«A las tres menos cuarto de la tarde , dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días»
por Friederich Engels
1 año atrás 4 min lectura
14 de marzo de 2024
Discurso pronunciado en inglés por F. Engels en el cementerio de Highgate en Londres, el 17 de marzo de 1883.
Discurso ante la tumba de Marx
El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde , dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.
Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Harto pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca.
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza idológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.;
que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él . El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.
Dos descubrimientos como éstos debían bastar para una vida. Quien tenga la suerte de hacer tan sólo un descubrimiento así, ya puede considerarse feliz. Pero no hubo un sólo campo que Marx no sometiese a investigación -y éstos campos fueron muchos, y no se limitó a tocar de pasada ni uno sólo- incluyendo las matemáticas, en la que no hiciese descubrimientos originales. Tal era el hombre de ciencia. Pero esto no era, ni con mucho, la mitad del hombre. Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Por puro que fuese el gozo que pudiera depararle un nuevo descubrimiento hecho en cualquier ciencia teórica y cuya aplicación práctica tal vez no podía preverse en modo alguno, era muy otro el goce que experimentaba cuando se trataba de un descubrimiento que ejercía inmediatamente una influencia revolucionadora en la industria y en el desarrollo histórico en general. Por eso seguía al detalle la marcha de los descubrimientos realizados en el campo de la electricidad, hasta los de Marcel Deprez en los últimos tiempos.
Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. Primera Gaceta del Rin, 1842; Vorwärts* de París, 1844; Gaceta Alemana de Bruselas, 1847; Nueva Gaceta del Rin, 1848-1849; New York Tribune, 1852 a 1861, a todo lo cual hay que añadir un montón de folletos de lucha, y el trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres, hasta que, por último, nació como remate de todo, la gran Asociación Internacional de Trabajadores, que era, en verdad, una obra de la que su autor podía estar orgulloso, aunque no hubiera creado ninguna otra cosa.
Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los republicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde la minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.
*Fuente: Marxist.org
Artículos Relacionados
Más allá del 27 de octubre
por Manuel Acuña Asenjo (Chile)
1 año atrás 13 min lectura
Palestina-Israel: Los rehenes invisibles
por Wolf Wetzel (Alemania)
6 meses atrás 12 min lectura
Agonía de un invento macabro
por Alejandro Kirk (desde El Jiam, Líbano)
2 años atrás 7 min lectura
Colombia: «Soldados se niegan a disparar contra el pueblo»
por Red Charquican
4 años atrás 1 min lectura
La invención del Enemigo
por Giorgio Agamben (Italia)
1 año atrás 3 min lectura
Chile 50 años: Cinco décadas de consensos, impunidad y neoliberalismo
por Felipe Portales (Chile)
2 años atrás 12 min lectura
El imaginario anticomunista: una ideología cívico-religiosa
por Matías Martínez González (Chile)
25 segundos atrás
10 de agosto de 2025
El anticomunismo latinoamericano no es autóctono ni meramente local. A partir de 1947, con la Doctrina Truman y la fundación de la OEA, se institucionalizó una red hemisférica que articuló intereses geopolíticos, empresariales, clericales y militares. Estados Unidos financió programas de formación, intercambios universitarios, centros de investigación y publicaciones que promovieron una lectura binaria del mundo: democracia cristiana versus totalitarismo ateo.
A propósito de una carta abierta
por Manuel Acuña Asenjo (Chile)
3 horas atrás
10 de agosto de 2025
Los empresarios ya no se sienten necesitados de representantes. Han descubierto que sus negocios pueden funcionar solos. Lo que ha sucedido en Estados Unidos es un preludio de lo que puede suceder en el resto del planeta. Los adelantos tecnológicos han permitido todo ello. El empresariado puede, ahora, dirigir por sí mismo la sociedad.
Chile: Marcha en solidaridad con el Pueblo Palestino
por Piensa Prensa
4 horas atrás
10 de agosto de 2025
La solidaridad chilena con Palestina es fuerte y se manifiesta de diversas maneras, incluyendo acciones diplomáticas, manifestaciones en las calles, y expresiones culturales. Chile, hogar de la mayor comunidad palestina fuera del mundo árabe, ha mantenido relaciones amistosas con Palestina y ha abogado por su derecho a un estado independiente.
El artista palestino que dibujó un niño para dibujar la humanidad
por Olga Rodríguez (España)
2 días atrás
08 de agosto de 2025
“Me enfrentaba a ejércitos con caricaturas y dibujos de flores, esperanza y balas”,