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Los Chasquis de Colombia: las rutas de la información alternativa al servicio de la paz

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Los *chasquis* eran los jóvenes, atletas, guerreros, encargados en el
Imperio Inca de transmitir las informaciones. Recorrían miles de
kilómetros, a marcha intensa, llevando mensajes y encomiendas. Su
función era esencial para la existencia misma de una de las sociedades
pre-hispánicas más desarrolladas. Hoy, la Fundación Chasquis, con sede
en Bogotá, Colombia, retoma parte de ese *mandato histórico*. Con la
diferencia que  en la actualidad existen  autopistas asfaltadas, caminos
de tierra, pero también rutas electrónicas a transitar. “En mi país,
atravesado por un pesado conflicto interno,  los medios masivos de
comunicación están más enfocados en des-informar que en informar.
Estigmatizan a todos los que piensan distinto al Gobierno y al poder
dominante”, señala Juan Manuel Peña, joven periodista y comunicólogo,
coordinador de la Fundación Chasquis, integrada por seis profesionales
especializados en las distintas facetas de la comunicación. “De ahí la
necesidad de fomentar medios alternativos que ofrezcan un espacio a las
comunidades, las organizaciones y las redes que promueven iniciativas de
paz desde abajo”, enfatiza iniciando esta entrevista exclusiva.

P: ¿De dónde nació la idea de la actual Fundación Chasquis?

R: A partir del proyecto “Chasquis, embajada itinerante de Colombia para
Suramérica”, impulsado en 2004. Consistió en un viaje de un año con mi
padre y mi hermano, por todos los países de la región, compartiendo una
muestra de documentales y dando charlas sobre literatura, derechos
humanos y parques nacionales de Colombia. Durante ese largo recorrido
nos encontramos con un  continente en ebullición política. Fuimos
testigos de movilizaciones sociales contra las políticas de saqueo que
durante siglos han soportado los pueblos del sur.

P: ¿Cuál fue la principal clave de observación durante ese periplo?

R: Como le pasa a la mayoría de los viajeros, comprendemos mucho mejor
nuestro propio país cuando estamos lejos y miramos con distancia las
realidades que lo agobia. Y particularmente, cuando observamos las
causas estructurales  que no permiten la convivencia pacífica.

P: Del viaje a la actual Fundación Chasquis…. ¿Qué relación?

R: Al regresar, y en el marco de lo que habíamos visto y oído y teniendo
en cuenta que no simpatizamos  con ningún grupo político determinado,
decidimos poner nuestros conocimientos, talentos y tiempo al servicio 
de quienes – según nuestra óptica- necesitan realmente ayuda en materia
de comunicación.  Me refiero a muchas organizaciones de base colombianas
que vienen desarrollando desde tiempo propuestas de paz que la sociedad
ignora. Gran parte de esta ignorancia viene del desconocimiento. Y de
la estigmatización que el Gobierno ejercer a través de los medios
masivos de comunicación. Quienes, sin pudor alguno, subrayan que las
movilizaciones o protestas sociales están promovidas por los grupos
insurgentes. Y justifican así más violencia como única respuesta a la
reivindicación de paz con justicia.

P: ¿En qué consiste ese marco informativo dominante al que hace
referencia?

R: Grandes medios masivos que desinforman más que informan. Por ejemplo,
hay dos grandes cadenas de radio y televisión, la RCN y la Caracol, que
están prácticamente al servicio total del Gobierno. Y presentan como
verdad absoluta las informaciones oficiales.

Más allá de las inclinaciones políticas de esos medios, lo más grave,
según nuestra percepción, es la forma sensacionalista como se maneja la
gran prensa en mi país. La cobertura es superficial, no hay ni
investigación ni seguimiento. Y llenan gran parte de sus espacios con
farándula, hechos diversos y deporte.

Esta realidad, sin embargo, no niega la existencia de esfuerzos
independientes donde se hace un ejercicio de verdadera información.

P: Ustedes mismos, también, se definen como medio alternativo e
independiente. ¿Qué proponen, qué promueven?

R: Como jóvenes documentalistas y comunicadores  buscamos realizar
productos honestos y consecuentes con las realidades de nuestro país.
Buscamos contra-informar. Buscamos  reforzar, estimular, *empoderar* a
las comunidades de base para que tengan en la comunicación una
herramienta, de adentro hacia fuera, para fortalecer sus procesos y
luchas. Tenemos dos ejes de trabajo: documentación y comunicación
estratégica. El primero abarca reportajes, fotografía, registro
audiovisual –como herramienta de difusión y de memoria. El segundo,
incluye el manejo de la prensa y la comunicación organizativa como
instrumento de las comunidades de base. Tanto para difundir sus
denuncias como sus propuestas.

P: ¿Qué significa en concreto estar al servicio de las comunidades de
base?

R: Es nuestra razón de ser, nuestra posición política de referencia, y
nuestro compromiso en la construcción de una sociedad diferente en un
país arrasado por la violencia estructural y armada.

P: Me imagino que esta posición implica, en una realidad tan polarizada,
un riesgo muy grande en el ejercicio de la profesión…

R: Nuestro riesgo esencial es sobrevivir. Y tiene dos lecturas. Poder
hacer frente a las amenazas de parte de sectores armados y del
Gobierno.  Y encontrar formas para asegurar la sobrevivencia cotidiana,
es decir, contar con los recursos materiales que nos permitan hacer
nuestro trabajo.

P: ¿Todo esto implica usar espacios alternativos de información?

R: Realmente esos espacios, insisto, son muy limitados. En su mayoría
somos nosotros mismos los que tenemos que crearlos o gestionarlos. Las
mayores posibilidades las encontramos en sitios de Internet o en
festivales de cine. Sin embargo son insuficientes para contrarrestar el
poder de los grandes medios.

P: Cuál es  la principal potencialidad de un medio independiente en un
contexto tan hegemónico…

R: Las dificultades y conflictos constituyen el principal dinamizador de
la creación. Nuestra realidad nos ofrece un banquete temático infinito
para generar informaciones alternativas. Pienso que nuestro principal
logro de estos años es haber ganado la confianza de las personas y las
organizaciones de base que cada día construyen la paz desde su cultura. Y
que saben que la tierra y el territorio valen mucho más que una obesa
cuenta bancaria.

P: ¿Tienen alguna expectativa sobre el rol de la prensa internacional?

R: La vemos como de vital importancia. Se dice en Colombia que “muchas
voces suenan más que una”. En muchas ocasiones el Gobierno sólo ha
reaccionado cuando hubo presión internacional. Y esto sólo puede darse
con una información internacional diferente, alternativa, veraz.


– El autor, Sergio Ferrari, es colaborador de E-CHANGER (Intercambiar), ONG suiza de
cooperación solidaria

www.fundacionchasquis.org

www.pazdesdelabase.org

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