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La batalla por El Panul, un bosque esclerófilo a 15 minutos del Metro santiaguino

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La batalla por el Bosque Panul
(Domingo 1 de febrero de 2009)
Beatriz Michell / La Nación Domingo

Comunidad se enfrenta a empresario para evitar su destrucción
Los vecinos sueñan con un parque donde ir a disfrutar de la naturaleza, ver animales y escapar del calor veraniego. Vicente Navarrete, dueño del bosque y amigo del difunto Augusto Pinochet, fantasea con un proyecto que contempla la construcción de más de mil viviendas y que le traería millones de dólares. La guerra entre las inmobiliarias y los ciudadanos está en pleno desarrollo y esta vez el escenario es La Florida.
 
Su amigo había muerto. El empresario Vicente Navarrete Marinot comenzó su duelo y suspendió la reunión que tenía agendada con los vecinos del Fundo Panul.

El pesar por el fallecimiento de Augusto Pinochet Ugarte merecía un duelo bien hecho, sobre todo por el agradecimiento que le tenía por haberle vendido el bosque donde Navarrete hoy pretende ejecutar un jugoso negocio inmobiliario, pasando por alto la férrea oposición de un grupo de ciudadanos de La Florida.

Zorros, quiques, tordos, picaflores, chunchos, iguanas y una gran variedad de insectos, entre otros animales, se pueden ver en el Bosque Panul, ubicado en La Florida (ver mapa).

Emplazado en un terreno de 91,44 hectáreas, está compuesto por vegetación nativa y esclerófila, principalmente quillay algunos hasta de 200 años- y litre. También hay guayacanes y peumos, ambas especies con problemas de conservación y protegidas.

"Estos bosques son únicos en Chile y en la zona central es donde se desarrollan con vegetación de mayor diversidad. El bosque esclerófilo que se ha adecuado al ambiente adverso- con su flora y su fauna, es un tipo de ecosistema muy amenazado. Quedan pocos a nivel mundial. Además es vital para Santiago. Hay un tema de retención de aguas, de limpieza de aire, hay un tema de valor escénico que es importante para una ciudad tan gris como esta", explica Loreto Matthews, licenciada en Ciencias Ambientales y secretaria general de la Codeff, organización que ha apoyado fuertemente a los vecinos de La Florida en la defensa de este bosque.

Aún así, el Proyecto Inmobiliario Panul, de la empresa Gesterra, busca deforestar 69,53 hectáreas para construir 1.157 casas y 22 edificios.

Un gran negocio si se considera que por cada vivienda se cobraría alrededor de 3.500 UF (más de 74 millones de pesos). El inicio de las obras está planeado para julio de 2011 y por eso, en agosto del año pasado presentaron una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en la Corema, para que les aprobaran el proyecto.

Todavía no se les da luz verde, ya que el proceso no ha concluido. Entre fines de septiembre y principios de octubre de 2008, los servicios gubernamentales y el municipio presentaron sus observaciones y la mayoría fueron negativas.

De los catorce servicios que evaluaron, sólo dos manifestaron estar conformes con el proyecto: el Servicio Nacional de Geología y Minería y el Serviu de la Región Metropolitana.

Entre los más duros estuvo la Conaf, que argumentó que "(El proyecto) presenta efectos, características o circunstancias que justifican la presentación de un Estudio de Impacto Ambiental y no cumple con los requisitos para el otorgamiento del Permiso Ambiental Sectorial".

A pesar de que este primer paso le da esperanzas a los floridanos, el escepticismo va ganando.

"Estamos con una DIA, que todos los organismos estatales están rechazando, pero presionan tanto, que hay organismos estatales que les dejarán pasar la declaración. Nosotros exigimos Estudio de Impacto Ambiental, no DIA", critica Ana María Ortiz, secretaria de la junta de vecinos de Lo Cañas y una de las líderes de la Red de Defensa de la Precordillera, organización que ha aglutinado a los ciudadanos en esta batalla.

Loreto Matthews coincide con Ana María. "El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) no está hecho para ser rechazado, está hecho para ser arreglado y aprobado. Es muy difícil que un proyecto se rechace por DIA o EIA. A Aysén le pusieron 20 mil indicaciones, pero la empresa tiene muchos profesionales que se dedican a arreglar eso", asegura la secretaria general de Codeff.

La citroneta
En 1988, el empresario Vicente Navarrete recibió de manos de Pinochet el bosque que hasta entonces pertenecía al Estado y estaba a cargo del Instituto Bacteriológico de la Universidad de Chile.

"Este terreno se vendió a un precio irrisorio, equivalente al valor de una citroneta, y hoy lo usan para secar algas", asegura Genaro Garcés, uno de los vecinos pertenecientes a la Red por la Defensa de la Precordillera.

Navarrete es dueño y presidente del directorio de Sintex S.A. y de Oxiquim S.A.; miembro de los directorios de Extractos Naturales Gelymar S.A., Neogel S.A. y de Asiquim.

