
La historia de Chile está empedrada de chanchullos, de torvas maniobras para ocultar los delitos que cometen los poderosos del país.
Chanchullos en la política, en la administración pública, en los negocios, en los tribunales, en el ejército, en la policía, en los municipios, en las universidades, etc.
Hasta ahora creíamos que los más grandes chanchullos son los que cometen los grandes empresarios que evaden impuestos y transfieren sus ganancias a paraísos fiscales.
Pero no, aún faltaba el Gran Chanchullo, el chanchullo histórico, ese que pretende pasar por el aro a todo el país. Finalmente ya lo tenemos. Lo está cometiendo la casta política que intenta hacer caer a los ciudadanos y ciudadanas en la trampa de una “Convención Constituyente” amarrada de pies y manos, incapaz de cambiar nada y cuyas resoluciones estarán amañadas desde ahora por los titiriteros de la política.
Lo que el pueblo exige desde hace dos meses en las calles -a costa de crueles violaciones de sus derechos humanos- es una Asamblea Constituyente independiente y soberana. Una Asamblea con las manos libres para redactar y proponer una nueva Constitución Política sin el “peso de la noche” de los intereses oligárquicos que administran este país como un feudo.
Los chilenos llevamos años reclamando una nueva Constitución. Bajo la dictadura se levantó esa demanda que acogieron los partidos clandestinos, los mismos que después fueron gobierno y olvidaron sus promesas, los mismos que ahora se burlan una vez más de los principios democráticos y preparan una parodia de Constituyente.
Una Asamblea Constituyente como la que exige el pueblo rebelde desde el 18 de octubre, permitiría que por primera vez en nuestra historia republicana –plagada de guerras civiles, golpes de estado, dictaduras, masacres obreras, crímenes políticos, desigualdad social y racial, y menguadas democracias- la Constitución Política, madre de todas las leyes y de las instituciones civiles y militares, fuese escrita por la mano segura y el genio fraterno del pueblo chileno.
Pero la casta política no podía permitir que se concretara ese anhelo. Moros y cristianos -entre ellos quizás también un par de bobos despistados- se confabularon el 15 de noviembre para parir un engendro al que bautizaron “Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución”.
Es el típico documento hipócrita y sibilino de nuestra casta política. Bajo la apariencia de ceder a las demandas del pueblo insurreccionado, lo que en verdad hace es cerrar el camino a una Asamblea Constituyente independiente y soberana. El mecanismo fue perfeccionado por una “comisión técnica” de los cómplices de la operación.
Finalmente ese balurdo -otro fruto de la inagotable astucia de la oligarquía chilena- será santificado por el Congreso, promulgado como reforma constitucional y puesto en práctica a partir del plebiscito del 26 de abril.
Los conspiradores ni siquiera concedieron que la Asamblea Constituyente se llamara como tal. Su chanchullo se denomina “Convención Constitucional”. Le tuvieron miedo hasta al nombre del momento estelar de la soberanía de los pueblos que es la Asamblea Constituyente. Así se llamó la que en 1789 proclamó en Francia los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y así se han llamado las que siguieron construyendo la historia universal de la democracia.
La colosal estafa en curso pretende que los chilenos aceptemos pasivamente una “Convención Constituyente” carente de toda independencia para hacer su trabajo. Los partidos que la prohijaron ostentan récords de desprestigio y lo mismo el Congreso que le dará los zurcidos finales.
La forma en que ha sido planificada permite anticipar lo que la Convención podrá o no hacer y qué materias decidirá sin chocar con el quórum de los dos tercios. Los vericuetos y túneles habituales del quehacer parlamentario y la valla insalvable del quórum, harán que los escasos convencionales independientes no tengan posibilidad ninguna de imponer los cambios que Chile pide a gritos en las calles.
Los detalles de instalación de la Convención, la forma para elegir sus autoridades, las modalidades de trabajo, etc., todo ha sido previsto. Los partidos que intentan escamotear al pueblo su derecho a decidir el contenido de la nueva Constitución, lo han previsto todo, con la minuciosidad que exigen los grandes crímenes políticos de la historia.
Se hace necesaria una enérgica reacción del pueblo para denunciar el chanchullo y defender su derecho a una Asamblea Constituyente independiente y soberana.
*Fuente: Politika
Artículos Relacionados
Cuba: El buen baldeo de la crítica
por José Alejandro Rodríguez (Juventud Rebelde)
18 años atrás 3 min lectura
El acuerdo internacional más violado (La inconsecuencia del Gobierno y de los políticos chilenos)
por Juan Pablo Cárdenas S. (Chile)
6 años atrás 5 min lectura
El espionaje no se detiene en las puertas de la lucha de clases
por Fernando Buen Abad Domínguez (Rebelión/Universidad de la Filosofía)
11 años atrás 5 min lectura
El “manto político de inmunidad” que cubre a las policías en Chile
por Gonzalo Castillo (Chile)
8 años atrás 5 min lectura
A propósito de boletas falsas y financiamiento irregular de la política
por Manuel Acuña Asenjo (Chile)
8 años atrás 7 min lectura
Presidente del Sindicato de Starbucks: «Se hacen millonarios a costa de la precarización laboral»
por Canal Ciudadano (Chile)
2 días atrás
4 de abril de 2025
En entrevista con El Ciudadano, el presidente del sindicato de Starbucks, Antonio Páez, se refirió al acuerdo alcanzado entre los trabajadores y la empresa tras más de tres semanas de movilización.
«Rechazamos ex-CNI (Tejas Verdes) como Director de SECPLA en San Antonio»
por Fundación por la Memoria San Antonio (Chile)
2 días atrás
04 de abril de 2025
«Le exigimos al Sr. Ovalle que entregue los antecedentes (de Tejas Verdes) que sin duda alguna están en su conocimiento en virtud de su rango de oficial mientras fue parte de la CNI, además de exigir su inmediata desvinculación de los organismos municipales.»
El empresario Morstadt debe a CONADI el pago del predio en disputa con Julia Chuñil
por Lucía Sepúlveda Ruiz (Chile)
2 días atrás
04 de abril de 2025
Julia Chuñil es mujer, mapuche, y campesina, y tenía 72 años cuando desapareció. Su vida y su historia hasta el 8 de noviembre de 2024 están marcadas por la violencia racista, de género y la violencia de clase, a la que se sumó en los últimos años la violencia extractivista. Ahora la suerte de la defensora de bosques y aguas de su territorio ancestral, depende de una justicia patriarcal.
Embajadora marroquí en grupo organizador de celebración del Premio Nobel de Gabriela Mistral (!?)
por La Marejada (Chile)
2 días atrás
04 de abril de 2025
En una controvertida decisión que cuestiona su compromiso declarado con los «derechos humanos en cualquier parte del mundo», el Gobierno de Chile encabezado por Gabriel Boric y su Ministra de Cultura, Carolina Arredondo, y su Ministra de la Mujer, Antonia Orellana, han integrado a la Embajadora de Marruecos en Chile, Kenza El Ghali, al grupo organizador de los eventos de conmemoración de los 80 años del Premio Nobel a la poetisa, literata, diplomática y educadora chilena Gabriela Mistral.