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Nuestra reflexión y aporte ante la amenaza sanitaria de la Pandemia del Coronavirus, la desigualdad social y la precarización de vida en Chile

Nuestra reflexión y aporte ante la amenaza sanitaria de la Pandemia del Coronavirus, la desigualdad social y la precarización de vida en Chile
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DECLARACION PÚBLICA

 
Las antropólogas y antropólogos de Chile.
Nuestra reflexión y aporte ante la amenaza sanitaria de la Pandemia del Coronavirus, la desigualdad social y la precarización de vida en Chile.
El impacto, la significación cultural y la política pública.
Chile entero, al igual que toda la vida humana está en un momento de incertidumbre y fragilidad, no prevista ni imaginada por la dominación de la lógica global especuladora del capital y la dominación hegemónica cultural sustentada en la maximización de beneficios y segmentación de la vida social y la cultura, que anulan los derechos colectivos, la historia, la diversidad y el valor de lo territorial y local.
La amenaza de la Pandemia del Coronavirus COVID-19 con consecuencias dramáticas de muerte y sufrimiento de personas y sus familias, en su gran mayoría los mayores y débiles, los trabajadores y trabajadoras asalariados y aquellos que lo hacen por cuenta propia, los pobres y sus comunidades, ponen en cuestión no solo la vida de las personas sino además sus entornos sociales y culturales.
La Pandemia pone en discusión el orden global de manera dramática, sus principios -que constituyen negación de lo colectivo- y su cuestionable aporte al futuro sustentable y sostenible de la vida humana. El colapso de los sistemas de salud en gran parte del mundo por la expansión de la Pandemia es una evidencia dramática de la crisis del modelo de mercantilización de la salud (derecho universales v/s bien de mercado), y ha puesto en evidencia salvo excepciones, la existencia en el mundo de sistemas públicos de salud debilitados sin capacidad inmediata de enfrentar adecuadamente esta Pandemia, la organización de la provisión de servicios de salud son expresión inequívoca de que reproduce las desigualdades estructurales.
En este contexto de incertidumbre, desconfianza y de un cuestionado liderazgo para enfrentar esta crisis, señalamos:
 
1. No existe alternativa sanitaria que no sea una vacuna que enfrente esta Pandemia de manera eficaz. Ante esta constatación el Gobierno debe adoptar medidas efectivas para contener la Pandemia hasta que se desarrolle una vacuna. Junto a esto todos y todas, la sociedad y las comunidades debemos promover el autocuidado familiar y comunitario.
El autocuidado familiar y comunitario es difícil hoy si consideramos que el mensaje de la autoridad es al individuo y su complicidad auto regulado y voluntaria. Esto no es un problema de Fe, sino de cuidarnos colectivamente, terrenal. No observamos decisiones de la autoridad y políticas públicas que faciliten esta disposición.
 
2. La solución no es perseverar en el discurso individualista sobre el cuidado del empleo (tal como lo leemos y escuchamos – cuidar la producción-), o en asegurar las ganancias del capital a través del aseguramiento del funcionamiento de la economía, sin deteriorar ni provocar la caída en el PIB.
Debemos orientarnos en pensar cómo proyectamos una forma social y cultural que nos permita superar esta Pandemia. Las medidas deben expresarse en políticas públicas participativas en salud, la provisión asegurada de alimentación, la no discriminación y la inequitativa distribución de la riqueza en Chile, y en cómo asegurar ingresos financieros a las familias y comunidades que les permitan proveerse de bienes y servicio básicos.
El control militar o el toque de queda no resuelve nada sino es reconociendo el fracaso sanitario que se hace evidente para enfrentar el cuidado y la atención de nuestros compatriotas. El mecanismo de Control es solo “Control”, no solución sanitaria. Es necesario tomar medidas directas tales como la sanitización en gran escala de calles y espacios públicos, producción y distribución de insumos de autocuidado, distribución de alimentos en los territorios más vulnerados, entre otras. O sea, pasar del control y el amedrentamiento a la contribución con medidas concretas a la mitigación y contención de la Pandemia. Apoyamos aquellas propuestas que colocan al centro la valoración de las personas, sus familias y sus comunidades al cuidado de su sobrevida.
 
3. Como abordamos y enfrentamos la Pandemia. Es urgente contar con testeo masivo para toda la red asistencial municipal, regional y nacional, de carácter gratuito y rápido sin discriminar origen, territorio o comuna. En particular nos preocupa la existencia de discriminación por factor ETNICO Y RACIAL. El Estado no debe discriminar. Hoy el acceso es discriminatorio, es un privilegio, debe ser gratuito universal, se deben habilitar centros de diagnóstico en todo el país (las Universidades pueden aportar en esto) y asegurar en el sector rural y semi rural su implementación móvil.
El Estado debe a través del Gobierno, asegurar esta medida. Solo el diagnóstico y la aplicación del examen de detección del COVID19 masivo y democrático asegurará una respuesta justa del sistema sanitario, asumiendo sus inequidades. La logística del Estado debe estar al servicio de esta medida con urgencia. No existe otra medida preventiva más eficaz que esta. Esta medida debe ser asegurada a través de autoridades que sepan escuchar, con proactividad, con capacidad de coordinar, con liderazgo nacional y legitimidad. La ética es la base de esta legitimidad, permite reorientar los recursos económicos necesarios con rapidez y urgencia, establecer unidad de mando central y descentralizado asegurando la distribución de esta medida sanitaria.
Congelar los cobros por atención médica, hospitalizaciones o postergación de medidas relacionadas a otras patologías e incorporar la salud privada a la red de atención pública en el contexto de la Pandemia son medidas que deben evaluarse con prontitud. Lo central es asegurar condiciones hospitalarias que aseguren la hospitalización de los contagiados y su recuperación. Se deben ampliar a nivel nacional y regional la disposición de camas críticas, es decir camas hospitalarias en recintos adecuados, equipos profesionales y su reorganización disponibles.
 