Director de la Sofofa, Sonapesca y otras empresas y grupos gremiales. Su currículum es extenso y sus propiedades también. En junio del año pasado declaró a través de la prensa que pasaría a retiro en todos sus cargos y prendió la luz roja al aclarar que no dejaría los negocios y que estaría interesado en el sector inmobiliario.

Los vecinos de La Florida se alarmaron y comenzaron de inmediato a organizarse para defender el bosque de su propio dueño. Hasta el momento, no sólo han hecho protestas y foros.

"Pedimos un seccional, que es una modificación del plan regulador referido exclusivamente a la precordillera, que venga desde el canal San Carlos hacia el oriente, Departamental por el norte y Rojas Magallanes por el sur", explica Genaro Garcés. Pero concretar este cambio puede ser una tarea de meses.

"¿Qué pasa si no tenemos el plan seccional y el proyecto se aprueba?", se pregunta Ana María. Por eso, los vecinos están a punto de jugar una nueva carta. Durante las próximas semanas pedirán una reunión con el intendente Igor Garafulic, para solicitarle que el Estado compre el terreno del Bosque Panul.

"Eso, después de que se le bajen las expectativas al dueño del fundo, porque si en el plan regulador se establece que eso es reserva ecológica, el precio no es el mismo que si sirve para hacer edificios. Como el proyecto se va a aprobar igual, la única solución es que el Gobierno tome la decisión política de comprar este terreno y salvar este bosque esclerófilo", asegura Genaro Garcés.

Contaminados y asados
Los floridanos recuerdan con pesar el 3 de mayo de 1993. Ese día, un aluvión se desató en la Quebrada de Macul, dejando 23 muertos. Cada vez que hablan del Bosque Panul recuerdan este triste episodio con troncos y colchones.

"Las personas que vivimos en La Florida sabemos que cuando llueve mucho las piedras llegan aquí mismo, casi hasta el canal San Carlos. Entonces es importante resguardar este bosque porque hay que resguardar la vida humana, las viviendas", alega la concejala Susana Hernández.

"Si nosotros pavimentamos, estamos eliminando la capacidad de filtración del agua en el suelo y, por lo tanto, eliminamos el reservorio natural de agua para enfrentar una sequía. Lo segundo es que si el agua escurre en vez de infiltrarse, se transforma en inundaciones, anegamientos y avalanchas. Eso ocurre todos los años. La vegetación impide las inundaciones porque controla el escurrimiento de las aguas lluvia y fija sedimento, por lo que el agua escurre sin sedimento y puede ser tratada", asegura Hugo Romero, geógrafo de la Universidad de Chile. Además, ayuda a disminuir la contaminación, a humectar el ambiente y a resguardar la flora y la fauna.

La semana pasada un grupo de científicos de la Universidad de Chile midió la temperatura del ambiente en las condiciones que las personas lo sienten. El resultado deja a cualquiera sudando: 40 grados a la sombra en el mall de La Florida.

Mientras al sol estas cifras pueden aumentar entre 5 y 10 grados, dentro de un bosque, son más bajas que el área que las rodea, en la misma proporción.

"Es una fuente de ventilación porque cuando el bosque tiene 5 ó 10 grados menos se generan brisas locales y tenemos una permanente capacidad de limpieza de la atmósfera. Si nosotros hubiésemos conservado el piedemonte en su totalidad tendríamos la manera de evitar la contaminación de Santiago de manera natural. En la comuna de La Florida, que casi no tenía contaminación, la mayor cantidad de contaminación y las mayores temperaturas hoy se concentran ahí. Esto es producto de lo mal que hemos hecho las cosas. Frente a un horizonte de cambio climático es urgente mantener las fuentes de refrigeración. Esto va a impedir que nos asemos en la ciudad y que nos llenemos de contaminación", asegura Romero y agrega que la contaminación en Santiago causa tres mil muertes al año, y la mayoría de estratos socioeconómicos bajos.

"No se trata sólo de tener malls y cadenas de farmacias, necesitamos calidad de vida. La suerte del Bosque Panul debiera estar sellada en el plan regulador de la ciudad. Cualquier persona con un mínimo de conocimiento debiera haber dicho hace mucho tiempo que los remanentes de bosque nativo del piedemonte no se tocan. Si esto implica daño a la propiedad privada o a algún negocio, habrá que resolver ese problema", dice Romero, haciendo un llamado a las autoridades.

Además, mantiene la humectación de la atmósfera. Con bosque, la humedad es de un 60% y sin él, baja a un 20%. Esto puede traer graves daños a la salud y al bienestar de las personas.

"Cómo vamos a construir una ciudad para vivir peor. Sería suicida. La sociedad construye una ciudad para vivir mejor, para disfrutar de los días de verano cuando camina por sus calles, cuando puede ir el fin de semana a un parque, cuando su proyecto de vida se enaltece con vivir en la ciudad, y no cuando se empobrece. Por la función que cumplen, las áreas verdes debieran ser patrimonio público, propiedad colectiva y no privada", asegura Romero.

