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Chile: Dirigente sindical del Transantiago muere en resistencia, quemado a lo bonzo

Chile: Dirigente sindical del Transantiago muere en resistencia, quemado a lo bonzo
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El corazón de Marco Antonio Cuadra dejó de latir a las 00:50 horas de hoy, producto de una falla orgánica multiple. Quien fuera presidente del Sindicato N°2 de choferes de la empresa RedBus Urbana S.A falleció esta mañana en las dependencias del Hospital San José, según informaron familiares y amigos del dirigente.

El hombre de 48 años, casado y padre de dos hijos, permanecía internado debido a las graves quemaduras que sufrió su cuerpo luego de que el pasado 2 de junio, decidiera encender su cuerpo en las dependencias  de uno de los principales terminales de la compañía ubicado en Av. El Salto, Huechuraba, como señal de protesta y símbolo de resistencia frente a las malas condiciones laborales a las que son sometidos los trabajadores del Transantiago.

Fueron sus compañeros quienes lo auxiliaron, utilizando extintores y otros recursos apagaron el fuego que rápidamente consumió parte de su cuerpo, luego de que Marco se rociara con combustible y se prendiera fuego.

Anteriormente, Marco realizó una huelga de hambre y tras no conseguir cambio alguno, informó a sus compañeros que su decisión era “quemarse por ellos, para que de una vez por todas terminara el mal trato”  que reciben los empleados del transporte público.

Su cuerpo presentaba quemaduras que abarcaban un 85%, tenía las vías respiratorias dañadas, haciendo difícil y agónica su recuperación.

Según la empresa Red Bus, el conductor fue desvinculado de la empresa el 2011. Marco Antonio denunció una persecución por parte de sus empleadores, quienes además habrían interpuesto una demanda de desafuero-despido en su contra.

Hace una semana, la Ministra del Trabajo, Javiera Blanco, visitó al dirigente mientras este se encontraba internado. A su salida, la ministra declaró que “Chile necesita dar a los trabajadores las condiciones laborales dignas que corresponden”.

“Yo creo que lo más importante es que podamos sentarnos a dialogar e identificar los problemas existentes para evitar que se presenten situaciones de esta naturaleza”,  añadió.

Norman Beisson, señaló al diario La Segunda que “Lo que la empresa quiere es llegar a un convenio colectivo y no negociar, y para eso hay dirigentes que somos una piedra de tope (…). Aunque la empresa tiene seguros, nos obligan a pagar los choques, hay problemas de cambios de horarios, no respeto de los descansos, de descuentos injustificados, etc.”

Grandeza de espíritu

Sus compañeros de trabajo recordaron –según informó Radio Bíobío- que Marco era un hombre con gran espíritu humano, además de contar con una fuerte tenacidad para defender los derechos de los trabajadores.

Ellos no confirman realizar algún tipo de movilización respecto a la muerte de su compañero pero aseguraron que acompañaran a la familia durante todo el proceso. El traslado de su cuerpo al Servicio Médico Legal, se realizó esta mañana, para dar paso a sus funerales durante el fin de semana.

Uno de los últimos mensajes enviados por Marco a sus compañeros, informando su intención de quemarse (La Segunda)

*Fuente: El Ciudadano

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Varios muertos más tarde…

Luis Casado

En esa juventud que me parece cada día más cercana, nos espantaban las atrocidades de la guerra de Vietnam. Todo el poder de fuego de la primera potencia militar del mundo caía a raudales sobre un país del tercer mundo cuyos habitantes vivían esencialmente de la agricultura y de la pesca. Millones de toneladas de explosivos, defoliantes tóxicos, bombas de fósforo y misiles –dicen que más del doble de todo lo utilizado en la Segunda Guerra Mundial en todo un continente– fueron arrojados sobre un país cuya superficie de 331 mil km2 es inferior a la de Alemania. Vietnam apenas salía de una guerra victoriosa contra el colonialismo francés… y le llovía sobre mojado.

Se hacía difícil horrorizarse de nada, visto que el horror era cotidiano, permanente, ubicuo, casi natural y me doy cuenta que es un horror escribir “natural” cuando se trata de horror. Sin embargo, cuando el monje budista Thich Quang Duc se inmoló en el fuego el 11 de junio de 1963 para protestar contra la represión de un presidente marioneta de los EEUU, el impacto fue planetario. El periodista estadounidense David Halberstam fue el primero en relatarle los hechos al mundo occidental:

“Las llamas provenían de un cuerpo humano. Su cuerpo se consumía lentamente y se encogía, su cabeza se ponía negra y carbonizada. Se sentía en el aire el olor de carne quemada. Yo estaba demasiado choqueado para ponerme a llorar, demasiado confuso para tomar notas o hacer preguntas, demasiado desconcertado incluso como para pensar”.

Se ve que el mundo ha progresado, y Chile… a pasos agigantados.

Un simple trabajador, un obrero, un conductor de autobuses, un dirigente sindical llevado al límite de lo que un ser humano puede soportar en humillaciones, en malos tratos, en abusos, en vejaciones, en desconsideración y en amenazas, se inmola como hizo Thich Quang Duc hace ya más de medio siglo y el hecho le importa un cuesco a nadie.

La prensa –acaparada por un micro desgarro en el muslo de Gary Medel– informa en páginas muy interiores que el sindicalista que se quemó a lo bonzo en Huechuraba ha muerto:

“Muerte dirigente Transantiago: gobierno asegura diálogo para mejorar condiciones laborales. Los ministros de Transporte y del Trabajo lamentaron el deceso de Marco Antonio Cuadra, quien a principios de mes se quemó a lo bonzo en los estacionamientos de Redbus.”

Marco Antonio Cuadra, antes de prenderse fuego, le dijo a sus compañeros de trabajo que se quemaba por ellos, para que mejoraran las condiciones laborales y así terminara «el trato vejatorio» que reciben los trabajadores del transporte colectivo. Los ministros del Trabajo y de Transportes “lo lamentan”. Y punto. En inglés: “full stop”.

Ciertamente ni Javiera Blanco ni Andrés Gómez-Lobo son directamente responsables de este horror. Paciencia. Habida cuenta de lo que no hacen para cambiar las atroces condiciones de trabajo en el sector de los transportes colectivos ya tendrán otras responsabilidades que afrontar.

Mientras tanto la sociedad chilena, se inquieta hasta la paranoia pot los meniscos de Arturo Vidal. Ese es nuestro horror cotidiano: un micro desgarro muscular y un menisco inestable. ¡Qué horror!

Las ediciones de POLITIKA están en línea en: www.politika.cl

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1 Comentario

  1. Sergio Blaset

    Siento pena y verguenza por esta tragedia. Pena porque no creo en el dolor ajeno y porque pienso en el dolor irremediable que embarga a esos dos huérfanos, la viuda y familiares de este trabajador chileno que se inmoló por sus pares, y por qué no, por los millares que sufren no menos vejaciones en mi patria. Y verguenza de que estas cosas ocurran en Chile. Reciban sus familiares y compañeros mi más profundo pesar y hago votos porque esta sea la última inmolación de protesta y porque su sacrificio no haya sido en vano.

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