
7 años atrás 5 min lectura
Palestina, la verdadera historia
por Phyllis Bennis, Alison Weir, Ilan Pappe, Noam Chomsky y otros
13 años atrás 1 min lectura
Chile. El ojo popular denuncia las violaciones de los derechos humanos y organiza el porvenir
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
6 años atrás 6 min lectura
“Marruecos es uno de los principales enemigos de España, amenaza sus intereses»
por Lorenzo Ramírez (España)
52 mins atrás
07 de diciembre de 2025
La construcción de una base militar en Dajla por Marruecos, con apoyo financiero de Emiratos Árabes y cooperación internacional, refuerza su presencia estratégica en el estrecho y en el oeste africano. Esta situación resalta la compleja relación de España con Marruecos, la influencia de Estados Unidos en la región y los intereses geopolíticos, energéticos y económicos que convergen en el Mediterráneo y el Atlántico cercano a Canarias.
Chile. Campamento Placilla de San Antonio: la batalla por la radicación definitiva
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
2 horas atrás
07 de diciembre de 2025
«yo estuve en un comité de vivienda por 12 años y no es más que una ilusión para la gente que tenemos hijos. Soy una mujer luchadora y de pelea. Sola, crié cinco chiquillos. Quiero tener mi casa, mi tierra, mi dignidad».
La educación después del genocidio de Gaza según René Vega Cantor
por Fausto Giudice
1 semana atrás
27 de noviembre de 2025
pese a los bloqueos, asesinatos sistemáticos y bombardeos continuos que soporta Gaza desde hace varias décadas, el nivel educativo de su población es sorprendente, con un bajo índice de analfabetismo (del 0 o el 2% según las fuentes). Gaza tiene uno de los niveles más altos de matrícula escolar en el mundo, que alcanza la cifra de un 95% de niños cursando la educación básica.
Mario Cruz Bustamante: cuando la danza se vuelve memoria
por Iván Vera-Pinto Soto (Iquique, Chile)
2 semanas atrás
24 de noviembre de 2025
“Uno no baila solo por bailar.
Uno baila con los que ya no están, con los que vendrán
y con esta tierra que todavía pide ser escuchada”.