"Acá tienes un bosque que da belleza escénica, que te absorbe el agua, que te limpia, que sería un parque nacional precioso, tipo río Clarillo. El dueño puede hacer ecoturismo y cabañas con un manejo ecológico, pero lo que pasa acá es que el privado dice: quiero cortar todo, voy a pavimentar todo, voy a poner más casas por metro para ganar más plata. Esa permisividad que existe en nuestro país con el mundo privado nos está complicando. En otros países eso no se permitiría porque es bosque esclerófilo", asegura Loreto Matthews.

Aunque el camino en la Conama se haya puesto dificultoso para la implementación del proyecto, los floridanos siguen buscando herramientas para mantenerse en guerra y Navarrete no piensa echar pie atrás.
Domingo 1 de febrero de 2009

* Fuente: La Nación


¿Vale la pena eliminar un bosque esclerófilo?
30 de marzo 2010
Patricio Herman*

Según un reciente informe de la Organización para la Agricultura y Alimentación (FAO) de Naciones Unidas, los bosques continúan perdiendo áreas a un ritmo alarmante en algunos países.

El bosque esclerófilo Panul tiene 92 hectáreas y se localiza en la parte alta de la comuna de La Florida. Tiene una rica flora y avifauna valorada por las comunidades que viven en sus inmediaciones y su ecosistema enfrenta el riesgo latente de desaparecer, porque su propietario desea rentabilizar este patrimonio ambiental eliminando todas sus especies vegetales para ser reemplazadas por mil 200 casas, 22 edificios y las calles necesarias; es decir, se cambiaría oxígeno por dióxido de carbono y más emisiones de partículas a la atmósfera.

Una experta manifestó al respecto que “estos bosques son únicos en Chile y en la zona central es donde se desarrollan con vegetación de mayor diversidad. El bosque esclerófilo, que se ha adecuado al ambiente adverso, es un tipo de ecosistema muy amenazado. Quedan pocos a nivel mundial y éste es vital para el contaminado Santiago. Hay temas de retención de aguas, de limpieza de aire, de valor escénico, que son importantes para una megalópolis como ésta”.

El dueño del bosque presentó en la Conama una Declaración de Impacto Ambiental, a pesar de que sabía que el procedimiento idóneo era ingresar al sistema vía un estudio, y como era de esperarse los servicios públicos mayoritariamente la rechazaron, por diversas razones, pero como el negocio ad portas es millonario, su titular se ha movido estratégicamente para que los anteriores modifiquen sus criterios para que finalmente la Dirección de Obras respectiva le autorice el permiso de edificación.

Por fortuna para los equilibrios ambientales, existen dos decretos supremos del Ministerio de Agricultura, vigentes desde hace 36 años, que protegen la zona precordillerana de esta región, los cuales prohíben la tala indiscriminada de vegetación (árboles y arbustos), de modo de evitar la erosión de los suelos en amplias zonas de las comunas del sector oriente de la capital. A pesar de que los textos de ambos cuerpos normativos son muy explícitos en cuanto a la preservación de la naturaleza, existen algunos débiles funcionarios de la administración del Estado que curiosamente han preferido interpretarlos de manera distinta en su letra y espíritu. Está claro que con ese tipo de lenidad pública se haría posible la consecución del proyecto inmobiliario y en paralelo se prescindiría de ese magnífico bosque.

Esos funcionarios, haciendo malabares lingüísticos con el vocablo “construcción”, aducen que en el área protegida por los decretos supremos se pueden autorizar construcciones, incluso las inmobiliarias privadas, en circunstancias que lo que sí se permite son construcciones de obras que tengan por único propósito un beneficio público. Es tan burda esa disquisición que no resiste un análisis serio, entre otros motivos porque contradice abiertamente el sentido de los decretos.

Es anecdótico que el empresario que desea devastar este bosque esclerófilo haya sido muy amigo del general Pinochet, en cuyo gobierno él lo compró muy barato, según lo consignó un artículo de La Nación, y que sean dos actos legales del anterior citado los que le impidan la obtención de esa atractiva plusvalía patrimonial. Si se respetan estos decretos, como lo esperamos en un gobierno de excelencia, se salvarán infinidad de zorros, quiques, tordos, picaflores, chunchos, entre otros, y una gran variedad de insectos que engrandecen la biodiversidad de esta cuenca saturada.

Según un reciente informe de la Organización para la Agricultura y Alimentación (FAO) de Naciones Unidas, los bosques continúan perdiendo áreas a un ritmo alarmante en algunos países, en la evaluación de los recursos forestales mundiales se encontró que la desaparición más aguda de cubierta forestal se da en África y Sudamérica, lo que no es de extrañar porque, en general, las instituciones de los países de estos continentes todavía no entienden lo que es el desarrollo urbano sustentable.

El gobierno de Piñera podría derogar esos decretos de Pinochet para viabilizar el negocio aludido, pero tal iniciativa la consideraríamos de pésimo gusto.
30 de marzo 2010

– Patricio Herman, Fundación Defendamos la Ciudad

* Fuente: La Nación

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