Lunes, 10 de junio de 2019
¿Qué tipo de sistema económico es más conducente al bienestar humano? Esa pregunta ha llegado a definir la época actual porque, después de 40 años de neoliberalismo en Estados Unidos y en otras economías avanzadas, sabemos lo que no funciona.
El experimento neoliberal –impuestos más bajos para los ricos, desregulación de los mercados laboral y de productos, financiarización y globalización- ha sido un fracaso espectacular. El crecimiento es más bajo de lo que fue en los 25 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y en su mayoría se acumuló en la cima de la escala de ingresos. Después de décadas de ingresos estancados o inclusive en caída para quienes están por abajo, el neoliberalismo debe decretarse muerto y enterrado.
Hay por lo menos tres alternativas políticas importantes que compiten para sucederlo: el nacionalismo de extrema derecha, el reformismo de centroizquierda y la izquierda progresista (la centroderecha representa el fracaso neoliberal). Sin embargo, con excepción de la izquierda progresista, estas alternativas siguen estando en deuda con alguna forma de la ideología que ha expirado (o debería haber expirado).
La centroizquierda, por ejemplo, representa al neoliberalismo con un rostro humano. Su objetivo es trasladar las políticas del ex presidente norteamericano Bill Clinton y del ex primer ministro británico Tony Blair al siglo XXI, haciendo sólo revisiones tenues a los modos prevalecientes de financiarización y globalización. Mientras tanto, la derecha nacionalista reniega de la globalización y culpa a los migrantes y a los extranjeros de todos los problemas de hoy. Aun así, como ha demostrado la presidencia de Donald Trump, no está menos comprometida –por lo menos en su variante norteamericana- con los recortes impositivos para los ricos, la desregulación y el achicamiento o eliminación de los programas sociales.
El tercer campo, en cambio, defiende lo que llamo capitalismo progresista, que prescribe una agenda económica radicalmente diferente, basada en cuatro prioridades. La primera es restablecer el equilibrio entre los mercados, el estado y la sociedad civil. El crecimiento económico lento, la creciente desigualdad, la inestabilidad financiera y la degradación ambiental son problemas nacidos del mercado y, por lo tanto, no pueden ser resueltos, ni lo serán, sólo por el mercado. Los gobiernos tienen la obligación de limitar y delinear los mercados a través de regulaciones ambientales, de salud, de seguridad ocupacional y de otros tipos. También es tarea del gobierno hacer lo que el mercado no puede hacer o no hará, como invertir activamente en investigación básica, tecnología, educación y la salud de sus votantes.
La segunda prioridad es reconocer que la “riqueza de las naciones” es el resultado de la investigación científica –aprender sobre el mundo que nos rodea- y de la organización social que permite que grandes grupos de personas trabajen juntos para el bien común. Los mercados siguen teniendo un rol crucial que desempeñar a la hora de facilitar la cooperación social, pero sólo cumplen este propósito si están subordinados al régimen de derecho y son objeto de controles democráticos. De lo contrario, los individuos pueden enriquecerse explotando a otros, generando riqueza a través de la búsqueda de renta en lugar de creando riqueza a través de una creatividad genuina. Muchos de los ricos de hoy tomaron la ruta de la explotación para llegar adonde están. Se han visto muy favorecidos por las políticas de Trump, que han alentado la búsqueda de renta destruyendo al mismo tiempo las fuentes subyacentes de creación de riqueza. El capitalismo progresista busca hacer precisamente lo contrario.
Esto nos lleva a la tercera prioridad: abordar el creciente problema del poder de mercado concentrado. Al explotar las ventajas de la información, comprar a potenciales competidores y crear barreras de entrada, las empresas dominantes pueden comprometerse en una búsqueda de renta de gran escala en detrimento de todos los demás. El incremento del poder del mercado corporativo, junto con la caída del poder de negociación de los trabajadores, ayuda a explicar por qué la desigualdad es tan alta y el crecimiento tan débil. A menos que el gobierno asuma un papel más activo de lo que prescribe el neoliberalismo, estos problemas probablemente se vuelvan mucho peores, debido a los avances en el campo de la robótica y la inteligencia artificial.