4. ¿Es necesario declarar cuarentena?.
Sí, es necesario y urgente, es deber del Estado y del Gobierno asegurar esta medida. Debemos implementar una política de salud pública más efectiva, directas y con alto impacto. Se requiere asegurar el “aislamiento social, a través de una Cuarentena general”. Las autoridades deben tomar medidas que aseguren su aplicación y efectividad.
 
5. Politica fiscal. Se debe asegurar el acceso a bienes y servicios básicos a la población (luz, agua, calefacción, conectividad), si es necesario subsidiar o congelar su pago. Esta crisis sanitaria no puede afectar el ingreso, son urgentes medidas que otorguen estabilidad al empleo asalariado y resguardo a quienes tienen ingresos de manera independiente e informal de manera de asegurar su aislamiento social y cuarentena.
El “teletrabajo” aporta en la dirección correcta, sin embargo no es una medida significativa y general por ser limitada, elitista y segmentada, la conectividad digital tiene limitado acceso en Chile. Un obrero de la construcción no puede libremente asumir esta forma digital. No es suficiente, se debe asegurar al máximo la continuidad del empleo durante y al término de la crisis sanitaria. Los trabajadores y trabajadoras no tienen condiciones para tomar decisiones y soberanía, como sostiene el gobierno y los empresarios representados a través de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC).
El Estado debe reorganizar su estructura presupuestaria de manera de proveer recursos que permita a las personas y sus familias mantenerse en sus casas en aislamiento social efectivo. Con urgencia se requiere definir fondos y recursos de asignación directa a la población.
No podemos utilizar esta emergencia sociosanitaria para pavimentar un camino, que a costa de la salud de la población, impacten negativamente el derecho al trabajo o instale regímenes laborales sin precedentes que consoliden su precarización. Al contrario, debe permitir una nueva forma de organización de las relaciones laborales, del capital, la especulación, el trabajo y sus formas. Debemos otorgar importancia central a la Innovación, al desarrollo de la ciencia y la investigación de manera que rompamos la fragilidad y la dependencia material y cultural.
Finalmente, las antropólogas y antropólogos de Chile instamos a las autoridades nacionales, regionales y comunales a ampliar la participación de los sectores sociales estratégicos del país, más allá de los expertos sanitarios, estadísticos, economistas o burócratas, sino también a quienes tienen dominio, conocimiento y validación en sus comunidades tales como clubes deportivos, culturales, organizaciones de barrios, JJ.VV y comunidades locales. A nivel de base son esas autoridades locales las que disponen de credibilidad, conocimiento y confianza, asunto vital para lograr un consenso social de compromiso para combatir esta letal enfermedad desde el autocuidado y el aislamiento social.
Se debe mejorar el Diagnóstico y transparentar la información a todo el país y generar canales virtuosos de interacción efectivos y no solo puestas en escena mediáticas que afectan la credibilidad de las acciones y las medidas que se tomen. Apelamos y llamamos al cuidado solidario a restringir la movilidad urbana y rural. Es urgente democratizar el discurso más aún cuando se observa una inequidad en la distribución de esfuerzos y la constatación de un sistema sanitario público incapaz de dar respuesta a la Pandemia en su integralidad.
La falta de diagnóstico, más allá de las estadísticas, afecta negativamente a los asentamientos semiurbanos y el mundo rural donde las relaciones humanas son estrechas y donde estas están reguladas por complejos códigos de reciprocidad y de solidaridad.
Aquí surge la preocupación, en particular, por los pueblos originarios del país que en el pasado colonial sufrieron diversas formas de exterminio a través del contagio que tuvieron con los colonizadores infectados. De igual manera, entonces, urge que las autoridades dispongan de políticas públicas de emergencia para informar de esta Pandemia a este sector social, establecer atención eficaz, sistemas de prevención y políticas concretas para resguardar esta población que en muchos casos son ancianos y gente de escasos recursos.
El gobierno no puede y no podrá Solo, detener la Pandemia. Necesitamos, el concurso del conjunto de la ciudadanía, cada sector social cumpliendo una función: intelectuales, estudiantes, artistas, científicos, escritores, empresas y sus organizaciones representativas. En especial los profesionales de la salud a través de los Colegios Profesionales a quienes expresamos nuestra disposición y voluntad para aportar en aquello que requieran y orienten. Valoramos cada acción y medida que ponga al centro la vida humana, sus relaciones colectivas y su salud.
Reordenar la política de salud en su totalidad es una tarea que solo se resuelve con cambios constitucionales de fondo que considere la salud como un derecho y otorgue valor sustantivo a la salud comunitaria y preventiva. En lo inmediato se debe asegurar el testeo rápido y gratuito en todo el país., las regiones y las comunas del país.
Manifestamos nuestra disposición y voluntad para colaborar en lo que somos capaces de aportar, ampliando el enfoque, la forma y los énfasis para comprender los mecanismos de la vida, y las comunidades que la sustentan, sus códigos y sus propios dispositivos. Apoyamos la demanda de la Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile para asegurar su incoporación en la Mesa Social Covid-19, coordinada por el Gobierno.
Nuestra experiencia y conocimiento al servicio del País, las comunidades, las personas, y la salud de Chile.

Directiva Nacional Colegio de Antropólogas y

Antropólogos de Chile A.G.

26 de Marzo de 2020

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