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«A mis camaradas militares, oficiales y suboficiales, con quienes nos organizamos contra el golpe»

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Estimados amigos:
Lo primero que quiero hacer es enviarles un abrazo y
agradecer vuestro apoyo, me imagino no exento de discusiones y contradicciones.
Durante estas semanas he recibido muestras de solidaridad importantes pero la
lectura de su declaración es distinta, me conmovió y emociono porque es más que
una carta, evoca recuerdos intensos de momentos similares al que estoy
viviendo, claro está sin la posibilidad de compartir las emociones, las
experiencias.

Más allá de los rigores a los que fuimos sometidos y del a
veces interminable recorrido por centros de detención y tortura, mis recuerdos
se radican en la capacidad de superar esos momentos difíciles para seguir
viviendo y construyendo sueños y nuestras propias utopías. Vale la pena unirse
entorno a ello, porque es un capital enorme, representa un momento de la
historia de nuestro país, que nunca hay que dejar de compartirlo, en el cual un
grupo de militares, oficiales y suboficiales, nos organizamos para denunciar y
oponernos al golpe de 1973.

En esos momentos al igual que muchos chilenos nos encontrábamos
frente a una situación compleja de la vida de la nación, en las FFAA y por ende
en el epicentro de la conspiración, frente a la disyuntiva de actuar en
consecuencia, de creer en la transcendencia de una utopía o de sumarse a la
gran traición que termino dando origen a la dictadura que nos gobernó por más
de 15 años.

Mirando a la historia con la tranquilidad del presente
valoro eso, porque lo que hicimos fue algo más que una simple decisión política
y ética, significo una actitud consecuente con nuestras ideas y del mundo que
queríamos construir y eso hay que rescatarlo.

Cierto es también, que han pasado varios años desde entonces
y que vivimos en una sociedad distinta, con unas cuantas décadas sobre nuestras
espaldas. Pero los ciclos históricos corren de forma independiente de nuestros
deseos y más allá de nuestra tranquilidad, ponen en el tapete de la actualidad
situaciones inspiradas en la misma prepotencia de ayer, para imponer ideas y
dibujar un país conveniente, sin memoria; como es el origen de lo que yo estoy
viviendo .

Así  leí  y entendí vuestra declaración que mas allá de
solidaridad con un amigo, un compañero, cosa que me da fuerzas para superar
esta situación, dejó en claro que la historia de chile no puede ni debe
entenderse sin un examen de su pasado reciente y más atrás.

Es difícil manifestarse en las condiciones que vivimos, más
aún en una sociedad organizada de forma tal que la economía, el principal poder
de hoy, debilita la capacidad política y de participación de nosotros, los
ciudadanos.

Queridos amigos, disculpen mis reflexiones que a lo mejor
van más allá de lo posible, pero como tengo un poco más de tiempo para pensar,
me niego a hacerlo solo pensando en lo que ya se y de lo que estoy convencido:
en mi absoluta inocencia del crimen del cual se me acusa.

La rapidez con la cual vivimos nuestras vidas, nuestros
propios problemas, impiden ver más allá, de lo que pasa día a día. Esta
situación me lleva a reflexionar y veo el origen de todo esto, en parte, en la
mediocridad y en lo más despreciable del ser humano, en el sectarismo político;
también es posible por el cómo se escribió la historia de chile en los últimos
20 años.

Solo un argumento para pensar: todavía en el 2010 nos regimos
por una carta fundamental heredada de la dictadura, que si lo examinamos
detenidamente y a pesar de la reformas que se le han aplicado, es una
constitución que tiene una visión del pasado. Sus ideólogos la diseñaron como
un "recetario" con indicaciones precisas para "corregir" desde el poder lo que
sus autores entendieron, como errores que permitieron, desde su visión
estrecha, el quiebre institucional de la democracia en 1973.

Esta constitución fue diseñada como un marco institucional
para la refundación del país, con una ideología fundamentada en la cruzada
anticomunista y en la exclusión de los considerados enemigos y esa es la carta
fundamental que aún orienta nuestros destinos.

En fin, todo ello también es el marco para que los
revanchismos políticos, de los hoy herederos de Pinochet, le pase la cuenta a
la izquierda revolucionaria de este país, en este caso, intentado culparme de
un crimen que no cometí.

Yo creo que lo necesario es que se investigue y la UDI tiene derecho a exigir
justicia por el asesinato de su líder y mentor pero no se pueden confundir y
tener en la cárcel al preso equivocado.

Como lo he dicho antes, el crimen de Jaime Guzmán encierra
la acción de actores más allá de FPMR, une la forma sectaria y subjetiva de ver
el mundo y la política por quienes actuaron materialmente y los intereses
políticos de quienes se resistían y resisten a ser juzgados por lo crímenes
cometidos en dictadura, por efecto de la aplicación del terrorismo de estado
como forma de gobierno.

Finalmente entonces, y si es posible, hay que remover la
solidaridad, sacando el tema a una visión más amplia, a lo internacional para
garantizar al menos un juicio justo en el cual si se pueda demostrar mi
inocencia.

Una vez más gracias, reciban un abrazo de amigo para
todos;  para Canadá Pedro y Cía, José
Hugo, sus familias, igual para Inglaterra Enrique, Manuel, Mario, José, todos,
fuerza y ánimo, que los viejitos en Chile se cuiden; Poli, Pepe y Panchita,
Sergio, Eduardo, todos, Jaime, Raúl, se me quedaba Jorge en Inglaterra en fin,
Patricio.

Para todos, un abrazo cariñoso y agradecido

Enrique

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