El cuarto punto clave en la agenda progresista es disociar el poder económico de la influencia política. El poder económico y la influencia política se refuerzan mutuamente y se perpetúan a sí mismos, especialmente donde los individuos ricos y las corporaciones pueden gastar sin límite en las elecciones, como sucede en Estados Unidos. En la medida que Estados Unidos se acerque cada vez más a un sistema esencialmente antidemocrático de “un dólar, un voto”, el sistema de controles tan necesario para la democracia quizá no pueda resistir: nada podrá restringir el poder de los ricos. No se trata simplemente de un problema moral y político: a las economías con menos desigualdad en verdad les va mejor. Las reformas progresistas-capitalistas, por ende, tienen que empezar por recortar la influencia del dinero en la política y reducir la desigualdad de la riqueza.
No hay una solución mágica que pueda revertir el daño provocado por décadas de neoliberalismo. Pero una agenda integral según los lineamientos planteados más arriba decididamente puede hacerlo. Mucho dependerá de si los reformistas son tan decididos a la hora de combatir problemas tales como el excesivo poder del mercado y la desigualdad como lo es el sector privado para crearlos.
Una agenda integral debe centrarse en la educación, la investigación y las otras fuentes verdaderas de riqueza. Debe proteger al medio ambiente y combatir el cambio climático con la misma vigilancia que los partidarios del Nuevo Trato Verde en Estados Unidos y Rebelión contra la Extinción en el Reino Unido. Y debe ofrecer programas públicos que garanticen que a ningún ciudadano se le nieguen los requisitos básicos de una vida decente. Estos incluyen seguridad económica, acceso al trabajo y a un salario digno, atención médica y vivienda adecuada, un retiro seguro y una educación de calidad para los hijos.
Esta agenda es sumamente alcanzable; de hecho, no podemos no implementarla. Las alternativas ofrecidas por los nacionalistas y los neoliberales garantizarían más estancamiento, desigualdad, degradación ambiental y acrimonia política, lo que conduciría potencialmente a desenlaces que ni siquiera queremos imaginar.
El capitalismo progresista no es un oxímoron. Más bien, es la alternativa más viable y vibrante para una ideología que claramente ha fracasado. Como tal, representa la mejor oportunidad que tenemos de escapar de nuestro malestar económico y político actual.
*Fuente: Mamvas
Artículos Relacionados
Radiografía a los salarios en Chile: gerentes de grandes empresas ganan 178 veces el sueldo mínimo
por Alejandra Carmona López (Chile)
6 años atrás 7 min lectura
La programada destrucción de Codelco
por Julián Alcayaga O. (Chile)
8 años atrás 9 min lectura
Chile: Manifestantes cumplen 7 días de toma en la Torre 826 de la carretera eléctrica Cardones-Polpaico
por Medios
5 años atrás 5 min lectura
Sergey Glazyev: «El camino hacia la multipolaridad financiera será largo y pedregoso»
por Pepe Escobar (París, Francia)
1 año atrás 7 min lectura
Trump sabe menos que Calígula y está ayudando a destruir el imperio
por Mario Briones R. (Chile)
7 años atrás 9 min lectura
Jefa del Comando Sur de EE.UU.: Tenemos mucho que hacer en esta región (Latinoamérica) rica en recursos naturales
por Medios Internacionales
1 año atrás 11 min lectura
Abogado de Daniel Jadue impugnará decisión de mantener al alcalde en prisión preventiva
por El Clarín De Chile
4 días atrás
Este lunes el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago rechazó la solicitud presentada por la defensa del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, que buscaba revocar su prisión preventiva.
Repudio e indignación ante los hechos acontecidos con el Comedor Popular Luisa Toledo y Radio Villa Francia
por Medios Nacionales
5 días atrás
Mientras las ministras Tohá y Vallejo defendieron la acción que resultó en 14 detenciones de las cuales 9 fueron declaradas ilegales, figuras como la diputada Hertz (PC) y Orsini (FA) expresaron preocupaciones sobre el respeto a los DDHH y la elección del momento para un crucial operativo policial.
El ejército saharaui exhibe sus primeros drones de ataque que usará en el Sáhara Occidental
por ECSaharaui
6 días atrás
El Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS) dispone ahora de drones, un UAV de uso militar que sin duda reforzará sus capacidades frente al ejército de ocupación marroquí.
3 años y 4 meses defendiendo a los presos políticos saharauis encarcelados por Marruecos
por Luis Portillo Pasqual del Riquelme (España)
1 semana atrás
Estamos ante el MAEC, en la Plaza se la Provincia, en Madrid, todos los lunes, de 12:30 a 13:30 horas normalmente, y de 10:30 a 11:30 h. en los meses de verano. Cualquier persona es bienvenida.