Neoliberalismo y violencia
por Nora Merlin y Alex Ibarra Peña (Chile)
8 años atrás 3 min lectura
Pensar la política democrática en este tiempo de neoliberalismo, capitalismo salvaje, exige asumir una reflexión detenida sobre la violencia. Es necesario cuestionar ese significante que inevitablemente surge como un engendramiento y retroalimentación del propio sistema. Francisco Bilbao en su lúcido análisis en “Sociabilidad chilena” reclamaba a los gobiernos de origen republicano la traición hacia la ciudadanía a partir del fortalecimiento del ejército que era presentado como garante del orden institucional. En definitiva la función del ejército consistía en asegurar el mantenimiento de la economía feudal vigente a pesar del relato republicano de los políticos. Bilbao veía la funcionalidad de las fuerzas armadas en el establecimiento del poder despótico en busca de la normalización que aseguraba privilegios sólo para una clase social. Frente a la posibilidad de cualquier acontecimiento de liberación en favor de los ciudadanos aparece la actuación de “las fuerzas de orden y seguridad” amparando la violencia institucionalizada.
En la política actual, sobre todo en aquella más propia de los políticos de derecha, la aplicación y sostenimiento del neoliberalismo que, como podemos constatar, va en contra de los intereses de la mayoría global, sólo es posible mediante un marketing basado en promesas mentirosas y la violencia. Esto último supone: la instalación de un enemigo que por lo general es el adversario político que deviene el chivo expiatorio a quien culpabilizar, y la represión a la protesta social que inevitablemente surge. La justificación que se utiliza para reprimir es que se realiza para mantener y salvaguardar el orden institucional que supuestamente es puesto en riesgo por la protesta social. En nombre de la República se instala la idea de que dicha protesta es violenta e ilegítima, desestabilizadora del gobierno, que va en contra de la democracia. Los gobiernos neoliberales realizan un gasto público inmenso para armar y capacitar a la fuerza policial en el ejercicio de control disciplinario, la persecución y cárcel a dirigentes sociales como Milagro Sala en la Argentina, Cristina, Lula, Dilma, los militantes del PT en Brasil, los mapuches, el profesorado y los estudiantes chilenos por citar algunos ejemplos recientes de la región.
En esa línea los medios de comunicación concentrados manipulan la opinión pública intentando generar un prejuicio que consiste en asociar política y violencia, sabiendo que al sistema neoliberal le conviene una despolitización de lo social, el escepticismo fundamentado en la creencia en la imposibilidad de la política, y la actitud relativista que sostiene que cualquier alternativa política da lo mismo. Ambos, el escepticismo y el relativismo producen la desconfianza hacia la política como la herramienta colectiva capaz de transformar el orden establecido.
Es necesario cuestionar el término violencia. Los gobiernos neoliberales vulneran derechos reprimen a sus pueblos, hambrean a su gente, realizan guerras y atentan contra la ecología y el medio ambiente del planeta. ¿No es eso una violencia sistémica del capitalismo salvaje? Consideramos que la violencia surge cuando fracasa la política. Siguiendo a Hanna Arendt la política supone la acción en donde cada quien pone en la escena pública su singularidad y su diferencia. La tarea del ciudadano implica hacer uso de su condición política, desplegar la democracia y radicalizarla. La condición política es el actuar libre, plural, impredecible y la raíz es el amor al mundo. Toda violencia institucional despotencializa la libertad y la capacidad de la acción humana porque pretende acallar la política y la pluralidad humana dentro de una institucionalidad que no funciona democráticamente.
Sostenemos que el problema de la violencia que engendra el sistema no se soluciona con más violencia, porque el “remedio” termina siendo un veneno. Habremos ganado mucho en relación a la batalla por la anhelada paz social si somos capaces de establecer un sistema distributivo justo, de equidad que garantice el respeto de los derechos adquiridos por los pueblos.
Nora Merlin y Alex Ibarra Peña
Grupo de Trabajo Surandina
-Artículo publicado también en Le Monde Diplomatique
Artículos Relacionados
Stephen Hawking sobre el futuro del capitalismo, la desigualdad… y la Renta Básica
por Conor Lynch (EE.UU.)
9 años atrás 8 min lectura
La red de protección de Ponce Lerou
por Manuel Salazar (Chile)
10 años atrás 10 min lectura
Enfrentando las elecciones de mayo
por Manuel Acuña Asenjo (Chile)
4 años atrás 12 min lectura
Mensajes filtrados despiertan dudas sobre la justicia anticorrupción en Brasil
por Ernesto Lodoño y Leticia Casado
6 años atrás 6 min lectura
Chile: El TPP y la incoherencia de la política exterior chilena
por Esteban Silva C. (Chile)
9 años atrás 2 min lectura
Cómo descubrimos, y confirmamos, el verdadero lugar de nacimiento de Allende
por Hermes Benitez (Edmonton, Canadá)
10 años atrás 8 min lectura
Vergüenza y olvido: Chile se abstiene en votación contra la erradicación del colonialismo en la ONU
por Félix Madariaga Leiva (Chile)
1 día atrás
19 de diciembre de 2024
¿Qué razones podría tener nuestro gobierno para abstenerse de apoyar la independencia de pueblos y países aún bajo el colonialismo? Sobre todo, nos confunde que un país, como el nuestro, que fue colonia española por tres siglos no vote a favor de esta moción. Aún más desilusionante, pero no extraño, es que los medios de comunicación no incluyan esta importante información en su agenda.
Cómo Washington y Ankara cambiaron el “régimen” en Damasco
por Thierry Meyssan (París, Francia)
2 días atrás
Con sorprendente aplomo, la prensa internacional nos asegura que lo sucedido en Siria no es un cambio militar de régimen sino una “revolución” que derrocó la República Árabe Siria. Esa prensa no menciona la presencia del ejército turco y de las fuerzas especiales de Estados Unidos.
“La desaparición de Julia Chuñil es parte y consecuencia de la corrupción del sistema”
por Villa Grimaldi (Chile)
4 días atrás
16 de diciembre de 2024
«Estamos lidiando contra un sistema donde desborda la corrupción y nos toca sobrevivir, pero como nosotros somos defensores del alma, nos nace del alma defender el territorio, pues nadie nos formó, no nos vamos a rendir. A nosotros nos dicen estar atacando este río o este bosque y, a la hora que sea, nosotros nos movilizamos y vamos a detener su destrucción.»
Las cartas de Marruecos para presionar a la UE: narcotráfico, inmigrantes y terrorismo
por Medios Internacionales
1 semana atrás
¿Produce algún tipo de tecnología del que hace depender las posiciones políticas de los demás países? ¿Cómo es posible que algunos medios de comunicación españoles sean tan valientes ante sus propias clases políticas y, al mismo tiempo, tan serviles ante el Majzén?